domingo, 5 de febrero de 2012

EL DEDO DE RODRIGO: A VUELTA CON LA TORRE



El día 20 de septiembre de 1993 servidor firmaba una “Cruz de San Jacinto” en El Correo de Andalucía con el título “Menos torre quiero”. Empezaba así: “Antes vivir frente a una torre en Triana era un hermoso privilegio; torres tenemos ahora que como te toquen delante ya puedes echar al río la fe que te quede. Padezco la proximidad de dos de estas moles...”. Y me quejaba de una recién bautizada como Torre Maphre y de otra, enfrente, en el umbral de la mal llamada Isla de la Cartuja, cuyo astronómico coste aún estaba por coger más altura y que fue proyecto inválido para la Expo. Era lo único que recordaba al barrio donde se asentaba todo el tinglado, silenciado estratégicamente como parte de una ciudad que no debía imponer sus atractivos; por eso lo de “la isla”. La torre millonaria en cuestión es, claro está, Torre Triana; dos ataques frontales a un barrio revestido de una identidad de siglos. Torre Maphre, Torre Triana y... Torre Pelli, no hay dos sin tres. ¡Madre mía!, cuánto horror junto; es como cuando a un director le daba por reunir a varios de los monstruos famosos en una película buscando el no va más del alarido. 
El pasado jueves, Antonio Burgos le dedicaba su recuadro a quienes, desde el interés económico más flagrante, la apoyan argumentando que la obra da de comer a mucha gente.... “A casi todos la Torre Pelli no nos da de comer. Es más: hasta nos quita las ganas de comer, nos revuelve el estómago”. Así. Y señala Burgos a un alcalde, elegido democráticamente, que no sabe por donde tirar, y a un político-funcionario, altivo hasta la mayor antipatía, el señor Pulido de Cajasol, al que nadie de este pueblo ha elegido y que se va a permitir el lujo de llevar adelante su capricho. Sevilla le importa un comino, la Unesco otro comino y el alcalde dos...
Pero lo que, como trianero, me parece más llamativo del artículo es el epígrafe (“Trincar de la Pelli”) que el columnista de ABC le dedica al trianero ingeniero José Luis Manzanares Japón, quien desde la construcción de su puente -esto lo añadimos nosotros- ha visto crecer como la espuma el nivel de su empresa, convirtiéndola en una de las más importantes de España en su gremio. Por cierto que esperábamos de su patriotismo que repusiera de su bolsa generosa las banderitas que coronaban el puente y que el viento se llevó en las primeras rachas, o, al menos, que presionara a quien corresponda para que su obra se complete.
Manzanares está ligado sentimentalmente a la Peña Trianera, porque su padre estuvo entre los socios destacados; disfrutó de un espacio semanal en el mismo ABC titulado “El Altozano”, donde  daba riendas sueltas a su selecta sevillanía haciéndose llamar don José por un supuesto personaje popular del barrio, como Pemán con su “Séneca”. No recuerdo que rozara un sólo problema de los muchos que azotaban a su querida Triana en aquellos años; lo que si se apreciaba era un deseo de demostrar habilidades literarias... “Pulido es de Castro del Río y Manzanares es de Triana. Y con Ayesa (su empresa) es el Von Karajan técnico de este atentado a Triana”,  subraya Burgos.
Al señor Manzanares le han concedido todos los premios; hasta el de “Trianero de Honor” sin no haber hecho más que nacer en la calle San Jacinto; y seguro que no faltarán quienes pronto pidan una calle con su nombre. Se le ha alabado y premiado su pericia como empresario y más de una vez ha salido en la prensa la de puestos de trabajo que ampara y la relevancia de sus proyectos. “La Torre Pelli da de comer a Sevilla”, ha argumentado nuestro paisano, y ya hemos visto la reacción de Antonio Burgos que ha hablado por boca de los que no desean más ataques contra el paisaje urbano de una ciudad cuajada de historia.
A nosotros, simples vecinos de un barrio al que no cesan de hurtarle su riqueza, nos daña la vista esa horrenda mole absolutamente onerosa, faraónica e innecesaria, y nos sorprende y rebela la prepotencia del señor Pulido, muy conocido en su pueblo, la impotencia del alcalde y de la mayoría de los sevillanos a los que representa y, todavía más, la política de hechos consumados que parece que se ha asentado en esta ciudad desde que los señores Monteseirín y Torrijos se propusieron cortar una calle imprescindible por darle en la cabeza a los miles de manifestantes que los ponían verde.
Pues seguir “dando de comer”, señores Manzanares y Pulido. Siempre que la dichosa mole se interponga entre Triana y nuestra mirada nos acordaremos de almas tan caritativas.    
   
  
Ángel Vela Nieto

3 comentarios:

  1. Rafael M.H.5/2/12, 23:23

    Vaya casualidad, Ángel, no recordaba tu recuadro de El Correo cuando titulé a mi entrada con esas voces de capataz, que tú también usaste hace años. Está claro que tenemos una idea muy diferente respecto a la idoneidad de la Torre Pelli en TRiana, de cualquier forma en lo realmente importante, pues que la veamos con buenos o malos ojos no deja de ser una cuestión de gusto, creo que estamos muy de acuerdo: los políticos cuando llegan al poder ya no cuentan con el pueblo casi para nada, usan nuestro dinero como si nos sobrara y piensan en la ciudad desde una óptica que difícilmente se puede comprender.

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  2. Pues la verdad es que resulta curioso que existiendo entre los dos claras diferencias sobre la altiva presencia de la Torre de marras, hayamos recurrido a voces cofradieras también muy distintas. Lo cierto es que a los visitantes que nos lleguen por este lado, tras el rótulo de tráfico que señala que están en Triana, lo que ven son ese trío horrendo de torres que nada tiene que ver con lo que esperan de un lugar tan pregonado. ¿Y quién es el señor Pulido para avasallarnos y despilfarrar de esta manera con la ruina que tenemos encima...?

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  3. Pues no te quiero contar que al dar la vuelta en la esquina de Callao con Castilla - desde Casa Cuesta- al final de ésta lo que llena toda la calle es el pedazo de marmotreto que ha difuminado la cúpula de la capilla del Cachorro.Deberían de poner alrededor tres o cuatro hornos de ladrillos, a la antigua, y llenarlos de humo negro todos los días hasta que se cansaran y se fueran. Con la marmita que está junto al tubo gigante ya tenemos bastante

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