Es verdad que, como está el planeta, del que no sabemos el aspecto que tendrá cuando salga de la coctelera en el que lo han metido, y saltándonos olímpicamente el estado de Andalucía y Sevilla, nada optimista, preocuparse por esta pequeña patria nuestra, que es Triana, parece una trivialidad, algo sinsentido, cosa de otros tiempos, inútil romanticismo. Pero la situación nos obliga a entrar en “la batalla” para hacer un mundo mejor desde nuestras más íntimas trincheras, y éstas no van más allá del Altozano. Y lo hacemos seguros de que cada ser humano ha de luchar por lo inmediato, su parcela vital, por lo que alcanza su vista y sus brazos, para que la vida merezca la pena.
Este blog, “Triana en la red”, está sirviendo de altavoz de los asuntos que nos afectan doliéndonos, esos que vemos y notamos, más los que normalmente leemos en los periódicos o escuchamos en la radio y que nos producen un pellizco en el alma, que es donde más duele y adonde no llegan los efectos farmacéuticos. Y nos duele que los distritos parezcan simples oficinas para, por interés político, organizar los talleres de cada temporada y entregar los bonobús a los jubilados, o cosas por el estilo; mera ventanilla de trámite, con una Junta de Distrito detrás fantasmagórica donde no sabemos qué dirimen o deciden en favor de los vecinos a los que se supone representan y defienden sus miembros, porque ni se publica ni vemos nunca a ninguno manifestarse en los medio de comunicación dando ideas o desechando otras. Que levante la mano quien conozca a alguien de la Junta de distrito sin ser de su familia...
Y eso que el personal funcionario se ha multiplicado de forma increíble... Antes con un delegado, un secretario y un oficinista funcionaba, y hasta la voz de Triana se escuchaba en el Ayuntamiento; ahora, aparte del delegado (o delegada) existe un director de distrito, un subdirector y no sé cuántos cargos más (¡Dios mío, qué rica debe ser España...!). ¿Y todo para qué? Pues para lo que hemos dicho, para que no tengamos en quienes apoyar nuestras quejas de fondo; para que Triana sea otra versión de “a la orden de usted, señor alcalde, sin novedad en mi distrito”...
¿Y por qué nos ha dado ahora por ahí? Porque nos duele (el pellizco de marras) que en Sevilla se hable de “Carmen”, la cigarrera vecina de Triana, la que frecuentaba la botillería de Lilas Pastia, en plena gitanería de la Cava; que se planifique toda una identificación del personaje con representación especial de la famosa ópera de Bizet, mesas redonda, etcétera, etcétera, y todo sin contar para nada con el barrio de la legendaria protagonista. Ni siquiera para colocar un recuerdo en una esquina de su Cava, para que no vuelva a ocurrir lo de una turista italiana que pasó el puente buscando “la casa de Carmen”. Como tampoco se ha nombrado a Triana, absolutamente para nada, en el proyecto de la conmemoración de la Primera Vuelta al Mundo, o circunnavegación de la Tierra, en la que algo tuvo que ver, ¿no?, aunque sólo sea porque la expedición partió de su orilla después de que Magallanes orara en el trianero convento de la Victoria, ante esta imagen. Para qué, si Triana se quedó sin voz en el Ayuntamiento; nadie la va a echar de menos...
Y eso que ha sido un trianero el único que se ha atrevido a emular la hazaña de Magallanes y Elcano en las mismas condiciones de navegación, gesta que quedó en un extraordinario documental de televisión. Bueno, pues al menos hemos escuchado tu nombre, admirado amigo José Manuel Núñez de la Fuente, aunque nadie con galones políticos sepa que naciste y te criaste dándole vueltas a la esfera del mundo en la Cava de los civiles.
Ángel Vela Nieto
Manuel Centeno, José Manuel Núñez de la Fuente, Emilio Jiménez Díaz, Ángel Vela y señora