domingo, 31 de marzo de 2013

EL DEDO DE RODRIGO



 Los dedos de Rodrigo


            Dormía el sueño de lo injusto por algún rincón de almacén municipal desde que otro sueño quedó clausurado, el de la Exposición Iberoamericana. Y héteme aquí que, cinco lustros después, se le cambia la cara a la plaza de Chapina, y es entonces cuando a don Aurelio Murillo se le ocurre pedir, como guinda para la obra urbana, la estatua de Rodrigo de Triana que lució en la que se llamó Plaza de los Conquistadores y que desde entonces permanecía, yacente y telarañosa, Dios sabía dónde (Dios y don Aurelio). Y así, Rodrigo volvió a su barrio para disfrute de los chiquillos del lugar, prestos y hábiles con los tirachinos. Y como creo recordar que ya contamos la historia del primer Rodrigo, pasamos al segundo, a este que ahora extiende, exasperado, su brazo izquierdo pidiendo justicia, tal y como se despidió de Colón y de los altares de sus Reyes Católicos para nunca saberse más de él.

            Y entra en escena Pepe Lemus, un escultor amante del Arte y la   bohemia de la vida, inolvidable personaje que para sentirse pleno necesitaba la atmósfera de Triana y un rincón en “Las Golondrinas” de Paco Arcas. Y a él le encarga el mismo don Aurelio una nueva imagen del marinero con mejor vista del mundo náutico y, Pepe, tan generoso como buen artista, talla en piedra y por un precio simbólico la figura que irá a parar al sitio al que casi todo el mundo, no trianero y por error, tiene como frontera entre Triana y Los Remedios, como si esta frontera existiera aquí o en cualquier otro lugar del barrio.

            Es 1973 cuando se inaugura para satisfacción de todos los trianeros que se reencuentran con el rebelde y resucitado hermano. Don Aurelio se sale con la suya sin tener que rogarle mil veces -e inútilmente- al alcalde de turno la necesidad de la estatua para glorificar una página de la historia de esta parte de la ciudad. Y allí queda aupado en su palo mayor y en la orilla de la mal rotulada calle Génova, como si no existieran nombres trianeros a quien dedicar la calle (Monte Pirolo o Manuel Cagancho, debió llamarse). Si, allí quedó a merced de los malos vientos. Y así, en un temporal, perdió el primer dedo, al que seguirían otros temporales y otros dedos… De una de estas galernas de abandono le quedó una pátina negra que no debe preocuparnos porque, al fin, él prefirió perderse por tierras africanas… En las reuniones de “Hecho en Triana” pedimos la restauración e iluminación de los monumentos que con tanta sangre se consiguieron para Triana, si es que era de verdad –evidentemente, y una vez más, no lo era- la construcción de una Triana turística. Tampoco parece que lo sea ahora, a pesar de los oropeles del Museo de la Cerámica siempre pendiente de inauguración.

            …Y no hay más que echarle un vistazo a nuestro pobre Rodrigo, que si en vida abdicó -por rácanos- de Colones y Españas, ahora, en espíritu, se está pensando si por la misma falta de cariño renuncia a ese “de Triana” que consta en el rol de  la más famosa travesía.

Otra asignatura pendiente. ¿Cuándo conseguiremos la licenciatura de barrio histórico civilizado?



Ángel Vela Nieto   
            

viernes, 29 de marzo de 2013

"ENTRE SEVILLA Y TRIANA"

Un momento de la representación. Fotografía gentileza de Curro Carreres


No, no se trata del Puente, se trata de la zarzuela que, con  libro de  Luís Fernandez Sevilla y Luís Tejedor y música del compositor donostiarra  Pablo Sorozábal, se reestrenó el pasado día 13 de marzo en el Teatro de La Maestranza con la dirección musical de Juan García Rodríguez.

Auténtico sabor a Triana, con un buen trato en la puesta en escena y ocurrentes diálogos que, sin lugar a dudas, nos recordaron aquellos tiempos de corrales de vecinos y ajetreada vida en los muelles y  tabernas. Nuestra felicitación a esta producción y a todo el equipo que ha participado. Y para que todo no quede en lisonjas y aplausos, vaya una pequeña crítica que he tenido la oportunidad de discutir y compartir, de una manera muy cordial, con el director escénico Curro Carreres, a quien  felicito doblemente por esos espectaculares decorados donde la cerámica trianera  ha tenido un protagonismo fundamental a la vez que le doy las gracias por las fotografías que ilustran esta entrada y donde podrán comprobar, de la mejor manera posible,  lo que les intento describir.

Aunque desde la prensa e incluso en las presentaciones se informó que la zarzuela no se había vuelto a representar desde el  año 1950, año  de su estreno en el Teatro  Circo Price de Madrid y posterior reposición en el Teatro Alvarez Quintero de Sevilla en el año 1952, la realidad es que en marzo de 1984, en el sevillano Teatro Lope de Vega, se volvió a representar de la mano de la Compañía Lírica del Maestro José María Damunt; este hecho me lo advirtió Ángel Vela y así está documentado en su libro “Triana: la otra orilla del Flamenco”.

Cartel del estreno en Madrid en el Circo Price.

En el segundo acto del sainete se representa una fiesta en el interior de un corral de vecinos con motivo de una Cruz de Mayo. Perfectos los decorados, sin faltarles un detalle, con especial mención a  las cadenetas de papel y la propia cruz. Sin embargo, resultaba desubicado un inmenso cuadro, con fotografía de la época,  de la Virgen de la O, pese al cuidadoso esmero y trabajo de investigación que el director de escena  desarrolló en la propia Hermandad de la referida imagen. Entendemos que, en la celebración de esta fiesta, la cruz debe ser el centro de atención y no hay lugar para otras imágenes; así es la costumbre en Triana y por eso carece de sentido la imagen de esta dolorosa.

