jueves, 21 de febrero de 2013

DESDE EL MONTE PIROLO


 
 

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EL CARRITO DE LOS HELADOS



Este lapsus de más de un mes que me he llevado sin contactar con los blogueros de   Triana en la Red  no ha sido ni por enfermedad ni por ganas, ni por los temporales que me sacuden de vez en cuando, ni por las tempestades que también me sacuden más que a una estera, ni por falta de interés, ha sido obligado por las circunstancias de tirarme, junto con mi costilla, al ruedo ibérico como un espontáneo cualquiera, como un émulo de Indiana John….
                                     
Pues nada, lo que pasó es que me mandaron una carta diciéndome que me iban a quitar, de la paguita mensual, dos multas por aparcamiento indebido y que estaban a pique de caducar, sanción del año 2008, y que no había tu tía. Y otra, también a pique de prescribir, por pasarme de la velocidad permitida en 10 kms.  Ante esta perspectiva acudí a mis vástagos pidiendo árnica pero me dijeron:  la vástaga, que tenía el paro llamando a la puerta y que no se podía desprender de un duro o euro según se cuente y el vástago, que el paro no lo tenía a la puerta si no que le había entrado hasta la cocina.
 
                           
Y los dos con hipotecas, yo de avalista de los dos y lo poquito que había metido a plazo fijo lo había cambiado a las preferentes que no sé, lo tendría que leer, si caducaban en el año 2999 o en el 2099, que para el caso es lo mismo.
 
Ante esta perspectiva le dije a mi costilla: -“¡Sangre!, prepárate que nos vamos de excursión hasta que encontremos el Carrito de los Helados”.-
 
                                              
“¿Y eso?”-,  me contestó ella. A lo cual y ya poniéndome la chaqueta y cogiendo el paraguas le respondí: -“Si lo encontramos es nuestra salvación, mhan dicho que es un carrito mágico, que el cuerno de la abundancia es el cucurucho de latón y metiendo la mano dentro no hay ni helados, ni polos, ni napolitanos, ¡ ni ná!, ¡ ni nieve siquiera!, solo hay  jurdó, mucho jurdó dentro del carro. Y creo que si te quedas con el jurdó, que aunque es de todos no tiene dueño, hasta  las autoridades te dejan y no te dicen ná. Éste carro es más famoso que el de la copla que te gusta tanto de Manolo Escobá.
 Más lo hecho que lo dicho. Nos pusimos en camino sin encomendarnos ni a Dios, ni al diablo, ni a tós los Santos en fila de aquí a Madrí. ¡Carretera y manta!. De la manta hablaremos más adelante.    
 “¿Dónde vamos a dí?”, preguntó mi costilla con la desconfianza grabada a flor de piel. -“Tranquila que tengo un mapa en la guantera”-.
    Empezamos por nuestra región, Andalucía y le dimos la vuelta entera sin encontrar el carrito. –“Estaba por aquí, que yo sepa,  a unos cuantos lo han cogido con él… Vamo… que se lo llevaban hasta los nai- clú  pa que lo vieran las periquitas”-.  
“¡Mhan dicho que se lo han llevado a Extremadura!.¡Vámonos pallá!. Le dimos la güerta entera hasta la raya de Portugal y nada. –“ Po aquí también vieron a unos pocos empujándolo!”- Y nos fuimos a Galicia que ya nos cogía cerca y tampoco lo encontramo... De allí pasamos por las dos Castillas, la Mancha…. Cataluña, y tampoco… bajamos a la región levantina y tampoco y ar finá, preguntando, preguntando, caímos en la comunidá de Madrí.
 
                                       
 -“A este carro lha pasao como ar de Manolo Escobá, que no hay quien lo encuentre. No te lo vas a creé, negra, pero en to los sitio que hemos estao han visto a un montón de gente con ese carrito y los  han cogío  a casi  tós… y  con las manos agarrás en er manillá que no lo querian sortá…  y shan puesto ricos, pero ricos de verdá, de veritate de la güena que me lhan dicho a mí… ¡Y no les ha pasao ná!...Y shan comprao casas güenas, y coches mu güenos y barcos grandes con las gachises ya montás en bikini  y pa irse a pescá también, pero como distrasión y pa las vacaciones… ¿y cuadros?…¿no shan comprao cuadros?..hasta pa ponerlos en los retretes y  ar carrito, contri más jurdó  le trincaban más dába... ¡nunca selacaba!….Vamo a preguntá  si está por aquí, por Madrí,  por una casolidá que é nuestra sarvación”-
 
-“Po mira sí, aquí me lhan escrito en este papé donde está la dirección… Está en una nave de un políngano de las afueras”-
 
Y nos fuimos al polígono de las afueras de Madrí, localizamos la nave y el segurata que estaba de vigilante  en la puerta, madrileño él,  nos dijo con mucha autoridad que no nos lo podíamos llevar. –“Pero, hombre, un poquito de por favó, que venimos desde Triana a por él  y  lhemos dado la güerta a España buscándolo”-
                                                    
                                                                                            
-“Pues no osss lo puedo ni enseñar porque está tapado con una manta y como han dicho algunasss personasss  importantesss que quieren tirar de ella yo no me atrevo ni a tocarla,  pero vamosss  el carrito lleva aquí un montón de tiempo y todavía no ha venido nadie a destaparlo, no te jodesss.”-
Cansado y desilusionados, mi costilla y yo, nos dimos media güerta.
 
-“¡Negra, nos vamos  pa Triana!... Ésto no es pa nosotros… Verás tú como cualquier día aparece por otro lado…. Lo de nosotros es ponerle dos velas a la agüela de Dios en SantAna y rezá .”-
 
                                                        Antonio del Puente
                                                                               Feb-3C
                        

3 comentarios:

  1. Antonio, Nóos has dejado con la boca abierta. Mira que irte de excursion por España para buscar el carrito de los helados; con lo cara que está la gasolina del coche y la cara tan dura que tienen algunos.
    Ahora, te digo una cosa, hay que ver lo bien agarrao que está al manillar el gachó que esta vestido de amarillo, que por cierto: ¿no será Indurain el que ganaba todas las Vueltas, Tours y Giros a las que se presentaba? O es qué se trata de Urdangarín, el que tenía una empresa sin ánimo de lucro (la empresa era la que no tenía ánimo de lucrarse ya que todo lo ganaba él).

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  2. Yo creo -no es un consejo, jiménezjb, es una advertencia- que la debías de cerrá no vaya a ser que se te desencaje la mandíbula y te tengan que poné un pañuelo por debajo de barbilla y amarrado arriba de la cabeza durante una semana, más o menos iguá que a los que la diñan de un susto.
    Pues sí, agarrados ar carrito de tal manera que parece que le untan ar manillá "liria", el pegamento que antiguamente se ponía en las ramas de los árboles para cazá pájaros.
    La guantera donde estaba el mapa es la de la Vespita de 125cc., no la de un coche, asín que gasolina la mínima, y tampoco te olvides que con las tarjetas dan fiado y como creí que iba a encontrá er carrito.....

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  3. jimenezjb23/2/13, 1:30

    Llevas razón, Antonio, mejor cerrar la boca que no está el asunto sanitario como para ponerse malo.

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