jueves, 31 de marzo de 2011

CON PALABRA PRESTADA: LA ORDEN DE LAS MONJAS MÍNIMAS EN TRIANA


Esta orden se fundó en la villa de Fuente de León (Badajoz) el año 1545, por un clérigo llamado Juan Rodríguez, quien donó unas casas y corrales de su propiedad para la instauración de la clausura.

Consta documentalmente que, en 1564, las monjas solicitan permiso para trasladar su convento a Triana ante las dificultades que le plantea continuar en Fuente de León por el estado ruinoso de sus dependencias, y apoyándose en el de no existir en dicho barrio ningún convento de monjas. Una vez obtenida la correspondiente licencia, se efectúa el traslado al nuevo emplazamiento que se lleva a cabo en 1566. El nuevo convento es puesto bajo la advocación de "Nuestra Señora de Consolación" y se sitúa en la calle de La Cava (actual Pagés del Corro). 

En Triana permanecen por espacio de 30 años, hasta que el Guadalquivir inundó el convento en el año 1595 dejándolo inhabitable, lo que obliga a la Orden a trasladarse  a un nuevo convento situado en la calle Sierpes. 
Pero Triana no se resignaba a quedarse sin sus monjas, y dirigió  un escrito al General de la Orden para pedirle el regreso de las monjas a su antiguo convento, ofreciendo costear la reparación del mismo y que sus hijas profesasen en dicho convento. Obtenida la licencia del arzobispo de Sevilla, Fernando Niño de Guevara, doce monjas del convento de la calle Sierpes vuelven al convento de Triana, ahora bajo la advocación de Nuestra Señora de la Salud, lo que sucedió el 26 de Abril de 1602.

El terremoto de 1755 causó importantes daños al convento, que a punto estuvo de costarle la ruina total. Las obras de restauración se concluyeron en   1760 y fueron costeadas por el canónigo Miguel de Cossio ante la escasez de recursos que padecian las monjas. El decreto de desamortización de Mendizábal del año 1836 les obligó a cerrar de nuevo y trasladarse otra vez al convento de la calle Sierpes, traslado que se efectuó el 7 de Mayo de 1837, siendo la superiora sor Francisca Javiera de la Purificación. 

El convento de la calle Sierpes acogió a sus hermanas de Triana, y allí vivieron todas las mínimas de Sevilla hasta la revolución de 1868, que supuso también el cierre de este convento. Las monjas tuvieron que ser acogidas en el convento de clarisas de la calle Águila, donde permanecieron hasta el 30 de Mayo de 1879, fecha en que salen a tomar posesión de su convento en Triana. La comunidad estaba compuesta por 7 religiosas.

El edificio conventual durante la ausencia de las religiosas fue dedicado a casa de vecinos y almacén de orozuz. Fue declarado en ruinas y, en 1875, se puso a disposición del arzobispado de Sevilla que el día 1 de Julio de 1876 se lo entrega a la Hermandad de la Victoria. Las obras de restauración del edificio comienzan el 29 de Octubre de 1877.

El convento vuelve a sufrir las iras del Guadalquivir en los años 1892, 1897 y 1912, aunque no causaron tanto daño. Trás la proclamación de la II República, en abril de 1931, las monjas tuvieron que abandonar el monasterio, yéndose a vivir a casa de familiares y amigos. Pero esta situación no duró mucho, pues en abril de 1932 ya estaban las monjas otra vez reunidas en su convento, donde permanecen hasta en día de hoy.


Recopilación de textos: Ángel Bautista Guerrero

sábado, 26 de marzo de 2011

EL DEDO DE RODRIGO: IGUALDAD EN LA PAZ Y EN LA GUERRA


                           
           La actual delegada de Triana, la señorita Esther, es la segunda dama delegada del distrito trianero; fue la primera la andalucista apellidada Guerra Librero. Cuando ésta fue nombrada la saludamos con optimismo desde las páginas de El Correo de Andalucía, primero porque andábamos desesperados de  la vacua gestión y el desapego de los que la precedieron hasta la época de Alberto Jiménez Becerril, gente extraña que apenas pasaron el puente antes del cargo (y después del cargo). Confiábamos, como última esperanza, en la consabida sensibilidad femenina, así que aplaudimos el nombramiento y nos pusimos a su disposición. Pero no tendría que pasar  demasiado tiempo para darnos cuenta que nada había cambiado, que el género no iba a ser la causa del milagro. Y así pasaron cuatro años insulsos, de despistes a veces increíbles; otros cuatro años perdidos.
         De esta manera, la sucesora del señor Moriñas, (al que estoy seguro también veremos poco por Triana tras su oportuno ascenso político), la aparecida de súbito en los actos de la pasada Velá, la mencionada señorita Esther, no ha removido nada de aquellos sentimientos primeros; estamos escaldados y no sólo por el ejemplo vivido tan cercanamente. Los meses transcurridos, suficientes para un análisis somero, no han hecho más que confirmar nuestro derrumbamiento sentimental. 
         A otra cosa aunque no me desvío mucho del camino. Ni el terrorífico desastre de Japón, tan cargado de llantos, tristezas y muertes ha parado la maquinaria de la guerra. Había que acabar con Gadafi y, de paso, tener más a mano su petróleo, y ya están las televisiones, ahítas de sangre y tragedias, “entreteniendo” nuestra hora de comer con las llamaradas de la muerte, muerte demasiadas veces de mujeres, ancianos y niños inocentes. No entro en catalogar al citado mandatario, ya lo hacen de sobra nuestros medios, si bien, y como es habitual, no diciendo toda la verdad, pero quiero dejar de manifiesto mi hondo pesar al ver a mujeres políticas apostando por la guerra, por la devastación y la muerte, con la señora Clinton al frente, sibilina defensora de los intereses económicos de su país tan ducho en confrontaciones bélicas, y echando por delante a sus “aliados” europeos, eternos deudos.

