sábado, 30 de junio de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: UN MES DE JULIO COMO LOS DE ANTES


   
    
   Tras la reunión fraterna en torno al cartelista de la Velá de este año, Vicente Flores Luque, con breve anticipo además de lo que está por llegar anunciado en voz del delegado, Curro Pérez, echamos un vistazo en perspectiva a eso, lo que está por venir en el mes de la santa Patrona. Pero saludemos cuanto antes a la grata  novedad de que este año ni el delegado ni nadie de la política ha tenido voz ni voto en la elección de los protagonistas: cartelista, pregonero y homenajeados. Consideremos también como tormenta pasada los malos vientos del Este, con sus rayos y truenos, para que nos asustemos y dejemos a la portada de Triana, que es el muro de la calle Betis, con sus desconchados, sus humedades, sus pintaditas, su abandono en fin.

    En los veranos de antes había dos momentos ilusionantes, la apertura y primeras películas de los cines de verano, y la tarde-noche de la cabalgata que anunciaba la Velá de Sant´Ana y que recorría las calles del barrio con su alegría y promesa de felicidad. En los primeros años de la democracia, cuando todo se movía por impulsos ilusionados de unos políticos sin experiencia de oficio y cargados de ideas descabelladas, los prolegómenos de la gran fiesta lo constituía una semana cultural y artística en el Hotel Triana; se empezaba a respirar los “días señalaítos” con la esperanza de saber que lo mejor estaba por llegar.

    Como los cines de verano, desapareció la cabalgata anunciadora mientras la semana cultural empezó a encoger hasta llegar a ser una semana de tres días, y de los tres a la nada. Ni siquiera se disfrutaba ya, como se hacía por tradición en el bar Puerto, la presentación del cartel con lo que se iniciaban los días en los que Triana es el centro de la ciudad y, por ello, la prensa pasaba el puente y se revivía la imagen, casi perdida, de los reporteros en plena faena. Así que la Velá desde que asomó este siglo de las grandes interrogantes, llegaba casi sin avisar, con el pregón en el Altozano por interés ajeno al barrio, pregoneros que no lo eran, con una caseta municipal desplazada del lugar que debiera ocupar y con los sonidos de una “calle del infierno”, llamada Betis, con el estruendo músical propio de los que cotidianamente celebran, con su demostrada delicadeza y hermosura estética, el botellón sin importarles lo que Triana celebra en esos días, ya menos “señalaítos”, desde hace siglos. Poco restaba de la fiesta familiar de antaño.

    Bueno es, y también justo, que nos ilusionemos con lo que nos espera en nuestro mes de julio. Por destacar algo, nombremos la presentación de la revista “Triana” (la de  siempre), una publicación que, estamos seguros, será ejemplar de colección como lo fueron los de antes del “accidente”. Con ella llegará el programa de la Velá que este año viene generoso a pesar de la mala sombra de ese monstruo al que llaman “crisis”. Y como se pretende rubricar los valores de la fiesta más antigua de Sevilla, se presentará un nuevo libro para que los trianeros sepamos cómo y por qué tenemos que defenderla, y se inaugurará una exposición para que esos valores se vean con los ojos; de la muestra quedará un interesante catálogo. Y todavía antes de la noche mágica del pregón y los nombramientos en el Hotel Triana (esperamos que este año los vecinos se comporten como trianeros), sobre el enchinado del Castillo, en espacio de su museo, se hablará de un trianero genial, Juan Belmonte, dentro de los actos que se vienen celebrando con motivo del cincuentenario de su muerte. Y con todas las novedades que nos esperan, dos jubilosas jornadas dedicadas a nuestra Antoñita Colomé. El próximo martes conoceremos todos los detalles.

    Después de ser nombrada la fiesta de Sant´Ana “de Interés Turístico de Andalucía” sin que le sirviera para nada, ahora esperamos que sea, lo que le corresponde: “Fiesta Mayor de Sevilla” para que empiece a sentir el respeto que se le debe. Este año, como en otros tiempos, la prensa no tendrá más remedio que atravesar el puente. Y a ver lo que cuenta.


Ángel Vela Nieto.       

miércoles, 27 de junio de 2012

VEO VEO: DEMOCRACIA Y SELECCIÓN

En tiempos de crisis el pueblo se desespera y se enfada, la crisis económica es la que te abre los ojos y te hace dudar del sistema, pero no son menos importantes la crisis moral y la crisis política. La Iglesia, aunque se ha mantenido como una fuerte institución con bastante poder político y social, ya ha dejado de marcar el buen camino para niños y adolescentes, los pecados no existen, el demonio no asusta y bajar al infierno no es más que el descenso de categoría para un equipo de fútbol, los buenos modos (de los malos, mejor no hablar) de monjas y curas no hemos sabido sustituirlos por otro principios morales y nuestros jóvenes no tienen nada claro lo que está bien y lo que está mal, lo que les excusa para no sentirse nunca responsables de lo que hacen, aunque les encanta exigirles cada vez más derechos a unos padres y a una sociedad que los mima en demasía. La crisis política ya no es debida a la falta de ideas para cambiar el sistema, lo que preocupa a mucha gente son los derechos que los propios políticos se han otorgado y la desvergüenza y el impudor con que actúan muchos de ellos sin que tengan nunca que pagar por sus malas acciones.


Y en medio de todo el barullo, con una prima que, a veces se relaja y otras se dispara (espero que algún día acierte y se quede en el sitio), se nos cuela en casa y también en la calle un partido de fútbol, se venden miles de banderas que adornan taxis y balcones, los amigos tienen una buena excusa para verse y hartarse de beber y chillar que somos los mejores, incluso a los que nada les importa el fútbol se plantan delante del televisor a esperar el milagro, igual que en otros tiempos quedaban cazadores y pastores, niños y santones, sobrecogidos por una presencia divina escondida tras un árbol o sobre unas rocas.

