DE CERCA: CARLOS Y CAMILLA EN TRIANA

CARLOS Y CAMILLA EN TRIANA

(Relato apócrifo de una visita real)

A las 14.35 horas, con puntualidad británica, Carlos de Inglaterra, Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles, llegaron al aeropuerto de San Pablo para visitar Sevilla. Tras un leve descanso en los Reales Alcázares, donde se alojarán durante su visita, Carlos y Camilla han realizado un recorrido por el centro de Sevilla, exceptuando la zona de la Encarnación. Ahí no han estado por expreso deseo de la Duquesa, que temía una herida irreparable en la sensibilidad de su esposo si contemplaba de cerca las famosas “setas”. Lo mejor de su visita ha tenido lugar al día siguiente, pues ambos manifestaron a través de las conversaciones protocolarias previas, que tenían un enorme interés en recorrer Triana, “ese barrio universal, ejemplo a la vez de modernidad y tradición”, como aseguraron ellos mismos.

Así que, al día siguiente, a las 10.00 de la mañana, comienza su recorrido trianero. Tras cruzar el puente de Isabel II han llegado a la capillita del Carmen y allí ha dado gracias por la felicidad de su matrimonio. Luego han paseado por el Mercado del Altozano, donde han sido obsequiados por los comerciantes con frutos y verduras propias de la zona del Aljarafe. El recorrido ha continuado por la calle San Jacinto, ejemplo urbanístico donde los haya, con su sabia combinación de espacios que permite, a la vez, la circulación y el esparcimiento ciudadano.

En la sede del Distrito, corazón de la vida del barrio por su implicación en los problemas y ansias de los trianeros, han sido atendidos amablemente por los miembros de la Junta de Distrito, con su máxima representación a la cabeza. El heredero británico y su esposa han visitado, asimismo, el Museo de Cerámica, la Peña Flamenca (donde han podido disfrutar de un ensolerado espectáculo basado en los cantes de Triana), algunos centros educativos del barrio, su Teatro, su Auditorio junto al río, su ampliada Biblioteca, algunos de sus templos y, en fin, se han dado un baño de multitudes en todos estos lugares pues los trianeros les han manifestado su cariño con su presencia en los distintos emplazamientos que han ido visitando.

Carlos de Inglaterra ha tomado buena nota de las zonas verdes de Triana, tan cuidadas y vistosas; de los equipamientos de los colegios e institutos, que están a la vanguardia de Europa; de la limpieza de las calles y plazas; del trato esmerado a los mayores, que tienen lugares propios para disfrutar y ser respetados; de la programación cultural del barrio; del trazado de las comunicaciones con Sevilla y con el resto de destinos; en fin, Carlos y Camilla han visto con sus propios ojos cómo Triana, columna vertebral sentimental de Sevilla, es un barrio moderno, con el encanto de la tradición bien conservada y donde la vida de sus ciudadanos transcurre agradablemente, gracias al desvelo, buen hacer e inteligencia política de sus gobernantes.

Tan a gusto han estado aquí que a punto se les ha visto de comprarse un pisito de dos dormitorios en la Ronda de Triana, que los hay monísimos, pero al final parece que no ha habido trato porque ellos mismos han pensado que, de tener un piso aquí, ¿qué iban a pintar viviendo en la Gran Bretaña?...

Caty León Benítez