         Me horroriza que la mujer, hacedora de vidas por designación del Creador, hable de guerras “necesarias”, como hablan y hablaron los políticos de siempre. Eran nuestra esperanza para que, desde el poder, nos ayudaran a alcanzar un mundo mejor. No puedo ver a las Pajín, Cospedal, Saénz de Santamaría, etcétera, etcétera, en sus envenenados discursos “igualitarios”...  Algunas mujeres han buscado la igualdad con tanto ahínco que la han conseguido incluso en estos terribles casos que estimo contranatura. Se ha “avanzado” mucho. No olvido a aquella dama de hierro que mandó matar muchachos argentinos de quinta con un ejército de feroces profesionales en defensa de un terreno a miles de kilómetros de Londres. Y en España hemos “avanzado” mucho: tenemos una ministra del Ejército, que es decir de la guerra, como señal de modernidad (y a mi que me parece víctima de una ardid masculina para “igualar” a la mujer en los trabajos menos agradables). Y no digamos la cantidad de damas alistadas en el ejército; sí, también muy moderno. La igualdad... hasta se inventaron un Ministerio.
         La mujer en esta problemática de los géneros, además de ir dejando capas de su lisa piel para revestirse de asperezas, de púas y de lanzas, puede ser, por la fuerza de la inercia de su impulso, fácil presa de oscuras maniobras de jefes que pueden ver en ellas un excelente parapeto. Aquí la codicia manda, y en esto sí que son iguales ambos géneros. Pero lo que me parece peor es lo bien que están ellas, lo que disfrutan en esos cargos tan valientes y masculinos.
         Quién duda de la capacidad intelectual de la mujer a estas alturas, de sus fuerzas y sus lógicas aspiraciones en una sociedad como la actual. Mas esa capacidad, esa fuerza y esas aspiraciones, por favor, que sean puestas siempre a favor de la paz, de la vida..., ya tenemos demasiados ogros. Este mundo cruel y decadente necesita, ahora más que nunca, de su sensibilidad. El mundo y Triana, señorita Esther.

Ángel Vela Nieto 

viernes, 25 de marzo de 2011

TRIANA EN EL OBJETIVO DE HOLGADO BRENES (16)


Parece que ese día José Manuel quería cazar espectros con su cámara y fue rebuscando, orilla de la calle Betis, por todos los reductos donde habita el tiempo y la memoria. Y encontró el paso detenido de la vida junto a la escalera de Tagua, a dos pasos del corazón de la capilla marinera, en un viejo quiosco de cristales por el que aletea el alma de Laureano y hasta hace poco respiraba -¡Oído, cocina!- la de mi amigo Lorenzo.

Al Puesto de las Flores le llegó su anticipado invierno en la antesala de la primavera, cayendo al suelo sus hojas de cristal el 16 de marzo de 2001, tras sentir desde 1930 la sirena de los vecinos vapores, el griterío de la cucaña, los sones de las bandas procesionales, las canciones de Manolín el de la Murga, los fandangos de El Pintillo, el pregón de las verdes avellanas, el chirriar de los tranvías, las balas de la guerra...

En diez minutos pasó de la vida a la muerte. Pero antes, cuidando su último latido, aguardando impaciente el segundo del fin, sentado en la sala de espera de las cosas perdidas, un hombre enjuto, al que llaman "El Breca", araña los segundos para certificar la defunción de otro trozo entrañable de Triana.

Sucumbió el quiosco a las nuevas imposiciones de la modernidad, y tal vez "El Breca" fuese el único que llorase amargamente desde el vacío de la soledad...


Fotografía: José Manuel Holgado Brenes
Texto: Emilio Jiménez Díaz

jueves, 24 de marzo de 2011

TRAS LAS RAÍCES DE TRIANA: VERDES OLMOS

Conocí los olmos en el instituto gracias a un poema de Antonio Machado, ese olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, olmo polvoriento, sin color, que apenas vive, pero que milagrosamente resucita cada primavera. Y después, cuando los reconocí, con una mirada más biológica, no era capaz de asociarlos a esos versos tan tristes.


La larga lluvia que ha caído este invierno le ha sentado bien a los olmos. En pocos días han florecido, prácticamente sin notarse, las flores no son vistosas, pero sí muy fecundas y se han transformado en miles de frutos verdes que tapizan las pequeñas ramas, se amontonan como nunca he visto en ramilletes de esperanza. Quien pase por Álvar Núñez creerá que a los árboles de la acera más ancha les han comenzado a salir las hojas, pero nada de eso. Son pequeños frutos llamados sámaras, frutos de un verde casi transparente, que estas noches de luminosa luna destacaban brillantes en la oscuridad.


Cada sámara contiene una pequeña semilla que sobresale un poco más o menos en el centro de dos finas láminas redondeadas que al menor soplo echan a volar, ligeros frutos que al madurar enrojecen.


Los olmos, como los que hay en el callejón Ignacio Gómez Millán se ven con frecuencia atacados por unos hongos que secan las hojas y quedan éstas colgadas, como un paño de encaje mostrando solo los estrechos nervios que se entrecruzan en el vacío. Los viejos olmos en Triana no se arrancan por bulerías, ni alzan con gracia especial sus ramas hacia el cielo, ni retuercen su tronco por chicuelinas, la única impronta que les ha quedado de este barrio es que se han hartado de tragar durante años, como todos los que por aquí vivían (la Triana auténtica dice Ángel Vela), los negros humos de los tejares.  

Rafael Martín Holgado.

