jueves, 30 de enero de 2014

EL FAROL DE MARCHENA

TRIANA EN COLLIOURE

Casi un año ha tenido que pasar para cumplir aquel deseo de llevar desde Triana a Collioure la placa cerámica que prometimos a Ana Ruiz. El momento coincide con la efeméride del  75 aniversario de su muerte y la de su hijo Antonio Machado. La expedición la componíamos Gabriel Gómez, hijo del artista trianero Helios Gómez,  Caroline Mignot, Elisa Santos y yo.  Llegamos a Collioure a media tarde, momento de absoluta paz y tranquilidad con el mar en  calma;  ni una brisa de aire llegó a molestarnos. Lo primero que hicimos fue acercarnos al cementerio -donde no  encontramos ni un alma material- y depositar la placa sobre la modesta  tumba de Ana Ruiz y su hijo Antonio que acababa de ser ordenada y limpiada; lo normal  suele  ser encontrarla  repleta de flores, placas y recuerdos que van depositando la gran cantidad de visitantes que a lo largo del año rinden homenaje al poeta y su madre.



El paseo por el pequeño cementerio siempre merece una obligada  visita a la tumba vecina de la Sra. Quintana que no sólo acogió en su hotel a la familia Machado sino que facilitó el enterramiento de Ana Ruiz y su hijo en el panteón de unos amigos e incluso, hasta su muerte, se ocupó del cuidado de la tumba.



A la salida del cementerio nos dirigimos al cercano Hotel Bougnol-Quintana, a través de la “Rue Antonio Machado”, para finalmente tener un encuentro con el Mediterraneo. Recordamos esos trágicos días de 1939, siguiendo el relato de Corpus Barga en “Los días Contados”, donde Ana Ruiz, imposibilitada para andar, y en los brazos de Barga, le susurraba al oído: “¿llegamos pronto a Sevilla?”.



A la salida de Collioure pasamos por el campo de concentración de Argelés-Sur-Mer y nos acordamos de nuestro paisano Manolo Valiente quien, con el seudónimo de Juan García, nos describe los momentos vividos por  los cerca de quinientos mil refugiados españoles que quedaron concentrados, en zonas descampadas y alambradas al aire libre, como vulgares delincuentes. En 1977 por iniciativa de Manolo Valiente se crea la Fundación Antonio Machado en Collioure que en la actualidad son los encargados del mantenimiento de la referida tumba de Ana Ruiz y su hijo.

Ana Ruiz, la encomiable esposa y madre,  que en la calle Pureza de Triana asistió a la expiración del  padre de sus hijos Antonio Machado Alvarez, Demófilo, tuvo la desdicha de tener que presenciar la muerte de su hijo Antonio, tal vez su preferido y con quien convivió en los momentos más amargos de su vida como tras la muerte de su esposa Leonor Izquierdo. El exilio forzoso de Ana Ruiz, que con 85 años de edad tuvo que soportar  ese viaje tan duro al destierro, merece un permanente homenaje a esta trianera que, como dice la placa cerámica, con su presencia ha endulzado el “Altozano” francés de Collioure.

Es cierto que la placa reivindica el regreso a Triana de Ana Ruiz. Sin embargo, tras varias visitas a este enclave francés y al entorno de los campos de concentración, estoy convencido que los restos de Ana Ruiz y de Antonio Machado deben permanecer eternamente en Collioure como símbolo de todos los exiliados españoles que tuvieron que pasar la frontera huyendo de la muerte y la represión, aunque finalmente muchos de ellos la encontraran en Francia; tal y como lo describe Monique Alonso en “El Largo Viaje a Sevilla”: “Detrás de la muerte de don Antonio y de doña Ana está la muerte de todos los exiliados españoles que murieron nada más pasar la frontera”.

Durante este mes de febrero tendrán lugar diversos actos en homenaje al 75 aniversario de aquellos trágicos días de 1939.  El 18 de febrero, en Granada y dos días después en Córdoba, se presentará el guión cinematográfico inédito sobre “La Tierra de Alvargonzález”, realizado por el director Miguel Picazo. El 20 de febrero se celebrará una sesión sobre el teatro de Antonio  Machado en Sevilla, y el día 21, una serie de lecturas poéticas en las bibliotecas provinciales andaluzas, y  en Málaga, en la sede del  Centro Andaluz de las Letras, se proyectará el documental “El largo viaje a Sevilla”, sobre Ana Ruiz, y que contará con la presencia de su director Antonio Ramos Espejo. En Collioure, durante los días 22 y 23 de Febrero,  mediante actos organizados por la Fundación Antonio Machado de esta ciudad, se celebrarán diversos homenajes al poeta sevillano.

