lunes, 31 de enero de 2011

TRIANA EN EL OBJETIVO DE HOLGADO BRENES (9)


Paseamos por las calles, pero apenas si prestamos atención a lo que va más allá de nuestros problemas cotidianos. La prisa es mala compañera para el gozo y la contemplación y nos lleva en volandas por todos sitios para no ver nada. Andamos por la vida casi sin posarnos para adivinar lo inmediato, y la vista se disuelve buscando un futuro que olvida el presente más cercano.

José Manuel tiene la suerte de acariciarlo con la yema de los dedos y de llevarlo al objetivo haciéndolo eterno para siempre. Este cenital está ahí, desde la mitad del siglo XVIII, invitándonos a una grata mirada, convocándonos a que alcemos la vista para fijarlo en las retinas. La calle llamada de San Jacinto nos ofrece de vez en cuando estas sorpresas. Sobre el hermosísimo retablo de Kiernam que eterniza a la Virgen del Rocío, dos palomas acurrucadas tienen su casa sobre tan alto pedestal dejando memoria de sus huellas sobre el color almagra.

Ya nadie las quiere y todos tienden a perseguirlas. Ya no son el símbolo de la paz requerida, sino la plaga del aire. Ellas, ajenas a los nuevos tiempos, han tomado cobijo en ese ovalado cenital que da luz al Sagrario de la iglesia, donde Cristo, hecho pan de eucarístía, espera la visita de los hombres, que apenas si tienen un segundo de tiempo para intentar contemplar en sus adentros su faz iluminada.


Fotografía: José Manuel Holgado Brenes
Texto: Emilio Jiménez Díaz

5 comentarios:

  1. Pues, enhorabuena al Sr. Holgado por inmortalizar ése dichoso momento.

    ResponderEliminar
  2. "la plaga del aire"
    Fantástica manera de definir a las palomas...
    Fotografía preciosa...

    ResponderEliminar
  3. Las están aniquilando porque acaban con los monumentos. Habrá que darse prisa para llevar a los nietos a la Plaza de América antes de que las palomas ya sean sólo un recuerdo.

    ResponderEliminar
  4. Que dejen algunas para que mi nietecillo, que aún no puede correr, ande presto tras ellas aun sabiendo que es imposible cogerlas. Hay que verle la carita contemplando su vuelo despavorido cuando ya tenía una a mano...

    ResponderEliminar
  5. Esperemos que sea así y que el chavea disfrute de lo lindo.

    ResponderEliminar

*/