miércoles, 23 de marzo de 2011

TIEMPO DE CUARESMA: LA SAGA DE LOS ARIZA

EL SEGUNDO RAFAEL DE LA SAGA

      En estas fechas de la Cuaresma nada más oportuno que recuperar el recuerdo de una saga de trianeros dedicada al mundo del martillo,me refiero a la saga de los Arizas.
       Rafael Ariza Aguirre nació en la calle Antillanos Campos nº 16, el 12 de Septiembre del año 1882, siendo el cuarto de 5 hermanos varones. Su padre era alfarero.
       Rafael empezó saliendo de nazareno junto a sus hermenos en Nuestro Padre Jesús de las Tres Caidas, a los 18 años hizo sus primeros pinitos como costalero, a los pocos años lo pusieron de contraguia con el capataz Rafael Franco Luque, hasta que viendo sus cualidades comenzó a mandar pasos, era 1919 y su debut fue con el Prendimiento. Durante cerca de 60 años, Rafael, de negro riguroso, una cadena de plata con su reloj en el bolsillo del chaleco, encorvado hacia adelante y la mirada fija en la delantera del paso ha dirigido a la mayoría de las cofradías de Sevilla. Fue durante años decano de los capataces y, por su trabajo y entrega a las mismas, el Ayuntamiento le otorgó la medalla de bronce de la ciudad, único capataz que ostenta dicha distinción.
       Fue fundador de una dinastía de cuatro generaciones de capataces, todos nacidos en Triana. Rafael Ariza se casó en la O y se fue a vivir a la calle Castilla.
       La segunda generación la conformó su hijo José Ariza Mancera, siguió el camino de su padre y ha sido uno de los mejores capataces de Sevilla, tenía un caracter muy serio, parco en palabras pero con un sentido y una visión inigualable para hacer una salida dificil o pasar por una calle estrecha. José superaba todas las dificultades con una habililidad pasmosa porque tenía una confianza absoluta en los costarelos que llevaba debajo de las trabajaderas. José convivia durante el año con sus costaleros y se trataban como si fueran familia y había una gran compenetración entre capataz y costaleros y estos se crecian ante una salida dificil por la confianza y seguridad que les daba la voz firme  y segura de José, que mandaba lo justo para salvar el obstáculo, para que el costalero trabajara y sufriera lo menos posible. José era un capataz muy serio delante de los pasos, iba siempre a lo suyo y nunca mandaba a destiempo para que lo oyera las gentes, es  decir, para la galeria. Sacó las cofradías de San Estéban, La Hiniesta y el Baratillo entre otras.
        La saga de los Arizas continuó con los hijos de José, Rafael y Pepe. Rafael empezó vistiendo la túnica nazarena de su Virgen de la O con un año. Al cumplir los ocho, un Viernes Santo, al entrar en calle Castilla, su abuelo Rafael le quitó el capirote y poniéndolo delante del paso de Maria Santisima de la O, le dijo, levántalo. Rafael así lo hizo y siguió mandándolo hasta la puerta de la Iglesia. Rafael ya no volvió a vestir de nazareno y siguió acompañando a su padre y su abuelo en todas las cofradías que sacaban.
        En el año 1954 llegó la gran ocasión de demostrar su amor y gran valía en este dificil oficio. Resultó que su padre y abuelo tenían que sacar la Cofradía de Los Negritos y la de Pasión. Su padre, en unión de un tio suyo, hicieron pareja para sacar Los Negritos en los pasos de  Cristo y Palio, pero para sacar Pasión su abuelo necesitaba el capataz del paso de Cristo. Tratando el padre de resolver aquel problema consultó con su abuelo, el gran Ariza el viejo, y este le dijo: -Hijo no le des más vuelta, el mejor que puedes poner lo tienes a tu lado, pon a tu hijo Rafael. Y a partir de ese momento, este gran heredero comenzó a destacar entre los mejores de su época. Las Hermandades de la O, La Esperanza de Triana, San Gonzalo, La Hiniesta, Santa Marta, Las Aguas, San Bartolomé, Santa Cruz, El Baratillo, Los Caballos, La Macarena, y otras que quedan en el recuerdo, han sido las hermandades que reiteradas veces han solicitado sus aptitudes para tal  responsabilidad.
        Desgraciadamente Rafael nos abandonó el 30 de Septiembre del 2010, su legado es recogido por sus hijos Ramón, Pedro y Rafael.
        Pepe Ariza ha llevado una vida paralela a su hermano Rafael, abandonó el martillo después de 50 años al terminar la Semana Santa del año 2009. Al igual que Rafael, su dinastía sigue con sus hijos Toni y Javier, a pesar de que este último está alejado actualmente del mundo del martillo por cuestiones de trabajo.


Ángel Bautista Guerrero


martes, 22 de marzo de 2011

EL DEDO DE RODRIGO: ANTILLANO CAMPOS

                   
          Tal y como estaba previsto por la forma en que se hizo, la calle Antillano Campos se convirtió en un caos circulatorio. La presión de los taxistas ha podido con la opinión e interés de los vecinos que en comisión se quejaron en la Tenencia inutilmente. No sabían nada, les dijeron allí, la culpa era de esa cosa oficial que se llama Movilidad que autorizó el cambio de sentido sin aviso previo... y allí seguramente dirían que son los taxistas los culpables. Lo cierto es que parece que la “movilidad” de la plaza Nueva y la “invovilidad” de la calle San Jacinto están, evidentemente, enfrentadas. Cosas de intereses políticos dentro del mismo partido sabidas y sufridas. Así que una vía que por sus características debería ser peatonalizada, se ha convertido en imprescindible para ese ogro insaciable que se llama automóvil, víctima del desaguisado cometido con el tráfico en Triana tras la fatídica peatonalización de San Jacinto. Todo para poner de manifiesto el escaso poder, si tiene alguno, de los delegados (as) de distrito. Poco poder y escaso interés, añado; porque no se puede contrariar a los jefes ni estos a los fuertes grupos de presión. Con Triana pueden, está más que comprobado. 
         Y como ha sido la comidilla de estos días, hablemos de esta vieja calle de dos tramos que hasta mediados del siglo XIX se llamaron   Matamoros, desde San Jorge al cruce con Alfarería, y Cuchilleros hasta Pagés del Corro. Después fue rotulado Nuevo Mundo a todo el trayecto para quedar en el nombre actual (cabildo del 29 de enero de 1915) en honor de Francisco Antillano Campos, joven militar muerto heroicamente en el norte de África sólo días antes. Este mártir de una guerra impopular, inacabable y sangrienta, era hijo de un teniente coronel de Infantería, Francisco Antillano Noriega, vecino de la calle Betis.
         No son pocos los personajes vinculados a esta calle; citemos algunos: El Sargento Pestaña y sus hijos, Antonio y Paco Galisteo, gente del toro; Rafael Ariza, el patriarca de una saga de capataces cofradieros recordado en una placa de cerámica; la famosa Marujita Díaz, que vivió aquí sus primeros años; los escultores Emilio García y García y su hijo, Emilio García Ortiz; la flamenca familia Fernández y el popular Paco Arcas que montó casa después de hacerse gobernador del bar “Las Golondrinas”.

         Del caserío destaca el número 26, obra del arquitecto regionalista Rafael Arévalo (1913); la casa-taller de Emilio García, con fachada diseñada por el padre del artista en 1940 y construida por Francisco Pérez Bergali, y la que fuera “Villa de Reinosa”, tienda de ultramarinos levantada por un maestro de obras en 1915 y decorada por el pintor Gustavo Bacarisas, paredes que hoy albergan las alegres sesiones folklóricas de La Anselma. Conserva Antillano Campos muestras de arquitectura popular como la casa número 3, 13, 14 y 23, de finales del XIX y principios del XX. Luce uno de los azulejos de la ordenación urbana del Asistente Pablo de Olavide, a la altura de “los cuatro cantillos”,  cruce con Alfarería.
         Antillano Campos es el reducto residual del imperio ceramista que fue Triana, y aún así ya vemos cómo se le trata; es un auténtico milagro que no hayan desaparecidos los talleres que, desamparados pero sobrados de moral, siguen laborando en su curso. Aquí estuvo la antigua fábrica “Santa Isabel”, el tejar de Conchita (el último de Triana), y aquí laboraron artistas pintores como Manuel García Montalván, Antonio Kiernam Flores y Manuel Pérez de Tudela.
         No olvidamos que en edificio desaparecido aprendieron dibujo, artístico o lineal, los chiquillos y muchachos del barrio destinados luego, los más diestros, a las fábricas de cerámica o a los talleres de La Hispano Aviación.
         Pues esta es la calle que ha perdido toda suerte de verse libre del peligroso paso de los coches porque así lo han querido los taxistas, el distrito y esa cosa moderna y perturbadora que se llama Movilidad. ¿Y Triana? No sabe, no contesta.


