El proceso de atontamiento del personal marcha a toda carrera para el gozo malévolo de los poderes a los que estorban las mentes despiertas. No se es nada pesimista por decir que el mundo anda mal y que lo que comentamos es uno de los más graves síntomas. Cuando ponga sobre la pantalla la explicación de la imagen que me ha hecho pensar en lo que escribo, no faltará quien diga -sin faltarle razones- que todo es necesario para vivir, y que, precisamente, por estar la cosa como está, hay que ilusionarse con lo que sea. Pues en estas tres palabras últimas está mi total desacuerdo: “lo que sea”, no; porque por ahí anda el anzuelo columpiándose llamativamente para que piquemos. Y a fuerza de picar se le coge gusto mientras la voluntad se enana hasta la mínima expresión... “Objetivo cumplido”, repetirán los autores del descerebro cuando, dentro de poco, lo hayan conseguido.
Imagino que la foto aparecería en todos los diarios de la ciudad; yo la vi a colores en ABC. ¡Qué maravilla de noticia! En la imagen una sala del Ayuntamiento con interminable cola de gente, muchas de ellas tirando fotos y todos admirados, sorprendidos, maravillados, como ante una aparición sobrenatural, lo que dicen que es la Copa del Mundo; ésta bien dorada y resguardada en una urna de cristal. Un agente del orden, otro de la política, algún funcionario que no aparece y el elemento protagonista principal (imagino que por buen ojo del fotógrafo): un señor con toda la barba -pero sin ella- que, impaciente y devoto, se destaca de la fila para acercarse al “objeto divino” luciendo una camiseta de “la Roja”, esa tontería inventada por la prensa deportiva actual con la que ahora se nombra a la selección nacional de fútbol; una juerga de muchachos idolatrados, guapos, viajados y multimillonarios con novias superguapas y televisivas. Antes, ha ya mucho, se le llamó “la furia española” e imagino que habrán existido otros nombrecitos parecidos también inventos de la prensa especializada, la cual, me parece, ha mantenido una muy cierta hegemonía intelectual.
En Triana, tan faltitos como andamos de actos culturales y artísticos, debería tomarse el asunto como una broma. Este estado de blanqueo de lo cultural nos duele como un doble atentado por ser el barrio que es y lo que representa en la ciudad. Veamos el titular de la gran noticia, era este: “La Copa del Mundo se podrá ver hoy en Triana”. ¡Por fín!, ¡ya era hora! Hay que ver el tiempo que llevamos esperando noticias semejantes, iniciativas tan instructivas, tan bien dirigidas al corazón de este arrabal de arrabales, tan de Historia, tan de Arte, tan Guarda de Sevilla...
Creo, por lo que he oído sin preguntar siquiera, ya que nada me interesan estos “queos” de los mandantes, que el personal amontonado hizo una fiesta de la magnífica iniciativa que muchos tomarían como una obra generosa de nuestra delegación municipal que nos demuestra lo mucho que nos quiere. Pues para ustedes, señores del atontamiento, esta copa y todas las que no sean de las que se degustan con sonriente orgullo tras la celebración de una hermosa exposición artística, un acto cultural cualquiera, una inauguración que nos engrandezca la memoria y, especialmente, de la culminación de cualquiera de las iniciativas sustanciales que tenemos eternamente pendientes.
Y una imagen parecida será la portada del próximo número del sucedáneo de la revista “Triana” que se estará “componiendo” en la Tenencia dedicada a la Navidad y que, como a nadie le interesa, se repartirá en Semana Santa... Yo pondría las dos esferas del reloj de El Faro para dar una idea de cómo anda el barrio.
Ángel Vela Nieto
(Fotografía: E.J.D.)
Ángel Vela Nieto
(Fotografía: E.J.D.)
Nos manejan de tal forma que hay más tontos en todos sitios de los que yo me imaginaba, "La Copa del Mundo"..., no una exposición sobre Magallanes y Elcano, que fueron los que demostraron que la tierra era redonda. No un exposición sobre la Triana artística. No una exposición sobre nuestros grandes ceramistas. No, hombre, no: una exposición con "La Copa del Mundo de Fútbol", la del atontamieto general, la que hizo sacar sin vuergünza nuestra bandera a la calle, la que os ha salvado de todos los problemas. Estamos en las colas de los comedores de Cáritas. Ah, señor, pero con la Copa del Mundo.
ResponderEliminarEsther Gil, señora, felicidades. ¡Qué gran alegría le ha ofrecido como "alcaldesa" al barrio de Triana, a su barrio de nacencia! No me gusta la expresión, pero la digo como la diría mi maestro Antonio Burgos: ¡Y un mojón!
Fue una acción con alevosía y premeditación,sabían que la copa del mundo atraería gran cantidad ciudadanos,y querían que vieran su obra de la calle San Jacinto. En cambio rechazaron la oferta que les hice de exponer catorce cuadros de Antonio Kiernan,que nunca han estado expuesto,pues son de coleciones privadas.La idea era que se inagurara dicha exposición coincidiendo con el comienzo de las obras del museo,pero está visto que solo valen las catetadas.
ResponderEliminarTal vez ese estado de "atontamiento" sea un reflejo de nuestra sociedad, o de parte de ella.
ResponderEliminarA fecha de hoy, es más factible que el ciudadano de a pie conozca de las obras y milagros de Cristiano Ronaldo que de Antonio Kiernan, Armando Gutiérrez o Don Cecilio de Triana ( por poner algún ejemplo ).
Totalmente de acuerdo con Angel Bautista ( hay que desviar la atención ).
No; el "atontamiento", que he repetido, no es reflejo de nuestra sociedad, sino al revés: es reflejo de la cantidad de inyecciones que nos están metiendo en las venas cerebrales los que también cito en el artículo. Siempre se pone el mismo ejemplo: cuando el programa "Estudio 1" la gente, incluso la más sencilla, se aficionó al teatro. Pues eso.
ResponderEliminarY, ya ves, amigo Ángel, si no fuera por este blog nadie hubiera criticado la perniciosa acción. Así que ánimo a todos.
Estoy llegando a pensar que tanto el césped, como el incienso son potentes drogas, de las que los sevillanos difícilmente nos podemos desenganchar. Sin balón, sin santos o sin farolillos, una exposición será poco visitada. Y a mí me encanta el fútbol y la semanasanta, pero el mundo no se acaba aquí.
ResponderEliminarYo también creo que se consume lo que se ofrece. Recuerdo los Estudio 1 y lo que se aprendía de teatro con aquello. Se pueden ofrecer cosas buenas y cosas malas.
ResponderEliminarComo diría Paco Sosa, se trata de "posibilitar", crear posibilidades para que la gente ame la cultura.
ResponderEliminarNo puedes enamorarte de lo desconocido, no puede atraerte aquello que no ves ni palpas, no puedes llegar a lo que no te dejan tener acceso.
Hay muchas cosas por hacer, dar aquello de lo que ya estamos saturados, no es la mejor opción cuando te preocupa tu barrio y tu gente, pero si lo que te preocupan son simplemente tus intereses particulares, los votos, y crear tontos que se lo traguen todo sin pedir explicaciones, en eso los políticos, todos los políticos, casi todos con perdón tal vez de un par de ellos que anden perdidos en algún pequeño y singular pueblo español, en el que "los otros" se encargarán de mantenerlo aislado, son una cracks.
Es el éxito verdadero de la política de finales del siglo pasado y del actual y la principal arma del capitalismo para subsistir.