Fotografía gentileza de Curro Carreres

Pero el punto más discordante de la obra ocurre durante la interpretación flamenca que obviamente no podía faltar en la fiesta del corral. Serían el cantaor Jesús Méndez y el guitarrista Manuel Valencia los encargados de poner el soniquete flamenco en cuestión y que  no pudieron comenzar de otra manera que con unas bulerías de claro compás jerezano;  y como segundo plato, para engrandecer esta fiesta cantaora jerezana, interpretan un soleá por bulerías, el palo estrella de la mencionada ciudad gaditana. Se redondea la escena con la interpretación de dos bailaoras con bata de cola en una coreografía difícil de descifrar y que el propio director, Curro Carreres, nos explica  de la siguiente manera:  “La soleá fue una recreación plástica del momento dramático de la protagonista enfrentada al conflicto como mujer y como madre, y como algunas críticas han recogido también, se representó como un baile frente a un espejo imaginario, en un recurso de baile contemporáneo interpretado por dos bailaoras en el mismo papel”.

Hasta aquí todo pudiera estar dentro de la normalidad si obviamos que estamos en Triana, en la cuna del  Flamenco, y  tal vez este aspecto no lo haya tenido en cuenta nuestro amable director.  El soniquete flamenco  que deberían haber empleado para  representar la fiesta  corralera tendría que haber sido el tango de Triana; nunca unas bulerías de Jerez. Y para el momento dramático de la protagonista tendría que sustituir esa soleá por bulería por  una soleá de Triana o incluso una siguiriya.  Y de los bailes, qué mejor representación que  los tangos  o esas maneras  de interpretar de la Escuela Sevillana de Baile en la que Triana ha dejado una huella fundamental.No podemos pasar por alto este tipo de situaciones que poco a poco nos han relegado, de una manera infame, del más alto lugar del Flamenco que nuestro barrio nunca debió perder.

Le deseamos muchos éxitos a esta Zarzuela en sus próximas funciones en Madrid y Oviedo  y, como recuerdo, les dejamos este tango, del Titi, claro:

Si quieres saber 

los pasos que doy 

vente pa Triana

que a Triana voy


 José Luis Jiménez

miércoles, 27 de marzo de 2013

EL DEDO DE RODRIGO




Pepe, guadia urbano



José Cerpa Dominguez de uniforme durante su ronda por Triana y cartel de la Pelicula "Manolo, Guardia Urbano", protagonizada por Manolo Morán.
                         
            Fue una de aquellas películas de cine de verano, de aquel frescor barato y divertido. Fue una de las carteleras que alegraban las esquinas de Triana; podía ser del cine Avenida, Alfarería, La Estrella, San Telmo, Gran Vía o cualquiera de los que llegaron después abriendo el abanico de los sueños… “Manolo, guardia urbano” se anunciaba, y el actor que interpretaba al protagonista era también Manolo y de apellido Morán, uno de los rostros, junto a Fernán Gómez, Tony Leblanc, los Ozores, Antonio Riquelme y Pepe Isbert, tan familiares que parecían salidos de cualquiera de los corrales de vecinos de la Cava o de la calle Castilla, que ellos también pululaban buscándose la vida por nuestras aceras y patios como cualquier hijo de vecino de una Triana animosamente gris con sabor a posguerra y canquiñones y música de coplas y fandanguillos.

Manolo Morán en un fotograma de la película

            La película es del año 1956 y en ella trabajan casi todos los actores citados por lo que el interés se multiplica, así que se acudía a las sillas de enea como quien iba a una convocatoria familiar. Manolo no sólo es un guardia alegre y bondadoso, según la propaganda de los prospectos, sino que es un calco de nuestro Pepe, guardia urbano, auténtico espécimen del barrio, de nombre José Cerpa Domínguez, celoso guardián en su tiempo de la encrucijada vial que forman las calles San Jacinto, con sus paralelas tranviarias, y Pagés del Corro con sus dos Cavas, sitio estratégico del tráfico, aún sereno y pueblerino, de los vehículos rodantes y donde podían juntarse un taxi con un triciclo, un carrillo de mano, una bicicleta y un monstruo amarillo, ruidoso y poderoso, llamado tranvía.
Nuestro Pepe en el cruce de San Jacinto con La Cava
Una de las esquinas la ocupaba la oficina del Banco Andalucía, justo en el lugar donde se encuentra, en edificio moderno, el bar “La Blanca Paloma”. Y un poquito más hacia el cuartel de los civiles, en chaflán, alentaba, también en aquellos tiempos, con sus puertas de par en par, el recordado “Rinconcillo”, paraíso de la manzanilla “San León”, la sangre encebollada y el bacalao con tomate. Pepe solía colocarse de espalda a estos clamores de sirenas en adobo para no caer en tentaciones en horas prohibidas, porque estaba sujeto a la formalidad del aparatoso uniforme que con evidente orgullo lucía, si bien su rostro cárdeno y su expresión guasona podían hacer creer lo contrario.

José Cerpa, de espaldas al Rinconcillo, en La Cava

            Nuestro hombre no tuvo hijos, como su camarada Manolo que en la película aparece feliz por su próxima paternidad después de veinte años de espera. Vivió en la callecita Arnao de Flandes, en el Turruñuelo, y su mujer se había criado en el barrio León. Pepe, guardia urbano jubilado, tuvo como postrera morada la residencia existente frente al Cachorro.