En una casa de vecinos de la calle Castilla se exhiben distintas banderas y esa visión me sirve para pensar que estamos en democracia y eso me gusta, porque son malos tiempos y lo primero que muchos desean es en la llegada de un salvador, por dios que no, que nos obliga primero a colgar lo que él decida y después a pensar y actuar como es debido, o sea, como él decida. La vida está llena de significados, como esas banderas,  y no quiero que venga nadie a decirme cuál es el correcto. Esas banderas de España, a dos o tres colores, para algunos será una forma de apoyar a un equipo de fútbol, una manera de verse en el césped y sentirse triunfador si la pelotita quiere, para otros un reclamo publicitario que reúne a cinco dioses macarras de cuerpos tatuados bajo el patrocinio de una cerveza, lindo elixir que nos puede conducir hasta el cielo o, al menos, hasta un espacio con aire acondicionado, pero las banderas de España y Andalucía también encierran una ideología política y además nos sirven para identificarnos con un país, una región o un pueblo, más allá la bandera pirata, igual se trata de otra campaña publicitaria de algún tímido banco.


Esta noche juega la selección y ojalá gane, aunque sea de penalti, que gane hoy y siempre, dicen los entendidos que cada español piensa como un entrenador y tiene su propia alineación, no quiero ser menos y ahí va la mía: en la portería, Conchi, la que cada día, con menos dinero, para los disparos del hambre con una compra bien hecha, en la defensa Lucas, Pérez y Adela, los que se parten el pecho para hacer siempre bien su trabajo, no porque tengan miedo del jefe, sino porque creen en la honestidad. En el centro del campo, Pepe, un corretón maduro, de esos que se han quedado parados y andan de un sitio pa otro en busca de algo de trabajo, un  joven hartito de estudiar, que alguna vez tendrá que practicar todo lo que lleva aprendido y pa llevarnos a buen puerto alguien con mucha experiencia, por ejemplo, Ana, una jubilada. En la delantera, el crack, mi amigo Fermín, que te la cuela por cualquier sitio, es mu cariñoso, eso sí y por las bandas dos buenas puntas, pero de solomillo, en su punto, una con patatas fritas y la otra con lechuga, por favor, que estamos en democracia, brindemos por España, no la del fútbol, sino la de verdad. 

Rafael Martín Holgado.

martes, 26 de junio de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: JUANITO DÍAZ


    Malo cuando empezamos a no tener noticias de los amigos mayores, porque, enfermos, se han alejado buscando el calor y los cuidados de familiares en otros barrios o en otras ciudades. Malo, porque tras el prolongado silencio, la más cierta noticia que nos puede llegar de ellos es la de su muerte. Dejamos de ver a Juanito Díaz ya hace unos años y sólo sabíamos eso, que estaba al abrigo de unos familiares lejos de Triana. Y por Pepa Montes nos hemos enterado de su fallecimiento ocurrido la pasada semana. 

    Conocí a Juanito a través del poeta y rapsosa de la calle Pureza Armando Gutiérrez, él me llevó a su casa-estudio en la calle Leiria, vía que estando en el corazón de Triana pasa desapercibida. Enfrente de sus primitivas casas que ya no existen, el bueno de Juanito vivía con su madre e impartía allí, en una sala perfectamente acondicionada, sus clases de baile. Andabámos entonces, finales de los años ochenta, en la materialización de una especie de diccionario trianero y en él pretendíamos incluir -vana idea- unos apuntes biográficos de todos los artistas del barrio. Era entonces el ya veterano bailaor un celoso de su arte y de su oficio de maestro, y en lo personal un ser humano frágil en apariencia, quizás sería mejor decir exquisito, que nunca alzaba la voz por temor a molestar como a él le molestaba, sin duda, la destemplanza, lo estentóreo en cualquier forma; era, sobre todo, tan buena persona que parecía de otro mundo. Nos atendió en aquella ocasión con toda su bondad y quedamos en volver.

   Armando Gutiérrez, el inolvidable amigo, compañero en aquella revista “Triana” inmejorable de los Macías, Pacheco, Santiago, Albenca, Solís... lo llevó un día a nuestra “mesa-redacción” en el cálido rincón de Casa Cuesta. Armando lo había presentado en más de una ocasión en el escenario de sus comienzos como bailaor-bailarín, aquella sala La Manigua de la calle Betis. Juanito salía poco a la calle, todavía menos a partir de la muerte de su adorada madre, María de los Ángeles, una ferviente rociera. Pero con el cariño que le profesaba sus más aventajada discípula (de cuando Juanito se instaló en Dos Hermanas), la impar y ya mencionada Pepa Montes, a más del afecto de otros amigos, se acercó a la tertulia sabatina de El Ancla y allí sentó plaza departiendo con todos y sintiéndose querido.

    Cuando a mediados de la anterior década paseamos con una cámara de televisión por la calle Betis, lo citamos frente al edificio donde estuvo La Manigua; nos contó su experiencia de adolescente en aquella sala-escuela y los avatares de sus posteriores giras patrocinadas por Circuitos Saavedra junto a Marchena, Machín, El Pinto, La Niña de los Peines... Supimos que con su paisana de barrio, Paquita Rico, debutó en Madrid en el espectáculo “Romances de Coplas”, pero sería con Juanita Reina con la que recorrería los teatros de España participando, además, en su película “Lola la Piconera”. Formó parte después en destacados ballets antes de dirigir el suyo con Isabelita Jiménez, Carmina Rojas, Pepita Nevado, Pili Galisteo y Luci Suárez. 

    “Los artistas no tenemos edad”, repetía, coqueto, cuando alguien quería saber más de lo debido. Juanito Díaz había nacido en la Cava de los civiles y contaba que sus  bailes iniciales se los había dedicado a sus amigos cuando de niño jugaba en los jardincillos de San Jacinto y, luego, a sus inseparables del Barrio León. Entre sus maestros nombraba a Enrique El Cojo, pero su escuela fue la mencionada Manigua, primeros temblores de la mayoría de cantantes y flamencos de Triana. Desde 1984 daba clases en el regreso a su barrio, y fue en aquellos años de los ochenta, y durante las desaparecidas “Quincena de Flamenco y Música andaluza”, cuando bailó ante el público de un teatro por última vez. 

    No molestará Juanito allá donde lo haya destinado la Providencia. Es más, alegrará con su baile la paz azul de sus nuevos y eternos compañeros.

