sábado, 21 de junio de 2014

EL CHUZO DE MARCHENA


UN TRANVÍA PARA TRIANA


Son muchas, y frecuentemente de sentidos opuestos, las reivindicaciones que  se realizan en Triana. Mientras que algunos, por ejemplo,   piden más peatonalización o más carril bici, otros piden más aparcamientos y vías de entradas con vehículos automóviles.  Estas contradicciones, propias de una comunidad amplia y heterogénea, nos deberían hacer reflexionar para finalmente encontrar una solución que en gran medida satisfaga el interés de todos. Tal vez los gobernantes podrían abrir esas vías de debate que podrían serles muy útiles para tomar decisiones, a priori,  complejas. Sin embargo lo frecuente es favorecer el interés de los grupos afines y los del propio partido para el que trabajan por encima del de los ciudadanos.

Mucho se está hablando últimamente de la credibilidad de los políticos que se han acostumbrado a mentir e incumplir sus promesas sin ningún coste. El caso del aparcamiento de San Martín de Porres es uno más de la amplia lista de las promesas incumplidas por el Alcalde de Sevilla del que recuerdo, cuando venía a Triana a realizar la campaña electoral, como argumentaba la necesidad de construir un gran aparcamiento subterráneo en dicha plaza que impulsara la actividad comercial del Mercado de San Gonzalo y zonas próximas como San Santa Cecilia. Además, la reciente remodelación y ampliación del moderno hospital de la calle San Jacinto –otro santo más y parecen demasiados para el callejero de una ciudad de un estado laico como dicen que tenemos-  habían producido un aumento de  las necesidades de plazas de aparcamiento por la zona.  Durante los dos primeros años de su mandato han continuado las promesas de construcción de este aparcamiento; incluso han sido frecuentes las visitas y fotografías del delegado del distrito  en la plaza con nombre de santo peruano. Sin embargo en los últimos días  hemos escuchado al Sr. Zoido decir que esta época nadie construye aparcamientos de este tipo, a la vez que se enorgullece de fomentar el aterrizaje en nuestra ciudad de las grandes multinacionales de moda, ferretería, alimentación, mobiliario, etc. con el falso argumento de la creación de puestos de trabajos.  A estas grandes superficies le facilitamos la construcción, el aparcamiento, los viales y, si hace falta, cambiamos las leyes  para que se establezcan en nuestra ciudad, sin embargo nadie piensa en los pequeños y tradicionales comercios de los barrios, nuestras plazas de abastos, los artesanos  -¿se acuerda en estos momentos  algún político de la Casa de los Artesanos de la calle Covadonga?- y todo el tejido empresarial que se mueve en torno a este sector minorista. Ahí es donde se está perdiendo el empleo; un simple paseo por las calles que antaño eran más comerciales nos muestra un sinfín de carteles con los reclamos de “Se Alquila”, “Se Traspasa” o “Se Vende”.

Pero el alcalde y su séquito en un arrebato de magnanimidad con Triana nos terminan por regalar el tranvía amarillo que desde diciembre de 2012 está expuesto frente a la antigua cochera trianera de los tranvías, esta vez con tablilla renovada,  hermoso directorio explicativo  y valla verde del “Brico Depôt”. A falta de aparcamiento subterráneo  y línea del metro tendremos por fin el monumento que llevábamos reclamando desde hace algunos años. Gracias Sr. Alcalde;  en muestra de agradecimiento nos encomendaremos al santo negro que le da nombre a la plaza  rogándole le  transfiera algunos de sus dones como el de la levitación, la videncia y la bilocación, pese a que este último parece que ya lo tiene usted, a la vez que le regalamos la  fuente de la Plaza para que la emplee en lo que más le convenga.






José Luis Jiménez

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