De momento, en Triana no tenemos convocado ningún acto en homenaje a nuestra querida pastelera de La Plazuela. No será por falta de recursos en el Distrito trianero.


José Luis Jiménez

lunes, 27 de enero de 2014

EL DEDO DE RODRIGO


      

   El año de Gracia de Triana


         Quise pasar por el Paseo de la O, sentir el río como compañero hasta después del puente. Era plena la luz de la tarde. Entré por Chapina a través de esa calle escondida, cuasi misteriosa, que sigue el lateral del edificio del hotel levantado sobre el recuerdo de una casa de vecinos donde, en uno de sus locales comerciales, se ofertaban papas en años de hambre. Penetré en el corto trayecto que, formando ángulo, desemboca en el Paseo de la O. Creo recordar que tiene solo una puerta de entrada, o sea, única casa que visitará el cartero con sobres bancarios donde figure como dirección “calle Gracia de Triana”. Pero con qué poca gracia se rotuló esta callejuela, casi inexistente, en memoria de quien mejor y más dulcemente cantó a Triana. Qué poco sabían de ella, de este barrio y de su música... Fui a paso lento recordando que precisamente este año; es más, este mes de enero, se cumplen, justos, 25 años de su muerte en la madrileña casa donde quiso despertar muchos días de su existencia, no demasiado luenga, pues falleció a los 70 años de su nacimiento ocurrido también en este mes umbral...

         Mi idea era, como digo, pasear por la orilla del río, pero quedé enganchado en  este rincón escondido de la plaza de Chapina, clásico lugar del que poco queda convertido, como gran parte del barrio, en calzada de asfalto dispuesto al servicio de los automóviles. Todo lo que Triana le debe a Gracia se me echó encima de pronto sintiéndome entre los culpables que no hemos sabido honrar la memoria de María Gracia Jiménez Zayas, nacida en 1919 en un patio vecinal, número 4 de la calle mártir Virgen del Patrocinio.

         En tiempos de Paco Arcas como delegado del distrito municipal se la quiso convencer de que viniera a su barrio para que, en noche de Velá, se la nombrara “Triana de Honor”. Se hicieron varios intentos y siempre interpuso una excusa amable que rubricó con una foto dedicada a sus “hermanos de Triana”, toda su presencia fue aquel retrato de artista. Eran muchos los fantasmas -espectros de fantoches- que aún pululaban por Sevilla y que ella nunca fue capaz de espantar. Estaba retirada de todo, casi también de la vida, en la calle Luna de Madrid.

         El 13 de este mes se cumplió un redondo cuarto de siglo de su triste y silenciosa desaparición y, enseguida, hemos querido alzar su nombre y grabarlo en nuestra frente a modo de pancarta con una reivindicación, la de un homenaje a la altura de lo que representó como trianera y artista, al nivel justo de sus hermosas canciones con las que tributó a su barrio una de las muestras más hermosas de fidelidad y cariño. Y no pararemos de proclamar su nombre para que este año sea el año de Gracia de Triana como lo sería si se llamara Juanita. Y es difícil llegar a la altura de quien cantó flamenco e interpretó coplas con la misma maestría y dulzura como la estrella que fue; flamenca y cancionista en una sola voz para alzar a Triana a lo más alto... “En hombre, yo; en mujer, Gracia de Triana”, proclamó el maestro de maestros, Pepe Marchena. Ya en primavera hay que organizar algún sonado acto en su honor, pero la Velá de este año tiene que ser la Velá de quien tan bellamente cantó su himno, tristemente olvidado... “Hay en Sevilla una fiesta/ de Santiago y Sant´Ana,/ que se celebra con garbo/ en el barrio de Triana...”. En los días señalaítos las notas de esta preciosa canción deberá ser la banda sonora de la alegría de Triana en los festejos dedicados a la Patrona... y a ella.

         Prepárense los estamentos oficiales, los hombres de la copla y del flamenco y que se disponga Triana a recibir en lo hondo de su corazón a su preclara hija, aquella que, dentro y fuera de la gran patria, proclamaba a los cuatro vientos del mundo... “De ese barrio de Triana, orgullo tengo de ser...”. Y nosotros, trianeros, sevillanos, andaluces, amantes de la música que más nos enternece y emociona, estamos orgullosos de tí, Gracia de la saeta, del fandango, de la soleá, de la tonadilla -como diría Lauren Postigo-, aunque sólo pudimos regalarte una modesta placa en el patio donde algunas noches soñaste con ser artista, una placa que no llegaste a ver... Poco pudimos hacer en tu memoria, pero es la hora de traerte con toda tu esencia. Es tu año, Gracia, un tiempo feliz en el que esperamos saldar una cuenta que nos entristece profundamente.




