sábado, 11 de diciembre de 2010

TRIANA EN EL OBJETIVO DE HOLGADO BRENES (2)


La niebla pone una manto de gasa sobre el arrabal y apenas si puede divisarse la veleta alfonsina de su fe. Casi se desdibuja su paisaje, tal como si hubiese sido un político quien hubiese apretado el obturador para borrarla de un golpe certero. Triana duerme, o sestea, o espera que el sol cuaje sus oros sobre el caserío. El río, como una lámina quieta, apenas si acierta a duplicarla en su espejo, vahído en su pereza.

Triana es una Florencia rediviva a la que hoy ahoga el vapor de la atmósfera. Sólo la forja de su puente isabelino nos señala que es ella, el frente a frente de la Ciudad, su guarda y collación, su orilla esplendorosa.

Y es que hay paisajes que, hasta velados por la bruma, son inconfundibles.


José Manuel Holgado Brenes

Texto: Emilio Jiménez Díaz 

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