En los tiempos del hambre la niñez apenas duraba seis o siete años, entonces había que hacer cualquier cosa para llevarse algo a la boca, repartir flores con una bicicleta a la espera de alguna propinilla, trabajar en un taller de costura por un bocadillo… Pero muchos jóvenes también se acercaban a la academia de Eloisa Albéniz en la Plaza de la Mata con el sueño de llegar a ser famosos, la mayoría realizaban un duro y costoso sacrificio, que pocas veces terminaba con el premio del éxito y el reconocimiento. Allí se formó una joven trianera, Micaela Rodríguez Cuesta, que muy pronto se trasladaría a Madrid para triunfar en el famoso programa de radio de Bobby Deglané, Cabalgata Fin de Semana, para más tarde llegar a grabar varios discos y actuar en algunas películas.
En muchas páginas de la red hablan de Mikaela, a la que definen como misteriosa, sensual, de grandes y profundos ojos negros, llena de valor y coraje…, en esta foto queda todo dicho.
Entre sus diferentes discos resulta sorprendente encontrar uno en el que, aún en los tiempos de la dictadura franquista, puso música a distintos versos de Rafael Alberti. Anteriormente había interpretado esta Nana de Sevilla.
Este galapaguito
no tiene mare
lo parió una gitana
le echó a la calle
Este niño chiquito
no tiene cuna
su padre es carpintero
y le hará una.
En mi cabeza rondan aún estos versos que con tanto cariño cantaba mi abuela para dormir a mis hermanos.
Federico García Lorca es quien recoge y armoniza esta Nana de Sevilla, junto con otras canciones populares españolas, de las que se grabó un disco del propio Lorca al piano acompañando a la Argentinita. Muchos años antes, Antonio Machado y Álvarez, Demófilo, ya había iniciado sus estudios de literatura popular ayudado por el sevillano Rafael Álvarez Sánchez Surga, pero esta historia ya forma parte de otro hilo.
Rafael Martín Holgado.
Federico García Lorca es quien recoge y armoniza esta Nana de Sevilla, junto con otras canciones populares españolas, de las que se grabó un disco del propio Lorca al piano acompañando a la Argentinita. Muchos años antes, Antonio Machado y Álvarez, Demófilo, ya había iniciado sus estudios de literatura popular ayudado por el sevillano Rafael Álvarez Sánchez Surga, pero esta historia ya forma parte de otro hilo.
Rafael Martín Holgado.