domingo, 29 de abril de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: "EL NIÑO SABIO".

Sevilla, 16 de diciembre de 1927. Sociedad Económica de Amigos del País. Homenaje del Ateneo de Sevilla a Góngora. De izquierda a derecha: Alberti, García Lorca, Chabás, Bacarisse, José María Romero Martínez, Manuel Blasco Garzón, Jorge Guillén, Bergamín, Dámaso Alonso y Gerardo Diego. Foto Serrano.  

   Se llamó José María Romero Martínez y ya nadie en en barrio se acuerda de él, ni siquiera cuando preguntamos a los mayores por el “Niño Sabio de Triana”. Nació en Olivares, el año 1893, hijo de notario. Trasladada su familia a Sevilla estudia Medicina y acaba la carrera con premio extraordinario. Instala su consulta en la calle Pureza y, en seguida, se convertirá en una venerada personalidad del arrabal. 
   Su sensibilidad lo llevó a expresarse como escritor y poeta, colaborando en revistas y diarios de la ciudad. En 1915 se le otorga la “Flor Natural del Ateneo de Sevilla” en una de sus escasas lecturas públicas. Estuvo muy ligado a la Docta Casa, promoviendo aquella famosa reunión de jóvenes poetas de diciembre de 1927 en pro de la figura y obra de Góngora.
   Fue un intelectual humanista comprometido con su tiempo, ideas que le llevaron a apoyar a la República con entusiasmo y convencimiento, y hasta ocupó cargos de responsabilidad dentro del partido Unión Republicana. Fue detenido en los convulsos días de julio del año innombrable, llevado al tristemente famoso barco-prisión de donde salió para ser fusilado por sus “perversas” ideas y “malos” ejemplos, como era ejercer de médico de la beneficencia municipal o no cobrar a los enfermos pobres pagándoles, incluso,  las medicinas. Una víctima inocente más del martirologio trianero de aquellos nefastos días de ensangrentada locura. 
   Nadie se ha atrevido, después de la muerte del dictador, a contar todo lo que ocurrió, con nombres y apellidos, en "Triana la roja", en la Triana de los anarquistas, del obrerismo activo y soñador. Ni siquiera sabemos los nombres de los que aparecen en una de las fotografías más conocidas de la represión de los auto llamados “nacionales” tras la entrada, a sangre y fuego, de sus fuerzas militares el día 21 de julio. Me refiero a la que muestra tres cuerpos ensangrentados caídos sobre la acera y adoquines de la calle Rodrigo de Triana, tras los muros del colegio Reina Victoria.
  Casos como estos hicieron que la democracia naciera ciega. Faltó un juez Garzón entonces y una “memoria histórica” más fresca y viva. ¿Acaso alguien puede pensar que no tienen razón los que aún no han podido desenterrar y dignificar a sus familiares vilmente asesinados? ¿Cómo saber ahora los nombres de esos tres desgraciados de la conocida fotografía? ¿Por qué crímenes pagaron con la muerte? Estamos seguros que por ninguno. Todo se ha hecho tarde. 
   En la vieja revista “Triana” resucitamos al “Polito”, joven atleta, héroe de la chiquillería y otro de los mártires del barrio; ahora recordamos, aunque sea brevemente, al “Niño Sabio” que, por serlo, además de hombre altruista y liberal, cayó en el más injusto olvido hasta que en 1992 Olivares lo homenajeara en el nombre de su flamante biblioteca. 
   Esto es, también, historia de nuestro barrio más que nos pese y duela. Una historia que jamás debe repetirse y, por eso, no debemos olvidarla.

Ángel Vela Nieto.

sábado, 28 de abril de 2012

TRAS LAS RAÍCES DE TRIANA: CUATRO ROSAS PARA TI

En un pequeño espacio que hay a principios de la calle Manuel Arellano dos o tres vecinos se han empeñado en cuidar el jardín, a menudo los veo regando con la manguera de un lado para otro, limpiando la tierra de hojas secas, podando algunas plantas, hoy me han visto haciendo las fotos y me han dicho que han contado más de ciento veinticinco capullos, pero que la gente los arranca, hasta nos han robado un gran macetón, eso lo han tenido que hacer por lo menos entre dos porque con lo que pesa y para pasarlo por encima de la valla, mira, mira aquí se ve que han cortado uno, mi nieta me dice abuela, tú porque no coges, es que a mí me gusta verlos, mi niña, orgullosos pasan revista a los distintos rosales y a las otras plantas que hay, pero es que los rosales están este año cargaitos, tan bonitos, menos mal que los de aquí dentro no se los pueden llevar. 
 