Ángel Vela Nieto

jueves, 23 de enero de 2014

EL FAROL DE MARCHENA




Reinauguración del   Mantoncillo de Triana.


No podíamos imaginar que José Lérida reabriera su famosa taberna flamenca que hace más de un año  cerró. El Mantoncillo se reinauguró el pasado martes 21 de enero un poco más allá de Triana, concretamente en el teatro más flamenco de Sevilla: El Lope de Vega, que completó totalmente su aforo.
Los que fuimos testigos del acontecimiento pudimos disfrutar de un brillante espectáculo Flamenco donde no hubo animales, acrobacias, ni torsos desnudos que para eso ya tenemos el circo. La sencillez y elegancia, propias del arte flamenco  que gusta por esta orilla, fueron la esencia de este interesante espectáculo que a buen seguro se repetirá en más de una ocasión.

Los decorados eran una recreación de la taberna  de la calle Alfarería; múltiples cuadros con motivos flamencos y taurinos, sillas de enea con sus inseparables mesas de madera, la necesaria barra del bar sobre la que el golpeo de los nudillos y dedos han realizado el mejor acompañamiento flamenco en Triana y una radio sencilla que permitió abrir el espectáculo a lo grande: ni más ni menos que Tomás Pavón interpretando la debla “en el Barrio de Triana”.

Los artistas van entrando en el escenario de la misma manera que entraban cualquier noche en El Mantoncillo y, tras ser atendido por José Lérida, se acoplan espontáneamente a la fiesta. Muchos son los artistas flamencos que cruzaron las puertas del Mantoncillo y muchas las noches de fiesta y arte que se disfrutaron en este local trianero que esperemos puedan ser recreadas en esta nueva etapa que en su primer día nos dejó un inmejorable sabor de boca.

Y puestos a pedir, qué mejor lugar que el Hotel Triana para que en cualquiera de los “días señalaitos” podamos ir a compartir una copa con los amigos del Mantoncillo.

Qué no decaiga la fiesta.


José Luis Jiménez

martes, 21 de enero de 2014

EL DEDO DE RODRIGO


Los Remedios, convento y raíz (y 2)


         Tras un largo periodo de abandono, el edificio pasa a ser el Instituto Hispano Cubano, fundado por Rafael González Abreu, vizconde de Los Remedios. Al socaire de la Exposición Iberoamericana se practican obras de restauración que fueron dirigidas por el arquitecto Juan Talavera y Heredia, quedando inaugurado el mencionado instituto en un acto en el que estuvo presente el rey Alfonso XIII, celebrado en 1929.

         Después de la construcción del puente de San Telmo, aún aparecía el antiguo convento como un oasis en medio de un inmenso solar, el anchuroso espacio que ocupara la huerta de la Victoria y la propia de Los Remedios que se extendían hasta la margen sur del río, por donde existió la nombrada Quinta de los Remedios.

         La empresa inmobiliaria “Los Remedios, S.A.” tiene fundación en 1920, también alentada por las transformaciones de la ciudad que preparaba el certamen internacional mencionado y es, lógicamente, la más interesada en el funcionamiento del puente abatible proyectado. Cuatro años después se aprueba el plan del sector y el ensanche interior de Triana (el de la futura barriada fue realizado por Fernando García Mercada en 1927, proyecto que no se respetó). Lo cierto es que el puente no se inaugura hasta 1930 y hasta mediados de la década siguiente no se construyen las primeras calles que estarán compuestas de viviendas de protección oficial y que se rotulan con estos nombres: Niebla, Miño, Turia, Arcos, Arqueros, Ánimas, Nao y Béjar, un viario completamente asentado en el sitio de la antigua huerta del convento de la Victoria, quedando todo el entorno como paraje ideal para las excursiones camperas de las familias de los corrales de Triana.

         En 1950 se rotula su arteria principal, Asunción, en recuerdo de la celebración del dogma mariano, una hermana menor de Pureza que sufriría el ataque frontal de la especulación. “Arrabal trianero”, denominó certeramente a Los Remedios el ilustre periodista Joaquín Carlos López Lozano; “la nueva urbanización de Triana”, proclamaba en su publicidad inicial la sociedad promotora, pero... ¿le queda algo de vocación trianera a esta criatura...? Y todo por negarse a escarbar en sus raíces; si lo hiciera encontraría vestigios asequibles de su identidad... y se sentiría orgullosa.


Ángel Vela Nieto (del libro “Triana, sitios y presencias”).

sábado, 18 de enero de 2014

EL DEDO DE RODRIGO


Los Remedios, convento y raíz (1)


         El llamado Barrio de Los Remedios es una gran criatura sin memoria. Nació consciente y con todas sus facultades básicas normales. Supo donde estaba y lo que quería ser de mayor. Creció y creció como un niño rico estrenando ayas y mentores con demasiada frecuencia, recibiendo extrañas enseñanzas que fueron convirtiéndose en un completo galimatías. Tal desorden confundió su entendimiento, llegó a olvidar sus primeras ideas y optó por ir tan encogida de hombros que estos le tapaban los oídos.

