… y nunca mejor dicho si sólo nos
refiriéramos a la Casa de las Columnas que ha sido remozada en su interior y
“caleada” su hermosa fachada que, desde hacía demasiado tiempo, clamaba por
esta atención argumentando su valor histórico de antigua Universidad de
Mareantes y de popular casa de vecinos que dio uno de los dos Perlos famosos,
el de las portadas de la Feria, tan artista como el otro, el cantaor-poeta,
vástago de la Perla de Triana, que nació un poco más allá, en pleno Monte Pirolo.
Estado actual de La Casa de las Columnas tras la restauración de la fachada en Septiembre de 2012 |
Tan cargado de arena ha navegado este blog
que por milagro no se ha hundido hasta el fondo como una agotada barca arenera.
Por eso nos llena de alegría comprobar que algo se va solventando, algo de
tanto... Y con la Casa de las Columnas -cuyo lamentable estado denunció con
imágenes José Luis Jiménez- otro desafuero cuya permanencia nos ha parecido uno
de los casos más insólitos ocurrido en esta orilla; todo el tiempo de su
lamentable subsistencia nos ha estado gritando, en medio de calle Real de Castilla,
que somos los trianeros unos ignorantes y unos paletos por culpa de extraños
munícipes que lo fueron de verdad. Fue el caso que hace demasiados inviernos se
le quiso dedicar una de las nuevas calles de la Triana post-Expo a un
periodista único en su género que firmaba con el seudónimo de Don Cecilio de
Triana. Don Cecilio fue todo un personaje en la Sevilla que le tocó sufrir, la
de las primeras décadas del pasado siglo. Tuvimos ocasión de contar su vida y
milagros en uno de los tomos que sobre ateneístas destacados publicó la Docta
Casa en los fructíferos tiempos de Enrique Barrero.
Así que todo estupendo. Pero como aquí se
plantaban los azulejos en las esquinas casi con nocturnidad y alevosía -o sea,
que nada de inauguración oficial, ¿verdad Macías, verdad Zeppelín...?- resulta
que vimos con estupor que se habían tragado el DON, quedando en la
esquina como en paños menores “CECILIO DE TRIANA”. Increíble, pero
cierto. En seguida, las cábalas: Seguramente estos señores habrán creído que el
Don era porque se trataba de un señorito cortijero; o quizás uno de los
caciques de esos que hubo en Triana alrededor de la cerámica. Y aquí se
acabaron los señoritos, no faltaba más, dirían... Es lo que se podía pensar. No
fue sólo una vez la que denunciamos de palabra y por escrito tal despropósito a
los delegados de turno; al anterior lo hicimos en una de aquellas inútiles
reuniones de “Hecho en Triana”, pero ni tenía idea del pecado ni del sujeto
víctima del mismo... “Ofú -nos contestó- eso es un lío porque hay que
solicitarlo, presentarlo en un pleno como si fuera otro nombre distinto,
papeleo, tiempo, eso: un lío...”. Un lío que nunca fue capaz, como tantos
“líos”, de desliar.
Bueno, la cal. Al fin tenemos, en forma de
documento, lo que solventará la pifia municipal. Hasta habíamos pensado, desde
el Centro Cultural que lleva su nombre, utilizar el mismo sistema y, con
nocturnidad y alevosía, plantar una escalera y añadirle por nuestra cuenta el
DON al desnudo periodista, regalándole, además y para que la luzca y perdone,
una placa que diga algo sobre este plumilla sagaz, valiente, satírico y cómico,
padre del compositor “Kola”, abuelo de Carmen Sevilla y autor de un buen número
de obras teatrales, algunas de las cuales no estaría de más recuperar, por ejemplo
“El puente de Triana”. Para más señas que muestran su capacidad de trabajo,
hasta mantuvo una revista, “Don Cecilio”, cuya aparición en los kioscos era un
acontecimiento en la ciudad. Loores en forma de don a José García
Rufino a quien le pusieron de mote Pepito Carteles, “porque le pegaban en
la calle”, por eso cuidaba de llevar en su chaqueta doble ración de gafas. Y un
personaje así no merecía más golpes...
Ya sólo esperamos que no se demore ese DON
nunca mejor aplicado y con mayor retraso. Cuando hay interés se nota, y ahora a
por otro objetivo de esos que chirrían por antiguos.
Ángel
Vela Nieto
Estrenamos fachada de nuestra Casa de las Columnas y, dado que estamos en plena Bienal de Flamenco, lo celebramos por bulerías,o mejor, por Tangos del Titi, a la vez que felicitamos al Distrito por tan necesaria intervención.
ResponderEliminarLo del DON es de justicia porque al tal Cecilio de Triana no lo conocía nadie.
Y tras esta entrada habrá que seguir con las de arena y a ver si la barca va navegando a velocidad de crucero.
Mis parabienes de corazón por Triana, por el sentido de la vista y por el entorno que no se merecía esa fachada tan cochambrosa. Las cosas bien hechas son las bien arrematá, según "El Gallo", las haga quién las haga y si en este caso son los que yo me supongo, mis felicitaciones. Ahora hace falta que el uso sea el adecuado y con poder de convocatoria para que a las personas no les entre pereza para la visita.
ResponderEliminarY al César lo que es del César y a Dios lo .... en este caso el Don para Cecilio ya que aquí no se cumple el refrán del: "Don sin din es leche en latín".