            Un día reciente, nuestro amigo, gran cantaor, Joaquín “El Carbonero”, nos habló de su tío en tiempo de grata tertulia en “El Ancla” y quedó en dejarnos fotos, y ya con ellas ante los ojos tenemos que restregárnoslo porque lo que vemos son fotogramas de la película de Manolo Morán. Así que lo mismo que Armiñán se inspiró en nuestro Campito para crear a su “Juncal”, Rafael J. Salvia podía muy bien haberse fijado en nuestro Pepe para su Manolo madrileño y peliculero. Incluso podía haberle dado el papel, porque siempre tiene más valor el “original”.

¿Manolo Morán en un fotograma de la película o Pepe el guardia en Madrid?


Ángel Vela Nieto

lunes, 25 de marzo de 2013

4ªº PARTE DE "TRIANA EL BARRIO DEL ARTE" DEL LIBRO "HELIOS GÓMEZ LA RÉVOLUTION GRAPHIQUE"

Portada del libro "Helios Gómez La Révolution Graphique"

Continuación del capitulo "Triana: El Barrio del Arte" del libro "Helios Gómez La Révolution Graphique.

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Rebuscando en la obra de Helios Gómez y cuya culminación puede ser la  Capilla Gitana, podemos encontrar un cierto vestigio religioso inspirado  en el espíritu  de su barrio donde la Semana Santa, El Corpus Christi o la  Romería del Rocío tienen un carácter distinto a la de la propia Sevilla. Así, en esta época, durante la Semana Santa procesionaban numerosas hermandades de penitencia entre las que destacamos La Esperanza de Triana, El Cachorro, La O y La Estrella. Desde 1813 Triana dispone de una hermandad rociera que fue fundamental en el devenir de  la Romería del Rocio. Y, por último, la procesión del Corpus Christi, en Triana “Corpus Chico”, le confiere al barrio el auténtico sabor de pueblo.

Pero el  aspecto, este definitivo, que marca el espíritu  de Helios Gómez es el ambiente cultural y artístico de Triana;  el solar del mundo que más artistas ha parido. Pocos barrios han podido contribuir al engrandecimiento cultural y artístico de España. Tal es así que, la mayoría de las veces, tanto esplendor puede alterar la realidad por entenderse que es el resultado de una auténtica exageración chauvinista y vanidosa. Pero sin embargo, basta un repaso a la bibliografía, discografía u otros medios de conocimiento general para demostrar que el arte del toreo, del flamenco, de la danza, de la canción, de la pintura o del cine  tiene en esta orilla una nómina de artistas fundamentales.

Recurriendo de nuevo  a la maleta que heredó su hijo Gabriel, nos encontramos con dos toreros trianeros coetáneos de su padre: Francisco Vega de los Reyes “Curro Puya” y Joaquín Rodríguez Ortega “Cagancho”. Todo parece indicar que ambos diestros tuvieron una relación personal con Helios Gómez: coetáneos, vecinos, gitanos y probablemente compartiendo otras aficiones. El exilio de nuestro artista seguramente no impidió el contacto entre éste y los mencionados toreros debido a su contrastada  afición taurina hasta el final de sus años. En la época que tratamos, el arte del toreo era dominado por un trianero: Juan Belmonte “El Pasmo de Triana”, dos generaciones mayor que los dos diestros mencionados. Él fue el auténtico creador del toreo moderno. Hasta él, los toreros iban buscando al toro, convirtiendo la lidia en una auténtica guerra donde  se limitaban a acompañar al toro en la embestida. Se hablaba de los terrenos del toro y del torero y la suerte de matar, de picar y de banderillear eran las más importante de la lidia. Con Belmonte todos los terrenos de la plaza eran del torero, del toro ni un puñado de arena. Los pies hay que enterrarlos en la arena y dejarlos quietos, ahora sólo se mueven  los brazos y el toro va a donde quiere el torero. A partir de aquí podemos hablar del arte de torear; el riesgo y el trabajo se convierten en valor y dominio. Han sido innumerables los toreros trianeros desde el siglo XVIII hasta la época actual y algunos, como los mencionados Belmonte, Cagancho y Curro Puya, fundamentales en el desarrollo de la lidia actual.

Haberse criado en la Triana de principios de siglo XX fue la gran suerte de Helios Gómez para impregnarse, en primera línea, de otro filón de belleza propia de este barrio: nos estamos refiriendo al Arte Flamenco. Aquí tiene su cuna y Meca ya que  es donde todos los artistas flamencos de la época  pasaron para impregnarse de este arte tan singular y misterioso. Sin lugar a dudas, una de las consecuencias de la simbiosis que ocurre con la llegada de los gitanos a Triana es el gran milagro del Arte Flamenco. A buen seguro que no podemos hablar por separado de una raza, de una tierra ni de un oficio sino de la mezcla en la dosis adecuada de los componentes mencionados.  Una particularidad, casi un enigma por resolver, son las dos vertientes flamencas que se producen en una extensión tan -relativamente- reducida:  los cantes gitanos, rancios, procedentes fundamentalmente de las fraguas de los Montes Pirolo y Marianillo, representados por sus tonás, siguiriyas, soleares y tangos y, en contraposición: El Cante Alfarero; con la soleá alfarera del Zurraque, sin parangón en el mundo flamenco. En aquellos años de principio del siglo XX en Triana era imposible que el Flamenco pasara desapercibido para sus vecinos pese a la intimidad que le conferían, las fraguas, las tabernas y los corrales de vecinos, escenarios por excelencia de este arte en aquellas fechas. La taberna “El Baúl”, en el Monte Pirolo, era donde los toreros llevaban a sus amistades para el disfrute del Flamenco. Pese a que en Sevilla existían numerosos cafés cantantes, en Triana no fueron muy prolíficos, salvo algunas excepciones. Los ecos de los legendarios nombres de los Caganchos, Frasco el Colorao, Los Pelaos, Ramón “El Ollero”, La Andonda o el Fillo debían sonar todavía por el arrabal y no fueron ajenos a los sentidos de Helios Gómez, que supo plasmarlo a lo largo de toda su  obra y concretamente en La Capilla Gitana que sintetiza a la perfección un cuadro flamenco donde la Virgen de la Merced luce majestuosa como una gran “bailaora” gitana.

