Con él llegó el escándalo
Triana, que
en los siglos pasados no se privó del disfrute de la ilustrada amistad del
teatro en escenarios propios, mantuvo un público adicto a las artes de la
escena muy bien considerado por las compañías de actores y los mismos autores
que no pocas veces la utilizaron como fuente de inspiración (ejemplo
decimonónico fue “La Perla de Triana”, Nogués y Cansino, 1884 estampa musical
de insistente representación). Al efecto, ilustramos este comentario preambular
transcribiendo el enunciado de un programa musical del mes de febrero de 1778
que rezaba así: “María Solís, dama primera de la Compañía Cómica Española de
esta ciudad, ofrece con sus compañeros a tan respetable y afecto público de
Triana, para el jueves 12 del presente mes, la gran comedia intitulada Lo que puede la aprehensión”.
Triana ya era mención en la voz
teatral. Así en el siglo XVIII López de Castro escribió “Los Hechizos de
Triana”, y el autor Fernández de Bustamante la obra “Mágico Diego de Triana”.
Con la llegada del Romanticismo y el costumbrismo sevillano se escenifica “Una
noche en Triana”, de Connges. En el XIX los sainetes de temas locales “Una moza
en Triana” y “Dieciséis leguas de Sevilla en Triana”, de Bretón de los
Herreros, son otros ejemplo de inspiración trianera.
Para el
fenómeno cinematográfico, Triana fue como un pueblo cualquiera de Sevilla. Las
gentes, antes de ser testigos del invento, habían oído hablar de sus
excelencias por las proyecciones que, desde 1896, se estaban celebrando de
manera experimental en locales de espectáculos públicos del apartado y extraño
centro de la ciudad. La primera tuvo lugar en el Café Suizo de la calle
Sierpes. Ese mismo año llegaron a la capital andaluzas los hermanos Lumiére en
visita de promoción de su proyector; dos años después, en 1898, los
representantes de los inventores galos rodarían el primer reportaje de nuestra
Semana Santa conteniendo las más antiguas imágenes movientes del trianero
Cristo de las Penas.
Ángel Vela Nieto (De “Triana, un barrio de cine”).
Es increíble que en Triana no quede ni una sola sala donde poder ver alguna obra de teatro o una película. Cuánto echamos de menos esos cines de verano donde tomábamos una cerveza acompañada del papelón de pescao frito. Habrá que buscar una reencarnación de los hermanos Lumiére para que vuelvan a promocionar el cine; solares abandonados todavía quedan y sino grandes patios, como el del Reina Victoria, que en verano no tiene uso.
ResponderEliminarNos tomaron el pelo tras el cierre del Avenida y su destrucción (tenía árboles de muchos años, entre ellos un pino monumental). Estuve en las protestas dentro del cine y callaron las bocas con la promesa de que, tras las obras de las nuevas viviendas, existiría allí un espacio ajardinado que en verano sería el nuevo cine Avenida. Una mujer mandaba en Sevilla. Y lo que era un bien etnológico ya hemos visto en que quedó: en los edificios más horribles que hemos visto en la nueva y desconocida Triana... y sin cine.
ResponderEliminarlo de siempre angel,por muchas reivindicaciones que se hagan, los chuliticos,son los que deciden,¿para cuando la inauguración del museo de la cerámica?¿y del parquins de san martin de Porres? y sin embargo se van a gastar 5.100. 000.- euros en el nuevo paseo del arte.a mi, y creo que a todos los trianeros en especial,nos gustaría saber cuanto dinero costaría la inauguración del museo,y cual es el presupuesto del parquins.lo de siempre angel,no podemos hacer nada.un saludo.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso, Encaspi48... A seguir queriendo lo mejor para Triana.
ResponderEliminarRecibe nuestro saludo afectuoso, Encaspi48.
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