domingo, 5 de agosto de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: OSELITO YA NO ES DE TRIANA

  
  Fue de las primeras placas que se colocaron en las paredes del barrio. Eran tiempos de ilusiones y proyectos porque la Tenencia de la calle San Jacinto estaba bien ocupada. Fue con la de Ariño, nuestro primer historiador, las señales iniciales de lo que pretendíamos en el umbral de la Expo, que Triana se viera con los ojos hasta conformar una lección sobre valores que se deben expandir partiendo de la inocente y ávida mirada de nuestros colegiales hasta la del más despistado turista. Y allí, en la plaza del sol de Triana, quedó Oselito, personaje salido de los más puros moldes trianeros. Era el punto de partida de su viaje a la Rusia revolucionaria, roja más que roja, y que, al fin, le costaría la cárcel -a quien lo echó andar-  en la España azul, muy azul (oscuro), de Franco.

   Oselito era de Triana, como lo era con plenitud su autor, Andrés Martínez de León, artista genial de la pintura y el humorismo gráfico, que nació en esta orilla por mucho que las primeras mecidas de su cuna fueran en Coria del Río, localidad de la que nada podía recordar quien abre los ojos a la vida a tiro de piedra de la calle Pureza, allí donde crecería y montaría su hogar de casado después de que don Bernardo bendijera su enlace con la trianera Ana Alberdi. Los aires de su barrio lo hacen artista y de su ambiente nace este Oselito al que, allá por el principio de los ochenta, nombramos como el primer personaje fijo del género de la historieta ilustrada andaluza en un suelto de “El Monte y su aula abierta”, tirando siempre de su autor para contrarrestar los jalones con los que, desde Coria, pretendían apropiárselo por el minúsculo hecho de su biografía. Igual ocurrió con el cantaor Mazaco, pero esa es otra historia. Comprendemos que para Coria es importante que Andrés Martínez de León naciera allí, pero para nosotros es un dato accidental e intrascendente. No cabe discusión cuando el mismo artista firmaba sus trabajos de esta guisa: “Martínez de León. Triana”.

   Oselito ha reaparecido con su bato en un estupendo tomo patrocinado por la Diputación, y hemos asistido, una vez más, a cómo puede ningunearse a Triana a través de uno de sus más puros productos humanos. Francisco Canterla -de Coria- está tras esta edición y, claro, procura que la palabra Triana salga lo menos posible si ha de salir por imponderables. El libro ha tenido repercusión en la prensa y, por ejemplo, en toda una página del diario El Mundo, la que ocupó Eva Díaz Pérez, sólo se escribe, y porque no hay más remedio que decirlo, lo siguiente: “Oselito se expresó con desparpajo trianero al mismísimo Stalin...”, sin aclarar que ese “desparpajo” era de auténtico nativo de esta orilla, reflejo de sus corrales, sus talleres de cerámica y sus tabernas.

   Oselito, o como ningunear a Triana. En 1995 -sigamos con los recuerdos- escribimos en El Correo de Andalucía un amplio artículo sobre nuestro extraordinario paisano, Martínez de León, al cumplirse un siglo de su nacimiento, efemérides que en Triana pasó desapercibida. Uno de sus hijos, médico ejerciendo en Madrid, nos escribió una carta de agradecimiento. A esto podemos añadir que para un número de la antigua revista del barrio entrevistamos a las hijas de López San Miguel, periodista compañero que fue de Martínez de León en El Liberal, vecino de la calle Betis y uno de los más empeñados, con el riesgo consiguiente, en sacarle de la cárcel. Aquella entrevista no sólo nos descubrió otro personaje -un destacado reportero absolutamente olvidado- sino esa comprometida amistad, de verdadero camarada, con el padre de Oselito.

   Y hubo unos años en que Triana y Coria estuvieron a punto de hermanarse oficialmente; de ello se habló cuando Nicolás Salas y quien escribe colaborábamos en la magnífica revista “Azotea”, editada por el Ayuntamiento del pueblo ribereño. Uno de los números de esta publicación estuvo dedicado a Andrés Martínez de León, y en sus páginas quedó bien marcado de trianerismo frente a otros Martínez de León de distintas tendencias. Se ganó aquella batalla, pero creemos que perdimos la guerra. Coria se lo ha dado todo, mientras que en su Triana sólo tiene esa placa. Y menos mal.


Ángel Vela Nieto    

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu artículo y se me han puesto los pelos de punta al leer de Triana y por supuesto al escuchar el arte de Ricardo Miño a la guitarra.

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  2. jimenezjb7/8/12, 18:26

    Y suerte, Ángel, que de momento no se han llevado a Belmonte para el Barrio de la Feria.

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