Continuará

José Luis Jimenez

viernes, 22 de marzo de 2013

EL DEDO DE RODRIGO


                        ¿Por dónde se entra en Triana?


            Y yo qué sé. Bueno, mire: En Triana hay que entrar andando y por el puente; es nuestro consejo expuesto en una guía de la ante-Expo, pero como usted viene hacia el Altozano en coche, que así anda el mundo hoy, pues le diré: Si viene del sur pasando por Bellavista, cuando llegue al estadio del Betis tiene que preguntar por Los Remedios. En el trayecto del Paseo de la Palmera vaya buscando el puente que tiene que atravesar, del Generalísimo se llama, y no es que sea del tiempo de la posguerra, es moderno, pero no tanto como los de la Cartuja.

            Cuando se halle en la Avenida Virgen de Luján, entonces… no, no; mejor continúe por la Palmera y al llegar a la altura del Palacio de San Telmo, si puede, después de girar a la derecha, dé la vuelta ante la Fuente de los Meones de la Puerta de Jerez… No, déjelo, porque veo que se va a liar. Mejor siga la dirección recta del Paseo que continúa en el de Colón, donde se encuentra la plaza de toros; lo va viendo más fácil, ¿verdad? Desde la ventanilla del auto divisará la calle Betis, el famoso puente y los edificios del Altozano, su destino. ¿Ya? ¡Que se cree usted! Aquí lo único que puede girar es el cuello, de modo que olvídese de la calle Betis, del puente y el Altozano, y mire al frente que la cosa se vuelve a complicar.

            Pase el remolino de semáforos dejando el edificio de la Caridad, uno que verá aislado, a la derecha (caridad es la que suplicarán sus nervios a esta alturas), pero no se le ocurra meterse en el paso subterráneo porque irá a parar a la Cartuja, que es lo que se propuso quien proyectó estas direcciones olvidándose de Triana; seguramente será uno de la sociedad de protectores y amantes de lo clásico, de lo genuino, los que vemos comiendo pescao frito en El Mero o en el Puesto de las Flores, ufanos, satisfechos de la labor que han realizado en bien de la comunidad. Héroes de medalla.

            ¿Dónde le dejé, forastero? Si, ya, camino del Parque temático. Olvídese también de la Cartuja, ya tendrá tiempo de ir, durará más que la propia Triana al paso que vamos. Bien, coja el carril lateral, el de intemperie, tuerza a la derecha, luego a la izquierda… ¿Que se está alejando? Eso lo sé yo, pero ahora el puente que hay que enfilar es el del Cachorro… Si al menos pudiéramos aconsejarle que aparque, respire y se tome una cerveza –mejor, una tila-, pero ¿dónde deja el coche…?

            Como no queremos abandonarlo a su suerte recapacitamos. Lo único sensato que se nos ocurre es que contrate un chófer nativo, un guía de agencia o vaya detrás de un taxi que le enseñe el camino, con el riesgo de que lo pasee antes por toda la ciudad… Otra solución sería que telefoneara al amigo de Triana y que éste vaya a rescatarlo a la Palmera. ¿Que no desea molestarlo? ¿Que quiere darle una sorpresa? ¿Sabe usted una cosa? Creo que es más saludable que aplaque su afán por conocer el barrio universal y deje su visita para después del cerco. ¿Que no comprende esta incomunicación? ¿A nosotros nos lo va a decir? ¿Pancartas de protestas? ¿Manifestaciones? Estamos en Triana, forastero; ya nos conocerá algún día de estos…

            Este texto es parte de un artículo que escribimos en El Correo de Andalucía el 6 de diciembre de 1993; han transcurrido más de 19 años. En una de las inútiles reuniones de la comisión de “Hecho en Triana”, le pedimos al entonces delegado de Urbanismo del equipo de Monteseirín que ya estaba bien de cerco, y como no tenía otra salida, se marchó prometiendo un semáforo de entrada a Triana desde el Paseo Colón. De esto hará 6 ó 7 años. Y resulta que ahora, en estos días de viento, nos ha llegado la noticia de que se ha aprobado en la Junta de distrito el dichoso giro a la izquierda, el mirar y el poder entrar al corazón del barrio por el camino lógico, el de toda la vida antes de Pellón.

            Y nos preguntamos: ¿Pero es que dependía de la Junta del distrito? Si es así, apaga y vámonos… En fin, que más vale tarde, aunque sea muy tarde. Ahora llamaremos al amigo de Cádiz, si es que aún tiene edad para conducir, para que venga a conocer Triana; lo que no sabemos es cómo le vamos a explicar la tardanza en reparar el disloque.

            (Otro asunto que planteamos es la construcción de una rotonda en ese mismo cruce tan complicado de atravesar como peatón. Un día, Dios no lo quiera, uno de esos conductores que lo cruzan a setenta por hora –cuántas veces lo hemos repetido-, se despistará y se llevará por delante a los pacientes transeúntes que esperan en una isleta intermedia a que el semáforo les dé paso. Si esto ocurre ¿de quién será la culpa?).

