Susana Díaz en la calle Betis. Fotografía tomada de "El Pais Digital" |
UNA TRIANERA GOBIERNA EN EL PALACIO DE SAN TELMO
Debería estar dentro de la normalidad que la mayoría de los
trianeros, independientemente de nuestras convicciones políticas, estemos orgullosos que la actual
presidenta de la Junta de Andalucía sea una hija de Triana, a la vez que
esperamos que para el próximo año reciba alguno de los títulos honoríficos que
se conceden a los trianeros más ilustres; aunque desconozco los criterios que
la comisión encargada maneja para tal designación, no debería ser un disparate
el reconocimiento de la que, sin lugar a dudas, pasará a ser una de las trianeras
más insignes.
Aunque para la mayoría de los
andaluces Susana Diaz Pacheco pueda ser una desconocida, para los vecinos de este arrabal es una vieja
conocida, no en vano durante el año 2003 y parte del 2004 fue la teniente
alcalde delegada del distrito, que por aquel
entonces era el de Triana- Los Remedios y en Sevilla existían seis
distritos que en pocos años se duplicaron durante el mandato de Monteseirín; estructura
que se mantiene con la aquiescencia del actual gobierno municipal. Poca
valoración podemos realizar de aquella etapa de delegada de Triana en la que nuestra
presidenta tenía 29 años y se presentaba como estudiante de derecho. Poca
herencia dejó en su breve paso por el
Distrito que abandonó rápidamente para
marcharse a Madrid, pese a sus continuas declaraciones del amor que sentía por
el arrabal.
Pues diez años después, y pese al
escaso bagaje y nula experiencia acumulada, nuestra paisana se ha convertido en
la primera mujer que preside la más alta institución andaluza y lo primero que
propone es un pacto nacional para la regeneración política, asunto que no deja
de ser una paradoja si analizamos los motivos por los que Griñán ha dimitido que en definitiva son los que han permitido su ascenso. No en vano nadie duda que lo de Griñán más que una dimisión parece una huida ante
el cerco de la justicia por el lamentable caso de los ERE, donde altos cargos
de la Junta de Andalucía con la ayuda necesaria de sindicalistas han esquilmado
más de 1000 millones de euros de todos los andaluces y que en un principio
estaban destinados para los parados. Tal vez nos hubiera gustado más a los andaluces escuchar a la presidenta decir que se iba a dejar la piel hasta que apareciera el último euro robado por sus antiguos compañeros de partido porque lo de no permitir la corrupción ya se le presupone entre sus funciones habituales.
La segunda gran paradoja se ha
producido en su primer acto oficial como presidenta al dedicárselo a Blas Infante ante cuyo busto situado en la sede del Parlamento Andaluz ha
depositado una ofrenda floral, llegando incluso a solicitar la presencia de Maria Ángeles Infante, presidenta
de la Fundación Blas Infante a quien la Junta de Andalucía le ha dejado de
pagar las subvenciones para que siga funcionando. Tal vez de los pocos objetivos que el PSOE
andaluz no ha conseguido todavía, aunque está a punto de conseguirlo, es el de volver a asesinar al padre de la patria andaluza. Sra. Presidenta, Blas Infante no necesita flores lo que necesita es que su extensa obra se ponga en conocimiento de todos los andaluces, empezando por las escuelas. Nada mejor que su Fundación siga viva como garante de sus ideas y manifiestos porque, a pesar que han pasado cien años, la mayoría siguen de tremenda actualidad, como por ejemplo esta parte del Manifiesto de la Nacionalidad donde refleja la situación de los gobernantes de aquella época que nos recuerda a la actualidad:
"Declaremos a los representantes del régimen actual y sus procedimientos, incompatibles en absoluto, por su inconsciencia e inaguantable contumacia con las aspiraciones generosas de renovación. Una barrera impenetrable de intereses políticos o partidistas y plutocráticos, consustancial de la conservación de dinastías arcaicas y de oligarquías inmundas, impide el advenimiento de las nuevas condiciones, contradictorias de absurdos privilegios".
"Declaremos a los representantes del régimen actual y sus procedimientos, incompatibles en absoluto, por su inconsciencia e inaguantable contumacia con las aspiraciones generosas de renovación. Una barrera impenetrable de intereses políticos o partidistas y plutocráticos, consustancial de la conservación de dinastías arcaicas y de oligarquías inmundas, impide el advenimiento de las nuevas condiciones, contradictorias de absurdos privilegios".
No podemos más que desear mucha
suerte a nuestra paisana ante el gran
reto que tiene por delante, para ello le dejamos el farol de Marchena deseando que
le alumbre en su camino a la vez que le recordamos otro pensamiento de Blas
Infante recogido en su “Ideal Andaluz”:
“Andalucía necesita de su juventud, pero de la juventud honrada, de la
juventud trabajadora, de la que pone sus ideales fuera del camino trillado por
la vulgaridad”.
Que tome nota la presidenta
porque llevamos muchos años donde nos
están gobernando jóvenes, y no tan jóvenes, corrompidos e indeseables, poco trabajadores y excesivamente vulgares.
Lamentablemente el mangazo fácil ha
sido el ideal de la mayoría de los políticos de este país. El resultado lo
estamos sufriendo.
José Luis Jiménez
Se trata de la mujer trianera de mayor rango político de la historia; sólo en hombre la superó Antonio María Fabié y Escudero, varias veces ministro y Gobernador del Banco de España. Tuvimos un alcalde de Sevilla, José Hernández Díaz; de ninguno quedó nada en Triana, salvo una calle. ¿Quedará algo de Susana? He ahí el dilema...
ResponderEliminarY quién sabe hasta dónde llegará esta mujer, Ángel. Su progresión ha sido exponencial y en muy poco tiempo. Creo que para el año que viene, tendrán que hacerla trianera ilustre, de lo contrario tales designaciones perderán seriedad
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