martes, 22 de mayo de 2012

LA MALA MEMORIA DE BARBEITO.




 El pasado 13 de mayo el periodista aznalcaceño Antonio García Barbeito publicó en su columna del ABC de Sevilla el artículo con el que se ilustra la presente entrada.

  El 23 de julio de 1991 Barbeito ejerce de presentador, como pregonero predecesor, del nuevo pregonero de la Velá que fue Ángel Vela. Concluyó Barbeito la referida presentación con la siguiente frase:

“Esta noche, como será mientras tú vivas, Triana no debe temer mientras duerme: un Ángel Vela...”

  Y como contestación al artículo en cuestión, Ángel Vela remite a distintos periódicos sevillanos la carta que a continuación transcribimos. Juzguen ustedes mismos:

José Luis Jiménez

La mala memoria de Barbeito

    Señor director:

   Hace unos días el señor Barbeito escoge una noticia sin especial relevancia para ensalzar la figura de Alberto Jiménez Becerril como delegado del distrito trianero, lo que en Triana hemos hecho docenas de veces y públicamente. Claro que él lo desconoce porque el barrio que le dio todo, ya hace mucho tiempo que dejó de interesarle. Y como es asunto que ha repetido, en esta ocasión, aun con una cierta pereza, no voy a tener más remedio que recordarle lo que parece ha olvidado, resumiendo en un nombre, el de Manuel Lauriño, toda la ayuda que disfrutó en esta orilla el inolvidable concejal.

   Pero, desgraciadamente, no podemos pedirle a Alberto que le claree al columnista la memoria, y de eso se vale. Todo lo que -físicamente- dejó en la geografía del barrio durante el tiempo de su gestión, a saber: “Monumento a los Descubridores”, el de “Triana al Arte Flamenco” y la mayoría de esos “azulejos que saben a lápidas de cementerio” están, como ideas, en un libro titulado “Triana en tres tiempos”, editado por el Ayuntamiento en 1990 y que el columnista debe tener, dedicado por el autor, el firmante de esta carta.

   Lauriño no fue más que uno del grupo que apoyó activamente la labor de Alberto (¿es cierto Emilio Jiménez Díaz?), y tuvo su premio desde la comisión de la Velá -a la que perteneció- nombrándosele pregonero de la fiesta y “Trianero Adoptivo”, desapareciendo después -como otros cuando consiguieron lo mismo- de la trinchera que iban a defender hasta la muerte. Y antes he señalado sólo lo material, pero cuántos actos organizamos en Triana en aquellos dos fértiles años. Entre ellos el del centenario de Demófilo, la muestra sobre la Exposición Iberoamericana y el pregón-denuncia que di en la Velá de 1991 porque Alberto me lo pidió.

   Y remato de manera directa: ¿Es posible que hayas olvidado, Antonio, que participaste en el primero de los actos citados (uno de tantos) y que me presentastes en el segundo?). Alberto siempre estuvo abrigado por toda Triana; es absolutamente incierto que pasara “malos ratos” y que se quedó “muy solo”. Y todo, además, en un texto enmarañado y sin la valentía de nombrar a los que quieres dañar. Nos vamos haciendo viejos, Antonio, pero no todos perdemos -maliciosamente- la memoria a la par.

Ángel Vela Nieto.



1 comentario:

  1. Invito a todos que lean la entrada sobre el tema en el blog "desde mi torre cobalto", manera de estar aún mejor informado.

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