Rosa de papel, de volantes ondulados, rosa que grita, rosa de corazón oculto, en cada pétalo escribo un verso para que caigan sobre ti, desordenados, celosos, huellas de este amor que no marchita.


Rosa silvestre, la verdadera, cinco pétalos, los originales, en el centro numerosos estambres rodeando al pistilo, la parte femenina, sin artimañas, sin adornos, la tercera rosa es para vivir.


Rosa madura de la pasión, se me clavan las espinas que el tiempo trae, pero ya no hay prisa, respiro cada segundo con la necesidad de un naufrago enamorado.


Rafael Martín Holgado.

Las rosas, siempre las rosas, tengo asociadas estas flores a una sugerente canción de los años ochenta que, en un ritmo muy lento, decía aquello de:

…hay cuatro rosas para ti
toma mi vaso y bebe en él
las cuatro rosas que de doy…
La primera rosa te la ofrezco cerrada y amarilla, como una tarde aburrida de verano, silenciosa y hermosa, esperando que le pases los dedos por encima para que, lentamente, con la timidez de una chiquilla, comience a separar sus pétalos.

miércoles, 25 de abril de 2012

TRAS LAS RAÍCES DE TRIANA: BUGANVILLAS, UNA APUESTA POR EL COLOR


Los árboles del paraíso ya han florecido y en la placita que hay delante del centro de mayores de Chapina no se puede respirar otra cosa que su pastoso aroma, pero, a pesar de sus vistosas flores, el color lo ponen allí las buganvillas, esos arbustos espinosos que tanto se usan como setos, capaces de crecer y formar con sus ramas curvas, bien apoyadas, un fabuloso parasol vegetal.

El nombre se debe a un militar francés, mesié Boungainvillé, que la descubrió en Brasil, allá por 1768 y hay diferentes variedades: rojas, púrpuras, blancas, moradas, amarillas… Normalmente la parte más coloreada de una planta son los pétalos de la flor, siempre que sea necesario atraer a los insectos, sin embargo en las buganvillas, como las flores son unos pequeños tubos de pétalos amarillos, que casi no se ven, el color lo ponen unas hojas modificadas llamadas brácteas. En número de tres se reúnen conteniendo en su interior tres flores, que pueden abrirse a la par o no.


Ahí están las buganvillas dando sombra a unos feos bancos, acompañando a esos juguetes para mayores, es curioso, que este sitio se parezca tanto, por disposición y colores, a un área infantil, niños y mayores, los no productivos de la sociedad, dicen las leyes del mercado, los que aún no son y los que han dejado de ser, los que suponen un gran gasto, toda esa gente que padeció años muy malos en Triana y que fueron capaces de sobrevivir como auténticos héroes, los que antes de dar el último estirón pasaron a ser hombres, ahora en cambio, la juventud se alarga hasta más a allá de los treintaytantos porque lo importante es disfrutar, gastar y disfrutar, consumir para que no se pare el motor de la sociedad y los más maduritos a intentar seguir siendo chavales, nada de barriga, tetas para arriba, mucho viaje, arrugas bien planchadas, coches vistosos, si te separas a ligar otra vez, todos queremos ser jóvenes, los niños a base de beber y fumar, los adultos jugando con peterpan y quién se acuerda ahorade los mayores, los que de verdad nos pueden enseñar a vivir, los que hemos ido arrumbando a la pared, como un viejo mueble inservible, dejadme sentado bajo las buganvillas, sin otra cosa que hacer que hablar con los paseantes, mirar hacia el río que no veo, oler esta primavera que ya no me entra por las venas, dejadme que se me acerque un viejo, quiero que me haga llorar con sus recuerdos, los tristes, los más amargos, los de toesodía de entonces, que tras sus brácteas de color, muestre también las espinas, dejadme que sienta lo mismo que él, por un rato, es el homenaje que les quiero hacer hoy a mis mayores, esos que no se ahogaban jamás en las penas.    

   
Rafael Martín Holgado.

martes, 24 de abril de 2012

IMPACTANTE



  Como “impactante” ha calificado el delegado del distrito la actuación que llevarán a cabo, conjuntamente con el Consorcio de Turismo, en la zapata de la calle Betis. Ahora queda esperar para ver cuándo y cómo nos explican lo que tienen en la cabeza. Nos es precisamente el Consorcio de Turismo un organismo que se caracterice por su eficiencia y productividad; sólo hay que ver la nómina de personal que tiene en plantilla, eso si que es impactante,  y los resultados que han obtenido desde su fundación.

