Yo estuve en ese pregón. Me pareció magnífico. Y,aunque alguien me riña por desviarme del tema, en esa misma Velá, Antonio se me declaró y hasta el día de hoy. Me da igual que me riñáis por contarlo.
He oido hablar de éste pregón pero no tuve la oportunidad de leerlo nunca. Me gustaría leerlo, supongo que Angel tendrá una copia que me podrá dejar para fotocopiar y leer.
Sólo una cosa: Barbeito fue el presentador del pregón (que nunca lo fue) y se celebró el 21 de julio de 1991. Y es mejor imaginarlo que leerlo. No así la presentación. No obstante, gracias por el interés. Ya es historia. Emilio y yo cimentamos una amistad eterna con el inolvidable Alberto Jiménez-Becerril. Antes eran los hombres los que hacían al partido...
Fue un pregón magistral, el que demandaba el momento. Recuerdo que cuando Ángel me leía algunas cosas anticipadas, yo le decía que lo iban a matar..., después comprendí que aquí nadie mata a nadie y que fue una obra maestra de valentía y de trianerismo. Está entre mis más queridos libros. Me parece que la diapositiva para el mismo la saqué de mi archivo. Tendría que mirarlo.
Lo que mejor recuerdo de aquella noche es lo a gusto que nos tomamos después unas cervezas en la Velá con Barbeito, Lauriño y Alberto. Pues si, Emilio, aquí no matan a nadie (tachar, sí; bien lo sabes); ni matan ni atienden a los guantes de reto. Ya lo denuncia "el presentador" -quien entonces estaba muy cerca de nosotros- un año después en El Correo. Total: historia...
Pero Antonio García Barbeito ya está en otra élite. Ahora, para él, sólo somos una cosa que está ahí: un semáforo, un rumano, un pedigüeño... Perdió su identidad de pueblo al alejarse de Triana, por mucho que diga que el pueblo es su terreno. Antonio gana mucho dinero, tiene amigos importantes... ¿Qué significan hoy para él los lauriños, los macías, los velas y los jiménez? Me dolió muchísimo cuando salí en defensa de él ante el pregón de la Semana Santa y me prometió que nos tomaríamos unas cervezas y volvería al barrio... ¡Cosas!
Era de los nuestros, era... Cuando se tienen aspiraciones, algo hay que dejar atrás. Triana y los trianeros quedaron demasiado lejos. Por doloroso, dejemos el asunto.
No conozco el tema de Barbeito pero, si es así como lo contáis, pues es una pena. Yo me escribo con él de vez en cuando y es siempre muy cariñoso y atento. Cuando ha venido a mi Instituto a darle una charla a los alumnos (siempre está dispuesto a hacerlo) se comporta de una forma muy natural y nada distante. Cada vez que escribo en ABC, me comenta cosas sobre el artículo y siempre suelen ser cosas elogiosas. En fin, como os digo, no sé nada del tema, pero, Antoñito, si lees este blog (y hay que leerlo) vente pa Triana esta Navidad y hacemos un bonito encuentro con todos estos amigos, que va a merecer la pena.
A mí, quizás porque lo he querido tanto, me ha decepcionado como persona totalmente. Ojo, nadie habla de su valía literaria. Hablo, para que se me entienda, de su valía humana. Se apoyó en todos para ser él.
Respeto vuestra opinión pero para mí, Antonio, es una persona comprometida y que no me ha fallado hasta ahora. Esta misma noche está en Triana con su cuento de Navidad a beneficio de una obra benéfica, no recuerdo cuál. Mi experiencia es que siempre se entrega. Aunque supongo que cada uno habla de las cosas según le va.
Yo estuve en ese pregón. Me pareció magnífico. Y,aunque alguien me riña por desviarme del tema, en esa misma Velá, Antonio se me declaró y hasta el día de hoy. Me da igual que me riñáis por contarlo.
ResponderEliminarEl pregón de Ángel fue el de las carencias de Triana y a pesar de que han pasado 20 años sigue estando vigente.
