Los paseos por Triana que doy cada tarde me hacen pensar en cuántas cosas tienen que cambiar en este barrio que se aparece delante de mis ojos como si fuera un pueblo, un sitio con valor en sí mismo y no formando parte de una ciudad. La vida diaria es la de un pueblo, con su pulso y con sus horas, pero tantas carencias como se aprecian nos dicen que queda mucho por hacer. El pequeño comercio es el latir del barrio, el epicentro de su vida y, a pesar de eso, el discurrir de las personas por las tiendas y las calles no tiene el aire plácido que debería, sino más bien, es una carrera de obstáculos. La vista se hiere con la suciedad de algunas zonas, con las pintadas, las obras mal resueltas o los espacios inhabitables para las personas. Sobre un trazado de calle antigua y recoleta se ha superpuesto un viario sin solucionar, un carril bici que no deja espacio a los peatones y la circulación, las entradas y salidas del barrio, son un problema que no parece tener arreglo.
Las zonas verdes son inexistentes y los árboles necesitan ser tratados de forma que sus raíces no revienten las calles y se conviertan en un peligro para todos. Hasta la botánica precisa mejora y las hermosísimas especies que se muestran en este blog tienen que tener su sitio, su atención y su dinámica en el ciclo vital del barrio.
¿Dónde juegan los niños? Las calles no son un sitio adecuado para ello. En algunas esquinas se han improvisado pequeños parques, azotados por el ruido de los coches. En el único parque de alguna extensión, el Turruñuelo, individuos que no entienden de civismo acostumbran a llenarlo todo de pintadas y, de paso, ensucian la pared aledaña a la Iglesia de Santa Justa y Rufina, de forma que pasear por la Ronda en esta zona es un recuerdo claro de que la suciedad todo lo llena.
En Triana no hay galerías de arte, ni cines, ni un Teatro. La vida cultural es inexistente. El distrito organiza cosas que no llegan a casi nadie. El pulso del barrio se ralentiza cada vez más. ¿Habrá alguna propuesta en los programas electorales de los partidos políticos que ahora concurrirán a las municipales, que hable específicamente, de Triana? Estamos a la espera de ello, pero la esperanza también se pierde.
Y la Asociación de Vecinos Santa Ana quiere que una calle se rotule con el nombre de Los Morancos. Ahí es nada. Dicen que han contribuido a que Triana se conozca. Más bien pienso que son ellos los que se han dado a conocer con el uso de este nombre. ¿No hay más gente a la que dedicar calles? Todo esto me parece muy triste. Hay mucho por hacer, pero no parece haber forma de encontrar un resquicio por el que las iniciativas se cuelen, de manera que impregnen a toda la sociedad civil. Desconfío de las asociaciones de vecinos, que suelen estar subvencionadas y bailan al son que les toca el partido de turno. ¿Dónde está el secreto de que estas cosas cambien?
Imagino unos espacios limpios, un cine y un teatro al que acudir, unas calles que no impidan la convivencia entre personas y vehículos, un barrio hecho a medida del hombre…Imagino una oferta cultural que no nos haga salir del barrio para ir a la presentación de un libro o de un disco, que reúna a los vecinos en torno a propuestas imaginativas y entusiastas…Imagino ese Ateneo de Triana...Imagino que el próximo alcalde de Triana está a la altura de los mejores que le han precedido…
Caty León Benítez
Totalmente de acuerdo con tu acertado comentario que vuelve a poner el dedo en la llaga sobre las carencias de Triana en muchas materias, pero sobre todo en la cultural. Diecinueve años nos separan de aquella idea excelente que propusimos para que Triana tuviese un ateneo popular. Nada de nada, no hay manera. Y ahora una asociación vecinal, evidentemente sufragada como la de Santa Ana, confunde lo popular con lo populachero y pide una calle para "Los Morancos", los que se arrancaron de cuajo el apellido "de Triana" de su nombre artístico. ¿Para cuando una calle a tantos y tantos hijos ilustrísimos como trabajaron por este arrabal y cuyos nombres han quedado sepultados por el más ingrato de los olvidos? ¡Cosas!
ResponderEliminarPues es de lo que venimos lamentándonos. Desconocía la idea de la asociación vecinal donde vivo. Por aquí tienen calle personajes con los que tuvimos amistad; uno de ellos "Zeppelín", y a la salida de la barriada Manuel Macías Miguez.
ResponderEliminarComo Emilio, critiqué públicamente que el "de Triana" desapareciera del nombre artístico del dúo Cadaval. No se puede negar trianerismo de ambos ni su generosidad para con el barrio, pero las esquinas de las calles deben ser lugares sagrados y como tales hay que saberlos adornar con un nombre.
El análisis de Caty es la cruda realidad que, como digo al principio, nos hiere en lo más profundo. Nunca el espíritu crítico fue más necesario.
Pues sí, Ángel, fue el vicepresidente de la Asociación el que dio la información a José Luis Montoya, quien, a su vez, la dio a conocer en El Patio.
ResponderEliminarMe ha dicho Quevedo que el señor Lope de La Vega está preparando algo sobre el tema.
ResponderEliminarY mientras nos engañan con la promesa de
ResponderEliminarla colocación de la primera piedra de un teatro en el campo del huevo.
Por cierto sería buena idea,como en tiempo hicieron Emilio y Angel de invitar a los candidatos de los diferentes partidos para debatir sobre su programa con respecto a Triana.También colocarle el Don que la ignorancia del Consistorio le robo a la calle Don Cecilio de Triana.
Sería muy interesante repetir aquella experiencia que nos atrevimos a hacer Ángel y yo en aquellos años, y con la seriedad que lo hicimos. Ponlo en marcha y me cuentas algo.
ResponderEliminarPues sí, sería una buena idea, a ver si se lleva a cabo, que luego se le llena a la gente la boca hablando de Triana en el Fitur ése.
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