  Sin ir más lejos, a finales del pasado mes de marzo, el Sr. Sotero Martín, uno de los múltiples gerentes del citado Consorcio, comunicó que las obras del Museo de la Cerámica de Triana concluirían en el presente mes de Abril. Sólo hay que pasar por su puerta y observar el interior para llegar a la conclusión que quedan meses de obras.

 Concretamente el pasado domingo fue retirada la grúa y se puede observar como quedan pendientes los revestimientos, las carpinterías, los elementos terminales de las instalaciones e infinidad de cosas más; impactante la poca seriedad de estos políticos.

  Deseamos que la anunciada transformación de la zapata sea una realidad y que, de una manera urgente, se realice un plan coherente para que Triana sea un punto turístico de importancia y no sólo un referente gastronómico de la ciudad.

José Luis Jiménez

lunes, 23 de abril de 2012

RAFAEL EL NEGRO


                        A todos los que han contribuido para que Triana derrame tanto Arte.

   El pasado mes de Marzo vio la luz el nuevo disco de Miguel Poveda, ArteSano, y en dicho trabajo hay grabados unos tangos de Triana, de título “Triana, puente y aparte”, que el artista catalán ha querido dedicar a Rafael El Negro. Brillante y acertado ha estado Poveda, que dicho sea de paso es amante de nuestro Barrio y siempre lo coloca, hablando de Flamenco y de Arte, en el lugar privilegiado que le corresponde.

   Escribía Manuel Barrios en el año 1969, a propósito del nacimiento de Los Bolecos, “Si hay un cielo para los gitanos – un cielo con baile por bulerías y una guitarra en son-, allí estará un día Rafael El Negro.”  Y qué razón llevaba porque, desde ese cielo, seguro que Rafael sigue derramando su Arte.

   Rafael García Rodriguez, Rafael El Negro, nació tal día como hoy del año 1935 en La Cava de los Gitanos. Bautizado en la Pila de los Gitanos y casado, en la Iglesia de la O, con Matilde Coral con quien ha compartido escenario durante muchos años, llevando con orgullo el nombre de Triana por todo el mundo. El baile de Rafael era pura elegancia y dulzura; nunca perdía la colocación, y cuando bailaba por bulerías te entraba un repeluco por todo el cuerpo. La primera vez  que lo vi bailar fue a principio de los setenta, en El Gazpacho de Morón de la Frontera. Entonces actuaba en compañía de Matilde Coral y de El Farruco, formando parte de Los Bolecos. La última vez fue en el año 2005, en el I Festival Flamenco de Triana, celebrado en el  Hotel Triana, precisamente dedicado a  él y a Matilde Coral.

   Hoy hay fiesta en el cielo;  El Titi canta  y Rafael El Negro baila, el duende, sólo por hoy, se marcha de Triana para ver y escuchar.

  ¡Felicidades, genio!

José Luis Jiménez

sábado, 21 de abril de 2012

TRAS LAS RAÍCES DE TRIANA: CHOPOS DE CHAPINA


Tras el descanso obligado del otoño, los chopos, como los demás árboles caducos, comienzan a rebrotar, las ramas aún se ven ligeras, unas cuantas hojas y las flores femeninas cuelgan livianamente, de manera que por detrás se pueden ver el puente y el río, una fuente segura de agua para estos gigantes. En el año de 1948 se construyó en ese mismo sitio el tapón de Chapina, que dejó estrangulado al Guadalquivir, convertido en un brazo abandonado a su paso por TRiana. No fue hasta las obras de la Expo que se dejó al río correr otra vez por su antiguo cauce, el tapón se trasladó hasta San Jerónimo, donde una pequeña conducción subterránea regulable es la que permite la entrada de agua a la dársena, mientras las aguas vivas toman su nueva ribera artificial rodeando a la ciudad por su lado oeste, hasta unirse de nuevo al cauce verdadero, una vez pasado el puerto.


Los chopos se diferencian de los álamos por tener costillas negruzcas en el tronco, por eso se les conoce también como álamos negros. Sus hojas, recién brotadas son muy brillantes pues están recubiertas de ceras protectoras y presentan un hermoso tono púrpura, aunque más tarde terminan con su color característico.

Para la reproducción de esta especie y, por tanto su supervivencia, las flores no son vistosas, ni olorosas, no necesitan atraer a los insectos para que transporten el polen, sino que lo dejan todo en manos del viento, cuelgan por un lado las inflorescencias masculinas y por otro lado las femeninas, para quedar más expuestas a esos golpes de aire y de suerte, florecen antes de que crezcan las hojas para que éstas no estorben la llegada del polen hasta las flores femeninas, pequeñas, agrupadas en torno a un eje que cuelga.