Ángel Vela Nieto


lunes, 21 de marzo de 2011

TRAS LAS RAÍCES DE TRIANA: EL ÁRBOL DEL AMOR


Aquí todo comienza en marzo, cuando el cielo es azul y, un día tras otro, siempre parece domingoderamos. De sopetón se han llenado Las calles de colores, brotan las hojas nuevas con rabia y sus finas láminas lo van cubriendo todo; se van adueñando del espacio los pájaros, como locos de aquí para allá, entre chirridos y gorjeos. Aquello que estaba dormido despierta y en segundos se pasa de la quietud al frenesí, pero es un estruendo tranquilo, una explosión de los sentidos en calma, un corazón que se acelera sin perder el compás porque el aire nuevo te va llegando a sorbos, aire templado, dulce aire de deseos y pasiones, veneno azul que hace vibrar lo viejo, entonces todo parece recién hecho y se vuelve a reinventar el tiempo.


Si muchos árboles en primavera parecen renacer, el árbol del amor puede servir de ejemplo para contemplar el maravilloso cambio. De un marrón feo y sucio por las ramas desnudas y  los frutos secos que cuelgan se pasa en pocos días a un colorido salvaje, antes de que broten las primeras hojas las ramas se cargan de flores rosas y transforman por unos días este espacio extraño de la calle Manuel Macias Mínguez. No es un sitio usado para el paso, y ahora el pequeño jardín se encuentra cuidado y limpio, pero se va llenando con el tiempo de hierbas altas, que esconden cagadas de perros, botellas vacías, papeles tirados; a veces, de los bancos se levanta el humo dulce de esa otra hierba olorosa, lo que termina de marcar el lugar.


Una pena que árboles tan bellos pasen desapercibidos, pronto comenzarán las hojas a brotar y servirán para entender porqué estos árboles se llaman así. Queda abierta la hoja como un corazón púrpura atravesado por marcados nervios, que no son más que los tubos por donde circula la savia, caminos huecos que se van estrechando para perderse entre lo más pequeño, lo microscópico, las células.


Rafael Martín Holgado.

jueves, 17 de marzo de 2011

LETRA IMPRESA: "TRIANA CRÓNICA" FIEL A SU CITA


Fiel a su cita, ya tenemos en la calle a "Triana Crónica", ese periódico mensual que quiere ser, y lo está consiguiendo, la voz de los problemas del arrabal, pero también de sus afanes. La temerosa ilusión de Daniel Martínez y Ana Díaz, con su equipo de colaboradores, se ha convertido en una realidad palpable que ahora sólo tienen que animar los trianeros. Lo que podría haber sido un panfleto más de esos que caen con frecuencia en nuestras manos, es una seria publicación pluralista en la que todos los perfiles del arrabal tienen hueco. Nos sorprende en cada salida de la publicación su excelente maquetación y sus originalísimas portadas, en las que se ve detrás las manos de un gran diseñador, y el cuidado de la selección de los artículos de fondo.

Magnífico en este mes de marzo el reportaje que sobre la iglesia de Santa Ana nos ofrece su redactora jefe, Ana Díaz, quien ya dejara su excelente buen hacer con los reportajes sobre el puente y la cerámica del barrio. Fenomenal, como en cada número, la viñeta humorística de "El Sieso", el editorial sobre el difícil tema de los asentamientos y los recuadros habituales.

"Triana Crónica" está viva por el afán y trabajo agotador de su joven equipo, ahora sólo hace falta que Triana, el barrio para el que ha sido creado este periódico con alma, responda de la misma manera generosa que están demostrando sus creadores.


Emilio Jiménez Díaz




miércoles, 16 de marzo de 2011

TRAS LAS RAÍCES DE TRIANA: GINKGO, EL ÁRBOL SAGRADO

Se considera este árbol la especie viva más antigua de la Tierra, un fósil viviente de una familia cuyos parientes existieron hace más de cien millones de años, cuando se extendían por todo el hemisferio norte. Actualmente sólo crece de forma natural en algunos valles del este de China, sin embargo es frecuente encontrarlo en muchos pueblos de China y Japón por ser un árbol sagrado, que se planta cerca de los templos como protección contra el fuego y para alejar a los malos espíritus.


Hoy he blanqueado con mi cámara el cielo para romper este gris plomizo, gotas incansables de lluvia caen en mis labios como lágrimas perdidas, a veces de dolor, pero también de emoción, de recuerdos hermosos. Dos gotas se han posado sobre el objetivo y aparecen entre las ramas, para distorsionar un presente que ya ha pasado. Por mi orilla preferida, a esas horas que la gente se mueve dirigida por su trabajo y quehaceres, vagabundeo entre los árboles en busca de ese instante mágico para ver como se estremecen y aparecen las nuevas hojas. Pero la vida se va meciendo lentamente, como un buen plato de cuchara, las yemas no explotan, como tú deseas, a una hora exacta, se van retorciendo sin tiempo, metamorfosis sin pausa, hasta mostrar brotes siempre nuevos, distintos, naturaleza embaucadora…


 El ginkgo, desnudo, se alinea con farolas y bancos en medio del paseo. De sus ramas largas y un poco empinadas surgen muchas ramas cortas, como pezones cerrados, y maravillado admiro como algunos se han abierto para dejar salir unas minúsculas hojas. Son ahora un insignificante punto de color, pero representan el gran poder de la vida, la tranquila continuidad.


En un par de semanas se poblará de miles de hojas inconfundibles, que gracias a sus largos peciolos se mueven con facilidad, como un abanico chino, quizás pronto necesite el agradable sonido de flautas y clarinetes, de tambores y cornetas, para sentirse otra vez un árbol sagrado.



Me he acercado al ginkgo y desde lejos ya sentí que me guardaba alguna sorpresa, me he quedado luego un rato a su lado, apenas hemos hablado porque ya no hace falta, su presencia me basta para sentirme bien. Cuentan que estos árboles pueden durar cientos de años porque apenas se ven atacados por insectos, resisten a la contaminación y son capaces de rebrotar con suma facilidad, qué fácil hacerse amigo de un árbol tan urbano.

En una plaza de Hiroshima se mantiene vivo un ginkgo que sobrevivió no sólo a la fuerte sacudida de la bomba que le cayó cerca, sino que además no se vio afectado posteriormente por las mortales radiaciones. No sé si otros ginkgos habrán sido capaces de salvarse del último terremoto, de esa lengua de mar salada que asesina y salvaje ha cabalgado por poblados y campos, de esas nuevas radiaciones que han abandonado las centrales nucleares y se reparten invisibles, como el insano y pestilente aroma del dinero.

