lunes, 30 de septiembre de 2013

EL DEDO DE RODRIGO


                            Sucedió en Triana (1740-1800)

         En el libro “Triana, la otra orilla del flamenco" contamos algunos sucedidos fundamentales en nuestro barrio durante la época denominada preflamenca que reproducimos aquí:

       -Olavide reglamenta los baños en el río. La Velá de Santa Ana, la primitiva y gran fiesta del arrabal, sufre periodos de censuras y prohibiciones.

       -El año 1742 abrió los ojos a la luz de Triana Marcos Hiraldez de Acosta, que llegaría a ser considerado ilustre figura de la ciencia médica andaluza. Catedrático de Método, su benemérita actuación fue providencial durante la terrible epidemia de 1800.

        -En 1762 se suprimen los fuegos artificiales. Triana es un barrio donde laboran numerosos coheteros.

         -El terremoto de 1775 afectó a todo el caserío trianero soportado por una muy castigada cimentación. Y como el templo de Santa Ana quedó muy afectado no faltó púlpito desde donde se le echara la culpa de la ira de Dios “al libertino barrio y sus pecados”. Diez años después Triana padecería una epidemia de peste.

         -El mismo año del terremoto, nace en la calle Castilla Alberto Lista, gran figura intelectual de la Ilustración Española, maestro de Bécquer y Espronceda... “Feliz el que nunca ha visto/ más río que el de su patria,/ y duerme a la sombra del árbol/ donde de niño jugaba...”, sentenciaría en un poema poco antes de morir en 1848.

        -La hoy conocida como Casa de las Columnas, que fuera sede de la Universidad de Mareantes, se convierte en casa de vecinos el año 1780.

        -Carlos III dicta leyes en 1783 que pretenden dignificar la existencia de los gitanos; esto es, si pasan por el aro de las normas oficiales. Lo cierto es que iban dirigidas a cierta clase de individuos que nada tenían que ver con los censados en Triana.

         -En 1784 eran El Arenal y Triana lugares ideales para la instalación de escenarios teatrales. En Triana, en una nave de Los Remedios, se establece una compañía de títeres y un grupo de cómicos dirigido por María Solís, tonadillera y especialista en el baile del fandango, para alentar el ánimo de sus agobiados vecinos. Aquí permanecen durante varias temporadas cerca de un público aficionado, cálido y fiel.

         -En 1786 llegan a Sevilla las primeras tres cigarreras, eran francesas y traían la misión de adiestrar a las empleadas nativas en las faenas auxiliares para la elaboración del rapé, cuyo consumo hacía furor entre los elegantes. Sin embargo, el cigarro se impuso y hubo que contratar a cientos de mujeres. Nació el mito y parte de él fueron muchas mujeres, gitanas o no, de esta orilla del cante. La estampa de las cigarreras con sus llamativos mantones y su rodete en el pelo, embarcando en las falúas del Puerto Camaronero camino de la fábrica, quedó como un cuadro de costumbres.

       -Grandes inundaciones arruinan aún más el caserío; una de estas terribles plagas fluviales, la de 1796, acaba con el primer barrio satélite del arrabal trianero, el de San Sebastián, antiguo núcleo de pescadores que se amparaba en los muros del convento de la Victoria y donde, por cierto, vivían entonces cuatro familias dedicadas a la herrería.

Ángel Vela Nieto

         

sábado, 28 de septiembre de 2013

EL FAROL DE MARCHENA

                       



 D. AURELIO MURILLO: UN ALCALDE DE TRIANA


No podemos dejar de acordarnos, ni dejar de mostrar nuestro agradecimiento perpetuo,  del hombre que tanto luchó por nuestro barrio, pese a que recientemente se le tributara un homenaje e incluso se le colocara la placa cerámica que ilustra esta entrada en la fachada de su farmacia del Altozano de la que este año se cumple el centenario de su construcción y que curiosamente coincide con el año del nacimiento de nuestro personaje.

La labor que D. Aurelio Murillo realizó en Triana, relatada en  diversas entradas, contrasta con la de los últimos delegados que llegaron al barrio para autonombrarse “Alcaldes de Triana” y  tras un periodo de tiempo, más o menos breve, terminan desapareciendo del arrabal para, en la mayoría de los casos, seguir a las órdenes de sus partidos, verdaderos dictadores del sistema actual  que por un sueldo compran las voluntades de estos políticos de medio pelo cuyo único afán es el de tener un empleo pagado con dinero público.

¿Alguien puede imaginar al delegado actual enfrentándose públicamente al Sr. Zoido, su jefe, por el olvido en que mantiene a Triana? ¿Lo escucharíamos en algún medio de comunicación explicando que si el Museo de la Cerámica no está abierto aún es por la ineficacia de las administraciones públicas que nos gobiernan, incluida la de su partido?

D. Aurelio Murillo estuvo luchando en muchos frentes a favor de Triana. Como reconocimiento a su labor, queremos mostrar una carta que él mismo mandó a los medios de comunicación con el ruego de  su publicación. Corría el año 1950 y a pesar que Franco ordenaba y mandaba  el alcalde de Triana luchaba incansablemente contra las obras del corte del río por Chapina.