Escribe Octavio Paz:
Un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un árbol bien plantado mas danzante,
un caminar de río que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre…


Rafael Martín Holgado.

lunes, 16 de abril de 2012

DESDE EL MONTE PIROLO


    UNA HERMOSA VACA

Efectivamente hermosas eran las vacas que por aquellos entonces y hasta la década de los cincuentas se lidiaban y se mataban en plazas portátiles de pueblos, vacas gordas, lustrosas, viejas o que no parían, auténticas “pepas” y con unas arboladuras (léase cuernos) que para sí quisiera el toro del aguardiente. Se lidiaban con los toreros vestidos de traje corto campero. Casi todos los que querían ser toreros en aquella época estuvieron acartelados en estos espectáculos cercanos a la capital, sobre todo en Alcalá de Guadaira donde un aficionado de un pueblo vecino era fijo en los carteles “El Chupa del Viso”. Estos festivales se prohibieron y siguen prohibidos en la actualidad,  la vacas bravas solo se pueden sacrificar en el matadero, pero en otro tiempo servían para dar oportunidades a los torerillos que no tenían ocasiones para torear novilladas con o sin caballos y entrenarse entrando a matar, de verdad, a cambio de unas palizas tremendas porque estas vacas ya venían toreadas del campo en tientas y retientas y se juntaban el saber del animal con la poca técnica del aspirante a torero. Mala liga.

Viene todo esto a cuento porque hoy domingo, día de San Anastasia Mártir,  mi costilla  -¡sangre, a mí!-  me dio un escobón y me puso a hacer instrucción: ¡al hombro!, ¡paso ligero!, ¡izquierda!, ¡derecha!, ¡presenten armas!, ¡aarrr!, ¡zafarrancho en la sacristía!, ¡al combate!. La sacristía, mi rincón,  es un cuarto convertido en  contenedor, lleno hasta la bandera de todo lo que uno  se pueda imaginar pero en maremagnum  glaceado de polvo por encima y, mira por donde,  cuando estaba en plena refriega me encontré este cartel que ya lo había dado por perdido o regalado.


Creo que esta escuela taurina? estaba ubicada en el barrio alto de San Juan en un cine de verano que le llamaban “La Marina”

Las curiosidades de este cartel son dignas de sorpresa  taurómaca porque  se anuncia como festival -no como clase torera siendo escuela-  sin beneficio para nadie, donde solo se lidia una res y además es una vaca y no hay profesor sino que anuncia a todo un director de lidia?, y como director de lidia un novillero trianero que estaba a las puertas de tomar la alternativa, lo que hizo en Jaén de manos de Braulio Lausín y de tercer espada Antonio de la Haba “Zurito” con toros de Moreno Santamaría el día 15 de Agosto de 1926, día de la Virgen de los Reyes en Sevilla, día que siempre se dan toros y se la podían y debían de  habérsela dado aquí no en Jaén, este día en Jaén consiguió un gran triunfo pero tenía 36 años y ya se le había ido el tren que no espera a nadie. La empresa de la plaza de toros de Sevilla bien podía haber tenido un detalle con este torero.


Ramón Cansino no llegó a tomar la alternativa pero debutó en Madrid como novillero  en Septiembre del año 1935 en una novillada de ocho novillos para cuatro debutantes.

A José Pérez Gómez “El Nili”, banderillero, en el cartel le ponen el apodo como segundo apellido,  Rafaé “El Gallo” lo   apodó así –las cosas raras de Rafaé-  cuando debutó en Sevilla en una novillada sin caballos en el año 1915, al año siguiente el  día 28 de Mayo torea ya con picadores en la misma plaza, en el año 1921 se retira del toreo y vuelve el año 1925, creo con la idea de coger los palos o sea ser banderillero, no obstante el 5 de septiembre de este mismo año torea en Sevilla acompañando a Gitanillo de Triana y Mariano Rodriguez, después pertenecería, ya como banderillero, a la cuadrilla de éste último y también  integraría  las de las figuras sevillanas del toreo de aquella época, Ignacio Sánchez Mejías, Rafaé “El Gallo”, El Niño de la Palma, Luís Fuentes Bejarano y Juan Belmonte que incluso le apadrina un hijo. El ahijado de JB fue uno de los impulsores de la Feria Nacional Taurina de San  Marcos en Aguascaliente (México), país donde se afinca “El Nili” en 1939, no se sabe la fecha en que llegó seguramente exiliado por sus ideas o amistades. En 1936 auxilia al último alcalde republicano de Madrid, D. Pedro Rico López, al que saca de la capital metido en el maletero de un coche con destino a Valencia para que embarcara rumbo a América.