         Ya adulta, cada vez que se mira en el espejo del río, el mismo que regó las tierras de la huerta que fue, le asalta la inquietud de una interrogante que es siempre la misma: ¿Quién soy yo...? Se ve tan distinta que le cuesta identificar sus genes lo que complica la amnesia vital que padece.

         En la medida de nuestras posibilidades, pocas desde luego, nos gustaría ayudarle. Y lo primero que se nos ocurre es la lectura que de sus orígenes encontrará en los escritos de tres de los historiadores fundamentales de la cultura trianera: Justino Matute, González de León y Madoz. En sus obras registraron la propiedad de los terrenos que ocupa, nombres de barrios antiguos y los oficios que practicaron los que fueron los más directos ascendientes de sus actuales vecinos, historias de conventos y de monjes que hallaron en este suelo el refugio de la Cruz y la paz del rezo, recogidos en la magnificencia de obras de arte que les ayudaron a comprender la gloria a la que aspiraban; crónicas de molinos de pólvora que saltaron por los aires, de astilleros emprendedores y de puertos de muelas de molinos de donde zarparon gigantes de la navegación (el río podría hablarle de esas epopeyas, pero ha sido tanto su desinterés...).

         Mas recurramos a los ancestros y detengámonos ante el convento que fue su origen cuando ya no ejercía la piedad y a lo peor por eso, por tener un padre jubilado de su oficio, le vino la anormalidad. El sitio tuvo un primer vecino trascendente, el ermitaño que levantó la primera capilla donde la gente del puerto veneraría a una imagen de la Virgen del Carmen, porque ella era el remedio para los males de la navegación. En 1526, diez años después de la llegada de los frailes de la que sería Casa Grande de la Victoria -convento vecino donde fray Diego de Pérez encendía el fervor de toda Sevilla con sus predicaciones-, ya se reza allí a la Virgen de los Remedios que tardaría de disfrutar de casa digna, pues el 20 de octubre de 1603 un vendaval derriba la campana del edificio matando a uno de los frailes de la reducida comunidad de carmelitas descalzos, y dos años más tarde la cofradía de Mareantes acuerda en una de sus actas la entrega de sesenta ducados a los frailes del convento de los Remedios, así por su pobreza como por habérseles caído la casa...

         El edificio actual se comenzó a construir en 1632, más alejado del río, pero su altar no se consagró hasta el año 1700. A fines de ese siglo se levantan las dos naves colaterales de la iglesia, obra de José Echamoros, Maestro Mayor Municipal. González de León lo situaba en 1830, diciendo que hacía punta o cabo por donde terminaba el barrio por esta parte. Añadamos que sor Teresa de Jesús fue huésped en esta casa, un convento que era saludado con salvas de artillería en la partida y, especialmente, al regreso de las travesías de las naos al Nuevo Mundo en acción de gracias. Con el paréntesis de la invasión francesa mantuvo su monástica actividad hasta la ex claustración general de 1835. En el año 1879 refiere el historiador Ana de Valflora: “Es muy nombrada la huerta de este convento por la abundancia y buen gusto de sus naranjas y limones...”.


Ángel Vela Nieto (del libro “Triana, sitios y costumbres”).


         

jueves, 16 de enero de 2014

EL FAROL DE MARCHENA


LA VILLA DE REINOSA: UN TESORO DE LA CAVA.

                                                                                  Para Anselma, por dar de nuevo vida a esta casa.


Mientras que el valor patrimonial de las casas se suelen adquirir en la construcción y con el tiempo, el valor sentimental , el espíritu de la casa, lo adquieren por las personas que han vivido en la misma.  El  caserío de Triana todavía conserva muestras de edificios singulares con un gran valor artístico y espiritual, pese a que  estos no estén identificados ni señalizados convenientemente y pasen desapercibidos para los turista que nos visitan. Un ejemplo lo podemos encontrar en   la Cava Vieja, la de los Civiles,  donde la “Villa de Reinosa” hermosea entre los nuevos adefesios y los abandonados solares.



En una de la esquinas de Pagés del Corro con Antillano Campos podemos encontrar este edificio construido en 1915 bajo la promoción  de Joaquín Arenas Fernández  con la función de  casa-negocio. Nos apunta Ángel Vela que la construcción fue dirigida por Rafael López Carmona, maestro de obras colaborador del afamado arquitecto Juan Talavera, constituyendo una muestra arquitectónica homenaje al municipio cántabro de Reinosa y a la familia del comerciante, como puede apreciarse en los paños cerámicos presentes en los paramentos exteriores de la finca, realizados por Gustavo Bacarisas, que representan a la esposa e hijas de Arenas:  Carmen Gutierrez , Jovita, Encarnación y María Teresa.