“Como representante del Barrio de Triana y haciéndome eco del sentir de sus ochenta mil habitantes, quiero hacer públicas las quejas que los trianeros me han dirigido respecto al relleno del Guadalquivir, rio que ha sido siempre el orgullo de todos los que nacimos y vivimos en esta Triana que hoy clama.
Todos sabemos y lo sabe todo el mundo entero, lo que siempre fue Sevilla para Triana y Triana para Sevilla. El brazo azul de agua las ha unido en insuperable lazo. Todos conocemos y recordamos aquel episodio de nuestra historia en que se nos recuerda la existencia de un puente de barcas en tiempo del Rey Santo conquistador. Desde entonces, la existencia de nuestro rio ha sido considerada como algo tan unido históricamente a Sevilla, que ello es… ¡la historia misma!, algo que nos pertenecía, algo que llevamos dentro de nuestra alma como testigo mudo de nuestras generaciones.
¡Con cuánto orgullo hemos admirado nuestro río y cuán hondo lo hemos sentido! Los cantares de Andalucía, que son el más elocuente lenguaje del alma, han vibrado acordes pregonando las glorias de Sevilla, de Triana y del río Guadalquivir.
Se olvida que una de sus más genuinas tradiciones es la Semana Santa. Esa madrugada del Viernes Santo que hace palpitar los corazones, cuando la Esperanza de Triana cruza el Puente de Isabel II, nimbada de luz y poesía, reflejando en las tranquilas aguas la belleza admirable de sus imagen. Mas luego , ese mismo viernes, en las primeras horas de su noche, cuando el Cristo de la Expiración, con sus brazos en cruz, abraza a Triana y Sevilla, retratándose en el cristal de las aguas que se deslizan a sus pies…! ¿Es posible dejar a Sevilla sin su fisonomía y que no surja un espíritu de rebeldía contra ese proyecto? Sería irreal una Sevilla sin barrio de Santa Cruz, sin Giralda y … sin Guadalquivir. Algo así como quitarles los canales a Venecia, el Támesis a Londres  o el Sena a París.
No es posible que los trianeros, ni yo, que los represento, estemos conforme con esta obra en marcha. Obra acordada, al parecer, hace muchos años y que se ha puesto en práctica ahora, sin contar para nada con todos los que amamos y sentimos estas cosas como muy nuestras.
Como sevillanos, no solamente nos oponemos, sino que salvamos la responsabilidad que de ello pueda derivarse en el futuro.
Sevilla, y Triana con ella, merece una explicación. Se ha pedido ya por otras plumas desde la Prensa diaria, pero nosotros insistimos en ello. Sevilla se merece que se le consulte o se le diga cuánto se hace o ha de hacerse con su rio, y mientras esto llega, que suponemos no ha de llegar, pedimos sean suspendidas las obras que se llevan cabo, bien entendido que todo lo que se ha hecho sobre el sufrido Betis hasta ahora, en la parte que tratamos de salvar, queda resumido  a unos miles de metros cúbicos de tierra sacada de un lado para volcarla en otro.
Que siga nuestro río su curso natural y que la Giralda, la Torre del Oro, La Maestranza y nuestra calle Betis sigan teniendo un espejo y no se rompa tan violentamente aquello que conocieron y cantaron nuestros antepasados. Pronto ha sido olvidada la magna concentración de la Escuadra española y sudamericana en estas aguas que en un cercano próximo serán cegadas, pues no han transcurrido dos años de su celebración cuando se quiere hacer desaparecer el trozo más cargado de historia de nuestro rio.”

Aurelio Murillo Casas.

Aparentemente esta batalla se perdió, aunque nunca se sabe qué hubiera pasado sin esta oposición feroz de D. Aurelio ya que incluso se llegaron a manejar proyectos de secar y hormigonar el lecho del río hasta más allá de la Torre del Oro, lo que hubiera resultado catastrófico.

Definitivamente será difícil encontrar algún delegado capaz de enfrentarse, en términos parecido,  a sus actuales dictadores. Por eso no merecen llamarse alcaldes de Triana ya que son meros comparsistas de sus partidos políticos.



José Luis Jiménez

miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL DEDO DE RODRIGO


Triana  Crónica


      Por Triana han circulado periódicos de reparto gratuito, sobre todo en los años en que se puso de moda la prensa de barrio, la noticia más cercana, la que más nos importa. Han sido varios entre los que hay que destacar aquel “Triana Universal” en el que no cabían más noticias que las que surgían del puente para acá, que ya era bastante. Esta orilla genera novedades a cada minuto por su historia, su geografía, sus devociones -no me refiero exclusivamente a las religiosas- y, especialmente, por su gente y su riqueza de identidad. Como digo han existido varios y de distintas empresas amparados por la imprescindible publicidad. Y cuando todos habían desaparecido, con más o menos luces en su estela, surgió “Triana Crónica” impulsado por una pareja de jóvenes periodistas, Ana y Daniel, que ha pasado por una primera época (¿podemos decirlo así?) en la que durante más de dos años nos ha informado de lo más relevante ocurrido en esta sociedad vibrante y arrabalera.


         “Triana Crónica” se presentaba con una portada atrayente por su originalidad, completado en una maquetación moderna e ingeniosa. Pero el número de septiembre no ha salido después del aviso de la dirección -en julio- de que se desvanecía su periodicidad mensual y que la aparición de cada número pasaría a ser bimestral, pero ya digo, no ha salido en el mes que correspondía y sonó la alarma. Hablamos del periódico que más claro, con mayor valentía, ha defendido la causa trianera cuando había que hacerlo y divulgado sus valores en todo momento; por ello, la importancia de su existencia, aparte la calidad del plantel de colaboradores del que hemos de excluirnos, claro.

         Así que hace más de dos años llegó al Bar El Ancla, de la antigua Cava de los civiles, una joven pareja en busca de gente dispuesta a escribir de su barrio y para su barrio. De aquel sábado de tertulia surgieron dos firmas ya maduras, la de Emilio Jiménez Díaz y la del que esto escribe, las cuales, con el polifacético Joaquín Arbide y el no menos polivalente Manolo Melado, han ocupado el decanato entre una nómina de periodistas de ilusiones intactas y de la misma generación de Ana y Daniel, lo que tuvo sus ventajas en las dos reuniones de Navidad, pues todo eran atenciones a los veteranos sentados como los brujos de la tribu en el mejor sitio de la mesa. De esta manera comenzó su andadura de papel este “Triana Crónica” de imposible protección oficial porque la libertad tiene un precio, a veces demasiado caro. No obstante, hay que decir que desde afuera hemos notado una corriente de simpatía y un cierto apoyo por parte de la Tenencia de Alcaldía.

         Y lo último es que, alarmados, avisamos de la posible desaparición del periódico en un atribulado twitter que, en seguida, ha contestado Ana Díaz aclarándonos de que se trata de un simple retraso y que en octubre tendremos de nuevo ante los ojos un “Triana Crónica” con el impulso renovado y, esperamos, con una cobertura económica de nuevos anunciantes, la gasolina indispensable para que tan apreciable vehículo público circule de buzón en buzón, de manos en manos, de boca en boca. La personalidad de este barrio, su indiscutible y particular identidad, no puede quedarse sin su voz, tan necesaria, la voz coral de una parte sustancial de esta ciudad  que, como decimos, genera tanto interés como lo que es, un lugar universal.

         Desde “Triana en la red” no podemos más que insuflarles ánimos a Ana y Daniel. Y aquí estamos.