Ángel Vela Nieto.
   

domingo, 24 de junio de 2012

DESDE EL MONTE PIROLO


                                                             EL ENCUENTRO

    Pues nada, que estaba yo en la farmacia comprándole a mi Bata pegamento para las prótesis dentales, los piños postizos, que cuando no tiene el pegamoide se le bajan cuando habla y  el labio inferior se pierde y queda adornado con una cajadominó sin tapa y ya me iba cuando uno de los parroquianos empezó a decir que era de Triana del corral el Horno del Gallo y se le notaba el orgullo con que lo decía, como el que lo cuenta tenía mucha prisa ese día, pensé: “Tengo que hablar con él”.




    Efectivamente. Pasado un tiempo tuve que volver a la farmacia y a mi pregunta me dijeron que lo conocían pues era cliente habitual debido a una enfermedad, Parkinson, que le afectaba desde hacía tiempo y que tenían hasta su teléfono. La farmacia fue el punto de encuentro después de contactar con él.




    Se llama Antonio Ortiz Chacón, nació en el corral Corea, calle Pagés del Corro, nº 35, en la Cava de los Civiles, estaba ubicado este corral entre la calle Covadonga y una ferretería que está actualmente en activo, frente por frente a una antigua guarnicionería. Antonio nació en agosto del año 1940 por lo que próximamente va a estrenar sus 72 años.


     Su padre  Manuel y su madre Mª de la Luz, según Antonio muy agitanada, el padre trabajador en el muelle descargando barcos de carbón. Tuvieron siete hijos -5 varones y dos hembras- tantos que ya no cabían en las habitaciones exiguas del corral, entonces los mayores emigraron para vivir con su agüela  al corral el Horno del Gallo, también en la calle Pagés del Corro pero en la Cava de los Gitanos, en el nº 88, frente por frente al colegio Reina Victoria, donde había una fuente de mal recuerdo para Antonio porque allí se refrescaban en verano descalzos los chiquillos y él  puso el pié encima de el culo de una botella partida y la sangre regó media calle, ese mal día se le quedó clavado, también, en el recuerdo.




    Se casó con Josefa, trianera del Corral del Cura, Pagés del Corro nº1, y hace treinta años tuvieron  que emigrar de Triana y se aposentaron en San Juan de Aznalfarache con dos vástagos a cuesta que hoy día son tres, dos hijas y un hijo. Por lo menos estaban cerca de su barrio y había días que si subían a la muralla árabe o a las crestas  de las espaldas de la  Cooperativa también lo veían, al barrio y al río, su río.



    Trabajó en Maestranza Aérea en la puesta a punto de aviones Messerschmitt, Pedros, Junkers, Saetas y avionetas varias, más tarde ya sin aviones siguió como electricista industrial de mantenimiento.




    No se si la artesanía que hace en marquetería es una terapia a la enfermedad que sufre desde el año 2003 o es  la afición de un hombre inquieto que no se conforma con la jubilación a sentarse en un banco y ver pasar la vida, creo que es esto último porque mantener el pulso para construir y ensamblar las piezas es de una precisión de relojero. Fue deportista practicando el senderismo llegando a presidente de la Asociación de Senderistas Cima-94.




    Es la recreación maquetaria del corral El Horno del Gallo, en cartón, pero también le llegó la crisis y la obra está parada de momento esperando otros tiempos mejores. Es la puerta de entrada del corral, bajo la balconada, con fachada a Pagés del Corro, dando paso a un distribuidor para habitaciones de abajo y partidos subiendo a los corredores altos, hay según se mira la entrada, a la derecha un kiosko de chucherías escoltados por dos ventanucos con barrotes que correspondían a habitaciones con cotas más bajas que la calle y a la izquierda un portalón sin terminar que era el local de  una confitería y  obrador.




    Otra perspectiva del corral, esta vez lateral, donde se ve un piso alto con barandales decorados con sus macetitas y todo, la escalera de subida y junto a ella línea de habitaciones en una primera planta.




    Parte lateral izquierda, medianera con un almacén, el verdadero corral con tendederos, árbol seco, lavaderos y da la impresión que terrizo.








    Pero en casa de Antonio y de Josefa –trianeros de pura cepa también en la diáspora- no es solo él el artista, también sus hijas Mari Luz y Pepi hacen pinitos con los pinceles, arriba de este párrafo está la muestra. Y el hijo que me ha dicho que canta para rabiar. Dichosa la rama que al tronco…..


                                                    Antonio del Puente
                                                        Verano del 12
     

sábado, 23 de junio de 2012

HOMENAJE A EL PERLO



Entre copas, versos y cantes  transcurrió el homenaje que los amigos de la Tertulia El Ancla le brindamos a Eugenio Carrasco, EL Perlo de Triana.
Muy emotivo el momento en que su hermana Encarna, La Perla, le dedicó unos tangos o  el gesto de Gualberto que usó  la manera tradicional hindú de rendir respeto tocándole los pies a Eugenio; pero me quedo con las palabras de Rafael Infante que lanzó la idea de organizar un homenaje en un teatro para recaudar fondos para Eugenio y su familia, apuntando la fecha del próximo octubre, y solicitando la ayuda de todo aquel que quisiera colaborar. Como en el acto estuvieron presentes el Delegado y el director del Distrito, esperamos que exista alguna colaboración oficial para tan merecido y justo homenaje que, con anterioridad, ya ha tenido algunos intentos fallidos. Eugenio, además de cariño, necesita ayuda económica para seguir viviendo dignamente. Para los que no lo sepan, con cerca de 90 años, él es el que se encarga de cuidar a su hermana.

Por la tarde Eugenio me llamó para dar las gracias a todos por las muestras de cariño recibidas. Gracias a ti, Eugenio, por la lecciones  que nos sigues dando todos los días.



José Luis Jiménez

jueves, 21 de junio de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: SIEMPRE DESLUMBRARÁ TU ESTELA



   Con retraso, pero con el mismo pesar, hondo pesar, se ha publicado el fallecimiento de Estela Raval, la argentina, hija de italianos emigrados, poseedora de una de las voces más hermosas de la historia de la música ligera, a más de una de las bandas sonoras de nuestros verdes años, los del “esplendor en la yerba y la gloria en las flores”. Tantas veces la hemos rescatado con sus cuatro y simétricos acompañantes que corean los fondos del cristal esmerilado que era su garganta, rescatado, digo, de ese maravilloso saco sin fondo que es “google” para que endulce el tiempo que estamos ante la pantalla del ordenador, que ahora sólo se nos ocurre justificar nuestra adicción.

