martes, 4 de marzo de 2014

EL DEDO DE RODRIGO


LUGARES FLAMENCOS DE TRIANA


La vieja calle San Juan


          Merece un epígrafe esta vieja calle, la calle de la libertá, que recuerda el cancionero flamenco. Su formación como vía habitada es del siglo XVIII, partiendo de la Cava Nueva (de los gitanos) para desembocar en el campo, mirando a San Juan de Aznalfarache. Y por esa orientación se llamó así, San Juan (1815), después de rotularse Béjar y antes de definirse como Evangelista a mediados del XIX. Se trata de la arteria matriz de los célebres Callejones y fue solar de labradores, clérigos y tejareros que convivieron con las familias gitanas que laboraban en sus herrerías por los callejones adyacentes y los que moraban los patios de vecinos del primer tramo, que era el habitado; más allá tapiales de tejares y almacenes hasta abrirse al camino de “Los Gordales” hacia San Juan en la que durante el XIX llamaron “la choza del Botijero”.

           El escritor Manuel Chaves Nogales radiografió la calle Evangelista: “Genuina residencia de gente de color, goza de cierta leyenda trágica. Viven en sus casuchas miserables casi todos los gitanos de Sevilla; hay algún que otro refugio para gente maleante”. Una vieja letra de las que recoge Demófilo evoca el legendario lugar: Cayesita e San Juan/ le han puesto los esertores/ caye de la libertá. Es la calle de los Cagancho, los Vega y los Montoya, donde también moró el romancero mayor del reino, el trianero Juan José Niño López, donde convivieron herreros y jornaleros del barro, los Vargas y Lérida con los Canela, y donde no faltaron las tabernas y hasta algún carabinero desnortado. En la casa número siete nació La Lole, hija de La Negra y Juan Montoya y, más allá, existía el corral de la familia del Herejía y su hermano El Juto. En estos dos hermanos se condensa la característica principal de los gitanos flamencos de la Cava, bailen o canten, cada cual siente de manera única. “Triana Pura” fue la postrera muestra de esa identidad.

La Plazuela



            Nombre común de la plaza de Santa Ana o Sacra Familia. Con su resto de caserío del XVIII y XIX abandonado por las familias que lo habitaron hasta los años sesenta, su puerta del templo de la reforma de 1690 y su reseca y tosca taza de fuente. Fue enclave predilecto del clasicismo de Triana; espacio interior donde en su discurrir rinden pleitesía urbana las calles Pelay Correa y Rodrigo de Triana. La plazuela de Santa Ana que quedó en el título de una historia de Estébanez Calderón (1847), sirve de escenario de espectáculos flamencos en noches de Velá de la Patrona. Aquí debutó “Triana Pura y Pura” para mostrar el arte de la Cava de los gitanos; aquí cantaron Oliver y El Arenero cuando eran prodigiosa novedad pública, entronando ante la puerta de los pies de la catedral trianera la dulce soleá del barro, y aquí cantó y pregonó la fiesta de julio Naranjito de Triana.

            En los años cincuenta y sesenta, cuando en ella vivía Luis Caballero, la taberna del Vélez, que evoca El Pali en sus memorias, acogía el cante al encenderse las gargantas, o el baile en el momento en que los pies se elevaban haciendo compás y tenían que saltar de la silla. Hoy, cotidianamente, es lugar tapero, como media Triana. Lejos quedó aquella plazuela de la vida, de la gracia y la desgracia que canta una cierta farruca: La Pili nació en Triana/ entre fandangos y olés,/ y al verla se acabó el cante/ y echaron tos a correr./ Se emborrachó con vinagre/ y la plazuela explotó./ ¡Ay, Pili, Pilili, Pilili,/ hasta el pavimento se desintegró.

            Pedro Ricardo Miño en su disco “Piano con duende” (2003) incluye un tema titulado “Una fiesta en la Plazuela”. También La Lole se acuerda de la emblemática plaza en su trabajo “Metáfora” (2007) y titula así, “La Plazuela”, al primer cante del cedé.

Ángel Vela Nieto (del libro " Triana, la otra orilla del flamenco ". 2º. tomo) 


1 comentario:

  1. jimenezjb4/3/14, 22:34

    Me viene a la memoria esta letra de Manuel Molina en la que también menciona La Plazuela: "Hay en Sevilla un tesoro que guarda mi corazón: la Giralda, La Plazuela, mis amigos y El Tardón"... En la Cuna del Flamenco hay pocos lugares que no lo sean aunque La Plazuela, la calle San Juan o La Cava sean muy nombrados.

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