Ángel Vela Nieto       

domingo, 22 de septiembre de 2013

EL CHUZO DE MARCHENA


EL PUENTE DE TRIANA Y SU ENTORNO


En anteriores entradas hemos venido denunciando el abandono y maltrato que está sufriendo el Puente de Triana desde la administración local. Lo último e incomprensible ha sido no incluirlo  entre los principales monumentos de la ciudad, ni tan siquiera mencionarlo como lugar de interés en los puntos informativos que han instalado en diversos puntos de la ciudad.  En 1974, cuando el puente estaba sentenciado a muerte y su derribo parecía inminente, aparecieron muchas voces a favor de la conservación del mismo. Una de las voces más cualificadas fue la del Colegio de Arquitectos que,  el 22 de septiembre de 1974, publicaron en diversos medios la carta-informe  de la que vamos a reproducir algunos párrafos:

“El Colegio oficial de Arquitectos de Andalucía Occidental y Badajoz, preocupado por las informaciones publicadas en la Prensa local en los días pasados acerca del incierto destino del Puente de Isabel II y los proyectos de construcción de un nuevo puente que lo sustituya, consciente de la gravedad que el tema tiene, y en su calidad de instituto responsable  del patrimonio de la ciudad, hace pública la siguiente nota:

Teniendo en cuenta que desde hace varios años se conocían  las condiciones del puente, así como la necesidad de adoptar soluciones para preservar la vida del mismo, a la vez que cubrir las exigencias funcionales que la vida de la ciudad demanda, consideramos muy negativa la actuación de los organismos oficiales, Ministerio de Obras Públicas y Ayuntamiento de Sevilla, que ante una difícil situación, de la cual son responsables, adoptan la solución más primaria y mas destructiva: el derribo del puente de Isabel II.

El Puente de Triana constituye uno de los casos  más claro de elemento urbano singular,  cuyas características principales son:

          Es una obra  de ingeniería civil de alta cualificación, tanto por la racionalidad  de su trazado   y su bello diseño, como por el empleo de técnicas que innovaron los procedimientos  constructivos al uso.

        Constituye uno de los pocos ejemplos europeos del diseño y la tecnología del siglo XIX  y testimonia las realizaciones del momento en nuestra ciudad , dentro de las tendencias más progresivas de la arquitectura y la ingeniería.   

       Forma parte de uno de los más cualificados paisajes urbanos de Sevilla: el formado por las márgenes del río, el Paseo de Colón, con la Torre del Oro y la Maestranza, la calle Betis, el Altozano, La Capilla del Carmen y la Asociación Sevillana de Caridad, obras ambas de Aníbal González ; los Almacenes Reales de Madera y el Mercado del Barranco, actualmente en restauración.

Dentro de este conjunto arquitectónico, el puente de Isabel II constituye el nexo fundamental  y la pieza indiscutible del mismo, cuya desaparición supondría destruir arquitectónicamente un importante fragmente de la ciudad.

Por otra parte, no puede descartarse la existencia de soluciones técnicas al problema de la solidez del puente, que resolverían la situación en menor tiempo que uno nuevo, cuya construcción dejaría por más de un año totalmente interrumpido el paso.

Finalmente, existen dos aspectos dignos de tener en cuenta. El primero el colapso circulatorio provocado en Triana al no modificar provisionalmente el tráfico del sector, desde que se clausuró el puente, y que está llevando al barrio al límite de su capacidad económica. Y el segundo, la muestra de incoherencia en la planificación que supone la redacción de un proyecto de embellecimiento de las márgenes del río, junto con la destrucción del puente, sin duda uno de los elementos de mayor interés estético situados en el Guadalquivir”

La carta termina entre otras cosas con la petición de la paralización del  trámite de derribo que felizmente llegó a conseguirse, gracias entre otros a este colectivo que firmó la citada petición.


Mercado del Barranco. Próximamente se transformará en un centro especializado en bares.

Pues a la vista de la escasa importancia turística que  le dan en  la actualidad al Puente de Triana, y dado que no hemos escuchado ni una sola voz en contra desde el Distrito de Triana, nos tememos lo peor y no resultaría nada extraño que, tras la próxima reconversión del edificio del Barranco en un nuevo mercado de bares, prolonguen los veladores desde la calle San Jacinto al citado mercado pasando por el Puente.  Hace tiempo que el entorno del puente es un punto de interés para los establecimientos de hostelería, sin embargo los responsables de turismos de nuestro ayuntamiento no lo han considerado ni tan siquiera como un elemento de interés. Para ellos un chuzazo.


Los veladores acosan al Puente de Triana. Ya veremos qué pasará cuando abran el "barodromo" del Barranco

 José Luis Jiménez


jueves, 19 de septiembre de 2013

EL DEDO DE RODRIGO

Casa Diego en Calle Alfarería. Fotografía del blog Sevilla Ciudad

De bares y tabernas


         Los barrios populares sin bares y tabernas no son nada. En las zonas distinguidas los bares están dentro de las casas, con barrita y todo, pero no hay color. Porque nada como sentarse en un taburete común y anclarse bien pegado a la barra y, a ser posible, en el extremo donde mejor se vea y menos te vean. Y si algo te preocupa tienes a mano, y gratis, al único psicólogo capaz de entenderte y hacerte olvidar las penas; si, ese amigo que habitualmente te llena el vaso sin necesidad de que tu se lo pidas será tu psicólogo de guardia.

         Y de los barrios populares, Triana. Decía Galerín, aquel reportero genial de El Liberal, que Triana tenía plaza de abastos, cuartel de la guardia civil y cinco o seis tabernas... en cada calle. Algunas veces hemos comentado el origen del gusto por la calle del trianero; la culpa, el río. Raro el año que no se salía de madre y llegaba con su húmeda y desabrida incursión hasta el último rincón de la sala y alcoba llevándose los pocos mueblecillos de la casa, así que apenas había una silla donde sentarse, y si la había qué se hacía sentado entre cuatro paredes con una mujer tenazmente empeñada en que su modesta vivienda aparezca radiante. Si te quedabas para hacerle compañía -los niños siempre jugando en la calle- te echaba a escobazos. Así que del tajo a la calle, y en la calle, la taberna.

