domingo, 24 de julio de 2011

DESDE EL MONTE PIROLO: LA MIRADA


Este escrito podía ser una carta abierta para ti, Ángel Vela, pero quiero que lo sea para toda Tiana en la Red. Hemos hablado infinidad de veces sobre la mirada de los toreros, quizás tú un poco obsesionado, pero nunca en nuestras conversaciones hemos profundizado sino que los dos, inconsciente o conscientemente, puede que ambas cosas, teníamos las mismas percepciones y dejamos que la pelota pasase rozando  el larguero porque quizás, creo que sí, los dos lo hayamos sentido cerca, cada uno en diferentes versiones y algunas coincidentes pero siempre con el mismo significado. 


Ahí lo tienes, Ángel, esta mirada es para ti. Esta mirada es perdurable en el tiempo y viene de la noche de los tiempos. Estas miradas transforman las facciones en dureza. Mentón borbónico, algo más largo, como queriendo decir que si la cuna era baja la suplía a base de enfrentamientos con la vida, los de la alta casi están exentos por decreto. Una vida que cabe toda en el macuto de esa forma de mirar. Boca grande, a lo peor deformada de  tragar tanta quina desde que vio, desde muy pequeño, en vivo y en directo la muerte de su adorada madre. Nariz ensanchada, recia, amplia, rotunda, una verdadera máquina de aspirar aire para que no le faltara en esos momentos que se olvida uno de eso, hasta de respirar, y el aire no llega al cerebro y nubla la inteligencia necesaria  para todos  los grandes, las figuras, en circunstancias extremas. 


         Esta mirada la he dibujado para mí. No me ha hecho falta nada más que un ojo, para que más, como un cíclope mitológico pero al contrario de éste que se le nota su fuerza física en las fibras musculares, toda esa fuerza la he querido adivinar concentrada en el interior de Juan. Lo podía haber presentado de alguna otra forma, que las tengo dibujadas, pero  he ilustrado este párrafo con un Juan cercano a esa edad que dicen de oro pero que es una auténtica mierda, donde solo queda experiencia y consejos que no escucha nadie. ¿Si le pudiéramos preguntar a él?. Todos sabemos que hizo, fue valiente hasta para eso, aunque las sotanas no estén de acuerdo salvo en algunos casos en los que no han levantado la voz. Por eso lo he dibujado así,  representando la voluntad que acompaña a los indomables toda su vida, a los que no se rinden nunca, antes prefieren morir. 


            Esta mirada la ha pintado Carlos Ayala -portada del libro Mi Paso por el Toreo, de Gallito- en esta pintura y en esta mirada se concentra todo el miedo del mundo. Porque Ángel, lo que tú has querido adivinar siempre en la mirada de los toreros es¡ EL MIEDO! . Ese miedo que  perdura toda la vida y se aglutina en los ojos, la mirada, de todo aquél que ha oído el aliento terrorífico de un animal  y como ha refregado todas sus babas por la nuca mientras estaba inerte en el suelo, indefenso, sin poder de reacción, que siente la herida, que siente el calor insoportable de un asta desgarrándote la carne, la cornada, antes había llegado la voltereta que te deja descolocado, mareado, desmadejado -como quijote en las aspas de un molino- y muchas veces  escuchar el crujir de tus propios huesos fracturados.
         Es ¡EL MIEDO! , el mismo que traen en su mirada los que vuelven de la guerra y han oído el silbar de las balas cerca de sus orejas y han sentido temblar su cuerpo con la expansión ardiente de las bombas cercanas. Es el miedo reflejado en los ojos de los que huían encuero por la carretera de Hiroshima.
         Es ¡ ELMIEDO!, que vemos en los supervivientes de una catástrofe, en los que pasan hambruna, en los inmigrantes cuando los bajan de las pateras, en los que van camino del cadalso, en los que se enfrentan a un pelotón, en los niños abandonados en orfanatos o a los que esclavizan con trabajos duros a muy temprana edad. Es la mirada -la tengo clavada en el alma desde entonces- de la niña que se ahogó poco a poco despidiéndose de su madre y ofrecida hasta la saciedad por todas las TV del mundo. Es la mirada  en la cara de ese niño de escayola de la primera cornisa que, según Ángel Vela en su comentario, presenció los horrores de las transacciones de esclavos en la Casa Troya. (pinchar en Cultura: Casa Troya y Angelitos Blancos)
         Es ¡EL MIEDO!, que perdura en la mirada toda la vida en el pozo  oscuro y sin fondo de sus ojos. Ya lo dijo Juan Belmonte a la pregunta de Chaves Nogales en su magnífica entrevista: ¿EL MIEDO?. A ese lo conozco yo, es un gran amigo mío, lleva sentado a mi vera toda la vida.


A.    Fernández de Cachero M.
Días señalaítos de Santiago y SantAna-11

6 comentarios:

  1. Desde esa atalaya del "Monte Pirolo" parece que todo se hermosea hasta para explicar la mirada del miedo. Es verdad, Antonio; no sólo la mirada, el rostro completo de los toreros reflejan lo que son... "ese tiene cara de torero". Pues si: los toreros suelen tener cara de toreros, quizás porque los perfila los peligros del oficio. Tú tienes cara de torero, y Susoni, y El Pío y Curro Puya; también la tenía mi hermano Mariano...
    La mirada de Belmonte es para hacer una tesis y bien se puede partir de tu certera y conmovedora exposición.
    Gracias, Antonio.

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  2. Rafael M.H.25/7/11, 13:58

    Bueno, bueno...
    Aún me cuesta escribir...
    Esa mirada que has dibujado para tí, no es lienzo, es escultura, ébano negro que poco a poco termina fundido con la noche.
    Y ese texto, que se va clavando en las sentrañas.
    Gracias, artista, por compartir esas cosas tan tuyas.

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  3. Elisa Santos26/7/11, 12:51

    Cuando el arte sale por los "cuatro costaos... "

    El lienzo mejora con creces la expresión que plasma la fotografía...

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  4. Tu hermano Mariano,Ángel, era torero hasta en los tuétanos, hasta pegando brochazos parecía que daba naturales y pases de pecho, yo no dejaba de decírselo. Rafaé son las que "cosas" que salen y no sabes porqué, en el tiempo cuando lo vuelves a ver ni te lo crees. Elisa son dos expresiones distintas pero si te gusta más la que me ha salido a mí, con solo éso me conformo y ha valido la pena.Gracias.

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  5. Antonio Valera4/8/11, 1:15

    Compadre, la Foto de Juan es IMPRESIONANTE. Me ha gustado mucho tu articulo porque se habla y se ha escrito mucho de la mirada del Toro, pero nunca de la mirada de los toreros...

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  6. Efectivamente, compadre, la mirada de JB en la fotografía encierra toda una vida, pero yo creía que también te iba a gustar mi dibujo, menos mal que a Elisa y a Rafaé les ha gustado si no cierro el kiosko.¡Tenga Vd. un compadre para ésto!. La mirada del torero siempre es la misma, hasta las trancas hasta que mueren todos los toros del festejo, después se relaja, la mirada, pero enseguida se recupera con el canguelo que da la próxima corrida.

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