¡Dios mío!, ¿hasta este punto se ha perdido la esencia de Triana? ¿Cómo es posible que en nuestro Ayuntamiento se crea y se haga entender que esto que han hecho en la calle que nunca se debió peatonalizar tenga algo que ver con el barrio que es bandera de Sevilla en el mundo? ¡Qué pastiche! ¡Vaya bancos! ¿Qué trianero con sentimientos puede sentarse ahí sin notar el escalofrío de una puñalada trapera? ¡Qué maravilla de urbanistas -o lo que sean- tenemos en Sevilla...! ¿Que ahí se ve Triana? Lo que se ve a las claras es el desconocimiento que se tiene de ella o, lo que es peor, las ganas de acabar con lo poco que nos queda de su singularidad.
Con el dineral que se han gastado en convertir una vía-pulmón imprescindible, llena de vida, en un cementerio en cada abur del sol, se podía haber reparado el reloj del Altozano, que ahora, en su abandono, es un aviso de lo que se va a encontrar el visitante y, de paso, dotarlo de un carrillón con notas de una soleá de Triana. Con una mínima parte de ese dineral se habría acabado, ¡por fin!, el monumento "Al Arte Flamenco" para que sea comprensible. Se habría peatonalizado la calle Pureza, el paseo histórico de Triana, la que pisan todos los visitantes buscando a la Esperanza y al templo más antiguo de Sevilla, cambiándose el horrible asfalto por un pavimento artístico. Se habría saneado Betis, la vía más hermosa de la ciudad, y derribado el edificio de la comisaría que la hiere. Se podría haber protegido contra los bárbaros el memorial a los Conquistadores, que tanto costó levantar. Se podía haber convertido el hermoso edificio que fue Casa de Socorro en el Museo Taurino-Flamenco que demanda el potencial histórico-artístico del barrio y que necesita su economía. Y, claro, se podía también acabar de una vez el Museo de la Cerámica (¿cuánto hace que el alcalde se hizo la primera foto triunfal ante la fachada de cerámica Santa Ana?) y, de camino, proteger también a los peatones de los coches de Antillano Campos y a los talleres de cerámica -puras reliquias- del peligro de cierre. Si las cosas de palacio van despacio, las de Triana...
Con el dineral que se han gastado en convertir una vía-pulmón imprescindible, llena de vida, en un cementerio en cada abur del sol, se podía haber reparado el reloj del Altozano, que ahora, en su abandono, es un aviso de lo que se va a encontrar el visitante y, de paso, dotarlo de un carrillón con notas de una soleá de Triana. Con una mínima parte de ese dineral se habría acabado, ¡por fin!, el monumento "Al Arte Flamenco" para que sea comprensible. Se habría peatonalizado la calle Pureza, el paseo histórico de Triana, la que pisan todos los visitantes buscando a la Esperanza y al templo más antiguo de Sevilla, cambiándose el horrible asfalto por un pavimento artístico. Se habría saneado Betis, la vía más hermosa de la ciudad, y derribado el edificio de la comisaría que la hiere. Se podría haber protegido contra los bárbaros el memorial a los Conquistadores, que tanto costó levantar. Se podía haber convertido el hermoso edificio que fue Casa de Socorro en el Museo Taurino-Flamenco que demanda el potencial histórico-artístico del barrio y que necesita su economía. Y, claro, se podía también acabar de una vez el Museo de la Cerámica (¿cuánto hace que el alcalde se hizo la primera foto triunfal ante la fachada de cerámica Santa Ana?) y, de camino, proteger también a los peatones de los coches de Antillano Campos y a los talleres de cerámica -puras reliquias- del peligro de cierre. Si las cosas de palacio van despacio, las de Triana...
Pero parece que no hay más vida tras la bicicleta, y que ella, "la reina", merece todo este despilfarro. Porque no van a gastar el dinero en las "tonterías" que acabamos de escribir.
Ángel Vela Nieto
(Fotos: José Luis Jiménez Buzón y Emilio Jiménez Díaz)
Si te hubiesen tomado en cuenta en todas las iniciativas que has propuesto desde hace años a la Junta de Distrito, el barrio sería una maravilla. Pero por eso tenemos que seguir luchando, para que muchas de ellas se hagan realidad. ¿Te imaginas el reloj del Altozano sonando con una soleá de Ricardo Miño? Entre todos lo lograremos. Estoy seguro.
ResponderEliminarAcabo de venir de dar un paseo por la "avenida peatonalizada de S.J."
ResponderEliminarLo que he visto y oído me ha inspirado para un próximo artículo.
Pero es predicar en el desierto, Emilio. El señorito que hemos padecido hasta hace poco y que parece haber dejado una sucesora a su medida, ni sabía ni entendía. Pero a mi me gustaría saber cuándo va a llegar al sillón de la Plaza Nueva un alcalde que no vea tan lejos a Triana -aún durmiendo en ella en caso reciente- y la trate con el mimo que merece la que siempre ha sido, es y será guarda de su espíritu y bandera de su identidad. Qué trabajito les cuesta atravesar el puente. Sólo los vemos una vez al año: la noche del pregón, cuando el humo embriagador de la fiesta lo cubre todo. Por eso vienen... La esperanza de Triana es el milagro.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSe ha borrado el comentario, Ángel. Pero te decía que sigamos predicando. Algún día vendrá alguien al barrio con ganas de trabajar y de escuchar la voz de todos los colectivos. Lo de Moriñas no me lo recuerdes, porque me pongo malo pensando dónde irían a parar tantos miles de euros en aquella "mierdabienal" trianera en la que nadie cobró. La que llegó debería dejarse ver algo, porque nadie la conoce. Me he enterado que la llaman "La Ausente". Le conoceremos la cara cuando venga a hacer campaña en las municipales. Será la hora justa de mandarla a hacer puñetas.
ResponderEliminarMás claro...
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