         En otros tiempos a las esquinas más populares del barrio se les denominaba con el nombre de la taberna o bar que la ocupaba: la Esquina Cuesta, la de Maldonado, la de Berrinche, la de Carlos, la del Centro Castilla, la del Chachi... “coja usted la esquina Berrinche y cuando llegue a la esquina Maldonado tire...”. De oca en oca, y así se llegaba a la Roma que fuera si el orientado no hacía parada en cada esquina. En nuestro libro “Triana, la otra orilla del flamenco” le dedicamos el espacio que merecen estos lugares parroquianos donde el pueblo se encontraba a si mismo, se hacían amigos y algunos de ellos alcanzaban el grado de compadres que era el máximo galón en este ejército de gozosa paz. En la taberna si se gritaba era para exclamar ¡ole!

         Cada bar o taberna en estado puro era en Triana una escuela de baile y un desahogo hecho cante; las dos Cavas y la calle Castilla, principalmente, eran regueros de ecos que se entrelazaban en un cante sin fin que empezaba en la tarde del sábado y acababa en la del domingo. En la Cava de los gitanos se bailaba más que se cantaba; en la de los civiles y por Castilla era al revés, pero la fiesta, la misma: hombres con el sudor seco del trabajo duro del tejar o la fábrica, necesitados de sacudirse su suerte en unas horas terapéuticas de olvido de todo lo ingrato. Hasta que llegaba el más pequeño de la familia, enviado por la jefa, y te tiraba de la chaqueta con el definitivo argumento de que la comida se enfriaba y que ya era hora de tirá pa el cuarté. 

         ¿Nombres distinguidos de bares y tabernas? Incontables. La tipología bien cubierta en su escala de rango y condición, desde la vulgar tasca vinatera al Altozano Bar, así en plan americano, donde se podía tomar el mejor café y saborear refrescos exóticos. Un día algunos esaboríos colgaron un cartel que decía: “Se prohíbe el cante” y, claro, hacerle eso a los trianeros era pecado mortal  y sentencia de muerte.

         Con el tiempo, algo ha cambiado el ritual; ahora se canta poco, muy poco; signo de modernidad. Ya no cantan ni la radio ni la tele; ahora se habla, se discute de fútbol o de política, pero ahí andamos en la anhelada paz del bar, acodado en la esquina estratégica contándole al amigo que nos sirve nuestras cuitas mientras por la calle -la misma donde naciste- circula gente desconocida; pues que circulen, que a nosotros nos basta con los que, cada día, nos juntamos en nuestro bar siguiendo el consejo de la sangre. Y hasta el más parao, posee un bar, su bar, lleno de amigos y algún compadre. ¡Ah, el bar..., que gran invento!

         Otro día hablaremos de los veladores.


Ángel Vela Nieto.

lunes, 16 de septiembre de 2013

EL FAROL DE MARCHENA


EL PUENTE DE TRIANA: UN SÍMBOLO DE LA SUPERVIVENCIA


Tuvieron que pasar casi 700 años para que Triana quedara comunicada de una manera adecuada mediante un puente  sólido acorde a los requerimientos del arrabal.  Aunque los primeros planteamientos de un nuevo puente quedan constatados desde al menos la primera mitad del siglo XVII con el proyecto  de un puente de piedra realizado por Andrés de Oviedo- ver entrada de este blog de fecha 7 de abril de 2011-, no es hasta 1852 cuando se inaugura el Puente de Triana, o sea, que estuvieron mareando la perdiz dos siglos y medio.  La historia de su  construcción y copia fiel a la del puente parisino de Carrusel ya la hemos detallado en este blog.


La barandilla actual data de 1918 y las farolas de 1972.

Nuestro puente, testigo mudo de accidentes, levantamientos militares, asesinatos, tardes de gloria taurina e infinidad de festejos, ha sabido sobreponerse a sus 161 años de antigüedad soportando las embestidas del río, las cargas de vehículos pesados durante sus 100 primeros años de vida -cuando era la salida obligada de Sevilla hacia Huelva y el Aljarafe-, el paso de los primeros tranvías de  tracción animal donde el percherón  Pujavante,  a las órdenes de Barriga, era el único que conseguía subir al “riper” por la rampa del Altozano.

Fotografía aparecida en Mundo Gráfico el 12 de Abril de 1916. Se aprecian la barandilla original y los bancos.

Sin embargo su estado de salud ha pasado por momentos delicados:  ya en 1874 tuvo que efectuarse una primera reparación estructural importante en su estribo derecho y en ambas pilas. En 1881 se refuerza y repara su estribo izquierdo. Sin embargo la enfermedad seguía estando latente porque en 1890 se informa públicamente del mal estado de los andenes y en 1900 se comunica, desde la Jefatura de Obras Públicas, de la necesidad de remodelar el puente para adaptarlo a las necesidades de la pujante industria trianera y al establecimiento del nuevo tranvía eléctrico. Ya empieza a barajarse la posibilidad de demolerlo.  Afortunadamente se optó por una remodelación importante  que terminó con el ensanche del tablero  a la vez que se rebajaron las rampas y se sustituyeron las barandillas originales por las que existen actualmente. Consecuencia de esta intervención fueron también la pérdida de los bancos y de los soportes de piedra de las primeras lámparas de arco eléctrico. Estamos en el año 1918 y ya pocas intervenciones dignas  de mención se realizan hasta la  gran reforma de 1976, pese a que una enfermedad de base siempre ha estado pesando sobre nuestro puente. En Octubre de 1957 un informe técnico concluye con la prohibición del paso de autobuses y vehículos de carga que sin embargo no se comunica públicamente hasta 17 de octubre de 1958. En el mismo informe se relata “ la imposibilidad técnica de reformar la capacidad de carga del puente actual, dado el sistema de construcción”. En definitiva que el puente queda sentenciado a muerte.





Pese a permanecer durante cerca de 20 años en el corredor de la muerte, los trianeros no permitirán que se derribe este símbolo del arrabal que ya llevaba conviviendo entre ellos más de 100 años. En 1974, encontrándose abarrotado de gente al paso de la Esperanza, el puente se estremeció y la condena a muerte parecía próxima a ejecutarse. Se prohibió  el paso de todo tipo de vehículos y los reiterados informes del Ingeniero de Caminos Carlos Fernández Casado dejaban poca esperanza. Pero la sociedad sevillana se movilizó y fue decisiva la intervención del Colegio de Arquitectos que lanzó un comunicado - que  reproduciremos en una nueva entrada de este blog- donde  no descartan la existencia de otras soluciones técnicas que permitan su refuerzo sin tener que derribarlo.  Fue el ingeniero Juan Batanero el que ideó y proyectó el refuerzo que finalmente se llevó a cabo bajo la dirección del ingeniero Manuel Rios Pérez.  Con fecha 13 de abril de 1976 se declaró monumento nacional y el 13 de junio de 1977 se reinauguró  tal y como lo podemos contemplar en la actualidad.