   “Los Cinco Latinos” se presentaron en nuestra vida de muchacho de los prodigiosos años sesenta en forma de discos fonográficos con llamativas fundas donde se les veía, ella en el centro como el sol que era, abrigada por su  cohorte de voces varoniles. Y la disfrutamos en blanco y negro en el televisor del bar “El Cañaveral” de la calle San Jacinto, uno de los primeros aparatos que llegaron a Triana, mientras saboreábamos a sorbitos, para que durara más, una copa de “Yago”, vino blanco que nuestro amigo Manolo Camacho, el encargado de la barra, nos servía como se sirve a los colegas con bolsillos mudos.

   Y una noche muy especial, la última de un año (¿1962?), fue la única Nochevieja que pasé en un cine, atraído por la propaganda del “Emperador”, la colosal sala de la Cava de los gitanos, que proveía en la taquilla de todos los avíos para celebrar la hora crucial. Éramos tres descarriados que no teníamos cosa mejor que hacer esa señalada noche. Y vimos “Amor bajo cero” que empezaba con la canción del mismo título de nuestra idolatrada Estela; luego seguía Tony Leblanc, la risa de comedia rosa y la nieve, aquel helado fenómeno paisajístico que sólo vimos, de verdad, una vez. Al “Fin” nos quedó el eco de la canción que salimos tatareando tan contentos sin darnos cuenta que habíamos dejado atrás uno de los maravillosos años de nuestra existencia.

   Tantas y tantas canciones, todas las hacía éxitos la voz apasionada, inmensa y desbordante, de aquella señora de la que ya sabíamos de su clase en el escenario. Ser una de las preferidas en una época en la que en el firmamento musical no cabían más estrellas, sólo era la medida del brillo de esta Estela. Hace ya algún tiempo la vimos en un programa de entrevistas en la que aparecieron sus hijos, creo recordar que vivían alejados de ella, por lo que no me pareció extraña la sensación de soledad que aparentaba. Una traumática separación matrimonial y una cruel, muy cruel enfermedad, le obligó a concitar todas las fuerzas de la providencia para seguir viviendo, algo que en algún momento dudó si era conveniente. Su voz, fiel amiga, en ningún momento la abandonó y en ese caudal encontró la salvación.

   Creíamos invencible a la cantante de “Los Cinco Latinos”, a esa distinguida mujer  que llenaba los más anchos escenarios con su presencia -sus acompañantes sólo enmarcaban la maravilla de su exquisitez- y que tanta felicidad nos regaló por las azoteas de los guateques y nos seguirá regalando en nostálgicas horas por esa inmortalidad que se ganan los grandes. Y de tantas canciones, quiero recordar dos para hacer la triada con “Amor bajo cero”, la titulada “Don Quijote”, que escuchábamos en el Cine Avenida de verano antes de las dos funciones y en la que Estela Raval hace un agudo final apoteósico; la otra es un himno sentimental de aquel tiempo, del “nuovo” romanticismo de los sesenta, y cuyas notas están grabadas en lo más íntimo de nuestra generación, ¿nombre? Cuál va a ser, la que cantó en el Festival de Benidorm en 1961: “Quiéreme siempre”.

   Es la causa de la adicción, Estela...        



Ángel Vela Nieto

miércoles, 20 de junio de 2012

DESDE EL MONTE PIROLO

                                            
                              ¡PARA TIRAR COHETES (II)¡

Como dije en un comentario en el escrito de  Rafaé Martín Holgado “Deshilachando la Red: Negros y Gitanos”  del viernes día  15 del presente mes de Junio, desde ese mismo día estuvimos invitados, mi costilla y yo, todo el fin semana en el Infanta Luisa de Triana, con todo incluido, y cuando llegamos a casa y empezamos a deshacer las maletas y colgar en los roperos las camisas, los pantalones, trajes de baño, recoger toallas, zapatos y todavía con las gafas de sol colgadas del penúltimo botón del polo Fred Perry que llevaba puesto, una antigualla  heredada de mi Bato cuando era campeón de tenis, o sea que ni me acuerdo, pero si me acordé   de decirle a mi costilla: “Negra, creo que deberíamos de recoger el bodegón que preparé para anunciar lo de la placa de El Perlo con un carté de toros en japonés que llevan muchos días las morcillas fuera de la nevera y se van a derretí”.


“Güeno, ve tú recogiendo lo que farta que ya voy yo a limpiá aquello”.

Seguí recogiendo, que hay que ver la cantidad de ropa que se lleva uno cuando se va un fin de semana y sobre todo si uno va invitado y tiene que cambiarse todos los días hasta de pijama. Más ropa que las que se llevan los peregrinos? y las peregrinas?  de  nueva hornada al Rocío.

 Y de pronto un chillío mu descarnao: “¡Sangre!.¡Que aquí  farta una morcilla!”.


“¡Que estás hablando, mujé!.¡Que farta una morcilla!.
“¡Pero quién se va a llevá una morcilla si aquí no ha entrao naide en tor fin de semana!¡¿Habrá una rata por aquí?!.

“¡Que rata ni rata si tengo la casa más escamondá que un conventomonjas, eso e que arguien se lallevao!”.


“¿Quién se va a llevá una morcilla, joé?”.

“Po cuarquiera, si casi tor mundo tiene llave, er niño, la niña, mis hermanas, la vecina…tú y tus manías de quearnos fuera”.
        
         Lo cierto es que a pesar de haber pedido asesoramiento al gabinete de Colombo, de Ironside, de los Miami, los Bones y de Kojak la morcilla no ha aparecido, ni sabemos quién se la ha llevado. Hoy hemos recibido un e-mail firmado en conjunto por todos los gabinetes y en letras Times New Roman de fuente 26 y en negrita diciendo:
¡Que os den morcilla a los dos, a ti y tu costilla¡.

 Ni nos hemos dado por enterado ante este pareado de gente tan grosera y además no le vamos a dar ni un euro.

Por lo tanto no tenemos nada más que una morcilla para abonar el premio del sorteo de los acertantes del cartel de toros en japonés que se iba a celebrar en el bar El Ancla, en la Cava de los Civiles el jueves día 21 de este mes,  mañana sobre las 13´30 horas, coincidiendo con la entrega de una placa a El Perlo de Triana por la tertulia del mismo nombre que el bar.

