Lo de "Alianza de Civilizaciones" lo inventó Belmonte igual que inventó su toreo, que no vengan ahora los políticos de turno, que lo de torear sin arrimarse mareando a los borregos se les da tan bien, a apuntarse el tanto. Lo bueno a pesar de todo es que quieran copiar al Pasmo de Triana, mucho hablar pero ninguno ha tenido valor para vestirse con la chilaba, el turbante y el láud moruno para que no le digan "con la música a otra parte" que estamos hasta los...
Antonio Fernández Cachero
¡Vaya documento, Antonio! Belmonte fue un adelantado en todo.
ResponderEliminar¡Menudo documento fotográfico!
ResponderEliminarY enhorabuena al Sr. Fernández Cachero por esta entrada de "Belmonte y la Alianza de las Civilizaciones".
¡Gracias Paco!, creo que has entendido el mensaje,Ángel sé que también. Pero a pesar de este documento fotográfico Juan Belmonte era un trianero muy serio, aunque con la retranca del humor fino y elegante que lo llevaba muy adentro y había que comprenderlo, según mi bato. Cuando lo comprendían ya estaba él en la otra esquina haciendo mutis por el foro.
ResponderEliminarEn esta foto se le barbilampiño; no era aún -por su aspecto juvenil- ni el Pasmo ni el Terremoto de Triana, el gran personaje que llegó a ser de tanto como aprendió de los intelectuales, de la vida y de las cornás. Era un muchacho más que gustaba de los disfraces guasones. Aunque habría que analizar la mirada, ¿no Antonio?
ResponderEliminarPuede ser, Ángel, puede ser, pero si analizas el retrato la mirada no le cambió nunca con ella analizaba a las personas y a los toros, era una mirada de hambruna inteligente, o sea la mirada de la ley de la supervivencia, en Triana todavía quedan muchas. Pero fíjate Ángel Belmonte tenía la coló cetrina así que recién afeitado no se le notaría la barba.El retrato no se si es de estudio o está en la playa María Trifurca, pero el vestío blanco y moro es de categoría, hasta las babuchas son de diseño, o bien la vestimenta se la prestó un lejía o bien se la pagó él o la tendría el retratista. Yo creo que era ya matador de toros o novillero con posibles, con jurdó de la época.
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