La avenida Álvar Núñez se encuentra entre el Tardón y el Barrio León. Es por esta zona donde comenzó la expansión de la Triana moderna. Hasta entonces, como podemos leer en “Triana: el caserío, calles, plazas, sitios y lugares” de Manuel Macías, nuestro barrio apenas cambió su fisonomía desde el siglo XVI.
En el tronco recto del fresno, la rugosa corteza se entrecruza en mil cicatrices secas, no hay sitio para grabar corazones, no tuvieron tiempo de dejar allí sus nombres los niños de antaño, que muy pronto tuvieron que cambiar sus cromos por los monos de trabajo.
Los fresnos son árboles, cuyo hábitat se extiende por casi toda Europa. Crecen en las orillas de los ríos junto a otras especies, con las que forman los bosques de galería o bosques de ribera, como el que se conserva en la Sierra Norte a lo largo de la Ribera del Huéznar.
Estas viviendas de protección oficial se ocupan entre los años 1955 y 1957, ignoro si en ese tiempo se plantaron los fresnos que, de una punta a la otra de la calle, podemos ver alineados en una de las aceras.
Como casi nunca les falta el agua, los fresnos poseen grandes hojas compuestas que pueden llegar a tener hasta 13 foliolos. La hoja que hemos utilizado de modelo sólo tiene siete.
En otoño, cuando van disminuyendo las horas de luz, muchos árboles se desprenden de sus hojas porque comienzan a resultarles poco rentables. Su estrategia es vivir de forma latente hasta la primavera con los nutrientes que guardan en el tronco. Los fresnos, poco a poco, en un proceso que se inicia en las ramas más altas, comienzan a taponar los vasos que llevan agua hasta las hojas. Cuando dejan de fabricarse las clorofilas, se hacen visibles otros pigmentos que hasta entonces estaban enmascarados por el verde y que son los responsables de que veamos amarillear las hojas.
De las ramas también cuelgan numerosos frutos que se agrupan esperando un golpe de viento que los haga volar a una tierra quizás no prometida, simplemente acogedora. Sin embargo, la mayoría no avanzan prácticamente nada y caen sin poder cerrar el ciclo de la vida sobre el frío suelo grís.
Estas estrechas sámaras podrían pasar por simples hojas, pero en el extremo puntiagudo se encuentra la semilla, alargada, no parece más que un simple engrosamiento, pero en su interior se guarda la información necesaria para crear un nuevo árbol. La magia de una vida que no llegará a ser.
En el tronco recto del fresno, la rugosa corteza se entrecruza en mil cicatrices secas, no hay sitio para grabar corazones, no tuvieron tiempo de dejar allí sus nombres los niños de antaño, que muy pronto tuvieron que cambiar sus cromos por los monos de trabajo.
Rafael Martín Holgado
¿Son fresnos también los árboles que hay en la Ronda de Triana, a la altura del semáforo anterior al Turruñuelo? Me refiero a los de la derecha de la calle, yendo desde el Cachorro hacia la Avenida de Coria. Hoy estaba todo el camino lleno de hojas amarillas que se habían caído con el viento y la lluvia y me daba la impresión de que todas las hojas eran iguales y semejantes a las que aparecen en estas fotos.
ResponderEliminarDe estos textos podría salir un bello libro que enriquecería el patrimonio biliófilo de Triana. Te animo que no dejes de informarnos sobre una materia, que a pesar de estar tan a la vista y ser tan benefactora, es tan desconocida.
ResponderEliminarLos árboles que hay en toda la Ronda de Triana son acacias del Japón. Tienes razón en que las hojas se parecen mucho, pero los frutos son completamente diferentes. Los de las acacias son como unas legummbres arrosariadas.
ResponderEliminarOfú, Ángel, eso son palabras mayores. Me conformo con seguir por el momento con un árbol a la semana y tampoco pienso que el tema le interese a mucha gente. No sé, veo más fácil una simples visitas por el Barrio, pero no he pensado como se podría hacer una convocatoria de este tipo.
ResponderEliminarAh, pues esa es una buenísima idea. Podíamos hacer un recorrido por el barrio, un día por la mañana y ver in situ las plantas y árboles que comentas. Quizá cuando esté el blog un poco más adelantado, para conocer más cosas. Creo que sería muy instructivo. Podríamos hacer fotos. Mi hijo estuvo de excursión con el Instituto en el Cerro del Hierro y trajo unas fotos estupendas, además de aprender muchísimo. Una ruta botánica por Triana sería una gran idea. Se podría hacer una convocatoria a través del blog, si os parece bien.
ResponderEliminarMe uno a la idea. El asunto no puede ser más atrayente. Y eso es conocer el barrio.
ResponderEliminarPues quizá uno de esos días de las vacaciones de Navidad que no son festivos y que caen enmedio, si es posible porque estén disponibles los interesados...A mí me encantaría conocer este punto de vista, del que no tengo ni idea, salvo distinguir los bonitos, los feos, los grandes o los chicos. Junto al Cachorro hay unos de color violeta que creo son jacarandas...
ResponderEliminarJunto a Rafael siempre se aprenden cosas, o de "ramas" o de "raices" , de "ahora" y de "antaño". De SIEMPRE. Yo también me apunto a dar un paseo.
ResponderEliminarEs una buena escusa para vernos en Navidad un día.
ResponderEliminarUn paseo forestal guiado por Rafa, buscaremos algún bonito poema para recitarlo bajo a uno de esos árboles que tan magistralmente Rafa nos presenta en sus siempre interesantes entradas, en las que una leve pincelada poética te sorprende en su lectura. Maravillosa descripción de la corteza....
Y, ya metidos en faena, tendremos que realizar alguna parada en alguna de las maravillosas tabernas trianeras. Habrá que hacer la convocatoria.
ResponderEliminarGracias, Elisa, los árboles son una bella excusa para escaparme por sus ramas.
ResponderEliminarBueno José Luis, la cosa está reñida: 6 tarbenas 6 y 6 árboles 6. Te propongo un mano a mano, pero tú convocas. Ya sé que no te gusta mucho, pero seguro que con esfuerzo consigues formar un grupo.
ResponderEliminarSeis árboles y en cada árbol un poema trianero, seis tabernas y en cada taberna un cante de Triana con una breve charla sobre el mismo. ¿qué os parece? ¿A qué da para echar el sábado entero? Ve buscando los árboles y coordinamos la ruta. Hay que buscar el día porque árboles, tabernas y cantes de triana seguro que nos sobran. El grupo se formará solo.
ResponderEliminarRafael me parece mentira verme a mi mismo leyendo como un Bernardo cosas de botánica.
ResponderEliminarLa culpa la tienes tu que le dás un aire tan especial a tus artículos, sobre esos temas tan áridos, que me quedo siempre con el deseo del siguiente artículo para "sentir" las sensaciones que transmites como quien no quiere la cosa.
José Muñoz Entrena
Mucha gracias, José. Intentaré seguir complaciéndote.
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