         Como el premio ha quedado desierto al no haber habido ningún acertante  tampoco hay que preocuparse porque falte una morcilla, no obstante la que queda se llevará en procesión, en papel de aluminio, y se invitará a todos los asistentes a una degustación de tan selecto manjar.

                                            
                                                                                                       
                                                                                                                                   Antonio del Puente
                                                                                                                                            Verano-12

lunes, 18 de junio de 2012

VEO VEO: LA PLAZA DE TRIANA



A la derecha del puente se encuentra la plaza de TRiana sobre el museo del castillo de San Jorge, en esta parte no hay murallón que alicatar, pero también existe otro tema de debate, desde hace muy poco tiempo la plaza está cambiando, algunos de los tradicionales puestos se están sustituyendo por otros locales comerciales, como una cervecería, una tienda de exquisiteces, un local de ostras y champagne, incluso un teatro, donde se combina el flamenco con piezas para niños. Ojalá estos cambios conlleven la ansiada llegada de clientes porque los turistas que pasean cargados con las cámaras y mochilas, no tienen ya sitio para llevar otras cosas.



Si bien es cierto que ya con anterioridad existían locales como un puesto de ropa y una tienda de telefonía móvil, su situación periférica y la continuidad de un horario matutino no supuso el cambio que ahora se percibe.



Se cierran pescaderías y carnicerías, quizás como consecuencia de la crisis, pero también puede deberse a otras razones, como la falta de continuidad tras la jubilación de los propietarios o la poca viabilidad de unos negocios ahogados por la proliferación de supermercados y un nuevo sistema de vida que hace de los fines de semanas los días de grandes compras, para las que se hace necesario un vehículo y un lugar donde aparcarlo.

Puede que la solución de la plaza pase por un cambio en los horarios y días de apertura, tanto en Francia, como en Portugal los mercados están abiertos los domingos. Puede que lentamente se vaya transformando en un centro comercial, donde lo lúdico se entremezcle con las ventas bajo la atmósfera artificial del dios consumo, que ya no se conforma con comprar para comer, sino que se empeña en mostrarnos, que sólo gastando se puede ser feliz, sin importarle si se trata de productos innecesarios o de poco interés. Puede que todo siga más o menos como se encuentra en la actualidad, quien sabe, lo que no se puede negar es que hay muchos puestos cerrados y que algunos locales han conseguido que ya el recinto esté abierto algunas noches. El tiempo y el ayuntamiento, que es el encargado de dar los permisos, dirán, por si acaso no se pierdan las hamburguesas de cordero con canela que venden en el puesto cuarenta y dos, para que después digan que los antiguos comerciantes no buscan nuevas soluciones.

Rafael Martín Holgado

viernes, 15 de junio de 2012

DESHILACHANDO LA RED: NEGROS Y GITANOS

Tonteando por la red me encuentro con un artículo de Eloy Martín González: “Los sones negros del flamenco", en el que el autor nos quiere apuntar la posibilidad de que algunos matices de los cantes y bailes de los negros, muy abundantes en Cádiz y Sevilla, principalmente en TRiana, se fueran incorporando a la cultura de nuestra tierra, allá por los siglos XVI y XVII. Por entonces, se utilizan mucho las danzas africanas, como el zarambeque, en las obras de teatro y también para acompañar procesiones, se tienen noticias de negras a las que se les paga para que con sus bailes vayan abriendo el Corpus.
En 1862 Davillier daba cuenta de una fiesta en TRiana en la que una joven gitana "bailó el tango americano con extraordinaria gracia. El tango es un baile de negros que tiene un ritmo muy marcado y fuertemente acentuado". ¿Es posible que los gitanos incorporaran elementos africanos y afroamericanos a su música y baile? Sí fue así, aún está por demostrar.
Como estamos muy cerquita del verano y en esta época son un verdadero placer las sopas frías, me he permitido preparar dos gazpachos en formato de video, lo que pasa es que me equivoqué y trabuqué algunos de los ingredientes, ustedes me perdonen.





Rafael Martín Holgado.

jueves, 14 de junio de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: HECHO EN TRIANA


   Porque se vé que lo desconocen, hay que hacerles ver a ciertos concejales,  actualmente en la oposición, lo que fue eso que ahora aventan que se tituló “Hecho en Triana”, para recordarle “a la ciudadanía” que ellos ya se preocuparon de la promoción del famoso arrabal.

   Un buen día se organiza y presenta lo que iba a ser un profundo plan -otro más- para que Triana rindiera lo que debe en el negocio turístico. Fue el acto en los bajos del Castillo con la presencia de Susana Díaz, a la que hay que suponerle méritos si contemplamos sus ascensos; estuvo junto a su compañero y sucesor en la Tenencia trianera, el señor Moriñas, amparados ambos por el alcalde de la ciudad y entregándose al fin de las explicaciones del proyecto unas carpetas de recuerdo a los asistentes. Y quedó bautizado, con todos sus gastos, “Hecho en Triana”.

   Después de ver y escuchar, y como me preguntaron, dije que, primero, a Triana no se la puede representar con una T encerrada en un círculo, pues no ha habido tierra sevillana más abierta y libre. Luego, pude comprobar que el logotipo era un calco exacto de una marca de ginebra (Tennessen). Y que lo demás había que verlo, porque no sería la primera acción semejante que fracasara por la rápida pérdida de gas, o sea, falta de interés real. La señora Susana, nieta de un recordado y gran trianero del que fui amigo, con su sonrisa parlamentaria, me tachó de pesimista al par que me invitaba a apoyar la idea. Y claro que lo hice.

   Formé en un grupo de trianeros que empezaron a reunirse en la Tenencia dos jueves al mes. Al notar que no asistía el delegado reclamé su presencia e, imagino que con poco entusiasmo, empezó a presidir las reuniones. No sé cuántas ideas se pusieron sobre la mesa para mejorar el barrio en la dirección que se pretendía; mucho papel, muchas notas y no se puso en marcha ni una sola después de no sé cuánto tiempo perdido. Lo único que se hizo son unos folletos, encargados a un afín del partido, con la gracia justa y poca historia; reclamos que se repartirían en un puestecillo, con menos gracia aún, en el mismísimo Altozano. Los que se iban agotando jamás se reponían. Por cierto, y no sé por qué, me pidieron que me encargara del “flamenco”; lo hice con el lógico desinterés material, pero hasta se olvidaron de invitarme a su presentación en los altos del Laredo. También este folleto se agotó para siempre. Ya empezábamos a ser algo “díscolos”.