Pero las penurias de nuestro Puente no terminan con este perdón  “in extremis”. Los últimos años ha tenido que seguir soportando el abandono de los gobernantes municipales y la permisividad con las nuevas modas de colocar candados, en una entrada de este blog de fecha 9 de febrero de este año ya denunciábamos el mencionado estado.  Esta vez el corte de tráfico no ha sido necesario realizarlo mediante informes técnicos de ruina;  la irracional peatonalización de la calle San Jacinto y la proliferación de carriles bicis por doquier han imposibilitado el tráfico. Lo último, también documentado y denunciado en este blog, ha sido la no inclusión del Puente de Triana entre los monumentos más destacados de Sevilla. ¿Para cuándo una “plataforma salvadora”?

José Luis Jiménez


viernes, 13 de septiembre de 2013

EL CHUZO DE MARCHENA


ZAS (ZOIDO ALCALDE SEVILLANO)


En una entrada del mes de abril de este año, justamente cuando entró en vigor la nueva ordenanza de veladores,  relatábamos la problemática de la calle San Jacinto, extensiva a otras calles de Triana como Betis o incluso Callao. Ya explicamos brevemente que en los nuevos establecimientos que se quieran implantar en las zonas acústicamente saturadas -ZAS-  tienen que cumplir una serie de requisitos que marca la ley, término que subrayamos porque constituye la base de nuestro estado de derecho y bajo ningún concepto debemos obviar.

Si una zona se ha declarado acústicamente saturada ha sido debido a la existencia de actividades que, aunque individualmente están dentro de los parámetros acústicos que marca la ley, en su conjunto rebasan los límites de calidad acústica legal. El objetivo final, y por eso se declara la ZAS, es establecer acciones temporales adecuadas para que la zona en cuestión restablezca las condiciones ambientales legales. En definitiva que en estas zonas los ayuntamientos, realizando una función elemental y básica que es la de velar por la salud de sus ciudadanos, deben  de reducir progresivamente  los niveles sonoros exteriores hasta conseguir los límites establecidos por la normativa en vigor.

Y como el ayuntamiento dispone de recursos más que suficientes para ello – recordamos la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente, entre otros- rápidamente establece medidas encaminadas a establecer el citado objetivo   y para que sirvan de aclaración a los ciudadanos afectados por la contaminación acústica vamos a comentar las más importantes:
a) La primera es  la de suspender la autorización de nuevos establecimientos de hostelería o similares ( bares, cafeterías, cervecerías, etc).
b) Se excluyen de la prohibición los restaurantes que cumplan  las siguientes condiciones que relatamos de manera resumida:
- No pueden disponer de una barra de atención a los clientes de longitud mayor a 1,5 m.
-Dicha barra no puede estar en conexión directa con la entrada al local. Caso que lo estuviera deberá de disponer de un vestíbulo previo.
-No podrán disponer de repisas ni mesas altas para el consumo de los clientes.
-Deberán disponer de cocina en recinto exclusivo y con extracción de humos adecuada.
c) Los establecimientos establecidos en las ZAS que dispongan de  terraza de veladores deben de cerrarla antes de las 23:00 horas, pudiéndose retrasar 1 hora más en Semana Santa, Feria, festivos y vísperas de festivos.

Si paseamos por cualquier ZAS de Triana – Castilla, Pureza, San Jorge, Callao, San Jacinto desde el Altozano hasta Rodrigo de Triana ó Pagés del Corro desde  la calle Victoria hasta Plaza de Cuba entre otras- podrán observar la reciente proliferación de establecimientos de hostelería, terraza de veladores incluida, que incumplen las condiciones para que puedan ser autorizados. Alarmante y de juzgado de guardia el caso de la calle San Jacinto donde los establecimientos de hostelería están desplazando al resto de las actividades y prácticamente todos los meses nos encontramos con nuevas aperturas.  Pero nadie podrá explicar cómo en un estado de derecho puede ocurrir esta situación, máxime cuando la responsabilidad de velar por el cumplimiento de la legalidad recae en el propio ayuntamiento que hace oídos sordos y vista gorda a la situación ilegal de multitud de establecimientos que con su apertura, lejos de contribuir al desarrollo económico de la ciudad, atentan contra el medio ambiente además de  ejercer una injusta competencia desleal contra otros establecimientos ya consolidados en la zona. Basta con echar una ojeada a los informes del Defensor del Pueblo para comprender   la situación.

Sr. Alcalde, explíquenos por qué si aparcamos el coche en una zona prohibida rápidamente hay un guardia multando  -suerte si no se lo lleva la grúa- y cuando abren un establecimiento sin legalizar no lo cierran inmediatamente. Además me resulta sorprendente con la poca diligencia que actúan en la Gerencia de Urbanismo, Medio Ambiente y otros entes municipales ante las denuncias de los vecinos afectados a quienes, en la mayoría de los casos, terminan toreando y cansando reiteradamente. Cuando pueda, a ser posible ante de las próximas elecciones, se da un paseo por Triana y podrá ver con sus propios ojos la cantidad de nuevos bares que han abierto en ZAS, observará cualquier día  -hoy mismo- que siendo más de las 12 de la noche en calles como San Jacinto las terrazas de veladores siguen abiertas, que hay infinidad de mesas altas en los supuestos nuevos restaurantes que ocupan las entradas a las viviendas y los bancos públicos. En definitiva, se dará cuenta que está convirtiendo a  Triana en una gran barra de bar ilegal.

Definitivamente pienso que en Triana ZAS el único significado que tiene es: “ZOIDO ALCALDE SEVILLANO”


José Luis Jiménez

martes, 10 de septiembre de 2013

EL DEDO DE RODRIGO


Carta a Susana


          No sé cómo saludarte, porque paisana y Susana riman y no queda bien; encabezaré la carta con la palabra amiga que siempre suena como debe, así que…

   Amiga Susana: Rematan las crónicas de tu día grande resaltando que, al menos, Triana ya estaba conquistada. Los periódicos hacen alusión a tus familiares, amigos y vecinos que se hicieron notar durante el pomposo acto político de tus mil sonrisas y primeras palabras de jefa.