El banderillero era todo un personaje en el mundo del toro y también debía y sabría desenvolverse perfectamente en otros ambientes debido a su carisma personal, es la ley de la supervivencia elevada a la máxima potencia. En México fue reconocido y respetado como un gran taurino, descubridor y apoderado de toreros famosos (El Calesero, Jesús Córdoba, A. Velázquez…) y  llamado a participar en jurados taurinos importantes y de mucho rango teniendo gran poder de decisión en los mismos. Ya en el mismo año de 1936 formó parte de un jurado junto a profesionales del toro muy principales que impidieron torear en España a los toreros mejicanos.  



De carácter anecdótico es la Nota que remata el cartel y que la ofrezco ladeada en forma de detalle, pero antes de esta Nota el cartel anuncia que la corrida? se celebrará si el tiempo no lo impide… ¿Y la autoridad?. ¿Lo permite o no?...¡Que le den!.... ¡ni Madrí!.

                                                                 Antonio del Puente
                                                                                        Primavera-12


                                         


sábado, 14 de abril de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: DEL TRIANA


                                                          A todos los que lucharon porque el nombre de Triana brillara también en los campos de fútbol. 

   Hace unos días hablaba de lo mal que le va al Triana, a la Triana futbolera; no hemos vuelto a ver al presidente, pero sabemos que la cosa no varía de color, un color que no hay que imaginar. Cuando nos decidimos a dar la voz de alarma en este espacio teníamos delante una publicación donde descubrimos una auténtica curiosidad, una referencia de esas ocultas que, una vez descubiertas, dan que pensar. Se trata de un atrayente libro titulado “Cine de luces”. Preciosamente ilustrado, va de películas taurinas o sobre el mundo del toro y el torero que creemos viene a ser lo mismo. Nos llamaron la atención especialmente las películas en las que intervino como actor nuestro genial Joaquín Rodríguez “Cagancho”, todas rodadas en su segunda patria, México; allí donde fue una figura social por vía de su magia taurina, “cónsul” del arte popular español y decidido introductor de compatriotas en la capital azteca, muchos de ellos trianeros de su Cava, que llegaban para torear, cantar, bailar o cosa por estilo.

   También hicimos pausa en su lectura para señalar cuanto se dice de las tres versiones que se rodaron de una novela trianerísima: “La Virgen del Rocío ya entró en Triana” (inicio de unas sevillanas de los Quintero) de la que es autor Alejandro Pérez Lugín, porque una cosa que no tiene perdón es que ninguna de las tres películas con argumento y personajes tan de este barrio la interpretara, en el papel principal, una artista trianera estando como estaban en primera línea del éxito Antoñita Colomé y Gracia de Triana para la primera versión, y Paquita Rico, Marujita Díaz, Mikaela y Soledad Miranda para las siguientes. 

   También me recreé en lo que se dice de “Belmonte”, la horrenda película de Bollaín de la que hablaremos en otro momento. Pero lo que más me sorprendió de la publicación de la Junta y Francisco Gallardo Uribe (2007) es una película del año de la Exposición Iberoamericana que dirigió Florián Rey con el título de “Fútbol, amor y toros”, filme del que el propio director era el responsable del guión. Y esta es la sinopsis: “Un torero jubilado se lamenta de la decadencia de las costumbres. Muy distinto a él es un potentado, aficionado al fútbol, cuyo hijo es guardameta del ¡Triana C.F.!” (los signos de admiración son nuestros, claro).

   No sé si existirán muchos equipos de fútbol que puedan presumir de algo semejante, y hace ochenta y tres años del suceso. Pues si, un futbolista “de cine” se ocupa de que no entren balones en la portería de nuestro equipo de aquel entonces. No sabemos si alguna vez visitó Triana Florián Rey, un maño que muere en Alicante después de trabajar en Madrid, aunque hay que decir que alguna querencia trianera llevaría dentro cuando, nueve años después, rueda “Carmen la de Triana” con Imperio Argentina. Así que el Triana dio un portero de cine, del cine que comenzaba a hablar aunque, al fin y al cabo, los porteros no están para dar discursos sino para detener balones. Fue la primera película de temática taurina con sonido sincronizado, otro detalle.

   El “viejo torero” es nada menos que Guerrita, el sentencioso cordobés, y nuestro guardameta el actor Ricardo Núñez, un elegante galán gallego que fue, además, el productor de la singular cinta. Este “fichaje”, Núñez, resultaría uno de los actores favoritos de Florián Rey, el gran director español al que tendríamos que considerar como “entrenador de honor” del Triana C.F.