   Un ejemplo de lo presto que estaban para atender lo que se planteaba: Un día llevé un recorte de prensa en el que un señor de Puebla del Río proclamaba que tenía varios aviones “Saeta” en un hangar o almacén que pensaba vender, y ofrecía los aviones, porque no sabía qué hacer con ellos. Qué ocasión se perdió para que en el vastísimo espacio de la antigua Hispano Aviación tuviera su lugar un museo aeronáutico sobre la historia y la labor de la famosa fábrica. No lo estimaría interesante el delegado. Jamás le pregunté por el asunto, porque al poco, al ver que aquello no daba frutos, me levanté diciendo que tenía cosas más importantes que hacer. Sólo me dijeron, no sé si asombrados o reconfortados, que tenía las puertas abiertas y, claro que las aproveché.

   Y al cabo de poco tiempo, ni folletos, ni puestecillo “de helados” con  azafata aburrida en el Altozano, ni nada... se “deshizo Triana” sin explicación alguna. Esa es la historia de algo que mencionan destacados concejales sin saber realmente que fue aquello de la ginebra Tennessen. Y alguien tenía que contarlo para que se enteren y ataquen por otro flanco peor resguardado.

Ángel Vela Nieto.  

lunes, 11 de junio de 2012

VEO VEO: CINCO TROCITOS DE CORPUS

Por la calle Pureza los balcones están de fiesta, mantones y flores colorean la mañana de domingo, comienzan a echar romero sobre el suelo y muchos se agachan para llevarse una ramita antes de que sea pisado, salidos de la China, la de verdad, la tierra lejana de oriente, se suman como espectadores unas figuras bordadas con esmero en hilos de seda, mantones de flores para las bailoras gitanas, de finos flecos y largos vuelos, TRiana…

Los rayos de luz están jugando al cogé, vienen por lo bajini y casi no pueden saltar por encima de las casas, asoman tímidos por las azoteas, algunos se han despistado y tras reflejarse en un ventanal sirven de foco a ese niñojesús que han subido al balcón porque no quiere perderse el paso del cortejo


Policromía de oro, barroco de pliegues infinitos para su cuerpo entallado, requiebros de formas, que se mueven al compás de mi río callado

En este mar de detalles y esmero, gusto, delicadeza, un coqueto espacio para diversos elementos preñados de significado: el libro abierto de par en par, espigas tendidas, una jarra de vino, el pan y las uvas, paños, perfumes, angelitos desnudos, pero lo que no termino de comprender es el simbolismo de los lazos con los colores patrios, su presencia chirria.
Para vestir unos azulejos con cortinas de encajes finos y borlones, como si fuera una carreta, sólo hace falta sentir la gloria de una mañana de corpus.
Rafael Martín Holgado

domingo, 10 de junio de 2012

"SALVEMOS TRIANA...Y SEVILLA"

   
   Este es el nombre de  la nueva plataforma que está luchando contra el proyecto de la instalación de murales cerámicos para el embellecimiento de  las zapatas de la calle Betis. Los promotores de la plataforma son dos arquitectos, desconocidos en Triana, que al parecer cuentan con el apoyo de miles de ciudadanos.
   Como réplica a la noticia Ángel Vela ha enviado la siguiente “carta al director” a uno de los medios que ha publicado la noticia en cuestión:

Señor director: 
Como trianero me ha satisfecho saber que existe una plataforma sevillana que se preocupa de una cuestión que afecta a esta orilla, algo que me parece grata novedad. Porque ¿desde cuando grupos de este tipo se han preocupado de los muchos problemas de Triana? Con la mitad de la diligencia e interés que ahora se han tomado respecto al proyecto del murallón de la calle Betis se hubieran -seguramente- solventado dilemas históricos y cuya solución debe llegar de la orilla donde ha surgido, de súbito, este movimiento. Ninguna plataforma se preocupó de su necesaria promoción turística, única vía por la que se puede salvar y hacerse respetar; tampoco se oyeron voces semejantes ante la increíble falta de un espacio cultural, teatro o auditorio, en un barrio en el que el arte es sustancial de su creativa identidad. ¿Alguna se ha quejado del abandono sempiterno del solar del cuartel de los civiles en el mismo corazón de la emblemática Cava? ¿Cual se dolió por el lamentable estado de la Velá de Santa Ana, un bien reconocido, pero no protegido por la Junta? Y tantos etcéteras.
A esta plataforma no le disgusta que la portada de Triana sea un espacio de manchas de humedad, desconchones producidos por lo mismo o como soporte de “bellas” pintadas; nos cuesta creer que esto tenga nada que ver con “el equilibrio del paisaje urbano” que defiende. ¿El murallón una obra de arte? Valor histórico, si, pero ¿también artístico? Raro concepto en la fe de los “amantes de la belleza” de una plataforma que pretende salvar a Triana... y a Sevilla.  

Ángel Vela Nieto

   Son múltiples los monumentos clasificados como bien de interés cultural en Triana, uno de ellos es La Casa de las Columnas, también del siglo XVIII y anterior al muro de la calle Betis. Pues esta misma mañana, mientras contemplaba el paso de la procesión del Corpus de Triana, he sacado las fotografías que muestro a continuación, donde se puede observar el estado lamentable que presenta la fachada, la de la Calle Pureza, de la Casa de las Columnas.


    No hace falta ningún tipo de comentario para apreciar el estado de abandono que presenta la fachada de este monumento trianero declarado como bien de interés cultural, del que esperamos, de manera urgente, sea objeto de reparación por parte del Distrito de Triana a la misma vez que sea incluido como un nuevo objetivo en la dudosa defensa del patrimonio de  Triana de estos nuevos “amantes de la belleza”, de Triana... y de Sevilla.