Ángel Vela Nieto.
             

miércoles, 20 de marzo de 2013

DESDE EL MONTE PIROLO




             LA ALTERNATIVA DE JB (II)                        



 “Tomar la alternativa”,  esto quiere decir que los novilleros, pasan de matar novillos a matar toros en un ceremonial llamado “tomar la alternativa” en el argot taurino. O sea, pasar  de torear y matar reses  de tres años cumplidos hasta  el día antes de cumplir cuatro años (utreros y novillos).  El nombre de toros se le da a las reses que ya han cumplidos los cuatro años en adelante. Reglamentado está que se pueden lidiar hasta con seis yerbas o sea siete años desde el punto de vista ganadero. Esta es la teoría pero antiguamente salían a las plazas toros hasta con 8 y nueve yerbas.

                                      

El torero el día de la alternativa  pasa de estar considerado novillero  a ser matador de toros. En los  carteles que anuncian este festejo figuran dos matadores de toros, el más antiguo  de los dos –padrino de la ceremonia- encabeza el cartel, le sigue el otro matador de toros  -testigo de la ceremonia- y como último el novillero (llamado “neófito”). Al primer espada (padrino) le corresponde  lidiar y estoquear el primer toro pero una vez terminado los primeros tercios de la lidia (capote, varas y banderillas) coge los trastos de matar (muleta y estoque) y en presencia del segundo espada (testigo) se los entrega al novillero (neófito) cediéndole a la vez también la vida de su toro para que lo lidie. Es la teoría y en parte la realidad. Una vez estoqueado el toro por el novillero ya se le considera a éste matador de toros para todos los efectos.

Hasta hace poco tiempo, salvo excepciones, los novilleros llegaban a tomar la alternativa  después de una intensa preparación matando novillos. En la actualidad y debido a las dificultades que tienen los empresarios para organizar (montar) novilladas con picadores -salvo en plazas de primera por imperativos de los pliegos de los contrato de arrendamiento- las excepciones mencionadas al principio se han acabado y los novilleros casi todos toman la alternativa con pocas novilladas toreadas (mínimo reglamentado). Como se suele decir en el argot taurómaco toman la alternativa “muy verdes”.

                                      

Cuando he dicho que antiguamente, salvo excepciones,  la mayoría de los novilleros  pasaban al grado de matador de toros al cabo de cuatro o cinco años baqueteándose por todas las plazas hasta estar maduros para el acto de la investidura taurina principal e incluso por causa meritoria antes de ser matadores de novillos (novilleros) iban en las cuadrillas como simples subalternos(banderilleros), como ejemplo cercano, Ignacio Sánchez Mejías. Ejemplo de lo contrario, no ser banderillero antes de novillero nuestro paisano Antonio Montes. 
Sin embargo en la historia de la tauromaquia hay ejemplos significativos de toreros que han  pasado de novilleros a matadores de toros con pocas novilladas toreadas debido a su precocidad e inteligencia para el oficio más difícil del mundo. También influye en un gran porcentaje el entorno que les haya rodeado desde la infancia. Como  modelos Joselito “El Gallo”, Paquito Casado, Los Bienvenidas….y más modernamente Emilio Muñoz,  El Juli… que la tomaron entre los quince y diecisiete años



Juan Belmonte no tomó la alternativa  tan joven  pero cuando la tomó con 21 años cumplidos  llevaba muy poco tiempo de novillero quizás dos temporadas escasas  toreando muy poco hasta que  llegó el gran triunfo de Sevilla el 21 de Julio de 1912 que lo catapultó al planeta de la tauromaquia, centenario no celebrado ni en su barrio. Tan grande fue este triunfo que la afición de Madrí exige a los empresarios que lo contraten para su plaza lo que se cumple al año siguiente 193C el día 26 de Marzo en un mano a mano con otro torero del barrio Curro Posada que ya traía ganada su fama anteriormente. ( En un escrito anterior hemos dado la crónica de los dos debut).

Triunfan los dos pero Juan Belmonte arrebata lo que hace que queden contratados para dos novilladas más, igualmente  mano a mano, 11 y 12 de abril del mismo año mismo cartel y diferentes ganaderías y de ahí al contrato de JB para “para tomar la alternativa”, la alternativa y la confirmación de una tacá, de la tirona, o sea el 2x1. Esta ceremonia  se podía celebrar en cualquier plaza de toros de primera, segunda o tercera categoría pero no sé porqué regla escrita había/hay que confirmarla en  la Plaza de Toros de Madrí.  Pasados Gallito, Posada y Limeño al grado de matador de toros Juan Belmonte se quedó sin competencia en la novillería  y en las corridas de toros faltaba la nota musical de la emoción que ponía  Juan, por lo tanto se decidió que Juan tomara la alternativa y la confirmación a la vez  para no perder  tiempo y empezar las ferias de la temporada siguiente con carteles llenos  de lujo y competencia.

                                             
                                     
Así era Don Juan Belmonte torero del barrio de Triana por la gracia de Dios. ¡OhAlá! hubiera sido un éxito su alternativa después de tanta expectación despertada pero fue un petardo de alternativa. Es  lo que se está celebrando y quieren seguir celebrando en Sevilla, el petardo y no sé si en el barrio se celebrará según impongan, o sea, no sé si con categoría pero si sé que sin alegría porque no se dieron las circunstancias para ello. El otro caso, el cincuentenario del óbito, que se celebró tanto en la capital como en el barrio quiero, deseo, borrarlo de los carteles taurinos de mi mente.

