El pasado miércoles, casi sin tiempo para que el Barrio
despidiera a su Hermandad, dio comienzo este camino doscientos donde el frío
y el agua han sido dos grandes protagonistas. Los primeros chaparrones
ocurrieron a los pies del Aljarafe y obligaron a la protección de la carreta
del simpecado con el lógico deslucimiento
de la misma. La Raya Real también recibió a la comitiva trianera con un gran
aguacero momentos antes de la parada para sestear. Con absoluta puntualidad se
llegó al Puente del Ajolí donde una marea de trianeros acompañó a La Chiquitita
hasta la presentación oficial de la Hermandad ante La Blanca Paloma, uno de los
momentos más esperados en El Rocio y de más emoción para los miles de
peregrinos trianeros.
Y entre fiesta y alegría, como antítesis a la cruda realidad
que nos está tocando vivir, en la aldea de El Rocío quedamos a la espera que
los almonteños decidan mostrarnos a su reina de las marismas. Después vendrá el
camino de vuelta y la noche del jueves, donde Triana, un año más, estará en la
calle esperando a su Hermandad; esperemos que ésta esté a la altura de las
circunstancias y olvide las prisas para que el discurrir de la comitiva por las
calles de Triana sea la gran fiesta de todo el Barrio.
El corresponsal rociero de Tri@ana en la Red.
como se nota que estás cerca J.L un saludo y el jueves nos vemos si dios quiere.(espero que lo ayas pasado bien un abrazo)
ResponderEliminarYa regresamos, Manolo y, sí, lo hemos pasado muy bien. Sólo un poco de frío.
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