Ángel Vela Nieto

miércoles, 11 de abril de 2012

VEO VEO: UNA SEMANA


Ya pasó la semanasanta por TRiana, quien lo diría, todo el año esperando, y se escapan las horas como segundos, atrás quedó, lejana ya, porque la magia de ese tiempo se desvanece con el vivir cotidiano, no quedan torrijas, ni bacalao, no se consulta con ansia a los profetas del clima, como fantasmas las túnicas y capas esperan su vuelta a los cajones, y el despertar diario únicamente significa el inicio de una nueva jornada, en la cara se nos nota más que nunca la arruga de la indiferencia y la desidia, porque a algunos nos pasa que el fino y los claveles no terminan de alegrarnos el semblante.

Las fiestas cumplen una función social muy importante, en semanasanta los distintos barrios que forman la ciudad van tomando de forma ordenada el centro de la misma, se pasean las hermandades, orgullosas, acompañadas de su gente, por delante del poder civil y del eclesiástico,  ya antes en la salida no son los mandamases de siempre los que embutidos en sus trajes se pavonean delante de la iglesia, ese día los actores principales son los costaleros, los nazarenos y el pueblo inquieto que es a la vez espectador y participante en la fiesta, con sus lágrimas, tocando el mato de su virgen, emocionándose con un pequeño detalle, rezando… todo es posible y para todo hay tiempo.

Y esta semana, como otras fiestas y otros acontecimientos en los que se reunen amigos y familiares, sirve para definir los grupos, para aclarar quienes forman parte de tu núcleo más íntimo, basta ponerse un poquito enfermo y pasar algunos días hospitalizados para sentir el cariño de los que comparten de verdad tu vida, los que te servirán siempre de apoyo, una curiosa cuadrilla que no necesita ser igualada, pero que lo mismo te mecen, que van racheando, saben lo que te conviene en cada momento, o de una levantá te hacen sentir cualquier día la brisa dulce y amable, esa cargada de aromas y de música, que sólo sopla en la mejor semana de nuestro barrio.  

Rafael Martín Holgado.

Fotografías
  • Nazarenos con estandarte, años veinte. Fototeca Esperanza de Triana.
  • Nazarenos San Gonzalo y paraguas del blog  El mito y la regla.
  • Hermandad de la Estrella de Ramón Simón en su blog Sombras pequeñas

domingo, 8 de abril de 2012

LA PROCESIÓN DE RAFAEL



Con la entrada de la Hermandad de La O se puso fin a la Semana Santa trianera. Sin embargo en la mañana del Sábado Santo, en El Altozano,  todavía podíamos presenciar esta particular procesión, de la que Rafael Domínguez es capataz, imaginero, orfebre, dorador, director musical, nazareno de los que dan caramelos  y costalero, y a la que, como comprobaremos a continuación,  no le falta un detalle.
Por el maletero del coche de Rafael circula la Hermandad de la Esperanza de Triana, con sus dos pasos, por el Puente; música incluida. El tío de los globos, a 1 euro a unidad, el de los calentitos, a 3 euros la rueda y el que alquila las barcas, a 6 euros la hora, han tenido cabida. Hasta podemos encontrar a Urdangarín, aunque no lo conozca ni su puñetera madre.


Pero lo más curioso de todo tal vez sea la proclamación del beticismo de Jesucristo:
“Lo coronaron de espinas, lo azotaron con cuerdas, y en sus lamentos decía: Viva el Betís manquepierda, lo mejor de Andalucía”


Rafael, natural de San Juan de Aznalfarache (Aljarafe trianero), lleva tiempo en el Altozano, al que llegó huyendo de los municipales y sus multas,  mostrando estas tradicionales escenas de Triana; en navidad nos muestra en su maletero un simpático portal y en mayo, las carretas del Rocío. Para el año que viene me confesó  que nos traerá a El Cachorro por el Puente 
Lo mejor de la procesión de Rafael es que, pese a la inclemencia del tiempo, no ha faltado ni un  día de la Semana Santa y además con el deseo de que no nos falte el trabajo;  tal y como reza en el anunció de su capó.