Rafael Martín Holgado. 

martes, 15 de marzo de 2011

TRIANA EN EL OBJETIVO DE HOLGADO BRENES (15)


En la humildad del viejo corral, que más parece la escena de un belén murciano de Salzillo en esta imagen de Holgado, la breve y alicaída chumbera se desmorona frente a la presencia del agave que perfila la solana. El suelo ha sido doblegado por el paso del tiempo y todo nos invita a pensar en la decrepitud que acelera el descuido. Pasaron los años y pasan hoy unos gratificantes rayos de sol que, al menos, vivifican algo la sensación profunda de miseria. Pero poco más, si no es el aire, pasa por esta estancia desabrida y húmeda.

El foco de atención se posa en el coso de barro de un lebrillo que supo de las manos de cualquier alfarero del barrio, plaza de vidriada andana a la que el cenital del mediodía hace protagonista del entorno concavizando su vientre. Arca de lágrimas y penas para depositar la pobreza de años innombrables, en los que sólo un canario, a lo lejos, sobre el alféizar de la ventana, ponía un mínimo latido de alegría.

Los nudillos de nuestras madres, sangrantes sobre el viejo refregador, daban vida, si es que alguna había, a la mugre de las ancianas camisas. El tiempo se marchitaba lento en el viejo patio, mientras los latidos de León y Quiroga sonaban a lo lejos y venían difuminados desde cualquier rincón de la memoria en la voz de Marifé... Dime que me quieres, dímelo por Dios...


Fotografía: José Manuel Holgado Brenes
Texto: Emilio Jiménez Díaz

lunes, 14 de marzo de 2011

CON PALABRA PRESTADA: 75 AÑOS DE LOS SALESIANOS EN TRIANA



75 AÑOS DE LOS SALESIANOS EN TRIANA

El abuelo, el padre, los hermanos y hasta los nietos. Con 75 años a sus espaldas, los Salesianos de Triana pueden presumir de haber educado a varias generaciones de sevillanos. La obra que comenzó Don Bosco, fundador de Los Salesianos, vio la luz en Sevilla en 1926, cuando se colocó la primera piedra del que sería uno de los centros educativos más importantes de la ciudad. Debido a la situación que atravesaba el país, la construcción -que fue financiada por los Condes de Bustillo-, tuvo que ser paralizada en varias ocasiones.

A pesar de todo, la obra llegó a su fin el 1 de octubre de 1935 (un año antes de que se declarara la Guerra Civil en España) momento en el que la casa Salesiana abrió sus puertas a los primeros 150 alumnos, muchos de los cuales vivían en el propio centro. Éste en sus inicios funcionó principalmente como un internado. "En la parte de arriba estaban las habitaciones de los niños, en lo que ahora son los laboratorios", apunta el padre Carmelo Pulido Morales, director del colegio.


La escuela -que se sitúa en pleno corazón de Triana, entre las calles Conde Bustillo y Evangelista- se hizo muy popular entre el vecindario. Además, la congregación Salesiana siempre ha estado, y aún hoy lo está, muy vinculada a Triana. "Barrio y casa, casa y barrio han desarrollado una relación cómplice que ha dado muchos frutos y que sigue creciendo aún hoy en la actualidad", explica el director.

A día de hoy, el centro escolar cuenta con 1.400 alumnos e integra todas las etapas educativas. Una "generosa" oferta que abarca desde Infantil hasta los ciclos formativos de Grado Superior y Bachillerato. "Los niños entran con tres años y salen directos a la Universidad", apunta el padre Carmelo. Además, los alumnos también cuentan con la posibilidad de realizar prácticas de empresas en países europeos. "Es de lo más solicitado por los alumnos de grado medio y superior, aunque también tenemos una amplia bolsa de trabajo para hacer prácticas en empresas sevillanas", señala el director.

De alumno a profesor. Son varios los antiguos alumnos que, como Víctor Galán Galiano, son hoy profesores del centro. "La sociedad ha cambiado y los chavales también, aunque sigue existiendo mucha cercanía con el alumno". Este profesor de Educación Física dice guardar muy buen recuerdo de sus años como alumno. "Siempre me ha gustado mucho el deporte. Aquí jugaba el Triana, que es el actual Betis B, por lo que todas las semanas había partidos de tercera división para nuestro disfrute", comenta Galán.

Lo cierto es que del colegio han salido destacados deportistas, como el sevillista Salva, o los jugadores béticos Quino y Piriz. Otro antiguo alumno salesiano es el árbitro internacional Luis Medina Cantalejo. Como barrio virtuoso que es, el colegio ha sido también cuna de artistas, como el torero Emilio Muñoz, el actor y humorista César Cadaval, de los Morancos, y el bailarín Antonio Canales, entre otros muchos. El centro salesiano ha estado siempre muy comprometido con los jóvenes. "Todos son bien recibidos. Los jóvenes se divierten, porque se hacen muchas actividades, a la vez que toman conciencia de sí mismos y de los demás", explica el padre Carmelo Pulido.

El colegio, que ha pasado a formar ya parte de la historia de Triana, llevará a cabo en 2011 un programa de actos -que arrancó este viernes- para conmemorar sus 75 años de existencia junto a sus vecinos, ya que muchos de ellos, cómo no, han sido salesianos.

Diario: El Correo de Andalucía
Fecha: 12 de marzo 2011
Fotografías: Moraodetunica.com
Selección: Emilio Jiménez Díaz


domingo, 13 de marzo de 2011

EL DEDO DE RODRIGO: MANUEL MACÍAS



Nunca pude pensar que mi amigo Manolo Macías, con el que me sentaba la noche de los viernes en Casa Cuesta, en aquella improvisada mesa de redacción de la revista “Triana”, me saludaría cada mañana al salir de casa al cabo de los años y de la muerte.
         Con Justino Matute no hubo otro historiador de la importancia de Manuel Macías Míguez para la antigua crónica de Triana; sus estudios e investigaciones, sus planos y dibujos, conforman una aportación fundamental para quienes deseen conocer el pasado de este barrio universal.
         Nació el maestro el día 22 de octubre de 1928 en la callecita de Duarte, casa número 5, con los ocres paramentos sagrados de Santa Ana al alcance de su emoción y devoción. Estudió en la miguilla de Dolores, en la plazuela inmediata, en el colegio Cristo Rey y en el de los Salesianos. Su padre fue mecánico electricista y su madre maestra nacional, por lo que intuimos que lo más importante lo aprendería sobre el hule de la mesa de la sala de su casa.
         El joven Macías hace peritaje y a la edad de 28 años contrae matrimonio avecindándose en la barriada Coca de la Piñera y luego en  una casa al otro lado del río por “fuerzas mayores”, como él repetía. Su ausencia lo acerca más a Triana sentimentalmente, interesándose por su historia, oscurecida e ignorada, siguiendo el rastro de los trabajos de Matute y su catecismo trianero de 1818. La investigación le evade del frío tecnicismo de su labor como funcionario municipal. Saca a la luz las primeras reglas de la hermandad de la O, y en 1981 da a conocer las explosivas crónicas relativas a una de las antiguas industrias locales, la de la pólvora, libro que patrocina la Tenencia de Alcaldía (otros tiempos...). El mismo patrocinador hace posible la edición al año siguiente de su obra fundamental: “Triana, el caserío”, un repaso histórico a plazas, calles, sitios y lugares. Inmediatamente después se encarga de dejarnos en un atractivo tomo la existencia de la hermandad del Patrocinio, que se convierte en pieza fundamental de la literatura cofradiera. En 1986 se presenta en el Ayuntamiento su libro sobre el “Alumbrado público de Sevilla”, consagrándose como uno de los historiadores sevillanos más pujantes.

