Carta a Susana
No sé cómo
saludarte, porque paisana y Susana riman y no queda bien; encabezaré la carta
con la palabra amiga que siempre
suena como debe, así que…
Amiga Susana: Rematan las crónicas de
tu día grande resaltando que, al menos, Triana ya estaba conquistada. Los
periódicos hacen alusión a tus familiares, amigos y vecinos que se hicieron
notar durante el pomposo acto político de tus mil sonrisas y primeras palabras
de jefa.
De memoria traigo a esta carta el
nombre de Antonio María Fabié y Escudero como el más alto político trianero de
la historia; mandó en los dineros de la Nación como Gobernador del Banco de
España y ocupó más de un Ministerio. Fabié era hijo de un boticario de la calle
San Jacinto, en ese tramo hoy conquistado por los veladores para visitantes y
en su tiempo porticado como la calle Real de un viejo pueblo castellano. Claro
que el padre fue toda una personalidad en la ciudad y un trianero inolvidable,
y algo llevaría ganado Antonio María cuando decidió marcharse lejos de su
tutela y de su barrio en busca de la gloria.
Y la memoria
me lleva ahora a la figura del único alcalde de la ciudad nacido en esta
orilla, en la calle Pureza, don José Hernández Díaz, una autoridad en la
Historia del Arte seducido por la política (sin partidos) allá por los años
sesenta, cuya gestión estuvo bien sombreada por sus desastrosas decisiones
urbanísticas, absolutamente incomprensibles y dañinas. No recuerdo ahora que
otros paisanos nuestros se auparan a cargos de alto rango en esta espinosa
materia pública. Y, ya ves, Susana (creo que debo hablarte en el tono de
siempre), ahora nos encontramos, de sopetón, conque una trianera asciende al
sillón de mayor altura en esta gran tierra nuestra que se llama Andalucía.
A Fabié,
contrariamente a su padre, para nada se le notó que Triana fuera su lugar de
nacencia; se fue y adiós muy buenas. Y todavía la familia se enojó cuando vio
la calle que se le había dedicado tras su fallecimiento, porque la creían
impropia de su categoría. De don José nada hay que le recuerde del puente para
acá… Por tanto, Susana, comprenderás que tu nombramiento no nos haya causado,
en principio, ningún sentimiento especial; estamos escaldados. Sin embargo, me
acuerdo de tu abuelo, Campos; aquel buen hombre que se llevaba tan bien con
nosotros, los jovenzuelos que nos jugábamos con él los botellines con tapa en
el salón de los Antiguos Alumnos de los Salesianos. Fíjate, a tu padre, que es de
mi generación, lo recuerdo más distante en aquellos mediodías luminosos con Manolo
El Quemao soportando, como un santo,
nuestra natural algarabía. Campo, tu abuelo, siempre sonriente, era uno más. Lo
saludé por última vez en La Campana poco antes de su muerte que sentí de veras.
Cuando te
nombraron delegada de nuestro distrito nos ilusionamos porque, aunque no eras
la primera mujer que ocupaba el cargo, habías nacido en el barrio; algo que
siempre echamos de menos. Por esa doble condición nos dispusimos a ayudarte y,
supongo que recordarás, nos citamos en el bar de la esquina de Rodrigo de
Triana para hacerte entrega de las publicaciones necesarias para que supieras
lo que defendías al levantar tu mano en un pleno municipal: mi libro “Triana en
tres tiempos”, varias guías y referencias de Justino Matute y otros grandes historiadores
de Sevilla. Pero, ay amiga, poco tiempo tuviste para que esa lectura te
sirviera y nos sirviera a los trianeros. Tu paso fue como el de una estrella
fugaz. A los pocos meses, salto a la Casa Grande y triple salto a Madrid, nada
menos que al Congreso. Bastante tiempo después me devolviste aquel material
inservible.
Con el
tiempo hemos visto como ibas avanzando en la carrera política, pero,
francamente, nunca pensamos que llegarías a ocupar el cargo de Presidenta de la
Junta de Andalucía. Así que, de súbito, tenemos una figura en femenino como
Fabié y de mayores galones que Hernández Díaz y ¿cómo quedamos?, pues
seguramente como quedarían los vecinos del padre del ilustre político cuando
su inteligente hijo alcanzó un Ministerio: con los hombros levantados, cruzados
de brazos y una muesca en los labios que venían a decir algo así como “bueno ¿y
qué?”.
Sólo por el
nombramiento has hecho historia en Andalucía y en Sevilla; ahora, y no por el
hecho de la jura del cargo, esperamos que la hagas en tu barrio, ese que dicen,
inciertamente, que has conquistado.
En recuerdo
de tu abuelo, todo mi afecto.
Ángel Vela Nieto
Si hace falta le vamos buscando una calle, de las mejores que tengamos, para rotularla con su nombre a cambio de nuevos aires para nuestro arrabal y la realización de algunos de los proyectos que consideramos como "deuda histórica" de Triana.
ResponderEliminarEn primer lugar tendremos que ver cuánto manda en Andalucía y cuánto mandan los que la han aupado al sillón. Aquí, por mucho cargo teórico que se tenga, nadie se rebela contra las directrices de su propio partido a ningún nivel. Primero lo que diga el partido; luego lo que diga el pueblo... si es que les llegan sus ecos.
ResponderEliminarEn primer lugar tendremos que ver cuánto manda en Andalucía y cuánto mandan los que la han aupado al sillón. Aquí, por mucho cargo teórico que se tenga, nadie se rebela contra las directrices de su propio partido a ningún nivel. Primero lo que diga el partido; luego lo que diga el pueblo... si es que les llegan sus ecos.
ResponderEliminarY finalmente, acabaremos diciendo .... seguimos para bingo....
ResponderEliminaramigo angel:esperemos que no le pase a Susana como al perro(con perdón)de la obra,que le ladraba a to er mundo que pasaba hasta que lo metieron en nomina.un saludo de encaspi48
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