El plan ideado y puesto en
práctica por la anterior corporación municipal para mejorar el tráfico,
facilitar el aparcamiento y potenciar el transporte público en Triana ha sido
una chapuza mayúscula, ocasionando un daño irreparable a parte del comercio del
Barrio. El tapón que ha supuesto la peatonalización del primer tramo de la
calle San Jacinto ha aumentado, en gran medida, el tráfico de vehículos en
calles estrechas y de alto interés turístico como Antillano Campos, Covadonga,
Alfarería, Rodrigo de Triana y Pureza,incluidas todas sus bocacalles estrechas,
alguna como la antigua Torrijos de poco más de metro y medio de ancho.
No contentos con el colapso de tráfico, y el inconveniente y
peligro que nos resulta el transito por las mencionadas calles a los peatones,
resulta que convierten a una de las calles más bellas y representativas de
Triana en una gran autopista y aparcamiento superficial al aire libre. Claro
que nos estamos refiriendo a la calle Pureza. La calle donde se ubican tres
monumentos fundamentales para Triana:: La Capilla de los Marineros, La Casa de
las Columnas y la Iglesia de Santa Ana, esto sin contar con diversas casas
notables e interesantes.
En la fotografía se puede
apreciar el aspecto de la calle con la famosa capa de alquitrán, denunciada en
este blog en infinidad de ocasiones, y la cantidad de coches aparcados, con el
impacto visual tan negativo que causan
a esta vía, llamada a ser, necesariamente, el gran paseo
turístico de Triana.
En esta otra fotografía se puede
apreciar como en el entorno próximo a la Iglesia de Santa Ana y a la recien
restaurada Casa de las Columnas, son las vallas, los contenedores de basura,
las motocicletas y el asfalto los encargados de decorar y entorpecer el paseo por
la calle.
Es urgente que cambie el aspecto
y organización de esta calle; comenzando por la reposición del adoquinado y
rebajando el número de vehículos aparcados. El necesario e imprescindible Plan Turístico de Triana
debe de contemplar a la calle Pureza como una de las vías principales para que
los turistas transiten, y, que duda cabe,
en la actualidad no presenta un aspecto encantador.
José Luis Jiménez