Imagino mi cansado estómago segregando otra vez esos endiablados jugos que todo lo corroen, la sangre se va alejando lentamente de mi cabeza y comienza el dulce sopor de la sobremesa, prefiero escuchar más que hablar, aunque, a veces, me empeño en discutir por tonterías, muevo mi copa de oporto para dejarme atrapar otra vez por sus aromas y no dejo de mirar a la caja del rosco, si cojo un tercer trozo sería entrar sin perdón en el campo de la gula, pero no puedo resistirme, me gustan hasta de un día para otro y, por supuesto, sin necesidad de que esté relleno, me fijo en la T encerrada en el círculo y sonrío, hecho en Triana, pero en esta caja no hace falta que aparezca ninguna T, si esta confitería es muy famosa, si tiene una tienda en la Avenida de la Constitución, pegada al ayuntamiento y al banco de España, no lejos de la catedral, claro, dónde están los poderes de la ciudad, Sevilla, bien grande, que se note, pero esa tienda tan bien situada es una sucursal, cómo es posible, es que la central se encuentra en San Jacinto, un detalle sin importancia, ah bueno, ¿pero vas a seguir comiendo?
Rafael Martín Holgado.
Genial lo tuyo de Filella. He visto que, por un día, has dejado la botánica aparcada para darle cuenta a un buen roscón. ¡Como debe ser!
ResponderEliminarFilella es todo un simbolo de Triana con tres generaciones de antiguedad. Es uno de nuestros lugares frecuentes de reunión para charlar y tomar un café. No se pierdan las torrijas. Muy acertado este artículo, Rafa.
ResponderEliminarSería un gran dilema: rosco o torrijas. Menos mal que cada uno tiene su tiempo. Un año se me ocurrió congelar un pan y antes de las navidades me puse a hacer torrijas. No saben lo mismo.
ResponderEliminarCada tiempo requiere su "cosa".
ResponderEliminarLas torrijas en navidad deben saber lo mismo que un matecado en agosto.
ResponderEliminar...Y siento amargar el roscón...
ResponderEliminarPara ti el rosco de cualquier manera, "seco", con nata, una con sabor a vaca, otra a chantillí, pero siempre pides un trocito más. Ya sea de Filella, ya sea del Cachorro, en la calle Procurador, que aunque no tengan la T, también son de Triana y que están de lujo . Si le añades una copita de ´"los orejones" que va ayudando a que baje, te hace caer en pecado mortal.
ResponderEliminarLas tardes de Reyes siempre son especiales, abriendo regalos, disfrutando con las sorpresas que hayan traido los Magos de Oriente y los no tan Magos, en familia, con chicos y mayores en torno a los juegos.
Creo, y cada año que pasa estoy más convencido, que el dia de Reyes es el mejor de la Navidad. Cuando ya se tiene una edad, en la Nochebuena siempre falta "alguien" especial, que te dió lo mejor de su vida y ya no está. La Nochevieja, para mi, algo impuesto, divertirte a la fuerza, estar alegre por ley, ya que cambias de año. Pero sin embargo, en Reyes, disfrutas con tus hijos y con tu familia compartiendo regalos y creo que es un ambiente de mayor felicidad "natural" que en las dos fiestas anteriores. En fin, es mi opinión, pero cada año cuando mejor lo paso es con la Cabalgata -la de Triana cada año gana, aunque este año por la lluvia no ha lucido tanto- y el dia 6 de Enero.
Mucha salud para todos los que se asoman a este balcón de Triana en la red y para ti, Rafa, te lanzo desde esta carroza de la calle Castilla un puñaito de buenos deseos para este año y para siempre.
Ah, y espera un poco, que ya habrá tiempo para las torrijas. Sin que huelas a incienso o escuches una buena corneta no caigas en pecado. Total, sólo faltan 101 dias para que capirotes azules se planten en el Puente mirando a Sevilla desde esta orilla. Nada.
Totalmente de acuerdo contigo respecto al día 31, pero soy un poquito más supersticioso que tú y me tengo que tragar las malditas uvas. ¿Sabes que mi hijo cena esa noche un plato de huevos fritos con patatas?
ResponderEliminarVaya imagen que estás describendo de mí, si la culpa es tuya, que aquello parecía una plaza de toros en vez de un rosco. Y no contento con eso pretendías que me llevara otro trocito a casa.