     De memoria traigo a esta carta el nombre de Antonio María Fabié y Escudero como el más alto político trianero de la historia; mandó en los dineros de la Nación como Gobernador del Banco de España y ocupó más de un Ministerio. Fabié era hijo de un boticario de la calle San Jacinto, en ese tramo hoy conquistado por los veladores para visitantes y en su tiempo porticado como la calle Real de un viejo pueblo castellano. Claro que el padre fue toda una personalidad en la ciudad y un trianero inolvidable, y algo llevaría ganado Antonio María cuando decidió marcharse lejos de su tutela y de su barrio en busca de la gloria.

            Y la memoria me lleva ahora a la figura del único alcalde de la ciudad nacido en esta orilla, en la calle Pureza, don José Hernández Díaz, una autoridad en la Historia del Arte seducido por la política (sin partidos) allá por los años sesenta, cuya gestión estuvo bien sombreada por sus desastrosas decisiones urbanísticas, absolutamente incomprensibles y dañinas. No recuerdo ahora que otros paisanos nuestros se auparan a cargos de alto rango en esta espinosa materia pública. Y, ya ves, Susana (creo que debo hablarte en el tono de siempre), ahora nos encontramos, de sopetón, conque una trianera asciende al sillón de mayor altura en esta gran tierra nuestra que se llama Andalucía.

            A Fabié, contrariamente a su padre, para nada se le notó que Triana fuera su lugar de nacencia; se fue y adiós muy buenas. Y todavía la familia se enojó cuando vio la calle que se le había dedicado tras su fallecimiento, porque la creían impropia de su categoría. De don José nada hay que le recuerde del puente para acá… Por tanto, Susana, comprenderás que tu nombramiento no nos haya causado, en principio, ningún sentimiento especial; estamos escaldados. Sin embargo, me acuerdo de tu abuelo, Campos; aquel buen hombre que se llevaba tan bien con nosotros, los jovenzuelos que nos jugábamos con él los botellines con tapa en el salón de los Antiguos Alumnos de los Salesianos. Fíjate, a tu padre, que es de mi generación, lo recuerdo más distante en aquellos mediodías luminosos con Manolo El Quemao soportando, como un santo, nuestra natural algarabía. Campo, tu abuelo, siempre sonriente, era uno más. Lo saludé por última vez en La Campana poco antes de su muerte que sentí de veras.

            Cuando te nombraron delegada de nuestro distrito nos ilusionamos porque, aunque no eras la primera mujer que ocupaba el cargo, habías nacido en el barrio; algo que siempre echamos de menos. Por esa doble condición nos dispusimos a ayudarte y, supongo que recordarás, nos citamos en el bar de la esquina de Rodrigo de Triana para hacerte entrega de las publicaciones necesarias para que supieras lo que defendías al levantar tu mano en un pleno municipal: mi libro “Triana en tres tiempos”, varias guías y referencias de Justino Matute y otros grandes historiadores de Sevilla. Pero, ay amiga, poco tiempo tuviste para que esa lectura te sirviera y nos sirviera a los trianeros. Tu paso fue como el de una estrella fugaz. A los pocos meses, salto a la Casa Grande y triple salto a Madrid, nada menos que al Congreso. Bastante tiempo después me devolviste aquel material inservible.

            Con el tiempo hemos visto como ibas avanzando en la carrera política, pero, francamente, nunca pensamos que llegarías a ocupar el cargo de Presidenta de la Junta de Andalucía. Así que, de súbito, tenemos una figura en femenino como Fabié y de mayores galones que Hernández Díaz y ¿cómo quedamos?, pues seguramente como quedarían los vecinos del padre del ilustre político cuando su inteligente hijo alcanzó un Ministerio: con los hombros levantados, cruzados de brazos y una muesca en los labios que venían a decir algo así como “bueno ¿y qué?”.

            Sólo por el nombramiento has hecho historia en Andalucía y en Sevilla; ahora, y no por el hecho de la jura del cargo, esperamos que la hagas en tu barrio, ese que dicen, inciertamente, que has conquistado.

            En recuerdo de tu abuelo, todo mi afecto.

Ángel Vela Nieto
           

  

domingo, 8 de septiembre de 2013

EL FAROL DE MARCHENA

Susana  Díaz en la calle Betis. Fotografía tomada de "El Pais Digital"

UNA TRIANERA GOBIERNA EN EL PALACIO DE  SAN TELMO


Debería estar  dentro de la normalidad que la mayoría de los trianeros, independientemente  de  nuestras convicciones  políticas, estemos orgullosos que la actual presidenta de la Junta de Andalucía sea una hija de Triana, a la vez que esperamos que para el próximo año reciba alguno de los títulos honoríficos que se conceden a los trianeros más ilustres; aunque desconozco los criterios que la comisión encargada maneja para tal designación, no debería ser un disparate el reconocimiento de la que, sin lugar a dudas, pasará a ser una de las trianeras más insignes.

Aunque para la mayoría de los andaluces Susana Diaz Pacheco pueda ser una desconocida, para  los vecinos de este arrabal es una vieja conocida, no en vano durante el año 2003 y parte del 2004 fue la teniente alcalde delegada del distrito, que  por aquel entonces era el de Triana- Los Remedios y en Sevilla existían seis distritos que en pocos años se duplicaron  durante el mandato de Monteseirín; estructura que se mantiene con la aquiescencia del actual gobierno municipal. Poca valoración podemos realizar de aquella  etapa de delegada de Triana en la que nuestra presidenta tenía 29 años y se presentaba como estudiante de derecho. Poca herencia dejó en su  breve paso por el Distrito que abandonó rápidamente  para marcharse a Madrid, pese a sus continuas declaraciones del amor que sentía por el arrabal.

