viernes, 11 de mayo de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: PÉREZ Y/O DECHENT



  Un artista que se llama Antonio Pérez Dechent está en la obligación de dejar el primer apellido para lo enteramente filial; Antonio Dechent suena bien y queda mejor en los títulos de créditos. Pero el Antonio que nosotros conocemos es un Pérez con todos sus avíos; un Pérez en todo lo que puede representar este apellido de cercano, de sencillo, de cálido y de amigo. Queremos decir, para que nos quede más claro, que este trianero de raíz y corazón es tan puro cuando pasea por las calles de su muy querido barrio como lo es el actor Dechent en los escenarios teatrales o en las pantallas de cine y televisión.

   Su inicial escuela la conformaron los teatrillos de colegio; de chico se veía que necesitaba vivir muchas vidas, que la suya le parecía poca ración emocional, y así lo decidió cuando interpretó el primer papel. Desde entonces hasta este inquietante 2012, ha puesto su rostro y depositado su ingenio a muchas docenas de personajes para quedar en el panorama nacional como uno de los más representativos actores de esta época. Tenemos los trianeros motivos de sobra para estar orgullosos del sobrino del párroco de la joven iglesia de San Joaquín de cuya cantera salió decidido a ser lo que es.

   Antonio forma parte del paisaje del entorno de su casa: Alfarería, Castilla, Tejares, La Ronda, alargándose hasta la plaza de abastos y, como padre, al colegio San Jacinto; habla y bromea con todos y de todos se ha ganado el aprecio. Triana lo tiene como un bien propio, como otro vecino cualquiera de su simpatía y su modestia. Lo conocen porque lo ven en carne y hueso tomándose una cerveza con algún amigo, y no porque su nombre y su rostro sea habitual en las pantallas públicas o caseras. Antonio de tantos rostros como ha estrenado parece que se ha quedado con el de un eterno muchacho y ya va teniendo sus años; pero es que su espíritu no admite más que la jovialidad que adorna su carácter. 

   En 1987 fue su debut como actor de cine. “Las dos orillas”, su primera película, cuenta una historia, por cierto, muy trianera. Desde entonces no ha parado, ninguna crisis ha sido capaz de frenarlo. Su filmografía consta de varias docenas de títulos mezclados en el tiempo con series de televisión y obras teatrales. Es fácil pensar que muchos de sus camaradas lo envidiarán, pero algo tendrá para que no lo hagan descansar a la fuerza. Y lo que tiene lo dicen sus numerosos premios y galardones. Este año, del que sólo se ha cumplido un tercio, su historial se enriquece con tres nuevas películas: “Miel de naranjas”, “A puerta fría” y “La última isla”. Precisamente se ha traído del XV Festival de Málaga el premio al mejor actor por su papel en la mentada “A puerta fría” que ha dirigido Xavi Puebla. Y todo esto alternando con la representación de una obra de teatro que le obliga a tremendo esfuerzo, “Queipo, el sueño de un general”, personaje con el que nada tiene que ver por mucho que se meta de la forma más creíble en el uniforme y en el pavoroso bigote del “virrey” de Sevilla.

   En Triana también se le ha reconocido cuanto hace por el barrio fuera de él y en ámbitos tan especiales; fue nombrado Trianero del Año durante la Velá de 2006, quizás un poco tarde, pero a tiempo. Así que Antonio Pérez es un trianero de muchos honores, tantos como el Antonio Dechent del cine. Y tomarse una cerveza con él es hacerlo con parte de la Triana cabal que todavía resta por nuestras calles y tabernas.

   En un espacio como este es bueno y recomendable que no olvidemos a la Triana viva... ¡Viva!  

Ángel Vela Nieto.

4 comentarios:

  1. Juan Luis Franco11/5/12, 17:29

    Enorme actorazo este Antonio Dechent de soles y lunas interpretativas. De lo mejorcito de las últimas generaciones aunque lo hayan encasillado en muchos papeles de malo-malísimo. Grande, muy grande en el Cine o Series de TV, y verdaderamente genial en su faceta teatral. Si hubiera nacido en Inglaterra sería un actor de culto pero, evidentemente, el no cambiaría los honores ingleses por el placer de nacer en Triana. Un fuerte abrazo.

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  2. Lo conozco solo a través de sus trabajos pero, de acuerdo totalmente con los dos, este producto trianero es para quitarse la gorra. No digo el sombrero porque va a parecer que he buscado el pareado fácil.En fín, eso, para destocarse ante su arte.

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  3. Tu comentario, Juan Luis, enriquece el texto. Y el tuyo, Antonio FerCa, lo adoba de gracia.

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    1. Pues sí, Ángel, hay que hacer caso al slogan: "Ponga una sonrisa en su vida y si das un abrazo no lo cobres".

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