José Luis Jiménez

LOS BANCOS DE TRIANA


   En todo el mundo se comenta  que hay que sanear los bancos españoles. Esta misma tarde ya se habla de las cifras necesarias para un rescate y al parecer son 100.000 millones de euros, con eso nos podríamos comprar un millón de pisos en Triana. Ya sé que el asunto no está para bromas pero no me digan ustedes que no tiene gracia que tengamos que pagar entre todos los españoles los que unos pocos han malgastado, malgestionado o sencillamente han robado. Pues este es el chiste del día.

   Lo mismo ocurre con esos bancos tan graciosos que la anterior corporación municipal nos regaló para la calle San Jacinto. Decían que dichos bancos eran un homenaje a los ceramistas de Triana.



   Al día de la fecha ya ven el aspecto que muestran dichos bancos, en poco más de un año de vida: cercos metálicos oxidados, cerámicas partidas y asiento de madera totalmente destrozado. Si a esto le sumamos que en poco menos de 6 meses se tuvo que desmontar el “gran río” iluminado y sustituirlo por las actuales piedras, ¿cuánto nos va a costar finalmente las obras de la calle San Jacinto?. En este caso  son sólo 10 bancos los que tenemos que rescatar y yo calculo que con 1000 euros por banco es suficiente, o sea que el rescate de los bancos trianeros nos puede costar 10.000 euros, que en comparación con los 100.000 millones son despreciables. Pero sin entrar en la cantidad, el fondo es el mismo; en nuestro caso una mala gestión del equipo municipal encabezado por el Sr. Monteseirín y defendido por el Sr. Moriña, como responsable del distrito, la tenemos que costear entre todos.

   Mientras que los ciudadanos de este país tengamos que seguir pagando los errores y los mangazos de los políticos, este será un país de chiste; y así nos va, aunque los que de verdad se ríen en nuestras narices son ellos, los políticos.

José Luis Jiménez

jueves, 7 de junio de 2012

LA ORDENANZA DE LA VELÁ


  
    Será por el efecto de las altas temperaturas que estamos sufriendo que ayer me dio por leer la flamante Ordenanza de la Velá de Santiago y Santa Ana; mi buen amigo Pepe Muñoz me la mandó por correo electrónico al poco de publicarse en el BOP de Sevilla. 48 artículos repartidos en 8 títulos.

    Parece que la intención de esta ordenanza es salvar la Velá ya que una fiesta popular con una antigüedad de cerca de 800 años no es posible que sobreviva mucho tiempo más sin la intervención de los gobernantes de turno. ¿Qué pensarían nuestros antepasados trianeros al leer esta ordenanza?

   Hay artículos muy interesantes como el 11 que obliga a unificar la música de las casetas a gusto del Distrito además de prohibir expresamente la música en directo. Ahora tendremos que preguntarnos qué música repartirá el Distrito; ya el año pasado, año del estreno de la nueva Junta Municipal, nos dieron toda una lección musical durante el acto del Pregón. Y lo mejor de todo es eliminar la música en directo, que no se nos ocurra ponernos a cantar en la calle Betis. Gracias Sr. Delegado por guiarnos culturalmente, hasta la llegada de usted a Triana me he sentido un inculto y gracias también por prohibirnos cantar en la Velá; con esta crisis es lo mejor.

    Los artículos 14 al 22 explican cómo hay que decorar y distribuir las casetas no sea qué cualquier año nos de por alicatar las pañoletas. De entre estos artículos el 19 es interesante porque prohibe “las colgaduras de cualquier tipo que partan desde la trasera de la caseta hacía el río, cubriendo parte de la zapata. En concreto estarán prohibidas las banderas, cualquiera que sea su tamaño o contenido, lonas, toallas, etc. Todo ello con la finalidad de velar por la integridad del patrimonio municipal”. Mas o menos lo que han querido decir es que están cansado que los de Izquierda Unida cuelguen la bandera republicana. Porque lo de velar por la integridad del patrimonio municipal no lo entiendo; sobre todo después de haber visto propaganda electoral con la cara de los políticos repartidas por toda Sevilla.

   Los artículos 37 al 39 ordenan la venta de productos ambulantes en la Velá. A modo de resumen sólo se permite vender avellanas verdes, higos chumbos, flores, frutos secos y buñuelos, prohibiéndose expresamente la venta y uso de globos cualquiera que sea el elemento que se utilice para su llenado. O sea que al final resulta que aquella letra tan famosa de Rafael de León, que interpretó magistralmente Manuel Pareja-Obregón entre otros, era mentira: (“.... Un gitano va cantando, Triana / con globos de colores, Triana / con globos de colores/ y una vieja pregonando, Triana / pestiños y alfajores...”)  Ni globos, ni pestiños, ni alfajores ni sandías, ni “na de na”.

   A falta de leer un par de veces más la Ordenanza- ahora que volverán a subir las temperaturas prometo  hacerlo- creo que falta algún artículo donde nos indiquen cómo debemos ir los trianeros vestidos a la Velá; me preocupa salir de cualquier manera haciendo el mamarracho. Ya lo he comentado con mi costilla, como diría Antonio del Puente, y este año bajaremos a la caseta del distrito, pediremos un par de tónicas con almendritas, bailaremos una balada de Sinatra y con suerte veremos La Cucaña; pendiente de que definan cómo debe ser de gordo y largo el palo y si debe ser de madera natural o totalmente artificial. Ya nos dirá usted, señor Delegado, porque de palos si que entiende su partido.

José Luis Jiménez

martes, 5 de junio de 2012

DESDE EL MONTE PIROLO


¡PARA TIRAR COHETES!

Debajo de una  caja vacía de las que en su día llevaban en su interior una camisa, güeno vacía no que cuando levanté la tapa,  con toda la precaución del mundo porque no sabía que me iba a encontrar dentro, menos mal que lo que había era tres o cuatro envueltas de tortas de aceite arrugadas y otras de la misma guisa pero de cortadillos de sidra, algunas cápsulas de vitaminas que me da mi costilla de cuando en cuando, dos corazones de manzana roídos y  más negros que el carbón que me han echado este año los Reyes Magos, algunos clínex usados y dos bolígrafos que aunque los probé no escribían ya. Pues resulta que cuando quité la caja y me encontré debajo lo que me encontré, dije : “¡Coño y esto!”. 