El inicio de la Guerra Civil obliga a Joaquín Arenas a abandonar Sevilla, dejando como recuerdo el rótulo de su tienda de comestibles que heredaría y conservaría Francisco Pariente quién con el paso del tiempo se convirtió en un afamado y servicial comerciante, hasta tal punto que la “Villa de Reinosa” paso a conocerse como “Casa Pariente”. La piqueta y el consiguiente exilio de la mayoría de los clientes de la casa ocasionó el cierre del establecimiento.

A finales de los años 70 el edificio presentaba un estado lamentable; los retablos cerámicos y demás elementos ornamentales estaban totalmente deteriorados  así como la mayoría de los cerramientos y carpinterías. A principios de los años 80 se somete a una restauración importante y se consiguen salvar la mayoría de los valiosos azulejos  aunque se encarga al pintor ceramista Guillermo Moreno Moreno la reproducción de algunos paños.

En el año 1986, si la memoria no me falla, entra en  la remozada Villa de Reinosa una nueva inquilina, Anselma Giménez, quien en la actualidad sigue gestionando este singular local que es recomendado en todas las guías turísticas, consiguiendo que aquella casa que mandó construir Joaquín Arenas, allá por 1915, sea mundialmente conocida por “Casa Anselma”.  Desde su apertura hasta la actualidad he acudido con mucha frecuencia a un local donde no era habitual encontrarte  con trianeros. Bautizado por un grupo de amigos, en el año 1992, como el “Pabellon de Triana en la Expo 92”, este peculiar establecimiento se ha convertido por derecho propio en una auténtica referencia de Triana en el mundo, donde la inmensa mayoría de los que acuden quedan gratamente sorprendidos y reconfortados.

Hoy, al enterarme que el Ayuntamiento de Sevilla ha notificado la clausura  de “Casa Anselma”, no pude más que entristecerme   ya que se perderá un lugar emblemático para nuestro Barrio tan necesitado  de sitios como este ante la masiva apertura de bares, carentes de sabor, que terminarán globalizando a Triana.  No quiero entrar en las razones del cierre que seguro habrá sido perfectamente argumentada por los juristas y técnicos municipales; los mismos que autorizan aperturas de bares, camuflados como restaurantes, en la zona acústicamente saturada de Triana y  que hacen la vista gorda ante tantos veladores ilegales en la Calle San Jacinto. Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Sí quiero terminar deseándole una pronta recuperación a Anselma, dándole las gracias por tan buenos momentos como hemos pasado en su casa y esperando que “Casa Anselma” tenga una pronta continuación en la historia de la “Villa de Reinosa”.




José Luis Jiménez     

sábado, 11 de enero de 2014

EL DEDO DE RODRIGO


Armando Gutiérrez: Andalucía por delante.



         Cuando se llega a cierta edad los años empiezan en enero y acaban en diciembre; no es perogrullada, ocurre que los días vuelven a tener la identidad y el peso temporal que tuvieron en las aulas del colegio en nuestros tiempos infantiles. Cada mañana, antes de abrir el cuaderno, el maestro dejaba bien patente en la pizarra la fecha que había que consumir, hora tras hora, sólo que los niños no echábamos mucha cuenta salvo que estuviéramos cerca de las vacaciones de verano o Navidad. Pero a estas alturas del calendario de la vida uno hasta llega a obsesionarse con el día de la fecha porque ya vamos restando cuesta abajo. Cada noche, cuando voy a cambiar el día en mi “taco” de Benedetti, me da la impresión de que no hago otra cosa de rápido que transcurren las veinticuatro horas... con lo que volábamos los niños en esa eternidad...

         Han transcurrido veinte años, esos del tango, y es verdad que no es nada. Veinte años... ¿Cuántos acontecimientos sustanciales en los primeros veinte de la existencia...? Pues en estos no ha pasado casi nada, y el “casi” es porque se estrena estado: el de abuelo. Existe un dicho que viene a convencernos de que de todo hace ya mucho tiempo, que es como darle la vuelta a lo que sentimos ahora que puede resumirse en una corta frase: todo fue ayer mismo... Ocurre que esta mañana, en esos minutos trascendentes del afeitado, he recordado que mi amigo Armando Gutiérrez falleció en los primeros días de 1994; un fulminante infarto acabó con su vida de poeta y rapsoda apasionado. Armando fue uno de esos amigos que llegan tardíamente para formar parte activa y continuada en tu vida social cuando más se aprecia el afecto. Nos unía la preocupación inevitable por cuanto ocurría en nuestro barrio y el gusto por la poesía popular andaluza. Además, formaba parte de la redacción de la revista “Triana”, de un grupo de trianeristas confesos que se juntaban la tarde de cada viernes en Casa Cuesta.

