lunes, 27 de junio de 2011

EL DEDO DE RODRIGO: A VUELTAS CON LA VELÁ


        Puede decirse que desde 1280 la devoción a Santa Ana en Triana ha sido una continua y fervorosa tradición, y la velá de su imagen una verdadera fiesta que, dada la temperatura de julio, cuando es su onomástica, se desborda desde siempre por donde menos aprieta, la ribera del río. O sea, que estamos hablando de una manifestación muchas veces centenaria, un verdadero tesoro histórico y etnológico que hay que cuidar con mimo como Fiesta Mayor de nuestra ciudad, reconocida, además, por la Junta de Andalucía. Conviene aclarar que Santiago ha sido un añadido por exigencias del calendario; nada tiene que ver con Triana.
         La ancha y profunda historia de la Velá de Santa Ana contiene capítulos muy distintos, aunque todos colmados de interés y curiosidades. Romerías a la catedral trianera desde todos los puntos de Sevilla; visita de la patrona de la ciudad, suspensiones de la fiesta (hasta de los cultos religiosos), imposiciones y control municipal, y etapas de envidiado esplendor, éstos ligados íntimamente al valor humano, al celoso empeño de ciertos y  casi olvidados personajes, unos desde dentro del Ayuntamiento de Sevilla como concejales; otros desde su apego y respeto a las cosas importantes de su barrio. Y, claro, con la aparición de los periódicos, es cuando se inicia su historia moderna, la más fehaciente y detallada, gracias a los entusiastas reporteros que cada año pasaban el puente para, desde la misma vibración de sus latidos, pulsar la alegría de una comunidad vieja y sabia y, también, única. Así que desde mediados del siglo XIX, conocemos con primeros planos el devenir de esas gozosas jornadas dentro y fuera del templo.
         Estas crónicas están llenas de sabor y en ellas se pueden palpar las  curiosas y noticieras reglas del periodismo de calle al modo de cada época, con su justicia de verbo y sus arrebatos delirantes muchas veces amparados en un seudónimo. Conocemos detalladamente en qué consisten los cultos extraordinarios a la Abuela, quiénes han sido los párrocos, cómo se exornaba la iglesia y, lo que parece  más atrayente: cómo se desarrollaba la fiesta lúdica en el río, porque en esencia -Triana es pueblo marinero- lo más divertido se desarrollaba sobre la viva lámina de agua de la gran avenida.
         Cuando más ha divertido la Velá es a partir de su autoregulación ajustándose a una serie de actos y juegos. Esto ocurre desde hace aproximadamente un siglo; podríamos celebrarlo este año o el que viene. La explosión de la fiesta en la calle surge del interés de un concejal e industrial ejemplar que llegó de muchacho a Triana desde su tierra norteña, Manuel Carriedo Pérez, a quien por fin se hizo justicia recientemente con la colocación de una placa con su imagen en la misma calle donde habitó y que llevó su nombre. Él, hombre de mar, nos trajo el juego rey del espectáculo fluvial: la cucaña. De modo que justamente el año pasado se cumplió un siglo de la primera cucaña encuadrada en el programa oficial.
         Luego, en los años inmediatos a la Exposición Iberoamerica, llegaron nuevos industriales locales, casi siempre ligados al gremio del barro y la cerámica como los Mensaque y Manuel Rodríguez Alonso, especialmente, que organizaban y dirigían los festejos Eran tiempos de progreso, los hornos trianeros no daban abastos a las obras que se estaban realizando en la ciudad, y ese optimismo económico se reflejaba en la fiesta más genuina. Las décadas de los diez y veinte de la pasada centuria fueron las de mayor esplendor, el repaso de los juegos terrestres y acuáticos da idea del ingenio y el corazón filial de aquellos prohombres. Pasada la guerra fueron otros los vecinos ejemplares, de todos, que son muchos, hay que enmarcar el nombre de Aurelio Murillo.

Ángel Vela Nieto


9 comentarios:

  1. Nuestra Velá merece una profunda reflexión que debe de concluir con la realización de algunos cambios más o menos drásticos. Nadie mejor que tú,Ángel,puede aportar más por el bien de esta fiesta tradicional; espero que cuenten contigo urgentemente. Este año, aprovechando los nuevos aires políticos, es un buen año para ello y el mejor momento para que los que acaban de entrar demuestren su capacidad de gestión. Aprovecho para reivindicar una importancia suprema del Flamenco en esta nueva edición de la Velá y a ver si terminamos de una vez con los actos chabacanos.

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  2. El mundo de hoy, lo que quieren hacer de él, eso de la "globalización y demás", es un enemigo implacable de estas fiestas tradicionales. Los políticos de hoy, que mandan en todo, no están por la labor de luchar -sí, luchar- por defender las fiestas que identifican a lugares como Triana. La Velá, que siempre estuvo abierta a toda Sevilla nunca dejó de ser una fiesta de Triana. Hasta que esa apertura natural se convierte en forzada; ejemplo las casetas de los partidos políticos; lo mismo ocurrió en tiempos de la República cuando fueron impuestas casetas para los empleados y funcionarios municipales, porque así es la "sociedad democrática". Todo el valor antropológico de la fiesta de Santa Ana se puede recuperar, pero a ver quien le pone el cascabel al gato...
    Y respecto al flamenco, amigo José Luis, hay que decir que el primer concurso de cante para aficionados celebrado en la Velá fue el mismo año del famoso de Granada: 1922. Una Velá sin flamenco es otra cosa; esa que quieren los "globalizadores".
    Y una inocente pregunta: ¿El Hotel Triana, se recuperará para el pregón y las distinciones? Al menos eso, que por algo se empieza.

