sábado, 27 de noviembre de 2010

TRAS LAS RAÍCES DE TRIANA: EL ROJO LIQUIDÁMBAR

El cielo pesa sobre los edificios, los colores se apagan, el blanco de las fachadas parece sucio, los ladrillos viejos, en el suelo charcos de agua negra te van inyectando la humedad piernas arriba. Qué poco le pegan a Triana estas mañanas grises. Es otoño.



 
Sin embargo, algunos árboles nos asombran con sus cambiantes juegos de colores, las verdes hojas del Liquidámbar enrojecen antes de caer al suelo. Son varios los pigmentos que tienen las plantas. En las hojas abundan las verdes clorofilas para absorber la energía luminosa procedente del sol, aunque también hay pigmentos amarillentos; en las flores y frutos no es raro encontrar rojos y azules. Pero este árbol, como unos pocos más, cuando llegan las bajas temperaturas nocturnas, en vez de fabricar clorofilas verdes, comienza a sintetizar las llamadas antocianinas, frecuentes en las fresas y en los tomates. Parece que esta estrategia le permite que sus hojas duren unos cuantos días más, así que puede seguir fabricando los nutrientes que guardará en su tronco hasta la llegada de la primavera.  


 

Este árbol americano que se extiende espontáneamente desde Nueva York hasta Guatemala tiene unas elegantes hojas palmeadas con el borde delicadamente dentado.

Los frutos están formados por numerosas cápsulas. Cada una de ellas presenta dos salientes en forma de gancho. Cuando maduran las cápsulas se vuelven marrones y se abren para dejar escapar las dos semillas, que suelen contener. A estos frutos les falta la simple apariencia de lo vegetal, cuelgan amenazantes, en vez de ternura expresan algo de misterio tenebroso.

En la orilla, tras la Iglesia de la O, hay un bello ejemplar de esta especie, que no abunda mucho en nuestra ciudad.





Delante de Torre Triana y sus raíces son tan trianeras, como aquellas que se clavan al lado de Santa Ana. Si alguien duda, sirva la alegación que presentó la dirección de la fábrica de La Cartuja en 1928 al plan municipal que pretendía realizar la Corta de Triana:”… que uno de los fines primordiales es defender Sevilla y particularmente Triana de las inundaciones, debemos hacer constar que nuestra fábrica de loza pertenece de hecho a Triana donde habitan casi la totalidad de nuestros obreros y parece razonable no separarla como se pretende de su barrio, de abandonarla en la Vega[1].  Una pena que tras el PGOU de 1987 esta parte de Triana haya pasado a ser un “hecho exógeno” cuya ordenación es exclusiva de la Junta de Andalucía. No sólo parece que desean menguar a Triana, sino que para algunos ni existe, ¿no os han llamado la atención esos grandes carteles que hay en la carretera que llega a Sevilla, cuando se baja del Aljarafe? Sí, esos que señalan La Cartuja para un lado y el Patrocinio para otro. Ni al más devoto de los hermanos de El Cachorro se le hubiera ocurrido ese nombre para indicar el camino a Triana.

Rafael Martín Holgado


[1] José Luis Ruiz Ortega: “Triana y Los Remedios durante el siglo XX”, Sevilla 2006


18 comentarios:

  1. El primer párrafo ya invita a la lectura del artículo.
    El caso de Triana es digna de estudio, de un estudio profundo de psicólogos y hasta de psiquiatras. Aunque hay quiénes, a fuerza de meterse en él, tienen ya un diagnóstico, la clave... Lo que ocurre es que si se habla de ello descarnadamente, o sea, clarito, puede levantar ampollas.
    La Cartuja es el frente que quedaba por cerrar para, con Los Remedios y las barriadas arrabaleras de Triana dejar tan constreñidos lo límites del barrio matriz que, a poco que nos descuidemos, Triana será sólo el Altozano. No hay más que ver los planos que manejan los turistas. Por contra la Macarena, que históricamente es un arrabal, o sea, el espacio más allá de la Puerta del mismo nombre, ahora, por un extraño milagro invasivo -llamémoslo así- es media Sevilla que llega hasta Santa Catalina,
    haciendo desaparecer barrios como San Gil, San Julián, la Feria, San Luis, San Marcos... La cosa merece mayor atención, pero el escrito de Rafael, al tocar el tema, ha despertado el mosqueo que como trianero tengo con este asunto.

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  2. ... quiero decir que el caso de Triana es "digno", no "digna"...
    Y ahora Emilio no podrá decir que, como siempre, nos salimos del tema, porque en el artículo de Rafael no sólo hay flores...

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  3. Rafael M.H.27/11/10, 12:48

    Gracias, Caty. Por cierto esa Lola y ese inenarrable Velasco son pareja, verdad?. Dale recuerdos, soy amigo de la hermana de José María.

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  4. Pues, verás, Rafael. La cosa no es tan fácil. La Loly del relato no es la Lola. Pero el Velasco sí es el Velasco. Es decir, que había una Loly antes de ahora, que ya no está y la Lola aparecerá pronto en otra inenarrable noche. Pero ambos, la Lola y el Velasco, trabajan conmigo /y yo con ellos/ desde hace años. Si los conoces, ya sabes cómo son de superguays.

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  5. Rafael M.H.27/11/10, 13:01

    Bueno, Ángel, con tanto rojo follaje se me escaparon otras ideas, pero estaba tan cerca La Cartuja... Tampoco pude contenerme y saqué Torre Triana, lo siento, pero me gusta ese aspecto de barco que tiene con las dos chimeneas, sobretodo vista desde el puente al atardecer. Es verdad que los límites de Triana no son fáciles de definir, un compañero me preguntó una vez si el Tardón era todavía Triana. Pero bueno, al menos que se sepa que hasta hace muy poco, toita toa la orilla derecha se consideraba Triana. Otra cuestión es que actualmente se sienta así, pero quizás sea por desconocimiento.