         Armando se había casado con la cancionista Lolita Arispón, una muchacha de la calle San Jacinto que abandonó su prometedora carrera tras la boda con quien fue compañero en muchos espectáculos, el galán-rapsoda nacido en la calle Pureza. También nuestro recordado amigo decidió cambiar los pesarosos viajes en trenes por los que realizaba en su coche al servicio de una casa de pinturas. Pero donde fuera, Armando era artista y tenía ese porte distinguido aún jubilado; pelo largo y cuidado y siempre elegante. Así, que como no tenía grandes obligaciones, en más de una ocasión acompañó mis viajes a localidades cercanas en gestiones laborales. Lo recogía de su casa en Coca de la Piñera y allí lo despedía después de una jornada llena de confesiones interesantes, porque así fue su vida desde que, casi niño, ganó un concurso en “La Manigua”, la sala de la calle Betis. Allí se curtió ejerciendo de presentador y recitando sus poemas clásicos. Y en ese ambiente conoció a Lolita.

         En números de la revista del barrio quedaron sus trabajos cuajados de lirismo y encendida pasión que alternaba con páginas de sus recuerdos de poeta de escenario. No olvido que me hizo una relación de los trianeros que habían trabajado con él en aquellas compañías que iban de pueblo en pueblo alegrando y aligerando, lo que podían, el pesado ambiente de posguerra (aquí, la memoria de “Cómicos”, la película de Fernán Gómez). Contaba Armando que actuando en un teatro de Valladolid lo detuvieron por recitar a poetas prohibidos y que, por tamaño pecado, dejó de figurar en los programas con su nombre de pila cambiándolo por “Juan de Triana”.

         Zeppelín, el eterno ciclista del corral del Cura vencedor en 503 carreras, fue quien nos lo presentó como un digno aspirante al pregón de la Velá; eran los fructíferos años de Paco Arcas en la Tenencia de Alcaldía, y en uno de aquellos viernes de Cuesta quedó fijado su nombre. Era su sueño desde el momento en que se jubiló y volvió a entregarse en cuerpo y alma a la música de la rima. Y Armando fue la voz de la Velá de Santa Ana  en 1986 en el escenario ideal, el Hotel Triana... “Aquí me tienes, Triana, con unos años de más, el pelo entre cano y nieve...”; se quedaron fijadas las primeras palabras de su pregón que tantas veces le repetí. Después, siguieron otros pregones; yo mismo lo presenté en el de la Semana Santa del barrio; era tan apasionado que se esforzaba al límite de su resistencia física en cada frase, en cada verso. Un pregonero único que, además -hay que sumarlo- dibujaba y pintaba con maestría.

         Un año, su grupo de amigos le organizamos un homenaje al matrimonio Armando-Lolita en un restaurante de la Cava de los gitanos. Algunos de aquellos camaradas también se fueron..., pero todos fuimos entonces, en una de esas tardes trianeras inolvidables, beneficiarios de la voz de Lolita Arispón después de años sin cantar. Y les dedicamos odas de admiración entre abrazos y risas. Fue una muestra del rescoldo que quedaba de la Triana pura de nuestros mayores.

         Siguió escribiendo y recitando hasta el último día; memorable su noche en la Peña Trianera. Le animamos para que recogiera su obra en una antología y la idea cuajó en el libro “Flor de papel” que quedó por siempre como testimonio vivo de su inspiración y su alma andaluza.

         Mas sus amigos no estábamos dispuestos a dejar de verlo por Triana. Así que promovimos la placa de cerámica que, unos años después, quedó colocada en la casa que ocupa el solar de la que fue su cuna... “En el antiguo 16 de esta calle creció en cuerpo y versos el rapsoda Armando Gutiérrez ...”. Y allí lo saludamos tantas veces.





Ángel Vela Nieto 
           


         

miércoles, 8 de enero de 2014

EL FAROL DE MARCHENA


JUAN BORRERO: TRAZOS DE PLATA


Y tras el éxito obtenido por la Cabalgata del Distrito, de la que nunca sabemos realmente lo que cuesta – basta observar la cantidad de trabajadores y vehículos especiales de Lipasam, bomberos y policía que participan-, empezamos el año con una nueva   exposición:  Juan Borrero, Trazos de Plata. Una vida dedicada a la orfebrería”.  En el Castillo de San Jorge, desde el 14 de enero al 23 de Febrero , tendrá lugar una muestra monográfica dedicada al insigne orfebre trianero.  Respiraderos, varales, llamadores, jarras, candelabros, faroles, insignias, potencias y candelerías podrán contemplarse junto con las tres coronas de oro de las coronaciones canónicas de La Esperanza de Triana, La Estrella y La O; piezas realizadas por Orfebrería Triana.