         Manuel Macías es nombrado pregonero de la Velá y sus palabras serán una lección magistral. Es la época en la que colabora con la prensa local en artículos de su especialidad con Triana como preferente protagonista, labor que alcanzaría insospechados valores en las páginas de la revista “Triana” de la que será su principal ideólogo. Pero una inesperada y cruel enfermedad lo va apartando, al filo de su soñada jubilación laboral, de toda actividad. Nuestro amigo, sin posible defensa ante el invisible enemigo, es internado en una residencia siempre al cuidado de su esposa, María del Carmen. En varias ocasiones le visitamos y en otras hablamos con él por teléfono, pareciéndonos, a los compañeros y a mi y quizás por el cariño y respeto que le profesábamos, como si su mente atormentada le regalara un lapsus, un tiempo vivo, de lucidez. Siempre nos preguntaba cuándo salía la revista, su revista.
         Un día el Ayuntamiento rotula con su nombre, justo al lado de mi casa, una de las nuevas calles resultantes del seismo que produjeron las obras de la Expo. Pero nos quedamos esperando la inauguración oficial que, aunque prometida a su familia, nunca se celebró. Y tras largos años desorientado y confuso en su laberinto mental, nos enteramos, por una esquela de ABC, de su fallecimiento a los 78 años de edad. Mas el olvido ya lo había dado por muerto. Triste fin para un adalid del Renacimento trianero que ha quedado, además de todo lo dicho, como un excelente cartelista y portadista, como un magnífico ilustrador.
         Cada mañana, al pasar por su esquina buscando la salida a la Ronda de Triana, lo saludo: “Buenos días y gracias, maestro”.


Ángel Vela Nieto   

           

miércoles, 9 de marzo de 2011

SOBRE LA DEVOCIÓN AL ROSARIO EN TRIANA


Hubo en Triana una congregación rosariana creada en torno al año 1764 espontáneamente por vecinos y que tenía su sede en un pequeño retablo callejero, pero que, al arruinarse éste, y para preservar la devoción se agregó a la hermandad de la Santa Cruz de la Cerrajería y Nuestra Señora de Regla, establecida canónicamente en el convento de las Mínimas y que se dedicaba, al parecer, a un tipo de culto de carácter interno. La iniciativa fue un tanto forzada ya que, al desasparecer el retablo, un particular recogió las insignias del Rosario, la imagen de la Virgen y demás pertenencias de las congregación, pues ésta le debía bastante dinero. Ante la súplica de los cofrades, los reintegró pero "con la condición expresa de que se labrase y colocase en paraje decente  y que se le diese culto en el convento de religiosas Mínimas y con tal de que cuidase de todo ello dicha Hermandad de Regla".

El dinamismo y espontaneidad de los Rosarios generaban innumerables  congregaciones informales de este tipo, que subsistian precariamente merced a las limosnas de los vecinos y devotos. En el caso de la de Triana se observa una clara decadencia de este rosario en una época en el que el uso estaba cayendo en crisis y sus congregaciones tendían a establecerse en templos. La actuación de este particular intenta de este modo preservar la devoción y estabilizarla.

El inventario gubernativo recoge el inventario de bienes de esta   congregación en el que destacan la imagen titular de barro cocido, el antiguo retablo y los simpecados y demás elementos del Rosario.

Hay una pretensión de estabilizar jurídicamente esta corporación con la presentación de nuevas reglas, pero pronto se perciben grandes irregularidades ya que el Mayordomo tomaba sus propias iniciativas sin consultar a los cofrades en cabildo y había creado un peligroso cisma con los hermanos antiguos. Todo esto unido a un evidente abandono del instituto  hace inviable cualquier proyecto de futuro, siendo la fecha de 1801 como la más probable de su desaparición.


Ángel Bautista Guerrero

martes, 8 de marzo de 2011

ZUMBIDO DE LA TENENCIA: ¿AHORA QUIEREN QUE OPINEMOS?


A continuación transcribo tal cual la circular que se está buzoneando por el Distrito en el barrio.


Estimado/a vecino/a
Estimado/a comerciante

Sirva la presente, para trasladarle una propuesta que ha llegado al Área de Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla, la cual hemos paralizado desde el Distrito, mientras tenemos la opinión de vecinos y comerciantes de la zona.

Desde la Unión Sevillana del Taxis, se propone un cambio en el sentido de la dirección de la calle Antillanos Campos, que pasaría a ser dirección calle San Jorge, a fin de dar salida a la parte sur de Triana sin tener que dar la vuelta por la calle Clara de Jesús Montero y Castilla.

Es importante que nos hagáis llegar vuestra opinión en contra, en el caso de que así os manifestéis, pues desde el Distrito tenemos que dar una contestación a Movilidad en el plazo de 7 días.

Sin más, reciban un cordial saludo.

                                                           Sevilla 2 de Marzo de 2011 
El Director del Distrito Triana 
Francisco López Franco



Y después de esta circular, yo me pregunto.

Ahora quieren la opinión de los vecinos. ¿Por qué no la pidieron cuando peatonalizaron la calle San Jacinto? Será que se acerca el mes de mayo y les ha entrado un ataque de democracia. Creo que si tienen que cambiar  otra vez el sentido de una calle es que se equivocaron, debido que todo se hizo sin un proyecto. En fin, otra chapuza para Triana. Y una pregunta más. ¿Tanto trabajo tiene la delegada del Distrito para no tener tiempo de ser ella misma quien dirija la carta?


Ángel Bautista Guerrero  
Fotografías: José Luis Jiménez Buzón
y Emilio Jiménez Díaz




BELMONTE EN EL RUEDO DE PAPEL (10)

CUATRO VIÑETAS DE HUMOR

El semanario taurino "Thé Kon Leche", ferviente antibelmontista, no perdía comba en los asuntos del humor, y aquí nos deja unas cuantas cosillas. En la primera, correspondiente al 8 de febrero de 1915, se mete con Belmonte por lo que le gusta al trianero codearse con intelectuales y artistas de su época.


