A
veces, mirar el fútbol nos puede servir para ver de otra manera la realidad que
nos rodea. No, no me refiero a quedarse casi dos horas viendo un partido, ni
mucho menos a tragarse esos programas especiales que organizan para los eventos
llamados importantes, los que comienzan a las ocho de la tarde y terminan a
medianoche. No pretendo criticar el fútbol, me encanta verlo y disfruté como con
pocas cosas cuando lo jugaba. Lo que me gustaría es tomar el fútbol como
referencia, como símbolo para analizar cosillas cotidianas que se me vienen a
la cabeza. Algunos pensarán que el fútbol no es tan importante, bueno, eso
depende de cómo se mire, ¿os habéis percatado cuánto ocupa la sección de
deportes en las noticias? Cada día más tiempo y sólo existe un deporte, salvo
que esa semana, cosa extraña, no haya ningún partido de fútbol. Por otra parte,
nuestros gobernantes sacan pecho y presumen de lo bien que marcha el país si
ganamos muchos campeonatos internacionales y muchas medallas olímpicas.
El
fútbol ya no es un juego de hombres ya no se toma Soberano, y a por todas en unos bares en blanco y negro cargados de
humos celtas y ducados, ahora el fútbol es en colores, la chispa de la vida, es de
Coca-Cola, del fair play, de chavales y chavalas, que todos tienen cabida en el
mercado y las dos grandes marcas de prendas deportivas cambian las camisetas y
los eternos colores de los equipos cada año, mercadotecnia lo llaman,
estrategias de venta, y aparecen camisetas de todos los colores, incluido el
rosa, para que las puedan llevar las más femeninas, o es que no estamos en
democracia, señores. Sentir el fútbol es una pasión y tiene un precio que debes
pagar, ¿algún problema? Para eso están las tarjetas de crédito, no te
preocupes.
Tomemos
para analizar los dos partidos más recientes. El martes, comenzó la debacle
nacional, un equipo español perdió contra un equipo alemán la semifinal de la
championlí (no se asuste usted que todavía no es cosa de chinos, pero debe
faltar poco, es una forma de abreviar eso de la Champion League).
Oiga, ¿tan importante es eso? Imagínese, ya no hay guerras en Europa, de alguna
manera tendremos que saber que país es el más fuerte. ¿Lo del Mercado Común,
entonces, no es compartir y cosas así? Que va, alguien tiene que mandar, está
en la sangre misma de los hombres, unos dominan y otros son aplastados, ley de
vida, está escrito por ahí, no sé donde, tú ya sabes, no me acuerdo ahora, pero
es ley de vida.
Pues
sí, nos estábamos jugando reinar en Europa, conquistar el viejo continente y el
equipo de la capital no consiguió la hazaña, el milagro, el pueblo se volcó,
pero de nada sirvió, una noche triste, trágica, pero nos queda el magnífico
comportamiento de la afición y la lucha de unos jugadores entregados. Toda la
crítica y la mala leche que da una derrota es vertida por los comentaristas
futbolísticos sobre un entrenador: es portugués, es un chulo (ahora, antes lo
calificaban de sabio) y se quiere ir. A la mañana siguiente en una tertulia
política de radionacionaldeespaña, la radio de todos (los que viven en Madrid y
sus alrededores, más algún catalán que se cuela), uno de los participantes, que
debió pasar mala noche dice: “…hay dos tipos de aficionados al fútbol: los
madridistas y los envidiosos”. Dicho así suena a verdad indiscutible,
fundamentalismo puro, pero estos comentarios me sirven para apuntalar una
peregrina y absurda idea: parece que el sur no forma parte de nuestro país. Este
razonamiento me viene a la cabeza cuando escucho las noticias del tiempo:
“Llueve en toda España”, eso significa que se mojan de Despeñaperros para
arriba, “Mañana llega una ola de calor a España”, no preocuparse, nosotros
seguimos a 46 gradazos desde hace una semana, pero en Toledo van a llegar a 36ºC y en Logroño a 35ºC. Con el fútbol pasa lo
mismo, cuando el Sevilla FC gana dos campeonatos de Europa, nos lo pintan como
dos campeonatos descafeinados, hechos para segundones, esos triunfos tienen
poco mérito, pero a los pocos años es un equipo de Madrid el que lo gana y, ¡ay,
amigos!, esto sí que es un exitazo, será que se ha revalorizado, quien sabe.