La exposición contará incluso con la recreación del taller de orfebrería de Juan Borrero, además de explicar las distintas técnicas que se emplean en la orfebrería, herramientas, procesos, etc.  Interesante también la localización sobre un mapa de las obras que Juan Borrero tiene repartidas por todo el mundo junto con una réplica en cobre del “Guernica”, una de sus últimas creaciones.

La muestra, organizada por el Distrito de Triana en colaboración con el Instituto para la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), contará además con dos mesas redondas: “El diseño en las obras de Juan Borrero” y “La Evolución de la orfebrería en la Semana Santa sevillana”, y una ponencia: “La orfebrería sevillana desde la antigüedad a Juan Borrero.

Y por si a alguien le interesa lo que puede costar el evento, de momento sólo conocemos  el coste del contrato del diseño, producción y coordinación de montaje y desmontaje de la exposición que mediante el procedimiento de licitación de contratación directa, ha salido con un presupuesto base de 6050 euros que se imputará a la cuenta de gastos del distrito de Triana dedicada a actividades culturales y deportivas. No hay más noticIas acerca de otros gastos posibles, ya nos informarán.

José Luis Jiménez

sábado, 4 de enero de 2014

EL DEDO DE RODRIGO



2014: ¿Año para la esperanza o lo contrario?


         La noticia de una drástica rebaja en los euros que manejará la Tenencia de Alcaldía de Triana nos pone en guardia después de hacer balance del año que expiró (gracias a Dios) y mostrar la satisfacción por lo conseguido. Recordamos que hicimos un inventario de las carencias, olvidos y desmanes que atacaban a una Triana de la que se espera sea espejo de la ciudad, al menos de su esencia y espíritu, de su identidad y su capacidad para asombrar a los visitantes que es el aceite que necesita el engranaje de la principal fábrica que nos mantiene. Y entre lo que denominamos “motivos para aplazar la visita al arrabal trianero” estaban el estado desastroso de la estatua de Rodrigo de Triana, del Arquillo de la O, del reloj del Altozano, de los pies del puente, de pintadas eternas, del retraso de la inauguración del Museo de la Cerámica (en este año se ha avanzado en los trabajos, pero sigue cerrado) y alguna cuestión más. Es lo asentado en el haber de unos meses, en verdad, poco propicios. Pero en el balance general el debe se impone, entendiéndose como todo lo que queda por hacer para que este milagroso territorio se presente a los que lo visitan, llegados de lejos, con todo su poder de atracción.



         Entre las derrotas del 2013 está la definitiva marcha atrás en el proyecto de los azulejos que embellecerían el siempre abandonado murallón de la calle Betis, portada del barrio para todos los que entran por el puente, un fracaso que nunca entenderemos debido a la presión de personas ajenas a esta orilla a los que les molestaba el nombre de Triana pregonado en su más visible espacio, con el agravante de que ya se había pagado el proyecto. Sumemos otra derrota: la del retablo de la Esperanza de Triana del patio de la Casa de los Artesanos, ataque que hiere uno de los lugares que debería ser mimado y que, por el contrario, vemos con dolorosa impotencia cómo se abandona, rozando la ruina, mientras los últimos de estas “filipinas” del trabajo gustoso cierran sus talleres y se alejan para siempre. Dos casos lamentables que tuvieron en esta página activas e inútiles trincheras.




         Y con todo lo que resta por hacer, ahora nos asustan con el hiriente recorte en los presupuestos municipales cuando todo los jefes del partido en el poder andan empeñados en hacernos ver que lo peor de la crisis ha pasado. ¿Y si ha pasado, a qué viene esta drástica medida? ¿Que va a ser mejor el 14 que el 13? Creemos que lo será sólo en el aspecto estético del guarismo, o sea, en bajío. Ante esta perspectiva ¿podemos ser optimistas en las cuestiones de fondo, en esos dilemas que hieren gravemente a Triana y que tantas veces hemos repetido? Pues parece que en el Ayuntamiento lo tienen claro. Lo cierto es que se agota el tiempo de su formación, del poder de Zoido, y vemos como seguiremos con la ruina del cuartel dañándonos los ojos y en la inteligencia y cómo un lugar milagroso para el Arte no tiene entre sus argumentos un escenario, teatro o similar, donde mostrarse, cuando, además, los demás barrios disfrutan de algo parecido. Nadie lo entiende.



