domingo, 3 de febrero de 2013

EL DEDO DE RODRIGO



San Martín de Porres


          A este morenito, patrón de los barrenderos, se le dedicó por puro capricho una plaza que hoy es un bullicioso cruce de caminos, especialmente por las mañanas. Se adecentó este espacio porque estaba en una de las rutas directas hacia la Roma de la Cartuja en tiempos de la pre-Expo, y tampoco sabemos la razón (¿o si…?) por la que se levantó en su centro una horrenda fuente, absolutamente anti-trianera, como si la historia de este barrio fuera un libro en blanco. Todavía se asomaba por uno de sus flancos el edificio de la cochera de tranvías que caería víctima del nuevo trazado real dedicado a dos monarcas, uno de reinado efímero, la Exposición Universal; otro, su majestad el coche, poderoso monarca que mandó convertir en carreteras la viejas calles para que sólo sirvieran a los honores de su prepotente paso.

         La plaza está dotada de zona ajardinada y bancos de asiento, a más de un conjunto de aparatos para que los jubilados muevan sus miembros y no se les atrofien, vano esfuerzo y gasto inútil porque estos jubilados prefieren leer la prensa de reparto gratuito, distraerse con el trajín del personal y dejar su cuerpo en paz. Es la plaza del ambulatorio, del mercado de San Gonzalo y de las calesitas del hijo de Luis León que conforman, con la imagen en bronce de María Auxiliadora, la monumentalidad del lugar.

         Uno de los habituales que la atraviesan, vecino del Tardón y antes de la Cava de los civiles, es el popular Quino, sevillista de cuando en Triana ser bético eran ganas de llevar la contraria, porque en los álbumes de estampas de fútbol sólo lucían los Campanal y cía. Y al Betis ni se le esperaba. Subrayo lo del sevillismo del Quino, porque si lo obviara sería como despojarlo de una parte esencial de su personalidad. Y allí mismo nos encontramos, en medio del fragor del umbral de la plaza, la que domina un extraño e inquietante grupo de gente madurita y mal encarada que ni va ni viene, que siempre está allí mezclada con los clientes de “Polvillo” y los de un esporádico mercadillo de pobre. Y, como si estuvieran solos, pululan, vociferan y “litronean” con escaso respeto al espacio público, porque ellos van a lo suyo… “Fíjate -me dijo el amigo con cara de enfado-, cómo beben en medio de la calle, cómo tiran las botellas donde caigan y lo curioso es que la policía pasa por aquí cada dos por tres… Y el otro día –continuó cada vez más indignado- multaron a mi hija porque se estaba tomando una Coca-Cola en la calle, multa que no debí pagar, pero que pagué; cien euros, y, ya sabes, mi hija parada y yo jubilado”.

            Y siguió desahogándose: “No hace mucho, me acerqué a Zoido, el alcalde, porque lo vi en la calle San Jacinto y le conté la historia al par que le denuncié la presencia de los sujetos de San Martín de Porres, los que beben y ensucian una plaza atestada de gente cada día y a la vista de todos, incluso de la policía. “Y, ya ves, a mi me hacen pagar cien euros…”. El alcalde -añadió- mandó a uno de sus acompañantes que tomara nota de su denuncia. Y como todo sigue igual, menos su cartera, ya ha ido varias veces al distrito buscando al mandado subalterno para preguntarle dónde tomó nota y, claro, para darle las gracias por los celos del Ayuntamiento ante lo que considera, con razón, una grave e inexplicable situación .

         Invitamos al Quino a una cervecita aconsejándole que invierta mejor su tiempo olvidando el asunto que, seguro, habrán denunciado los vecinos, algún miembro de la Junta de distrito y los que hayan tenido altercados con algún socio de esa peña cervecera y a la intemperie a la que no multan porque saben que es trabajar para nada. Mejor, a la chavalas de las Coca-Colas, cuyos padres, tengan o no tengan, harán frente al requerimiento como ciudadanos cabreados, pero responsables.

Sólo queda pedirle al santo que haga un milagro con su escoba…



Ángel Vela Nieto
          
                   

2 comentarios:

  1. Sr. Vela, si Zoido tomó nota el asunto se arregla, seguro.

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  2. Como entiendo que este comentario va en serio. Contesto en el mismo tono: Amigo anónimo, ya digo que fue un acompañante del distrito quien tomó nota, como es natural. Zoido olvidaría el asunto tras dejarlo en manos subalternas, como también es lógico.
    Yo, que quiere que le diga, no estoy tan seguro de la solución del asunto. Y ojalá me equivoque.

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