                                      

 En el cartel de arriba se anuncian los dos, cartel de colección porque anuncian toros cuando en esa fecha los dos eran novilleros.
 Curro Posada fue un novillero muy famoso en anteriores temporadas y  a raíz del triunfo de Juan Belmonte en Sevilla (21/07/193C) lo emparejaron para enfrentarlos a otra pareja de novilleros que también se repartían los carteles de más fama, Joselito “El Gallo” y “Limeño”, que venían  desde la famosa e infantil cuadrilla de niños sevillanos toreando juntos.                            
Era Curro Posada hermano de Faustino gran torero malogrado por un Miura en Sanlúcar de Barrameda y de Antonio, el menor de los Posada,  también un grandísimo matador de toros trianero y  a ninguno de los tres se le ha hecho justicia en su barrio. Hijos de un guarda de Tablada, Francisco Posada, que algunos cronistas decían que había hecho sus pinitos como rejoneador y picador. Tablada era y es  continuación, al sur, de la Vega de Triana, Vega muy torera donde vivieron  toreros  y picadores trianeros.





Don Modesto, revistero famoso de la época dijo que los hermanos Posada  trajeron al toreo un toreo novedoso, de parón y de mando, propio de los toreros de Triana pero que carecían de esa personalidad que en poco tiempo da la  fama y que no hace falta renovarla día a día, por ejemplo su paisano  Juan Belmonte tiene esa personalidad y muy acusada y  de la que los públicos no se olvidan, pase el tiempo que pase, aunque sus últimas corridas  hayan terminado en fracasos.

                                     


Curro  tomó la alternativa en Pamplona  un 3C de Julio de 193C su padrino fue Antonio Fuentes y de testigo Lagartijillo Chico con un toro del Duque de Tovar  “Receloso”, berrendo en negro y herrado con el nº 3CParece que a este torero también lo marcó el número 3C como a su paisano de Triana Antonio Montes. Esa temporada, antes de la alternativa, toreó 36 novilladas muchas de ellas con Juan Belmonte siendo en algunas el auténtico triunfador, en una de ellas por cogida de Juan en el primero de la tarde  tuvo que matar el solito los seis novillos de D. Esteban Hernández. Triunfo completo.

Estando un día lesionado  Limeño y Juan Belmonte  se planteó el problema de buscarle pareja a Joselito “El Gallo” para una novillada importante en Cádiz. Joselito que ya mandaba en las empresas taurinas desde novillero se negaba a torear con todos los que le proponían hasta que le dijo al empresario que el único que se podía vestir de torero junto a él para torear era Curro Posada, he ahí la soberbia torera de uno y la categoría y la dimensión como torero de este Curro Posada, categoría hasta tal punto apreciada que lo contrataron para la inauguración de la plaza Monumental de Sevilla el 6 de Junio de 1918 con una corrida de toros de D. Juan Contreras,  el cartel lo componían Joselito, Fortuna y Curro Posada.  Fortuna famoso además por haber matado un toro bravo  en plena calle con un estoque improvisado (bastón con larga arma blanca en su interior) y con su abrigo como capote.


                                      

 Hay que darse cuenta y el que no quiera verlo que mire para otro lado lo que se cocía en Triana taurinamente hablando, caldero embrujado de un toreo distinto reconocido por toda la grey taurina y que  legó  la torería trianera pasada y ha llegado hasta hoy con los últimos toreros de Triana – Manolo Triana y los hermanos Domingo y Mario Triana-  que adoptaron de apellido el nombre del barrio y como culmen de este  exclusivo toreo trianero  una gran figura,  Emilio Muñoz, tan trianero que cuando tuvo una ganadería no dudó en nombrarla como Toros de Triana que debutaron en Sevilla un 28 de Julio del 2005.                               



Me he enterado que  hay pululando por los tentaderos de varias ganaderías otro torerillo de Triana, agitanadito y que trae revolucionado el cotarro, hijo de Manolo Triana. Démosle tiempo al tiempo. 


                                      


                                                                                              Antonio del Puente
                                                                                                      Marzo-3C

lunes, 18 de marzo de 2013

3º PARTE DE "TRIANA EL BARRIO DEL ARTE" DEL LIBRO "HELIOS GÓMEZ LA RÉVOLUTION GRAPHIQUE"

