jueves, 8 de marzo de 2012

MÚSICA, MAESTROS

Es en 1975 cuando aparece el primer Lp de Triana, ese que todos llaman “El patio”, aunque llevaba el mismo nombre que el grupo. El disco, sin apoyo promocional, no tiene ni crítica y de ventas anda regular, en el primer año no más allá de cien discos vendidos.
Muy pocos conocen Triana y menos aún entienden su música, el rock que viene del exterior sólo está al alcance de unos pocos y en el mundo del flamenco carece de sentido. No es hasta 1979, cuando aparece su tercer Lp “Sombra y Luz” que comienzan a tener mucho éxito. Pero muchas cosas han cambiado en España, tras la muerte del dictador, unos vientos tumultuosos y frescos nos lavan la cara y el espíritu, aunque algunos se esconden bajo un largo abrigo verde con la esperanza de que todo siga como antes. Ahora se buscan con ansiedad nuevas sensaciones, los jóvenes igual van a recitales de poesía que se hartan de porros y cervezas con arvellanas, todos pensamos que se puede cambiar a mejor, que los enchufes, la autoridad mal entendida y los robos de guante blanco se van a terminar, que quienes lleguen al poder serán capaces, por fin, de servir al pueblo. Suena “Hijos del agobio”

quiero sentir algo que huela a vida
que mi sangre corra loca de pasión
descubrir la música que hay en la risa
la luz profunda y el amor

El grupo se funda en 1974 y en un principio además del trío, se piensa que Manuel y Lole también pueden formar parte del mismo, sin embargo la idea no cuajó y muy pronto la pareja del tardón será capaz de triunfar, también pululan por Sevilla Veneno y Silvio, más tarde Paco de Lucía y Camarón publican “La leyenda del tiempo”, ahora es el flamenco quien comienza a dar pasos por otros caminos, la senda que abrió Smash en 1970 con “La glorieta de los lotos” dejó de tener límites.  


Podría pensarse que Triana fue un producto que encajó a la perfección con la transición y que con ella terminó, sin embargo si te paseas por la red es fácil comprobar que sigue estando de actualidad y no porque aquellos que descubrimos el amor bajo su manto, los que abrimos una puerta para bañarnos, vírgenes, en el lago, ahora estemos empeñados en bautizarnos en las mismas aguas, nostálgicas, libres, de hace más de treinta años.

Hay una fuente niña que la llaman del amor
donde bailan los luceros y la luna con el sol.
Abre la puerta niña y dale paso a la luz
mira que destello tiene esa nube con el sol.
Por la mañana amanece la vida y una ilusión
deseos que se retuercen muy dentro del corazón

Jesús nos va envolviendo con su teclado, picotea la melodía a un ritmo hipnótico, cierro los ojos y sueño, van surgiendo sonidos etéreos, que se esparcen lentamente por un amplio infinito y que sirven de entrada a la guitarra de Eduardo, otra vez la calma, pero  la guitarra se anima, suenan palmas, me brotan las primera lágrimas y los tambores me llaman desde el pasado, tan insinuantes como siempre, el corazón se me va detrás sin pensarlo, porque no quiero que esta canción termine.  

Triana sigue vivo porque miles de jóvenes, no sólo españoles, ven, disfrutan y comentan los videos de youtube, consumen sus canciones y se emocionan, esto es lo más importante, que esa puerta de la ilusión no se cierre jamás. Escucha Triana.

Cuenta Juan Mellado en un magnífico blog de laluzdetriana:

Faltaba el nombre del grupo y por aquella época estaban muy de moda los grupos americanos con nombres como Chicago, América o Boston, así que con la gracia que caracteriza a los sevillanos, el "Tele" dijo: “nosotros que somos de TRIANA nos llamaremos TRIANA y se marcharon los tres a la capital Madrid a probar fortuna.
    
Rafael Martín Holgado.

1 comentario:

  1. Estupenda y oportuna tu entrada, Rafael, porque la música de "Triana" continúa palpitante. Existen verdaderos "sacerdotes" que propagan sus canciones y mantienen una férrea fidelidad al trío. Luis Clemente escribió un estupendo libro sobre este fenómeno musical que lleva el nombre de nuestro barrio. Efectivamente, El Tele lo impuso. En todas las biografías consta que este magnífico batería nació en El Puerto, pero cualquiera le decía que no era de Triana donde fue niño y muchacho y, respirando el ambiente, músico. Su padre, al que conocimos, fue uno de los últimos vecinos del patio de la calle Pureza que fue su casa cuando él ya vivía lejos de Sevilla.

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