María Pinar
José
Félix Machuca entrevistó a una vecina de Triana un día de 2009, y pocas veces
nos hemos sentido más defraudados por nuestra ignorancia. Bien es verdad que
Triana es inabarcable y que es imposible, por tanto, saber de ella como para
que no sientas vacíos en tus conocimientos por mucho que la hayas escudriñado,
desde la diosa Astarté hasta la peatonalización de San Jacinto y la
construcción de esa maléfica deidad, invasora de nuestro cielo, que se llama
Torre Pelli. Hablaba, Félix, con una mujer adulta que se quejaba de asuntos
relacionados con el tráfico, las bicicletas y lo peatones, pero junto a sus
denuncias de ciudadana comprometida, valiente, el periodista revestía la
entrevista con detalles de la vida de la señora María Pinar, que así se llama
la protagonista. Había nacido en el Barrio Voluntad, tomado clases de baile y
actuado en las inolvidables “Galas Juveniles”, que fuera reválida de los jóvenes
que en Sevilla soñaban con ser artistas. Hasta ahí, capítulos comunes a muchos
que triunfaron y a otros más que se quedaron por siempre en los programas de
aquellos espectáculos musicales y domingueros del Teatro San Fernando.
Pero la
joven María estudia, además, Arte Dramático y su baile se reviste de unos
atractivos fuera de lo común. Creyendo estar preparada marcha a Madrid donde,
después de sufrir los lógicos inconvenientes de la integración en el mundo del
espectáculo de la gran capital, un amigo fotógrafo envía a José Luis Uribarri
su retrato. Y comienza a actuar bailando en programas de televisión en los
antiguos estudios del Paseo de la Habana. La belleza de la trianera no pasa
inadvertida a los productores y directores de cine que la llaman para
interpretar pequeños papeles hasta que estos se van estirando. La fortuna de su
salto a la televisión y al cine se repite con otra intervención fortuita; a su
hermana le da por enviar una fotografía suya al periódico España de Tanger,
entidad que organizaba el concurso de Miss España. Y un día recibe una carta de
cita. El resultado llega poco más tarde en forma de título: la mujer más guapa
en el suelo patrio es una trianera, actriz, bailaora y bailarina a la que
agasajan en “Chicote” y le regalan un piso en la Costa del Sol.
Paralelamente,
María interviene en obras teatrales al lado de primeras figuras de la escena,
pertenece al plantel de aquellos “Estudio 1” de Televisión Española, conoce
escenarios de toda España y llega a Sevilla con sus obras, antes y después de
que llegaran sus películas; al fin, cuarenta títulos. Y es a donde queríamos
llegar, porque después de haber firmado el que suscribe un libro con el título
“Triana, un barrio de cine” cuando creíamos que lo sabíamos casi todo después
de unos cuantos de años preparándolo, resulta que ni mencionamos a María Pinar.
Por extraña circunstancia nadie nos habló de ella ni en ningún sitio leímos o
escuchamos su nombre ligado a esta orilla. El resquemor era inevitable, como
inevitable reparar el triste efecto de la omisión. Guardamos entre las páginas
de un ejemplar la hoja (tardía) del ABC con la entrevista donde ya había
algunos apuntes más también llegados con penoso retraso.
Y
resulta que, metido en el trajín de la preparación del segundo libro sobre la
Triana flamenca, conozco a un bailaor, Rafael Márquez, vecino de la barriada
Santa Cecilia, uno de esos artistas que al cabo de su vida activa guardan un
cofre del tesoro en su memoria. Rafael, que es íntimo de Paquita Rico desde la
juventud de ambos, me habla de otra de sus grandes amigas a la que visita con
frecuencia. Se trata de una actriz, hija de un placero del mercado de Triana
que, entre otras actividades, bailaba flamenco para que la tenga en cuenta.
¿María Pinar? En seguida le cuento lo que nos ocurrió con ella. Rafael se
compromete a presentárnosla y lo hace. Reunidos, le cuento la historia a María
mostrándole un ejemplar del libro en el que ella debería ocupar un sitio de
honor; algo así le anoto en la dedicatoria, no sin rubor. Pero ella, que ha
visto y sentido tanto, no se molesta por la falta, sino al contrario, lo
comprende, y ojea las páginas en un momento de expectación cuando hubiéramos
querido escuchar de su voz, por arte de magia, tres palabras... “¡Si estoy
aquí...!”.
Creo que
hemos tenido cuatro Miss España en Triana, pero la primera fue María Pinar, una
mujer que nació artista, que canta, baila, interpreta y recita y que intervino
en varias docenas de películas aunque su nombre sólo aparezca en un ejemplar de
“Triana, un barrio de cine”.
Ángel Vela Nieto
María PInar ha sufrido la injusticia del olvido de su Barrio, donde además sigue viviendo. Habrá que localizar una buena fotografía de nuestra primera Miss. La lista de películas en las que ha participado, además de teatro, supera las 40.
ResponderEliminarMaría Pinar nos entregó una buena colección de fotos; las veremos en el segundo tomo de "Triana la otra orilla del flamenco". No hemos podido escanearlas todavía.
ResponderEliminar... desde luego en ella tenemos una buena candidata al título de Trianera de Honor...
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