"TRABAJADORES SIN TRABAJO" Del libro "VIVA OCTUBRE" Helios Gómez,  Bruselas, 1935.
Continuación del capitulo "Triana: El Barrio del Arte" del libro "Helios Gómez La Révolution Graphique.
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Pese a que en la  reciente bibliografía publicada acerca de nuestro artista encontramos algunos artículos controvertidos acerca de su raza gitana, el análisis de su obra pictórica y poética despeja inmediatamente la duda.  Triana, desde el siglo XV, ha sido considerada una gitanería con características diferenciadoras de otras, tal vez la mayor  España, y que de manera definitiva supuso un nuevo enriquecimiento del  mestizaje ya existente en el arrabal. Desde la ruta Europea de los Balcanes o por el Norte de África, al igual que a otros puntos de España, llegan a Triana  desarrollando sus oficios ancestrales, como la herrería, y desempeñando otros que en esos momentos eran demandados en la comarca. Así, en esta época que estamos tratando, era frecuente encontrar a gitanos trianeros ejerciendo de agricultores en la Vega de Triana, trabajando en los tejares o ladrilleras, ganándose el jornal en el puerto o ejerciendo en sus fraguas particulares, que eran multitud las que existían repartidas por todo el barrio. Los gitanos trianeros convivían en los corrales mezclándose con los no gitanos, los chiquillos compartían juegos y, los mayores, fiestas y celebraciones. Las miserias e inundaciones no distinguían a las razas y el sentido de la solidaridad se desarrolló entre gitanos y gachós.
Los gitanos de Triana nunca emplearon el terminó payo para referirse a sus convecinos de la otra raza, siendo empleado, siempre en términos amistosos y de cordialidad, el término gachó. La identificación de los gitanos con Triana es total como lo demuestra los siglos de feliz convivencia,  el gran milagro cultural de la génesis del Flamenco, la contribución al arte de la tauromaquia o la propia creación - asimilando las costumbres y sentir religioso de Triana y siguiendo la misma línea que habían trazado los negros- de una hermandad de penitencia: La Hermandad de los Gitanos.  Son la Cava de los Gitanos y la Pila de los Gitanos  dos símbolos ejemplarizantes de esta feliz convivencia.
La Cava, es el nombre primitivo de la actual Calle Pagés del Corro y forma parte, junto con la calle San Jacinto –antigua Manuel Carriedo-, de la columna vertebral del barrio. La Cava Nueva o Cava de los Gitanos era el nombre que tomaba la calle en uno de sus tramos donde habitaban en mayor número las familias gitanas y donde se sitúan los míticos  Monte Pirolo y Monte Marianillo,  pilares fundamentales en el nacimiento del Flamenco. La Cava Vieja o Cava de los Civiles es el otro tramo de la calle cuyo nombre le viene por estar establecido allí el Cuartel de la Guardia Civil. Queda aclarado así el entuerto que hemos encontrado en la bibliografía dedicada a Helios Gómez cuando se han referido a “La Cava”. 

 Con respecto a la Pila de los Gitanos, es el nombre popular que recibe la pila bautismal de la Parroquia de Santa Ana, no siendo exclusivo el uso de esta a la prole gitana y que demuestra como el gitano se adapta a las costumbres de la tierra, en este caso al bautismo. Triana siempre ha demostrado su hospitalidad y aquí todo el mundo ha sido bien acogido; no iban a ser los gitanos una excepción. Los gitanos trianeros han vivido en absoluta sintonía en este barrio, nunca renunciaron a su raza y costumbres, salvo la del nomadismo, y han dejado una profunda huella, hasta tal punto que sería inconcebible la historia de Triana sin ellos.

Continuará

José Luis Jiménez

sábado, 16 de marzo de 2013

DESDE EL MONTE PIROLO

 CRÓNICA DE DOS  DEBUT

PLAZA DE TOROS DE MADRID. Llamada de la carretera de Aragón, 6 HERMOSOS NOVILLOS 6, cinco de la acreditada ganadería de SANTA COLOMA y otro del conocido ganadero DON SALVADOR GARCÍA DE LAMA por haberse lesionado uno de la ganadería titular en el desencajonamiento, estas reses son desecho de tienta y cerrado y serán muertas a estoque por los afamados diestros del barrio de TRIANA (Sevilla) que  actuarán mano a mano y harán por primera vez el paseíllo en esta plaza:  


CURRO POSADA  Y   JUAN BELMONTE


El espectáculo se llevará a cabo, si la autoridad lo permite y el tiempo no lo impide, el día 25 de Marzo de 193C.


                                         

En esta plaza desaparecida y sustituida por la plazatoros de Las Ventas habían pisado su arena los más grandes toreros de la segunda mitad del siglo XVIII, de todo el siglo XIX y primeras décadas del siglo XX como Lagartijo, Frascuelo, Machaquito, Guerrita…en esa arena alternaron sus triunfos con el derramamiento  de su sangre entre ellas la del torero de Sevilla  El Espartero que además de dejar su sangre dejó también su joven vida  entre las astas de un toro de Miura llamado “Perdigón” .

                               

En el día anunciado en lo carteles 25 de Marzo de 193C no se pudo celebrar la novillada porque  el agua caía a cántaros pero era tal la expectación que habían levantado en la capital de España los dos toreros de Triana  que  la corrida no se suspendió sino que se aplazó para el día siguiente.


Miércoles día 26 de Marzo de 1913´. La corrida aplazada ayer Martes  se lidió hoy con un lleno total y el siguiente resultado.


 En medio de una gran expectación y precedidos por los  alguacilillos del despeje como es de rigor los dos toreros de Triana asoman a la puerta de cuadrillas para iniciar el paseíllo. Curro Posada  con traje azul pavo y oro y Juan Belmonte con traje gris plomo y oro.  

Cuadrilla de Curro Posada. Banderilleros: Manuel Pérez, Alcantarilla y Riañito. Picadores: Utrera, Almela y Melones chico.

Cuadrilla de Juan Belmonte. Banderilleros: Calderón, Alvaradito y Pilín. Picadores: Cadena, Pedro Fernández y Berruga.

En los chiqueros cinco novillos de Santa Coloma y uno de D. Salvador García de Lama.


1º) Canastero.  (Santa Coloma). Negro y mogón del izquierdo. Da dos o tres talegazos a los picadores pero sin ninguna víctima. Posada instrumenta dos o tres capotazos perdiendo el capote en el último. Se banderillea muy bien y son ovacionados los banderilleros. Posada con la muleta valentísimo a pesar del viento en uno de los pases lo derriba el novillo apuntándole el pitón al pecho con fuerte porrazo. Se levanta y sigue con naturales y de pecho mata muy bien y es fuertemente ovacionado. Gran debut.