Pues diez años después, y pese al escaso bagaje y nula experiencia acumulada, nuestra paisana se ha convertido en la primera mujer que preside la más alta institución andaluza y lo primero que propone es un pacto nacional para la regeneración política, asunto que no deja de ser una paradoja si analizamos los motivos por los que Griñán ha dimitido que en definitiva son los que han permitido su ascenso. No en vano nadie duda que lo de Griñán más que una dimisión parece una huida ante el cerco de la justicia por el lamentable caso de los ERE, donde altos cargos de la Junta de Andalucía con la ayuda necesaria de sindicalistas han esquilmado más de 1000 millones de euros de todos los andaluces y que en un principio estaban destinados para los parados. Tal vez nos hubiera gustado más a los andaluces escuchar a la presidenta  decir que se iba a dejar la piel hasta que apareciera el último euro robado por sus antiguos compañeros de partido porque lo de no permitir  la corrupción ya se le presupone entre sus funciones habituales.

La segunda gran paradoja se ha producido en su primer acto oficial como presidenta al dedicárselo a Blas Infante ante cuyo busto situado en la sede del Parlamento Andaluz ha depositado una ofrenda floral, llegando incluso a solicitar la presencia de  Maria Ángeles Infante, presidenta de la Fundación Blas Infante a quien la Junta de Andalucía le ha dejado de pagar las subvenciones para que siga funcionando.  Tal vez de los pocos objetivos que el PSOE andaluz no ha conseguido todavía, aunque está a punto de conseguirlo, es el de volver a asesinar al  padre de la patria andaluza. Sra. Presidenta, Blas Infante no necesita flores lo que necesita es que su extensa obra se ponga en conocimiento de todos los andaluces, empezando por las escuelas. Nada mejor que su Fundación siga viva como garante de sus ideas y manifiestos porque, a pesar que han pasado cien años, la mayoría siguen de tremenda actualidad, como por ejemplo esta parte del Manifiesto de la Nacionalidad donde refleja la situación de los gobernantes de aquella época que nos recuerda a la actualidad:

"Declaremos a los representantes del régimen actual y sus procedimientos, incompatibles en absoluto, por su inconsciencia e inaguantable contumacia con las aspiraciones generosas de renovación. Una barrera impenetrable de intereses políticos o partidistas y plutocráticos, consustancial de la conservación de dinastías arcaicas y de oligarquías inmundas, impide el advenimiento de las nuevas condiciones, contradictorias de absurdos privilegios".

No podemos más que desear mucha suerte a nuestra  paisana ante el gran reto que tiene por delante, para ello le dejamos el farol de Marchena deseando que le alumbre en su camino a la vez que le recordamos otro pensamiento de Blas Infante recogido en su “Ideal Andaluz”:

“Andalucía necesita de su juventud, pero de la juventud honrada, de la juventud trabajadora, de la que pone sus ideales fuera del camino trillado por la vulgaridad”.

Que tome nota la presidenta porque llevamos muchos años  donde nos están gobernando  jóvenes, y no tan jóvenes, corrompidos e indeseables, poco trabajadores y  excesivamente vulgares. Lamentablemente el mangazo fácil  ha sido el ideal de la mayoría de los políticos de este país. El resultado lo estamos sufriendo.

José Luis Jiménez


viernes, 6 de septiembre de 2013

EL DEDO DE RODRIGO

   

 El cantarero de Lebrija


            Llegó a Triana al grito del trabajo. Acababa de cumplir el Servicio Militar en Caballería, en Madrid, y estaba decidido a abrir sus horizontes. A pesar de su juventud era maestro cantarero, oficio del barro muy de su pueblo, Lebrija, y no se lo pensó. Sevilla latía frenética ante la pronta inauguración de una exposición internacional y trataba de presentarse como se le exigía. Las innumerables obras dentro y fuera del que sería recinto ferial de la Exposición Iberoamericana, demandaban que los tornos de los alfares y los hornos de ladrillos de los tejares funcionaran a toda presión. Y Triana era toda barro y humo. En el pueblo le aseguraron que no le faltaría el trabajo en el arrabal sevillano. Y a Triana llegó con todas las dudas, los miedos y la ignorancia del sitio y de su gente.

          Se bajó en la estación de Cádiz y, andando y cargado con su maleta, fue, de pregunta a pregunta, directo a la calle Alfarería hospedándose en una fonda en la misma calle, frente al almacén de loza y cristal que, al poco, se convertiría en casa de vecinos, la llamada Casa Grande. Dejó la maleta encima de la cama y bajó para aprovechar la hora del almuerzo. En la primera reunión en el comedor, al lado del propietario que lo acogía, ya tenía asignada su rueda como si también la Providencia se hubiera sentado con él. El que llegaría a ser tan amigo que hasta lo bautiza de nuevo llamándolo Juan en vez de Ángel, como era su nombre, era familia de los Galochas, importantes y antiguos industriales tejareros. Era sábado y quedaron en la mañana del lunes para la entrevista.

            El nuevo alfarero de Triana había dejado a su novia en el pueblo y, después de la larga ausencia vestido de militar, no estaba dispuesto a estar mucho tiempo lejos de la que quería para madre de sus hijos, por tanto volvería al pueblo para casarse en cuanto pudiera. Tenía día y medio por delante así que, con toda la tranquilidad del mundo, se dispuso a empezar a conocer el barrio que lo acogía. La tarde lo saludaba plena de luz primaveral y, ya familiarizado con su cuarto en aquella casa honda y antigua, hundida varios escalones bajo el nivel de la calle, salió a la principal de Manuel Carriedo camino de la plaza mayor de Triana que era la del Altozano. Aún quedaba parte de la vía porticada en la que se intercalaban hermosos edificios de novísima construcción y donde mandaba el tranvía en su sonoro y portentoso discurrir. La gente, de aquí para allá, andaba confiada a pesar de que, a veces, el tráfico de toda clase de vehículos se colapsaba buscando cada uno su camino. Tendría que ir haciéndose a ese trajín lejos de la paz ambiental de su pueblo, aunque tenía bien asumida su experiencia madrileña.

          Su mirada, queriendo abarca el ancho paisaje, fue recorriéndolo como si quisiera grabarlo en la memoria. Estaba ante un Altozano renovado que también estrenaba nuevas casas y hasta una Capilla de airosa arquitectura frente a la que llamaban “Estación de los vapores” en cuya fachada lucía un reloj público de doble esfera. Era la Triana que dejaba de ser pueblo para insertarse en el mapa de la ciudad.