         Si no hay dinero hay que buscarlo, Triana es ya fuente de ingreso necesario para esta ciudad desabastecida de chimeneas humeantes; lo que se gaste en ella es una inversión con garantías de rentabilidad y esto hay que entenderlo así si no estamos perdidos. Si apena la tesorería, al menos que quede el entusiasmo, el interés, el amor al barrio, el saber hacer sin necesidad de gastos onerosos. Querer pelear contra lo que impide que se avance en viejos y sangrantes problemas. Hay que poner en marcha el Museo de la Cerámica y sacarle partido, y hay que hacer de Triana  lugar para el espectáculo flamenco y para eso existen ideas que hay que poner en marcha; estamos ante una riqueza lamentablemente despreciada en la misma cuna del cante; que el ejemplo de otros lugares nos sirva, y que no dejemos perder lo que sin duda es principal riqueza de nuestro patrimonio. Hay -por otra parte- que abrir las puertas de los corrales de vecinos, al menos lo que se han recuperado con dinero público, y hay que ir, como en el juego de la Oca, saltando de un problema solucionado a otro por solucionar, que es lo que esperamos en Triana y que coincide con lo que nuestros gobernantes tienen como obligación.

         El 2014 será un año para los que saben qué se traen entre manos, para los que aman al barrio desde el conocimiento de su riqueza, para los ingeniosos y para los que nunca desmayan. De ellos dependerá que Triana quede retratada con todos sus atavíos.

Ángel Vela Nieto 
          



miércoles, 1 de enero de 2014

EL FAROL DE MARCHENA



ADIÓS  2013


Parecía que no iba  a terminar el maléfico año 2013 que no dejó muy buenas noticias para nuestro arrabal y en el que, a modo de despedida,  la última semana la consumimos con los obituarios que preceden a esta entrada. El mejor sabor de boca fue la noticia “in extremis” de la puesta en funcionamiento del reloj del Altozano; el corazón de Triana comienza a latir de nuevo lo que no puede ser mejor presagio para el nuevo año; ahora sólo falta que lata a compás.




El esperado y muy anunciado, por todas las fuerzas políticas de la ciudad, Centro Cerámico Triana sigue siendo un auténtico fiasco, repetiremos una vez más lo que nuestro actual alcalde le recordó al anterior: “Los proyectos no pueden dilatarse en el tiempo y que pasen los años y las legislaturas sin que se haga nada”, pues eso, Sr. Zoido, déjese de hipocresía  y cuéntenos la verdad de este proyecto tan importante para la ciudad.



También se incumplió con la edición navideña de la Revista Triana, pese al esfuerzo y excelente trabajo del equipo de redacción que culminó con la presentación del citado número el pasado día 26 de diciembre en la Peña Trianera donde Paco Solís y Ángel Vela explicaron magistralmente los contenidos. A una ampliación de la imprenta municipal se achacó que no estuviera a tiempo la edición de navidad que, sin fechas determinadas, se anuncia para después de los Reyes lo que puede convertirla en la edición especial  de la “cuesta de enero”. Tampoco, y pese a que ya hace más de año y medio de la presentación del primer número de esta nueva era, tenemos la prometida y obligada  digitalización que la empresa productora ganadora de la licitación , Páginas del Sur S.L., tendría que tener ya realizada; tal y como lo explico el Sr. delegado en aquella primera presentación se realizaría una página web para que desde cualquier lugar del mundo se tuviera acceso a  los contenidos de la revista; de momento ni los vecinos de Triana la cataremos  ya que los únicos ejemplares disponibles, un par de docenas, no llegaron ni a la totalidad de los asistentes al acto de presentación. Seguiremos esperando durante el 2014.




Ya nos explicó el Teniente de Alcalde del Distrito, durante el referido acto de presentación,  que él siempre cumple lo prometido, aunque a veces por diversos motivos se dilate más de la cuenta, será por eso que al terminar el 2013 seguimos sin tener noticias de los azulejos de aquel  “proyecto impactante” del murallón de la calle Betis, o del uso definitivo de la casa tapón del Corral de la Encarnación.




En definitiva que sólo nos queda ser optimista para este nuevo año y que se culminen proyectos de importancia para Triana donde para nada necesitamos la inútil y carísima maquinaria municipal de un distrito que es incapaz de mantener en buen estado el edificio que alberga su sede principal –nos referimos al estado ruinoso que presenta la Casa de los Mensaque-, ni de dar explicaciones públicas ante los retrasos injustificados de proyectos  estancados. Lo dicho, lo mejor del final de año el arreglo del reloj del Altozano con el que Triana debe recobrar el pulso perdido durante tanto tiempo, eso y el magnífico programa con el que nuestros paisanos, “Los Morancos”, han despedido el año en la TVE.





José Luis Jiménez
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