El Morapio
Negocio familiar que desde 1959 estuvo situado en la calle
Pelay Correa, 79, en el patio terrizo de un corral de vecinos que sirvió de
terraza con el adorno natural de una parra. La taberna “El Morapio”, antes
conocida como bodega “El Piquislabi”, estaba revestida, empapelada, de recortes
de prensa, carteles y añejas fotografías taurinas y flamencas. Fue uno de los
lugares más flamencos de Triana, donde acudían los artistas después de actuar
en los teatros sevillanos, seguros de que allí encontrarían otro espectáculo
-único- y un estimulante caldo de puchero. El bailaor Paco Vega recreó su
ambiente en la obra “Triana Viva” (1994), recordando las madrugadas de Viernes
Santo cuando los gitanos de Triana se reunían a la espera de la salida de la
Esperanza y continuaban después en una juerga interminable. “El Morapio”
constituyó el penúltimo refugio de los noctámbulos juerguistas en busca del
primer café y copa de aguardiente de la naciente mañana para seguir en el limbo
de la fiesta. Allí, Miguel El Bengala, tío de Curro Vélez, suegro de un Habichuela
y abuelo de un Ketama; la raza se bifurca… Allí, Antonio Mairena guiado
desde su pueblo, tras los primeros cantes, por Ricardo Miño y Manuel Molina, el
día que mejor cantó el maestro en Triana… Allí La Tina, La Posaera
-antigua bailaora de cafés-, La Remedios, La Pastorita, Antonio
Maya, El Coco, El Herejía… todos del barrio para el cante y el
baile más genuinos. Y allí la más rica y reparadora pringá…
En octubre de 1972 sirvió de escenario
para el programa televisivo “Rito y geografía del cante”. En uno de sus
acogedores rincones acristalados cantó sus fandangos Gordito de Triana y
tuvo espacio gozoso el tango en la voz de Carmen Montoya y Manuel El Titi,
a los que dedicaron su baile de patio de corral Carmen de Diegueles (familia
de La Negra), Pepa La Calzona, El Morito y el propio Manuel El
Titi; magia trianera en estado puro… En Triana yo he nasío/ y en Triana
me crié,/ y en la orillita del río/ encontré yo mi querer. También dejó en
El Morapio sus soleares trianeras Manolo Oliver ante un embobado espectador al
que se conocería por El Cabrero.
En 1973, una noche de la primera Feria en
esta orilla, estalló en “El Morapio” una gran fiesta en la que participaron
Lola Flores y El Pescaílla, Curro Romero, Álvaro Domecq, Juan de la
Vara, Rancapino, Terremoto y El Niño de la Calzá mezclados
con arte de la tierra. El empresario Pepe Casas, gran aficionado llevaba a
aquel rancio patio a sus artistas y, entre ellas, a la muy popular vedette Gracia
Imperio, mujer decidida y generosa a la que le gustaban los fandangos de El
Gordito de Triana; algunas veces se establecía un premio al mejor
fandango entre el citado Gordito, Antonio El Sevillano y El Niño de
Aznalcóllar; al final se repartían el dinero como buenos hermanos en el
cante. Son muestras de lo que supuso para la fiesta este colmao donde, además, paraba
todo el bronce humano de Triana, con mujeres que bailaban como los ángeles.
El 15 de septiembre de 1976 se celebró en
su patio el bautizo de uno de los hijos de Manolo el de La Bella y dio tiempo
para que bailara y cantara medio mundo flamenco trianero: La abuela, madre de La
Bella, con el popular Joseliqui; La Bella con El Gringo...
día inolvidable por los que lo disfrutaron.
Los años setenta fue lugar de reunión de
políticos y estudiantes, progresía aficionada que conformaba una extraña mezcla
con los habituales parroquianos. En este tiempo, Manolo el del Morapio,
a quien entrevistamos junto a La Bella, su madre, una mañana de hace
algunos años y que se llevó allí toda la vida, ejercía ya de regidor del
negocio. Desapareció el patio del Morapio en la primavera de 1989. Esperaba la
piqueta que -esaboría- acabó con la fiesta. Señalemos la particularidad
de que en el Morapio tuvo vivienda su propietario Juan Montilla, cobijo que,
con el negocio, heredó su sobrino Manolo (Manuel Moreno García, nativo de la
Cava), quien tuvo devoción por él hasta el punto de que cuando aquel enfermó
iba diariamente al Polígono San Pablo, última residencia de Montilla, para
velar por sus postreras necesidades. Estaba bien dotado de mundología Juan
Montilla, acogía y ayudaba a los artistas, veteranos o no, en malos momentos;
Rosalía y La Posaera estaban siempre al calor de su afecto.
Ricardo Miño habla en sus recuerdos de “El
Morapio” de principios de los setenta: “A esa hora -las claritas del día- solía
estar el dueño, Juan Montilla, sentado en un rincón ante su mesa de camilla,
junto a la cantaora Rosalía de Triana; también Manolito, el hijo de La
Bella, que era el encargado, y la que llamaban La Sorda, que
preparaba el café”. El vástago de Ricardo y Pepa Montes le dedicó unas bulerías
en su primer disco.
