domingo, 25 de agosto de 2013

EL DEDO DE RODRIGO

     

Con él llegó el escándalo


            Triana, que en los siglos pasados no se privó del disfrute de la ilustrada amistad del teatro en escenarios propios, mantuvo un público adicto a las artes de la escena muy bien considerado por las compañías de actores y los mismos autores que no pocas veces la utilizaron como fuente de inspiración (ejemplo decimonónico fue “La Perla de Triana”, Nogués y Cansino, 1884 estampa musical de insistente representación). Al efecto, ilustramos este comentario preambular transcribiendo el enunciado de un programa musical del mes de febrero de 1778 que rezaba así: “María Solís, dama primera de la Compañía Cómica Española de esta ciudad, ofrece con sus compañeros a tan respetable y afecto público de Triana, para el jueves 12 del presente mes, la gran comedia intitulada Lo que puede la aprehensión”.

       Triana ya era mención en la voz teatral. Así en el siglo XVIII López de Castro escribió “Los Hechizos de Triana”, y el autor Fernández de Bustamante la obra “Mágico Diego de Triana”. Con la llegada del Romanticismo y el costumbrismo sevillano se escenifica “Una noche en Triana”, de Connges. En el XIX los sainetes de temas locales “Una moza en Triana” y “Dieciséis leguas de Sevilla en Triana”, de Bretón de los Herreros, son otros ejemplo de inspiración trianera.

              Para el fenómeno cinematográfico, Triana fue como un pueblo cualquiera de Sevilla. Las gentes, antes de ser testigos del invento, habían oído hablar de sus excelencias por las proyecciones que, desde 1896, se estaban celebrando de manera experimental en locales de espectáculos públicos del apartado y extraño centro de la ciudad. La primera tuvo lugar en el Café Suizo de la calle Sierpes. Ese mismo año llegaron a la capital andaluzas los hermanos Lumiére en visita de promoción de su proyector; dos años después, en 1898, los representantes de los inventores galos rodarían el primer reportaje de nuestra Semana Santa conteniendo las más antiguas imágenes movientes del trianero Cristo de las Penas.


Ángel Vela Nieto (De “Triana, un barrio de cine”).

5 comentarios:

  1. Es increíble que en Triana no quede ni una sola sala donde poder ver alguna obra de teatro o una película. Cuánto echamos de menos esos cines de verano donde tomábamos una cerveza acompañada del papelón de pescao frito. Habrá que buscar una reencarnación de los hermanos Lumiére para que vuelvan a promocionar el cine; solares abandonados todavía quedan y sino grandes patios, como el del Reina Victoria, que en verano no tiene uso.

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  2. Nos tomaron el pelo tras el cierre del Avenida y su destrucción (tenía árboles de muchos años, entre ellos un pino monumental). Estuve en las protestas dentro del cine y callaron las bocas con la promesa de que, tras las obras de las nuevas viviendas, existiría allí un espacio ajardinado que en verano sería el nuevo cine Avenida. Una mujer mandaba en Sevilla. Y lo que era un bien etnológico ya hemos visto en que quedó: en los edificios más horribles que hemos visto en la nueva y desconocida Triana... y sin cine.

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  3. lo de siempre angel,por muchas reivindicaciones que se hagan, los chuliticos,son los que deciden,¿para cuando la inauguración del museo de la cerámica?¿y del parquins de san martin de Porres? y sin embargo se van a gastar 5.100. 000.- euros en el nuevo paseo del arte.a mi, y creo que a todos los trianeros en especial,nos gustaría saber cuanto dinero costaría la inauguración del museo,y cual es el presupuesto del parquins.lo de siempre angel,no podemos hacer nada.un saludo.

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  4. Un saludo afectuoso, Encaspi48... A seguir queriendo lo mejor para Triana.

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  5. Recibe nuestro saludo afectuoso, Encaspi48.

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