viernes, 5 de agosto de 2011

EL TRANVÍA DEL BARRIO LEÓN


-Soy amarillo, de madera. Las ventanas bajan o suben según el termostato de los viajeros. Se me olvidaba, soy el tranvía que va desde la Magdalena al Barrio León.
 Mi trole, atado con una cuerda a mi cuerpo, recoge la electricidad desde un cable que va de un poste a otro, o colgado en el centro de la calle.
Es una pena que me quitaran… Uno de mis conductores, Juan, el tranviario de Tomares se puso muy triste cuando me guardó en la cochera que estaba un poquito más para el Altozano que las Hermanitas que cuidaban viejecitos…
 Tú, Juan, tenías muchos amigos entre los viajeros… Incluso los esperaba si no habían tenido tiempo de ponerse la gabardina, cuando llovía, o de dejarle a su mujer el dinero para la plaza…
 ¿Quién dice que los tranvías estorbaban? ¿No seríais, vosotros? Yo jamás me metí con nadie, y os llevaba hasta la plaza desde la Magdalena o desde el Barrio León, y con todo el gusto de mi motor eléctrico.
 ¿Recuerdas el reloj Dogma que te trajo un jugador del Betis para tu hijo? No recuerdo ya su nombre, pero tu hijo lo tuvo hasta que se casó.
 Tu hijo, Juan, como tú, se llenaba de orgullo cuando se montaba en tu tranvía y lo paseabas dos o tres vueltas desde el principio al final y viceversa…
 ¿Qué ocurre? ¿Me paro…? Juan, mira a ver si se me ha salido el trole del cable…
Era eso, ¿no? Cachisssss… Bueno, no había prisa. En todo caso el secretario del Jefe de Contabilidad de Hacienda que algún día, el hombre se quedaba un poco traspuesto esperándome…
 Y ahora quieren poner muchos más tranvías… ¿Pero están locos? Si eso no son tranvías, Juan, si eso parecen trenes de Alta Velocidad…
 ¿Y las jardineras? ¿Te acuerdas? La gente se montaba en mis estribos para no pagar. Otros sí pagaban y ¡qué fresquitos que iban…¡ No recuerdo si tu hijo se montó en mi jardinera, aunque creo recordar que sí, con tu mujer… Su madre, claro… Rosario… ¿Sabes que me gusta mucho el nombre?
 Había un sastre cerca de la Torrecilla que le hizo el primer traje a tu hijo. Era muy amigo tuyo. Hoy, como existen los grandes almacenes… Vas y sales vestido con un traje nuevo… Pero entonces… El sastre con la metro colgado del cuello medía y decía: Ciento uno… Todos, muy asustados, respondían: Maestro, ¿Vd. ha tocado bien? Porque yo venía con  los dos…
 Qué tiempos, qué modos, que mujeres… Qué gambas en La Torrecilla… ¿A qué tú no sabías que esas gambas las iba a cocer Manolo? Si, hombre, el marido de tu nieta sobrina Loli…

En fin, Juan… Cada uno realizamos perfectamente nuestro trabajo…
Pero, me da una pena…

Juan, donde quieras que estés, un abrazo de tú tranvía…


Juan de Tomares


5 comentarios:

  1. Juan es profesor jubilado y poeta en activo. Este tranvía sigue surcando por las vías de nuestros recuerdos. Gracias, Juan.

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  2. MUY BUENO, iba a decir que me descubro ante usted, pero no puedo, ya no uso sombrero, pero la intención vale.

    Que buena foto del tranvía por el puente, que bueno todo, le felicito, saludos

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  3. Sin palabras.
    Es de las cosa más bonitas que he leído en años.
    Muchas gracias Juan.

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  4. He mandado otro artículo.
    Juan de Tomares

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  5. Buenos amaneceres... Totalmente de acuerdo con Paco Leon... No sé si este blog sigue activo...

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