ResponderEliminarHe oido hablar de éste pregón pero no tuve la oportunidad de leerlo nunca. Me gustaría leerlo, supongo que Angel tendrá una copia que me podrá dejar para fotocopiar y leer.
ResponderEliminarYo puedo prestártelo.
ResponderEliminar¿Quién es la última?
ResponderEliminarA mí también me gustaría leerlo, así que me pongo en cola.
Sólo una cosa: Barbeito fue el presentador del pregón (que nunca lo fue) y se celebró el 21 de julio de 1991. Y es mejor imaginarlo que leerlo. No así la presentación. No obstante, gracias por el interés. Ya es historia. Emilio y yo cimentamos una amistad eterna con el inolvidable Alberto Jiménez-Becerril. Antes eran los hombres los que hacían al partido...
ResponderEliminar...y me alegro de que, por un motivo mucho más hermoso, aquella Velá del 91 haya quedado, también para Caty, como inolvidable
ResponderEliminarFue un pregón magistral, el que demandaba el momento. Recuerdo que cuando Ángel me leía algunas cosas anticipadas, yo le decía que lo iban a matar..., después comprendí que aquí nadie mata a nadie y que fue una obra maestra de valentía y de trianerismo.
ResponderEliminarEstá entre mis más queridos libros. Me parece que la diapositiva para el mismo la saqué de mi archivo. Tendría que mirarlo.
Lo que mejor recuerdo de aquella noche es lo a gusto que nos tomamos después unas cervezas en la Velá con Barbeito, Lauriño y Alberto. Pues si, Emilio, aquí no matan a nadie (tachar, sí; bien lo sabes); ni matan ni atienden a los guantes de reto. Ya lo denuncia "el presentador" -quien entonces estaba muy cerca de nosotros- un año después en El Correo. Total: historia...
ResponderEliminarPero Antonio García Barbeito ya está en otra élite. Ahora, para él, sólo somos una cosa que está ahí: un semáforo, un rumano, un pedigüeño...
ResponderEliminarPerdió su identidad de pueblo al alejarse de Triana, por mucho que diga que el pueblo es su terreno.
Antonio gana mucho dinero, tiene amigos importantes... ¿Qué significan hoy para él los lauriños, los macías, los velas y los jiménez?
Me dolió muchísimo cuando salí en defensa de él ante el pregón de la Semana Santa y me prometió que nos tomaríamos unas cervezas y volvería al barrio... ¡Cosas!
Era de los nuestros, era... Cuando se tienen aspiraciones, algo hay que dejar atrás. Triana y los trianeros quedaron demasiado lejos. Por doloroso, dejemos el asunto.
ResponderEliminarNo conozco el tema de Barbeito pero, si es así como lo contáis, pues es una pena. Yo me escribo con él de vez en cuando y es siempre muy cariñoso y atento. Cuando ha venido a mi Instituto a darle una charla a los alumnos (siempre está dispuesto a hacerlo) se comporta de una forma muy natural y nada distante. Cada vez que escribo en ABC, me comenta cosas sobre el artículo y siempre suelen ser cosas elogiosas. En fin, como os digo, no sé nada del tema, pero, Antoñito, si lees este blog (y hay que leerlo) vente pa Triana esta Navidad y hacemos un bonito encuentro con todos estos amigos, que va a merecer la pena.
ResponderEliminarA mí, quizás porque lo he querido tanto, me ha decepcionado como persona totalmente. Ojo, nadie habla de su valía literaria. Hablo, para que se me entienda, de su valía humana. Se apoyó en todos para ser él.
ResponderEliminarEntre sus cualidades está en que sabe ser caballeroso con las damas...
ResponderEliminarRespeto vuestra opinión pero para mí, Antonio, es una persona comprometida y que no me ha fallado hasta ahora. Esta misma noche está en Triana con su cuento de Navidad a beneficio de una obra benéfica, no recuerdo cuál. Mi experiencia es que siempre se entrega. Aunque supongo que cada uno habla de las cosas según le va.
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