José Luis Jiménez

miércoles, 4 de abril de 2012

DESDE EL MONTE PIROLO



CAÑAS Y VELAS

Yo de mayor quería ser Guadalquivir, me explico, irme a las claras del día, a favor de corriente, a Sanlúcar de Barrameda y con la marea y la brisa del lubricán volver a Sevilla. Pero no, cada día soy más Guadiana, apareciendo de cuando en cuando, cada vez más tarde, sin encontrar la manera de quedarme entre mis dos orillas y pasar debajo de mi puente. Así está el patio que, cuando he aparecido por Monte Pirolo ya habían florecido el naranjo amargo, el laurel y los nísperos y el aire estaba y está aromatizado, suave y algodonoso. Los pájaros, las avispas, las abejas y otros hemípteros le ponían y le siguen poniendo música y rumores.
Todavía no se había inventado que las brigadas de Lipasam fueran detrás de la última cofradía así que, terminada la Semana Santa, la carrera oficial estaba de cera hasta las trancas. Hablo de los años cincuenta y tantos y década de los sesenta cuando en cualquier rincón de las casas había un bodegón cuaresmal y semanasantero.

   
El Domingo de Resurrección descanso de  capillitas y cofrades y a la hora que empezaban los toros estábamos, mi pandilla y yo, en la calle Sierpes, cada uno con un jarrillolata -hecho por los lateros con las latas de leche condensada-  un raspador para la cera y cajas vacías de galletas, entonces se vendían las galletas al peso o contadas y venían en cajas grandes de lata. 
No perder de vista en la fotografía las tres bolitas negras que son  plomillos de pesca con una ranura para meter el hilo. Y la caña que fue el cetro que le pusieron entre las manos a Jesús los soldados de Pilatos en la burla de la coronación como rey junto con la corona de espinas y el manto púrpura. El Cristo de la Coronación de la Hermandad del Valle la lleva.
Por los años de este relato  los escobones eran de palma y el soporte era de caña cogido a la palma con una tomiza trenzada. La palma se gastaba pero la caña seguía en todo su esplendor y nosotros, mi pandilla y yo, la guardábamos entre las tejas del tejado que estaba justo detrás de la tapia de la azotea. Hasta el tango de Triana lo dice: “Pero mare dime tú que jecho yo/ que pa que  tú me pegue a mi que con la caña/ que la caña de lescobón, ¡ay, lerén!... ¡ay,lerén, lerén!,.. ¡ay,lerén……
En la calle Sierpes como hacía sombrita –no tiene espacios abiertos- se concentraban pandillas de los barrios  para lo mismo, coger cera para fabricar velas y alumbrar  los pasos de las Cruces de Mayo. Éstos si eran también grupos de riesgo y de los más peligrosos, por menos de un estornudo -disputar el mejor sitio- la guerrea se formaba a pedrás y latazos, incluso entre pandillas del mismo barrio, de antemano y  por si las moscas nos llenábamos de  piedras   los bolsillos. Recuerdo que en los años finales de esa nuestra maravillosa etapa   paseaban la calle dos o tres parejas de guindillas que arreglaban las disputas a guantás, a cosquis y amenazaban con el vergajo o la porra que nos iban a dar un zurriagazo en el lomo.  
El patio del Corral de San Joaquín era testigo del proceso, en los días siguientes de la recogida de la cera, de la fabricación de las  velas.
A saber.
 Con serrucho de marquetería se cortaban las cañas por encima y por debajo de los nudos, se clasificaban por tamaño y grosor y se metían en diferentes cajas. El paso siguiente era, con un cuchillo cortarlas a lo largo justo por la mitad. Ayudados por un pincel, las medias cañas, se impregnaban por la parte cóncava con aceite frito y negro que se iba a tirar, después se juntaban y se amarraban para no tener que buscar las  mitades que se correspondieran. 

Al fuego se derretía la cera. Los nudos por debajo y  las dos mitades de las cañas unidas por un cordelillo fino se sellaban  con cera medio cuajada, una vez cuajada y dura se procedía a verter la cera líquida dentro de las  cañas dispuestas. A continuación los plomillos se apretaban en la punta de un cordoncillo previamente encerado y preparado con la longitud precisa y se introducían despacio en el interior de las cañas, el plomillo hacía de contrapeso y el cordoncillo bajaba por la cera derretida manteniendo al pabilo totalmente derecho. Todo este proceso se hacía manteniendo la caña dentro del agua, una vez terminado se hundía la caña durante  un minuto después se soltaba y se dejaba en el cubo o baño.
Al día siguiente se desataban, con el cuchillo se abrían con cuidado por la línea del corte y ya teníamos las velas.


Ver aparecer las velas dentro de la media caña es super güay, según mi nieto. Eso  dice también cuando ve las torrijas morenas de verde luna.