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  6. Emilio Jiménez Díaz27/11/10, 14:15

    Meto con frecuencia la pata, pero siempre pido perdón. Me alegra de que los comentarios se ajusten siempre al tema. Eso es todo. Ya en este maravilloso artículo de Rafa se están mezclando las churras con las merinas, y creo que para eso estan los correos electrónicos particulares. Me interesa el rojo liquidámbar, y me interesará más a partir de ahora, pero para nada la Loly (Loli) y el Velasco.

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  7. Si los comentarios circulares que se generan en el blog (como en todos los blogs) son un problema, entonces creo que yo no podré escribir aquí, porque tendría que imponerme una autocensura que no va nada con mi forma de entender un espacio de libertad, como debe ser éste. Así que quizá tengamos que dejar claras las reglas antes de seguir. Si alguien me hace una pregunta, como en éste caso, tengo que contestarla, pero es que no creo que haya que estar constreñido por reglas que pueden impedirnos que nuestra imaginación y nuestra forma libre de expresarnos afloren. Cualquier entrada en susceptible de ser comentada de mil maneras y cada uno tenemos aquí una forma de hacerlo.
    Y, además, Lola y Velasco son dos supertrianeros de cuatro generaciones de la calle Espartinas.
    Todo esto dicho con el mayor cariño, por supuesto.

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  8. Rafael M.H.27/11/10, 16:02

    Puestos así, a esta ronda invito yo.

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  9. Perdón si he dicho una impertinencia. Ningún comentario se ha borrado del blog. Mas nunca me gustaría que si doy ua conferencia sobre los tomates de Almería, por ejemplo, alguien me preguntara que qué opino de Azaña.
    Nadie tiene que medir sus palabras o poner cortapisas s sus comentarios. Todo es cuestión de sentido común, que alguien dijo que es el más común de los sentidos.

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  10. Magnífico artículo sobre las raices y fronteras de Triana. Lo de la Macarena es curioso y, cada año que pasa, va creciendo hasta el punto que políticamente ya tiene dos distritos. Los nacidos en la Puerta Osario también son de La Macarena; sin embargo algunos dudan que los nacidos en El Tardón sean trianeros.

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  11. El tema merece mayor atención. Dejémoslo para otra ocasión.

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  12. Elisa Santos27/11/10, 22:47

    Cada día me gustan más estas entradas que nos acercan a los árboles ante los que pasamos tantas veces sin conocerlos, ahora se miran de forma diferente.

    El primero párrafo del artículo es poesía pura Rafa. Me ha encantado.

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  13. Paquito Gonzalo27/11/10, 23:10

    Que nadie dude del Tardón. Ahí se siente Triana. Preguntarle a los Molina (manuel) o a los Montoya (lole) o a los Pantoja (Isabel, José) o a los Cadaval (César, Jorge) o a mi mismo. Y dentro del Tardón, ha habido una barriada, del Carmen, que ha estado durante tantos años (60, 70 e incluso algo de los 80) del pasado siglo, tan desarraigada de Triana que hasta para ir al mercado las personas mayores y no tan mayores tenían que coger el autobús. Ni una tienda (sólo algún ultramarinos al lado de la bodeguita de Garcilaso de la Vega) un "pequeño-súper" que se abrió en Alvar Nuñez...(no hablo del Jamón de ahora, estoy hablando de hace 40 años) y poco más. Era algo aislado, desconocido, pero identidad de Triana cuando se venia de Huelva, con esos cinco gigantes con los brazos abiertos que eran sus "bloques grandes" y sus "bloques chicos" en el centro. Con esa via del tren como frontera hacia el oeste y las "montañas" que digo yo que sería por eso del oeste. (Entre el tren y las montañas sólo faltaba que saliera un tio con plumas en la cabeza y los niños de entonces nos creiamos que estabamos en medio de la película de la 4 de la tarde) y
    esa casa de los maestros y ese vivero hacia el sur. Hoy esos brazos abiertos han acogido a muchas nacionalidades, pero hace 40 años los obreros con sus canastos lo inundaban a las 6 de la mañana para coger el 10 o el 5, a mitad de Alvar Nuñez para ir a sus trabajos. Al sur, la gasolinera ( al lado del colegio, tenía guasa, con un olor a gasolina en la clase de francés y el ruido de las motos -que era el más apropiado para escuchar el "magnetofón" con la cinta para aprender las pronunciaciones -). Así tenemos los de la Barriada del Carmen el acento francés que tenemos.

    Por todo ello, hablando de raices y fronteras, los del Tardón somos hondos y estamos dentro, en el "laito bueno" de Triana, aunque sea en una esquinita.

    Y por tener, tenemos una cofradía (la más nueva de Triana) que mandamos más gente "pal Puente" que ninguna otra.

    Un abrazo trianero para todos y todas.

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  14. Ni apoderarnos de Matalascañas y todo el Aljarafe, ni que nos quiten los Remedios y La Cartuja. Pero creo que Triana tiene sus límites naturales, y eso lo sabe todo el que no sea tonto.
    Además, y por la maravillosa narración de Rafa, sabemos que Triana tiene árboles tan hermosos como para contemplar a nuestro arrabal con los ojos del encanto.

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  15. Bonita la descripción del Tardón que ha realizado Paquito Gonzalo. Dos de mis tres hijos son de El Tardón así que me sumo a los sentimientos. Un abrazo trianero.

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  16. Rafael M.H.28/11/10, 10:40

    Las raíces de Triana brotan sensibles, gracias Paco por dejar esas vivencias bajo la sombra del, más rojo que nunca, Liquidámbar.

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