         Avanzó por un tramo del puente y, apoyándose en la baranda, se recreó en la vida del río; sí, el Guadalquivir a la altura de Triana tenía vida propia que a veces se hacía espectáculo al que no le faltaban espectadores. Tomaba posesión de su nueva patria mientras repetía mentalmente un nombre: Juan. Su posadero, quizás por comodidad fonética o, simplemente, por caprichosa licencia con un joven recién llegado, lo había rebautizado. Era la prueba irrefutable de que empezaba una nueva vida.

Ángel Vela Nieto      

               

martes, 3 de septiembre de 2013

EL CHUZO DE MARCHENA


EL PRIMER CHUZAZO PARA CURRO PEREZ

En una entrada reciente relatamos la historia de la Capillita del Carmen y describimos la veleta donde  está posado permanentemente nuestro sereno más fiel portando chuzo y farol. La historia  parte de la época del reinado de Alfonso XII cuando existía en Triana un sereno llamado Marchena que a la misma vez ejercía como ordenanzas de Joaquín Garcia Balao. Una noche oscura se había descarriado un toro de un rebaño de los que habitualmente pasaba por Triana. El sereno Marchena, fiel cumplidor de su deber, fue avisando a todos los transeúntes del peligro potencial que corrían ante la posibilidad de encontrarse con el animal. Era tal su celo profesional que al percatarse de una sombra, producida por un bulto que se movía por la calle Castilla, llegó a advertir al propio astado, recibiendo una tremenda embestida. Ya en la enfermería, el bueno de Marchena relató a su jefe que el animal lo levantó por encima de los tejados e incluso llegó a ver los palos de  los barcos. D. Joaquín, en vista de que el percance no fue grave, le dijo que a partir de ahora le llamaría “Veleta”, encargando a la cercana  fundición Portilla & White una veleta con  forma de la silueta de nuestro sereno, portando un chuzo y un farol , que finalmente se colocó en la torre de la antigua Capilla del Carmen y que se reinstaló en la nueva capilla por un artículo  del periodista José López de San Miguel, publicado en “El Liberal”, y que promovía dicha instalación. El chuzo era el elemento defensivo que portaba el sereno para defenderse de los muchos desaprensivos que pudiera encontrar por las noches y sobre él solía colocar un farol que le facilitaba el tránsito en la oscuridad.

Explicada la entrañable historia de Marchena, a partir de ahora encabezaré mis artículos en este blog con el los títulos de “El Chuzo de Marchena” o “El Farol de Marchena”, dependiendo de que se trate de un crítica o de un relato informativo.

El primer chuzo se lo dedicamos al actual delegado de Triana. La falta de ideas e imaginación lo han convertido en un mero responsable de mantenimiento del arrabal; gran experto en poda de árboles, arreglos de baches y aficionado a supervisar las obras que son responsabilidad de  otros departamentos municipales.  Tras un largo periodo de gobierno municipal no ha liderado ningún proyecto nuevo, ni tan siquiera ha sido capaz de defender ante la opinión pública algunos proyecto  que él mismo llegó a presentar pero que, ante las primeras críticas, desistió de la idea, pese a tener realizada parte de la inversión; claro que nos estamos refiriendo a la famosa instalación del mural cerámico del murallón de la calle Betis. Emplear  una institución de este calibre  para gestionar un presupuesto que genera más gastos  que la propia inversión es una auténtica barbaridad, con mayor motivo cuando sólo el presupuesto para los talleres socioculturales suponen más del 50% del presupuesto general. 

Aunque el delegado mantenga en su discurso que él no tiene competencias sobre el Museo de la Cerámica o sobre los asuntos relacionados con el turismo en Triana, al menos, como máximo responsable político del arrabal, debería estar metiendo presión a quién corresponda para que el Museo sea una realidad e inaugure de  una vez por todas. Así mismo no entendemos cómo nadie del numeroso grupo de personas que trabajan en el Distrito  es capaz de revisar algo tan simple como el mapa informativo que recientemente han instalado en El Altozano y que supone el mayor de los desprecios hacia nuestro Barrio. Recordemos que los brillantes responsable de turismo  han decidido que ni el Puente de Triana ni la Capillita del Carmen sean monumentos importantes de esta ciudad, incluso han permitido que su nombre quede oculto con la señal de “usted está aquí”. Pero puestos a cometer barbaridades llegan a situar en el plano al todavía no inaugurado Centro  Cerámico de Triana en la Calle San Jacinto esquina con Alfarería. Además podrán observar como hay errores en los rótulos de algunas calles como Torrijos y Juan de Lugo.  ¿Para qué queremos un distrito inútil con el gasto que ello supone?  ¿No son suficientes los ojos de un delegado, un director y un subdirector para corregir tantos despropósitos en un plano que demuestra la poca importancia que los responsables de turismo le está dando a Triana?

Siguiendo con las innovaciones en materia turística podrán advertir que han creado una serie de rutas con el sentido de mostrar a los visitantes diversos lugares de la ciudad. Adelantamos que ninguna de ellas llega a Triana, incluso una que han denominado “Ruta Mito de Carmen”   con una extensión de más de 3 km llega hasta la Puerta de la Carne pero que no cruza el Puente. La Carmen en cuestión es la mítica  cigarrera de Triana que en la actualidad sigue a la espera que una falúa la cruce de orilla. Ya me dirán que podemos esperar de estos  gestores del turismo que son capaces de llevar a Carmen hasta la Puerta de la Carne sin tan siquiera asomarla  por Triana. Mientras, el delegado y su séquito hacen mutis por el foro y se dedican a seguir asfaltando calles.

Queda claro que el único plan turístico que tienen previsto para Triana es la de seguir abriendo bares; preferentemente en las zonas acústicamente saturadas. Estén atentos a la nueva inauguración de una cervecería en el tramo peatonal de la calle San Jacinto más cercana al olvidado Puente.

En una próxima entrada vamos a explicarles un poco la historia del Puente de Triana, puente que siguen empeñados en seguir llamándolo  de Isabel II, pese a que con este nombre es un auténtico desconocido. Este monumento, tal vez el mejor referente de Triana, constituye todo un símbolo de la ciudad que sin embargo ha sido despreciado por los responsables municipales con la aquiescencia del Sr. Delegado de Triana a quién con todo merecimiento le damos el primer chuzazo.

Postal antigua del puente con la denominación de "Puente de  Triana".

José Luis Jiménez
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