En la segunda viñeta, fechada el 15 de noviembre de 1915, vemos a don Pedro Rodríguez de la Borbolla haciéndole la "cama" tanto a Joselito como a Belmonte para hacer campaña electoral.


Utilizando la misma caricatura de meses anteriores, el 20 de marzo de 1916 arremete contra Juan Belmonte indicando que sólo torea cabras y chivas.


Para los aficionados, como bien podemos contemplar en la viñeta siguiente, publicada el 20 de marzo de 1916, lo mismo da Joselito que Belmonte si hay una navaja de por medio.



Semanario: "Thé Kon Leche"
Fecha: 1915-1916
Selección: Emilio Jiménez Díaz

lunes, 7 de marzo de 2011

SIN PELOS EN LA LENGUA: EL PODER DE LAS HERMANDADES

Fotografía de KAKO RANGEL (Diario ABC de Sevilla)
Lo que jamás ha conseguido Triana como entidad territorial, lo ha conseguido la Hermandad de la Esperanza el pasado sábado: reunir para el acto de la rotulación de una calle con el nombre de Santísimo Cristo de las Tres Caídas a cinco políticos que jamás se han preocupado por los problemas del barrio por muy lacerantes y urgentes que estos fuesen.

Independientemente de que no estoy de acuerdo con este cambio de nomenclatura, y de que se elimine el nombre del Pasaje de Bernal Vidal y de Torrijos, mi calle de nacencia, por el de un Cristo que siempre está ahí, en la Capilla de los Marineros, para su contemplación y veneración, lo que más me indigna es que estos señores sólo pasen por Triana para hacerse la fotografía en fecha cercana a las próximas elecciones, cuando se han llevado cuatro años, cuatro, sin que se les vea el plumero por ningún lado.

Con la compañía del hermano mayor de la mimada hermandad, Adolfo Vela, estuvieron la segunda teniente de alcalde y delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto; la delegada del distrito de Triana Esther Gil, a la que jamás se ve por el barrio cuya titularidad edilicia ostenta;  Alberto Moriña, que no sé cómo ha tenido vergüenza para volver de nuevo a este arrabal al que tanto daño hizo en sus años de delegado; Juan Antonio Martin, delegado de Innovación de una ciudad en la que todo lo que se innova es para estropearla; Joaquín Díaz, delegado de Educación; y para completar la media docena de ineptos, el concejal del Partido Popular Beltrán Pérez, que de seguro habrá tenido que venir con GPS al arrabal.

Aparte de esta visita, yo diría que provocativa, la curiosidad de la mañana, el punto que me hace llorar en tierra de secano, lo pone las palabras de Adolfo Vela hacia Alberto Moriña cuando dice que "es un hombre muy querido por esta hermandad", apostillando "tú has trabajado mucho aquí". ¿De verdad estaba despierto este hermano mayor? ¿Querido un hombre que alquitranó, como si fuera una carretera comarcal, la calle Pureza, una de las más representativas del barrio, donde tiene sitio y lugar la capilla? ¿Se hubiese atrevido a hacerlo en la Macarena? Pues bien, vale eso de que se le quiere mucho en la hermandad, cada uno es libre de querer en su casa a quien le dé la gana, pero eso de que ha trabajado mucho por Triana es un insulto a todos los trianeros. ¿Qué es lo que ha hecho este señor por Triana? ¿Dónde y cuales son los actos culturales que ha programado? ¿Por qué convirtió la revista señera de nuestro barrio en un panfletillo propagandístico? ¿Por qué anuló el Congreso de Actividades Flamencas que se iba a celebrar en nuestro barrio como cuna del cante? ¿Dónde están los 38.000 euros librados para una "mierdabienal" en la que no se le pagó a nadie? ¿Por qué no dio la cara el día de la manifestación de los trianeros en octubre de 2009? ¿Me puede decir Adolfo Vela qué es lo que ha hecho Alberto Moriña?...

Ya no le vale a las hermandades el silencio que siempre guardan para con los problemas del barrio, sino que encima, como en este caso del señor Vela, alaban a los políticos de cuatro cuartos que hicieron de su poder una continua dejación de responsabilidades.

Excelente ocasión ha desaprovechado don Adolfo Vela para estarse callado.


Emilio Jiménez Díaz
Fotografía: Kako Rangel

domingo, 6 de marzo de 2011

TRIANA EN EL OBJETIVO DE HOLGADO BRENES (14)


Desde el puente sobre la vía que unía el Haza del Huesero con la Triana marginal del Patrocinio, Holgado puso alas a su cámara para tomar desde el travelling de la emoción el mejor fotorama de esta película de la que desconocemos su título, su guión y el nombre del protagonista.

En 1980, aún no se presentía la modernidad del 92, y los durmientes de las vías sobre el balasto llevaban el corazón de madera de antiguos bosques de pinos, de hayedos o robledales, que habían sacrificado el peso leve de los pájaros sobre sus ramas para soportar el de las gigantescas y ruidosas locomotoras de vapor.

Pero hoy es un hombre quien pisa su epidermis, vencida de crujidos, de lluvias y de soles. ¿Quién es? ¿Adónde va? ¿Por qué su paseo entre las líneas paralelas que parecen infinitas?

Camina seguro hacia ninguna parte pisando con sus botas los grasientos renglones, llevando quizás en su morral el naufragio de una soledad que a nadie enseña. Tal vez, el tren de su esperanza se quedó varado en la ingrata estación de los malos recuerdos, y él se abre camino, para no equivocarse, sobre la vieja senda que conduce a la marisma atlante, donde, posiblemente, tampoco nadie espere su llegada.


Fotografía: José Manuel Holgado Brenes
Texto. Emilio Jiménez Díaz

sábado, 5 de marzo de 2011

MÁS SOBRE LA ERMITA DE LA ENCARNACIÓN DE TRIANA

VIRGEN DE LA ENCARNACIÓN DE SAN BENITO
Debido a que en el artículo sobre la Ermita de la Encarnación quedaban algunas incognitas,como qué fue de las hermandades ubicadas en su sede, qué pasó con sus imágenes y quiénes fueron sus imagineros, todo ello me ha llevado a investigar sobre el particular, y he aquí el resultado.

Debido al accidente que sufrió el Cristo el Viernes Santo de 1808, se encontró en su interior una papeleta indicando la autoría del mismo, que no era otro que el escultor Francisco Vega y pintado por Pedro Jiménez en el año 1553. Restaurada la imagen se celebró una función solemne en marzo de 1809. Cuando se extinguió la cofradía, en 1868, el Crucificado pasó al pueblo de Manzanilla, perdiéndose allí en los sucesos de 1936.

En cambio, de la Dolorosa de la Encarnación se desconoce su autor. Se tiene por perteneciente al siglo XVII y era conocida como la Palomita de Triana, debido a la paloma representativa del Espíritu Santo, que llevaba recordando el misterio de la Encarnación.