Esto era el cartel de toros que estáis viendo que cuando lo ví me puse a pegar chillíos con las manos en la cabeza, ya lo conocía pero no me acordaba de él, seguro que lo puse debajo de esa caja para no verlo porque es una cartela contranatura o sea, contra la naturaleza de los grandes cartelistas taurinos, véase los de Roberto Domingo, Antonio Casero, José Puente, Ruano Llopis, J. Alcaraz y otros, y más recientemente Humberto Parra…y además en japonés.

Pero vamos a ver: ¿Cuándo se han dado en tierras niponas corridas de toros?. ¿Con qué óle se acompaña la media verónica, la chicuelina o un pase de pecho?. ¿Cómo se pide una oreja, o las dos, o el rabo?, del toro claro. Y las cejas del presidente, asesores y parte del público donde llegarían ante una voltereta o un derribo de los montados. Totá, eso, pa tirá cohetes.


         Como  las letras de cante flamenco en japonés me la acertaron y tuve que pagá er premio, ahora me tomo la revancha y no obstante voy a dar otro al que adivine la plazatoros donde se da el espectáculo, la hora, la ganadería, las notas que hay alrededor…en fin todo lo que hay en el carté menos los toreros que a esos los conozco. 

En la fotografía del bodegón que me he inventado hay dos morcillas, ¡ojo! que no son de Almendralejo que el primer bocado no tienen pellejo, son serranas, de bellota y caseras y con  un relleno y un aliño que no desvelaré pero que están para comérselas en la celebración de una boda y primero darle un bocata a la suegra para que ejerza de probadora.

El premio, como el anterior, se sorteará ante notario entre los acertantes y el sorteo tendrá lugar, Dios mediante, a las 13´30 h. el día 21 de Junio del presente año en la taberna El Ancla -sito en la Cava de los Civiles en Triana- coincidiendo con la entrega de la placa a EL PERLO DE TRIANA por la tertulia del mismo nombre que la taberna. El premio tendrá una sola condición, se dará a probar a todos los asistentes al acto.
                                                                                               Antonio del Puente
                                                                                                Primavera del 12

domingo, 3 de junio de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: ROMY EN EL AVENIDA


  
  Hace treinta años que murió o se dejó morir. En los sesenta todos los muchachos éramos apasionados cinéfilos... que levante la mano la excepción. La esplendente luz de nuestras estrellas, hablo como varón, alumbraba los rincones oscuros de las estrecheces varias, de las muchas estrecheces, vamos. Las teníamos a ellas, y a “ella”, la preferida por nuestros ojos, la que nos hacía soñar, la que ponía rostro a la mujer ideal. ¡Ah!, los cines de entonces, igual nos daba los de invierno que los de verano, todos estaban hechos de suspiros, de nuestros suspiros...

   A los cines trianeros llegaban las películas con el señuelo de “estreno en Triana”, detalle que da fe de su status geográfico y de la generosa cantidad de pantallas en franca competencia que disfrutábamos y porque esta orilla, dentro de su innata sevillanía, siempre fue un mundo aparte. Pues como estreno llegó la titulada “Sissi”, que fue la presentación en el barrio de Romy Schneider, bella jovencita que aparecía en la cartelera con aquel esplendoroso vestido estrellado, en imitación a un retrato de la auténtica emperatriz de Austria. A don Salvador Bajuelo le dio por traerla al telón, que  no pantalla, de su terraza de la Cava de los civiles, resultando un sentido y trascendental acontecimiento. Vi la película varias veces en la estratégica azotea de mi amigo Antonio Hidalgo, otro imberbe cincelado en los tebeos de “El Guerrero del antifaz” y de “El Capitán Trueno” y, en seguida, cambiamos a Ana María y a Sigrid por Romy; tan la hicimos nuestra que una noche, en hora de segunda función, me fui para la apartada plaza de Chapina y ascendiendo por un palo de teléfono arranqué una de las carteleras que estaba allí colgaba (luego me enteré que Truffaut, de chiquillo, hacía algo parecido), y con ella en mis brazos corrí como nunca hacia mi casa. El día siguiente lo pasé dibujándola. Fue un flechazo, lo malo es que tenía que compartirla con Antonio. Había otras que nos gustaban como Liz Taylor, Carol Lynley, Natalie Wood, Anne Baxter, Marilín, claro..., pero, nada, Romy pudo con todas.

   Recuerdo que -ya padre de familia- en una de mis corrientes visitas al puesto de prensa de la barriada Santa Cecilia donde, entre otras publicaciones, compraba reediciones de tebeos antiguos, la vi en la portada en un “Semana”; se anunciaba su muerte... y con ella el ocaso de nuestra juventud. La habíamos visto convertirse en una atractiva mujer y en una extraordinaria actriz; nada tenía que ver aquella edulcorada muchachita de las cimas del Tirol con la atractiva y atormentada Romy Schneider de “El Tren” o de “Fantasma de amor”, por ejemplo. ¡Qué manera tan maravillosa de madurar! Ya, Antonio, me la había dejado para mi solo; fui más obstinado en la fascinación; lo fui desde el principio y ya hacía tiempo que me había dejado libre el campo de la honda emoción de sus ojos, toda para mi.

   Así que en 1992 quise demostrar mi fidelidad a su memoria dedicándole un artículo en El Correo de Andalucía; “Los ojos de una vida”, lo titulé, y fue coincidencia que se publicara justo el día de los enamorados, y justo el día, también, que me subía en un avión para atravesar el Charco grande; me había ganado en la empresa un viaje a México. No pudo faltar un texto de sumisa admiración y mucho menos su rostro en nuestro libro “Triana, un barrio de cine” y fue, sin duda, la más atractiva ilustración entre tantas hermosas imágenes.

   Imagino que, si acaso no se ha hecho aún, la prensa y las revistas de colorines se acordarán en este año de que, justamente, hace tres décadas de la trágica clausura del espectáculo de su mirada cada vez más entristecida, más profunda, más temerosa y más cautivadora. No mereció Romy tan mala suerte -repásese su biografía-. En una de las fotos de aquella revista de 1982 aparecía Alain Delon, su pareja ideal, saliendo del funeral, escondida su honda conmoción tras una gafas oscuras. Nunca supo el galán francés la de envidiosos que había dejado en Triana.  

Ángel Vela Nieto
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