No sé en que piensa este chavorri, pero el pensamiento lo lleva por un lado y la vista y la mano por otro y como el que no quiere la cosa, así a la remanguillé, por poco nos deja sin torrijas.
                                              
                                                        Antonio del Puente   
                                                        Semana Santa/12

martes, 3 de abril de 2012

¿Y TÚ, DE QUIÉN ERES?

La autoría de la Esperanza siempre es uno de los temas más polémicos de las cofradías sevillanas, aunque en Triana y en especial en la calle Larga está muy claro.

Parece que, con  datos históricos en la mano, Don Antonio Castillo Lastrucci, en el año 29 del siglo anterior le hizo  la mascarilla y las manos. Castillo era una persona muy discreta profesionalmente y siempre se mantenía alejado de la vida pública. Sólo al final de sus días, en la década de los 60, concede algunas entrevistas y exclusivas. En una de ellas, con motivo de la “restauración de la Dolorosa de la Calle Larga” da unos datos que tiene en su “Libro de Toma de Razón” donde anotaba sus encargos:  1929. Virgen de la Esperanza: Hacerle mascarilla y manos.- 500 pesetas.  Da la casualidad que ese año también hace las figuras del Misterio de la Sentencia macarena. Mira por donde.

La polémica de esa restauración no se desata en estos años de pre-guerra sino en los últimos de su vida y en torno a algunos homenajes que se le daban a su figura. El 1 de Mayo de 1961, y a los postres del almuerzo-homenaje que se le tributa en el Restaurante “la Raza” , el colega Antonio Illanes toma la palabra y le pregunta directamente y supongo que ante la sorpresa de los presentes:  “ ¿No es por ventura Vd. autor del rostro, que es decir de la Virgen misma, de ese prodigio de suprema gracia (…) que es la Esperanza de Triana?

Un mes antes, y en una entrevista recogida por el diario Pueblo de Madrid ya había sancionado afirmativamente esta pregunta, lo que produjo la reacción inmediata de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la calle Pureza, la que acompañada por un Notario, se personó en casa de D. Antonio Castillo para que se retractase de tal afirmación, ante lo cual, Castillo, ya con setenta y nueve años, y un  futuro muy incierto, pide disculpas y se desdice públicamente de tal afirmación.

 No obstante, Illanes reaviva la polémica  dos años más tarde cuando le remite una carta a Castillo en la cual   “le invita a abandonar posturas humildes y cejar en curvaturas de cerviz, que más le humillan que le honran, y que a la historia no se le puede escamotear un acontecimiento de tanta trascendencia y en esta Historia él tendrá el lugar que le corresponde”  Castillo le responde: - Pocos dias después de la Exposición Mariana (1929) celebrada en el Salvador, el Hermano Mayor de la Hermandad de la Esperanza D. Francisco Flores  y demás componentes de la Junta como D. José Persio y M. Marchena me encargaron la restauración de la Virgen. Al quitarle la pintura vimos que los parpados eran de pasta y se acordó hacerle mascarilla y manos, y esto es todo.”
Naturalmente, D. Antonio no hizo una mascarilla tipo Hiniesta o Dulce Nombre, sino que repetió el anterior modelo de la Virgen pero “acastillándola”.  No obstante, sería su vestidor, Fernando Morillo, con su típico rostrillo y su característico “resfregaó” el que le daría el sello inconfundible de la Reina de Triana. Después, en 1989, Álvarez Duarte retocaría suavemente a la Virgen con una nueva encarnadura.


Pero, que más da. ¿De quién será la Virgen?  Pregunten a cualquiera que se encuentren el Viernes Santo por la mañana con sus mejores galas por el Puente, por S. Jacinto, por Vázquez de Leca, por la Plazuela…  Pregunten en cualquier casa de la calle Pureza, que tiene a su entrada una foto de la Virgen, en esos patios con rejas,  de antes o después de cualquier restauración.  ¿ Qué le importa a una de esas mujeres que viven en esas casas y van a rezarle a diario de quien sea la Esperanza?  La respuesta que te van a dar está clara.                                                                           
                                                                      NUESTRA.      

Por eso, su salve, esa Salve cantada cada madrugá o cada 18 de Diciembre lo dice claro.   

                          ESPERANZA NUESTRA Y A TUS PLANTAS SE ARRODILLA TRIANA.

Y los trianeros se arrodillan ante su Reina. Esa Reina que los ceramistas trianeros en 1418 soñaron para su arrabal y que cada madrugá se pasea por sus dominios.

El Callao de Triana.

Fuentes: Diario ABC. Cuaresma 1994.
Fotos.-  entrevaralesycosteros.blogspost           Hombresdediosbajolastabajadera.blogpost.

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