La imagen de la Virgen pasó a San Benito en 1875, donde formo parte de la Hermandad de Jesús de las Tres Caídas y Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso, que se fundó en dicha iglesia en 1894. Se desconoce cuando desapareció esta Hermandad. En 1908 se creó la Hermandad del Cristo de los Desamparados y Nuestra Señora de la Paloma, siendo la imagen la de la Encarnación.

En 1921, fue reorganizada la antigua hermandad trianera de la Sangre, con residencia en la iglesia de San Benito, donde continua en la actualidad. La Virgen fue coronada canónicamente en Diciembre de 1994.

El nuevo Cristo de la Sangre fue tallado por Francisco Buiza en 1966 y donado por Manuel Ponce. En 1969 el Cristo de la Sangre es nombrado Patrón de la Hermandad de Donantes de Sangre de la Seguridad Social. En 1991 la imagen del Cristo de la Sangre preside el Via Crucis Cuaresmal, que organiza el Consejo General de Hermandades y Cofradías. En 1992 la imagen del Señor fue llevada al Salvador para la exposición "La Pasión".

Y hasta aquí algunos datos para complementar la historia de esta hermandad de origen trianero y que actualmente es la Hermandad de San Benito.


Ángel Bautista Guerrero



jueves, 3 de marzo de 2011

TRAS LAS RAÍCES DE TRIANA: DESNUDAS FLORES

Junto a los nuevos aparcamientos subterráneos que se han construido en Triana podemos ver una zona de juegos para niños y, en ambos casos, se han utilizado para ajardinar estos espacio, especies que son poco frecuentes. En la Ronda de Triana, en el cruce con Manuel Arellano hay plantados tres arbustos, cuya floración es espectacular.


Los limpiatubos son plantas originarias de Australia, que reciben este nombre por la manera en que se disponen sus flores en torno al tallo. Pertenecen a la misma familia que el mirto y los eucaliptos. Las tres especies tienen hojas, estrechas y alargadas, que desprenden sustancias aromáticas.


Muchas plantas, por su incapacidad para moverse se ayudan de insectos para reproducirse. Gracias a los pétalos, hojas transformadas de vivos colores, y también, a veces, por los olores que desprenden, los insectos son atraídos una y otra vez, y en estos viajes de flor en flor, además de alimentarse van transportando el polen, las células reproductoras masculinas, de aquí para allá.

Pero, tanto los pétalos, como los sépalos del limpiatubos son diminutos. Son los filamentos rojizos de los estambres los que sirven de reclamo visual a los insectos. Los estambres son muy numerosos para que los granos de polen que tienen en los extremos sirvan de alimento a los insectos y, al mismo tiempo, embadurnen sus alas y sus patas, los miles de cortos pelos que sobresalen de sus cuerpos.


Cuando ya los estambres se caen de las flores, se puede ver el pistilo, la parte femenina de la flor. En su extremo, pegajoso, se quedan pegados los granos de polen que han sido traídos por esos incansables seres invertebrados. Por el interior de esos largos tubos van a bajar las células reproductoras masculinas de los granos de polen para unirse en el ovario a las células reproductoras femeninas, que allí se encuentran. Una vez fecundada la flor se va a transformar en un pequeño fruto capsular, leñoso, que se queda unido durante varios años al tallo. Pero, ya a los pocos meses se abren para dejar salir las minúsculas semillas que se han formado en su interior.


¿Has probado alguna vez a dejarte llevar por esos alados dioses que, azarosamente, te acercan a otras personas, has dejado tu corazón desarmado, abierto al dulce encuentro de lo imposible? La vida vuela.

Rafael Martín Holgado.

CON PALABRA PRESTADA: LA CAPILLA DE LA ENCARNACIÓN


No era una parroquia, pero sí realizó funciones parroquiales durante lo antiguo en varias ocasiones y, la última vez, con motivo de las obras de reparación que se realizaron en la Parroquia de Santa Ana a causa de los daños que ésta había sufrido por el terremoto de 1755.

Esta capilla y hospital de ignorada fundación, pero de la que se sabe su existencia por lo menos desde el siglo XVI, estuvo situada en la Cava Nueva (calle Pagés del Corro ), enfrente del colegio Reina Victoria (José María del Campo ). Su advocación dio nombre en su tiempo al lugar que se conoció así en Triana durante siglos. De la Encarnación se llamó el famoso muladar (1) que se encontraba en el solar del colegio y que luego fue plaza de la Verbena, y de la Encarnación se denominó también el corral que se formó a su lado y que todavía existe (2), de tanta tradición en el barrio.

Se sabe que en 1794 se renovó y mejoró la capilla colocando unas columnas que sostenian los arcos primitivos, que anteriormente se apoyaban sobre pilares de ladrillos y que también se elevó su piso. A la conclusión de esta obra tuvieron lugar para su estreno solemnes funciones religiosas el Domingo 18 de Mayo de aquel año y por la tarde salió en procesión por Triana la imagen de la Virgen que se veneraba en su altar mayor.

Cuidaba de esta capilla y residía en ella una hermandad dedicada al culto de la Santisima Virgen bajo esta advocación, que se constituyó en Cofradía y que elaboró su regla siendo aprobadas por la autoridad eclesiástica el 18 de Julio de 1554. Esta hermandad fue una de las varias que desaparecieron en Triana, aún cuando en su época era de las de mayor tradición.

Su Iglesia tenía tres naves anchas que albergaban nueve altares, varios de ellos con pinturas de Herrera el Viejo, del Mulato y de otros famosos pintores.Tenía también amplia sala de Cabildo, sacristía y cuartos, además de un espacioso huerto que llegaba hasta el callejón de San Miguel.

Tiene esta hermandad una curiosa anécdota y fue que en la procesión del Viernes Santo, el 15 de Abril de 1808, ocurrió que pasando la cofradía por el Altozano la imagen del Cristo (3), que era de pasta de papel se cayó del paso y se hizo pedazos. El paso hubo de ser retirado dentro del alboroto que se originó y la hermandad continuó su estación solo con el paso de la Virgen.

La revolución de 1868 acabó con aquella hermandad ya vencida por múltiples disidencias, que acabó suprimiendo primero su iglesia y después vendiéndola y derribándola para edificar casas en su solar.

Este fue el fin de una hermosa capilla, parroquia circunstancial de Triana, llena de obras de arte, en pinturas, retablos e imágenes y de singular tradición.

Manuel Macías Míguez
Selección: Ángel Bautista Guerrero


Notas del bloguero: 

(1) Muladar: lugar donde se echa el estiercol y la basura de las casas, estercolero, basurero.
(2) Hoy en día propiedad municipal y en fase de restauración.
(3) Era el llamado Cristo de la Sangre.
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