Ayer
miércoles jugó y perdió el otro equipo, ¿podemos
decir otro equipo español?, el calificativo no está fácil, ¿ser barcelonista es
ser catalán?, ¿puede un español ser barcelonista? A veces, preguntas mal hechas
no nos llevan a sacar conclusiones, sino que sólo sirven para reliar más el
embrollo, el caso es que se repite la historia, de nuevo un equipo alemán
vence, como diría mi suegra: no sé pa que ves tanto fútbol, ¿no te das cuenta
que todos los partidos están amañaos? Por puro morbo, mujer, porque uno nunca
sabe si los compran por cuestiones políticas o se encargan de ello las casas de
apuestas. Pero esta derrota duele menos en los medios de comunicación y la
gente parece que anda un poco jartita de catalanes, normal, se les ve mucho el
plumero, sus políticos quieren una tajada más grande de Estado o abandonan el
juego y poco les importa que sigan esmayaos extremeños, gallegos, manchegos,
canarios y andaluces.
¿Pero
qué quieren los andaluces?, ya tienen sus fiestas y su clima magnífico, siempre
están con la guasa, ellos no tienen problemas, su preocupación es si va llover
en semanasanta o si pueden llevar el caballo al Rocío, les da igual la economía,
ellos viven de no se sabe qué, pero la cervecita que no falte, no es un pueblo
serio, por tanto, no puede aspirar a tener los mismos derechos que Madrid, que
para algo somos la capital y el motor de ESPAÑA, ni que las comunidades
históricas, con sus lenguas propias, sus culturas e historias menospreciadas. Que
somos todos españoles, pero vamos a no mezclarnos, oiga, porque los señores bajamos
al sur para veranear y descubrir tradiciones, como hicieron aquellos viajeros
románticos, que sólo se fijaron en lo exótico, lo insólito, lo bárbaro, como si
fuéramos animales prehistóricos guardados en un paraíso perdido. Te quieiyá por
ahí… Si tu cultura y tu habla son importantes, las mías también, que t’as creío
y si quiere nos ponemos a compará.
Doy
gracias a los alemanes porque no quiero estar escuchando durante los próximos
veinticinco días, que si Ronaldo aún no ha decidido el tipo de peinado que llevará
en la final, que si el bueno de Messi estará en plenitud de condiciones físicas
y mentales, que si Sergio Ramos tiene pensado un tatuaje secreto o si Xavi
recogerá la copa vestido de lagarterana. Gracias alemanes porque hay poco
tiempo y muchas cosas que arreglar. Vale que el fútbol nos aporta alegría y en
tiempo de crisis viene bien, es verdad que sirve para olvidar los problemas,
pero es que ese olvido suele extenderse demasiado.
Gracias,
Alemania, por dejarnos sin fútbol, ahora pensaremos y hablaremos de política,
del paro, señalaremos a los sinvergüenzas corruptos, a los que se siguen
forrando a costa del dinero de todos, recordaremos a los señores que gobiernan
más allá de Despeñaperros y a los empresarios que se enriquecieron hace poco
tiempo, las cifras del paro, el número de desahuciados, el desastre de nuestro
sistema educativo y los recortes que estamos sufriendo en Sanidad. A nuestros
gobernantes más cercanos, mejor no pedirles nada, son incapaces de pensar y
actuar por sí mismos.
Rafael
Martín Holgado.
Gracias Alemania y gracias Rafa. La "traqedia nacional" se consumó. (me refiero a la del martes). Yo escuché otra frase ese día por la noche. "En el futbol solo existen dos clases de personas:los madridistas y los mediocres". ¡Vivan los mediocres| No todo el mundo puede ir de triunfador por la vida, Dios (y mou) nos libre. Bastantes "triunfadores" hay ya por el mundo, que se van comiendo el idem, por no decir otra cosa...y los tenemos bastante cerca todos los dias. Por eso, de aqui al 25 de mayo podremos hablar y escuchar hablar de otras cosas: de libros (la Feria del Libro acaba de comenzar), de Teatro, de fiestas (el Rocio ya está aquí y TRiana tiene mucho que decir, tanto espiritual como culturalmente) etc. Es decir, hablar de Vida, no de farsa.
ResponderEliminarLo dicho, gracias alemanes, por permitirnos disfrutar de nuestras cosas y no tener a Madrid metío hasta en los garbanzos.
Pues sí, Rafa, por una vez y sin que sirva de precedente habrá que dar las gracias a los alemanes. Lo peor de todo son las horas que se pegan en Canal Sur -¿La Nuestra?- hablando del Madrí y del Barça.
ResponderEliminarVaya, ya somos tres mediocres con ideas similares a este respecto, me alegra no encontrarme solo en esta difícil caminata contracorriente. Me hubiera gustado mucho más una final portuguesa e incluso italiana. Me he calentado tanto con este tema que igual hago una segunda parte para ver el estado de nuestra autonomía y el fútbol.
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