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  3. Jiménez jb, no solo hay que terminar con los actos chabacanos, de paso también con los presentadores/as de tres al cuarto y su dos horas de gloria. Que presente El Bari, ese fenómeno, o su hermano "El Chaque" o Manolo el del Ancla, coño. Quedaría de durse con cualquiera de los tres y además sin poné la mano. Ángel los globalizadores quieren una "velada" con Flamenko and Flamenkito que aquí cabe de tó, hasta la fusión con los de Palakagüina y el Minero no de A. Molina sino de Victo Manué (su agüelo) o el de Hakim.¿Y si se organizara un día retro de Lucha Libre como homenaje al Tagua?.

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  4. ... o a Otero, Brazo de Hierro, campeón de andalucía y nativo y vecino de la Cava de los civiles; nuestro ídolo de cuando lo alternábamos con El Guerrero del Antifaz.
    Me imagino al Chaque y al Bari presentando el concurso de cante en el Altozano...
    Saludos, Antonio.

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  5. Vale Ángel, que se lo hagan a Otero. Pero ya puestos y como habrá carteles de la época donde estén anunciados los que participaron en la lucha libre de las Velás pues que se haga un homenaje colectivo y a Otero que le pongan un azulejo en la puerta de su casa, que no todo va a ser para el folklore, el toreo o la política. En aquellos tiempos, en lucha libre y todo un campeón regional de Triana es para quitarse el sombrero. Yo desconocía ese dato pero me quito el sombrero ahora mismo y,¡ojo!, hay que tomar nota, como Juncal.

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  6. Ángel,¿Y a Manolo no te lo imaginas?. Y cuando digo Manolo puedo hablar de tí mismo, o un poné, de tío Eugenio Carrasco "El Perlo de Triana", de Paco Sosa, gran entendido, de Emilio Jiménez o de tantos otros que se me vienen a la memoria. O sea, de gente seria -El Bari y El Chaque para mi lo son- pero con su arte, sus maneras, sus posturas, sus filosofías y no se olvide, cada uno con la suerte que la vida le ha deparado, por suerte o por desgracia. Pero una vida llena de vivencias riquisimas que ya quisieran para sí los que se ponen de tiros largos en lo alto de un tablao. Me los imagino a cada uno seco, preciso, serio, uno:"Aquí presento a...", otro con sus olvidos, su mirada tierna,su humanidad,sucercanía :"Aquí presento a este fenómeno de...", otro con su postura que no ha perdido, novio sempiterno de la legión, su novia de siempre que no olvida, pero serio en todos sus gestos y con mil y una anécdota que contar, otro con sus poesías y esas tablas que da el haber recorrido los teatros de medio mundo como y con los artistas principales y para que seguir. Todos con el común denominador de su humildad, su sentido de la medida y su falta de protagonismo, muy lejos de la verborrea vana, el chiste facilón y el tópico manido de las banderitas del puente y las avellanitas verdes y con folios en las manos que ni ellos saben que ponen, pero lo tienen como pretexto, porque no saben donde meterlas, las manos digo. No entienden que el protagonismo y los protagonistas son los artistas que actuan y conforman el espectáculo. Que se vayan a coger banderitas a la cucaña, o
    mejor no, que son capaces de cogerlas por
    salir en la foto. Que se vayan a coger los patos o a las carreras de saco.

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  7. Eres increíble, Antonio; te he leído riéndome a mandíbula batiente, que es una jartá... ¿Serios El Chaque y El Bari...? ¿Pero los hay más serios en Triana? Es que Triana es muy difícil de entenderse, Antonio del corral de San Joaquín, porque como dicen los rocieros "esto no se puede contá, hay que vivirlo"; lo que ocurre es que los rocieros a los que me refiero no saben decir otra cosa y nosotros bien sabemos lo que decimos, o sea, que podemos argumentar si hace falta.
    Se podía montar una Velá paralela; una la que quiere el Ayuntamiento y otra la fetén... Vamos a pensarlo. Y que se vayan preparando "los hermanitos" (Chaque y Bari).

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  8. La risa y la sonrisa.No la de las marujonas en los programas de Juan y Medio, que se ven que están programadas y las que más fuerza e histerismo tienen aseguran el asiento para el programa siguiente, no las risas nerviosas de problemas en la mente, no las risas de los calambres del cólera, no las risas de la mala leche en las desgracias o fallos ajenos, no las sonrisas inmisericordes que te perdonan la vida y te quitan tu importancia, no la sonrisa sardónica, contracción muscular, del tétanos. Esa risa a mandíbula batiente o solo una sonrisa noble y bien pensada es salud y vida.Es lo que pretendo.

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  9. ...pues no puede estar mejor explicado, Antonio. Todo un estudio teórico...

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