De sopetón, tan cerca, un rojo que se nos clava, como a casi todos los mamíferos y aves, el color que mejor apreciamos, más vivo aún en la noche, escudo metálico que nos grita: ¡PROHIBIDO!, sin palabras, con un recuadro en blanco, pero aquí está deformado, descentrado, tan cerca, que lo mejor es desviarse para no chocar con él.
Fotografía: David M. Nicaise.
Texto: Rafael Martín Holgado
En la puerta de la "Casa de los Mensaque" tendríamos que poner uno como este con un claro significado: PROHIBIR LA ENTRADA
ResponderEliminarA todo aquel que no quiera a Triana.
A los políticos que utilizan el Distrito como trampolín de sus aspiraciones.
A los que únicamente tienen un interés partidista.
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