Ángel Vela Nieto (del libro " Triana, la otra orilla del flamenco ". 2º. tomo)
Y parece que fue ayer cuando íbamos al Morapio, pero han pasado 25 años. Mucho hemos cambiado; la sociedad, las leyes, los políticos y en general esta nueva forma de vida hacen inviable este tipo de locales flamencos. Ya hemos comentado el cierre reciente de algunos en nuestro barrio o incluso lo que supone un auténtico atentado contra el Flamenco: la clausura de la Peña Flamenca Torres Macarena. ¿Se le ocurriría a alguien cerrar El Ateneo, El Circulo Mercantil o cualquier iglesia sevillana porque estén dando un recital de Flamenco. ¿Es qué estos establecimientos culturales o religiosos que he nombrado no tienen colindantes a los que también le molesta el ruido? ¿Qué licencia tienen que les permita programar espectáculos flamencos que no tenga Torres Macarena? ¿Qué diferencia legal tiene una Peña Flamenca como Torres Macarena de una Asociación Cultural como El Circulo Mercantil o el Ateneo? ¿Clausuraría el ayuntamiento la Catedral u otra iglesia sevillana por una protesta vecinal cuando hay un concierto, Flamenco o de música de Semana Santa?
ResponderEliminarMenos mal que nos quedará los museos para escuchar Flamenco. Por cierto, Ángel, ha abierto ya el Centro Cerámico de Triana?
Recuerdos que en Viena no había lugar, cubierto o lo contrario, donde no tuviera sitio para un grupo de músicos y sus valses... Lo de Torres Macarena es absolutamente increíble.
ResponderEliminar...¿que es lo que me preguntas sobre el Museo de la Cerámica...?
MORAPIO
ResponderEliminarEl reino el compás capitanea,
Parnaso del talento y la armonía,
simpar verdad del cante y la alegría,
árbol que floreció en Pelay Correa.
Aroma de plazuela que recrea
la mágica soleá de Rosalía,
la huella del tacón del Herejía,
sello de fragua, barro y azotea.
Si no es el paradigma por su rango,
que baje Dios del cielo y venga a verlo,
que lo firmaba con su rima El Perlo,
que lo bailaba el Titi con su tango.
Pasa el tiempo y refuerza mi creencia:
que no hay mayor tesoro ni en Florencia.
José Luis Tirado
Inmejorable este soneto dedicado al Morapio. Puede firmarlo el más grande poeta andaluz. Felicidades, José Luis.
ResponderEliminar¿Quién me llevó a mí por primera vez al Morapio?, ¡claro que sí!... RAFAEL MARTÍN HOLGADO.... Años después volví a Triana a buscarlo pero ya no estaba, se lo habían llevado. Muy ricas sus pringás en aquellos años de estudiante. Otra vez gracias, Rafa.
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ResponderEliminarHola soy pastori la hija pequeña de Monolito el del Morapio, muchas gracias por esas palabras tan bonitas, dedicadas a mi casa.Mari bella es la niña del bautizo mencionado.
ResponderEliminarSolo una pequeña aclaración: Manolo García Moreno no era sobrino de Juan Montilla era cuñado el hermano de la Bella y la Candelaria la mujer de Juan Montilla.el sobrino era mi padre Manolito el del Morapio
ResponderEliminarUn saludo, Manuela. Tomamos nota de lo que nos apuntas, aunque, fíjate, el libro ya está en la imprenta; pero no creo que tenga demasiada importancia; lo fundamental es lo que quería tu padre a Juan Montilla.. Puedes estar orgullosa de él, gran trianero como todos sus ascendentes y descendientes, y al que tenemos la suerte de verlo con frecuencia en el barrio.
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ResponderEliminarPor cierto me podrías decir el título exacto del libro por favor, yo ahora no vivo en TRiANA, estoy en Barcelona y cuando se está lejos del barrio todo se vive con más intensidad. Me ha encantado lo escrito sobre Villa troya
ResponderEliminarHola Angel no tiene mayor importancia lo he corregido desde el cariño.te reitero las gracias por lo escrito con el cariño y el gusto. Lo he encontrado por casualidad y ha sido tanta la emoción que se me han saltado las lágrimas
ResponderEliminarPerdón no me aclaro mucho y lo he eliminado sin querer
ResponderEliminarEl libro se presenta el día 15 de julio. Pienso avisar a tu padre porque me gustaría que estuviera en el acto, al que espero asistan muchos artistas de nuestro barrio. El título es "Triana, la otra orilla del flamenco (1931-1970)".
ResponderEliminarSabía que mi amigo Manolo tenía nietecitos en Barcelona...
Mi saludo afectuoso.
Cuantas Pringas exquisitas me habré comido en ese maravilloso rincón.....
ResponderEliminarJesus Montilla