2º) Marinero. (Santa Coloma). Negro listón. Sale Belmonte y le da seis verónicas seguidas, un farol y tres recortes. Gran ovación. Cinco porrazos a los picadores con dos caballos para la carne. Alternan en quites Posada y Belmonte entre el entusiasmo del público. En banderillas se alterna lo malo con lo bueno. Belmonte con la muleta está sorprendente da tres naturales, dos de pecho y tres molinetes inverosímiles y cuatro ayudados ceñidísimos. Da un pinchazo, media perpendicular con arqueo del brazo y estocada desprendida recibe una gran ovación.


                                     

3º) Lechuguito. (Santa Coloma). Negro. De salida hace cosas como si estuviera reparado de la vista. Posada se defiende con el capote. Picadores y banderilleros salen del paso. El novillo está quedado y con la cara por los suelos, Posada tiene que luchar con el novillo reservón y con el ventarrón se alivia con la espada y hay división de opiniones.


4º) Renegao. (D. Salvador García de Lama). Entrepelao y meano. Belmonte da cinco verónicas y un farol saliendo revolcado, se levanta y da  media verónica ceñidísima. A los picadores le dan cinco o seis tarantantanes y los banderilleros están entre Pinto y Valdemoro. Brinda  la faena Belmonte al famoso revistero Adelardo Fernández-Arias López (El Duende de la Colegiata) que está acompañado de La Chelito. Belmonte empieza a torear junto a la barrera y saca al tercio el novillo pero este se raja y se entablera. Pases de pitón a pitón y  de estocada con derrame pero bien colocada termina con la fiera. Gran ovación.

                                    

5º) Chungón. (Santa Coloma). Negro. Sigue la ovación a Belmonte. Posada capote al brazo quiere torear a un toro que no se deja. Se lo hace ver el público. Le da esta res varios latigazos a los picadores y Posada tiene que hacer el quite quedando el bicho avisadísimo. También Belmonte tiene que quitar quedando un caballo para las mulillas. Los banderilleros salen del paso dignamente y son ovacionados. Brinda Posada al Sr. Menchero y empieza en las tablas ajustadísimo y con gran valor da ayudados, derechazos… le puede Curro al novillo  y  rajándose el animal se refugia en tablas, cuadrada la res  entra Posada por dos veces a matar pero derecho como una vela. Es fuertemente aplaudido.


6º)  Cortador.(Santa Coloma). Negro., bizco del derecho y corretón Belmonte da dos verónicas perdiendo el trapo pero se rehace recogiéndolo y da cuatro verónicas y una media marca de la casa, hay dos recortes impresionantes. Ovación. Los picadores después de tres o cuatro caídas pierden dos caballos. Los banderilleros muy valientes pero pareando desigualmente. Palmas. El novillo lo encuentra Belmonte  sin fijeza y desparramando la vista. Empieza con ayudados por bajo. Se le cuela la res pero Belmonte da pases que nadie imitará ante el asombro general y saliendo con la taleguilla rota por la pierna izquierda. Mata con media que basta y sale a hombros junto con Posada.


                                     
 

Esta es la crónica de la novillada de la presentación en Madrí de dos toreros trianeros.

 El primer espada Curro Posada  tiene oficio, valor y buen estilo y el segundo espada  Juan Belmonte tiene algo extraordinario, algo no común en los demás toreros, algo que levanta a los espectadores y los hace aplaudir al crisparles los nervios con sus molinetes, faroles, verónicas y medias verónicas, naturales y pases de pechos imposibles de imitar. Con el estoque debe de practicar porque valor no le falta. Traen los dos novilleros un  toreo  distinto a lo que se suele ver. ¿De dónde les sale esa forma de torear?. ¿De Triana?. El Toreo.


Prensa de Sevilla. 28 de Marzo de 193C. La llegada  de Juan Belmonte al andén de la estación de Sevilla fue apoteósica, más de 2000 trianeros ocupaban la estación, al apearse le apretujaron tanto que por poco lo ahogan y tuvo que intervenir seriamente la policía. Como venía lastimado de la corrida de Madrid quiso tomar un coche pero sus partidarios se lo impidieron cogiéndolo a hombros y así se lo llevaron hasta su casa en el barrio de Triana.

No se anuncia nada de la llegada de Curro Posada  porque éste tenía destino a Córdoba donde toreaba el domingo siguiente.

                            

Fue tal el éxito de los dos toreros que fueron contratados  solo ellos para dos novilladas mano a mano en la misma plaza los días 11 y 12 de abril con novillos de Anastasio Martín la primera novillada y novillos de García de Lama la segunda que no se pudo celebrar porque Juan Belmonte terminó la del día 11 lastimado con distensión de ligamentos del tercio medio de la región tibio-peroneo con  gran hematoma en el pie izquierdo.


                                     

Desde mi modesto punto de vista taurino si hay o se quiere celebrar algo con gran torería en el barrio me parece que la prioridad la tienen los triunfos y no los fracasos.  Pero si se quieren celebrar alternativas  aunque sean petardos sonados, la de Curro Posada también cumple el CENTENARIO  meses antes que la de Juan Belmonte, ceremonia que se celebró en la ciudad de Pamplona por San Fermín, un día 3C de Julio de 193C -¡joé con la fecha!- que,  o no supo o no pudo quitar con  su milagroso manto como capote al toro de  la mala suerte de este torero. En Sevilla le da nombre a una calle cerca de la Avenida de Kansas City, calle única en todo el territorio español con el nombre  de Curro Posada.

                                                                 

Antonio del Puente

                                                                            Marzo del 3C

                                   


                                              

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