Curro Fernández
Me senté en
la plaza del sol de Triana, esto es,
la plaza del Altozano, en el mismo vértice de Pureza; ocupé un velador en ese
observatorio, eterno terreno de curiosos de bares, con un artista nacido en la
inmediata calle Fabié, el gran Curro Fernández. Venía vestido como es, lleno de
elegancia y colores. Cumple Curro setenta y dos años, lo que quiere decir que
está en edad de maestro. Conserva la medida necesaria de entusiasmo en todo lo
que habla con el mismo tono de siempre, a pesar de lo que ha cambiado su vida.
Su voz suena
potente y segura, una voz que sacrificó al servicio del baile. ¿Sacrificó? Es
lo que se puede pensar desde afuera, desde mi posición, pero él no cambiaría ni
un corto trayecto de su carrera flamenca. Invierte la idea y manifiesta que al
baile se lo debe todo, porque nada ama con más pasión que el baile, y hasta lo
necesitaba para inspirarse. Y es que como se ha bailao en Triana... amigos, en
ninguna parte del planeta. Pero él era cantaor y así se sentía desde que la
razón lo hizo consciente. De chico dejó alguna vez sin almuerzo a su padre que
trabajaba en el centro porque, canasto en ristre y encargado de acercarle la
fiambrera, solía pararse en la barandilla del puente que daba al Puesto de
Laureano (de las Flores); allí se embobaba escuchando los discos de Vallejo, de
Pastora, de Gracia de Triana y Pepe El Culata que alegraban el ambiente y
atraía al personal… La suerte estaba echaba y todavía más cuando una noche de
Velá, ahí mismito, se subió al tablao y cantó como un Cagancho reducido.
La boda del
padre de Curro fue la última celebrada en Triana al modo gitano, o sea, que
duró tres días. José Fernández El Vega,
hijo de la Cava de las fraguas, solía cantiñear cuando lo necesitaba y supo
tener amigos: Mairena, Tomás Torre y Pastora Imperio fueron testigos y co-disfrutantes
del enlace calé. Así que Curro ya lo traía. Tras la mili se lo toma en serio y
decide su posición en el escenario, y desde esa sonora penumbra ha colaborado
al éxito de la más noble nómina de artífices de la danza flamenca, desde
Matilde Coral, Trini España y Manuela Vargas a Farruco y Manuela Carrasco.
Desde ese lugar, de atrás, donde hay
que romperse por exigencia del compás pasó su vida de cantaor. Su garganta dijo
que había que parar, que era demasiada la generosidad repartida por los
escenarios de medio mundo para que los aplausos se lo lleve otro u otra. A él
ya nada le importa porque hay que cerrar los ciclos y hacer balance. Pocos haberes tan ricos desde que ejerció como
patriarca de un grupo que asombró a tres
continentes: la Familia Fernández. Y ahí están sus frutos, los que han
reverdecido la casta: Esperanza, Paco y José, cante toque y baile, cuerpo
milagrosamente completo. Para qué más. Cumplió y ahora, después de haber
juntado cuatro generaciones en un escenario, se queda con las manitas de sus
nietos, porque ahí, a esas alturas, está la calidez, la ternura, el auténtico
triunfo. Ellos le cantan y el baila a ritmo.
Posee,
Curro, toda la nobleza de los gitanos de Triana, únicos en el mundo,
trabajadores, caballeros, educados, responsables, a los que la palabra gachó les suena a sinónimo de hermano. Pena
de Triana que tiraron por la borda, con toda su carga de riqueza, los
traficantes de vidas, los fríos especuladores y los ciegos e irresponsables
mandantes. Pero mientras existan los Curro Fernández y toda su sangre Triana
será siempre Triana.
Ángel Vela Nieto
Señor Ángel Vela Me siento muy orgulloso de sr amigo de usted MI Familia y yo le damos las gracias por su talento y pureza por su conocimiento y sensibilidad con el amado barrio Universal "Triana “Un abrazo
ResponderEliminar...."Como se ha bailao en Triana, en ninguna parte"... Así es, estimado Ángel, los trianeros hacen de ella que sea única, cuna de grandes artistas, imprime carácter y es todo un orgullo y alegría teneros tan cerquita, al otro lado del río, mediante el Puente más trianero y sevillano, joya de los sevillanos.
ResponderEliminar¡Enhorabuena a Curro Fernández y a tí, Ángel, enciclopedia de las puras raíces trianeras!
Afectuosos saludos.
¡Que calle Fabié, Ängel!. Paquita Rico (todavía estoy en la duda si le pusieron la placa a Monteseirín o a Paquita),los pedazos de artistas de la familia Fernández,un gran guitarrista hermano de Ángel, el torero que puso bocaabajo la plazatoros de Sevilla toreando con el capote. Emilio, bailaor vecino de mi tía agüela Emilia, madre de una prima hermana de mi bata, Carmen, que dejó viudo a Juanito Arias,gran poeta y amigo común y madre también de mi primo segundo Rafaé, zapatero en la calle Alcaicería, al que don Antonio Burgos le dedicó un artículo entrañable, vivían en un corral frente a la casa de Paquita y aledaño a la extinta y famosa Peña El Bollo.¡Que calle,Ángel, que calle...!. ¡Hasta una avioneta que capotó vino a dar con las hélices en un almacén....y le sacaron la copla: "En la calleee é Fabié/ ha caííiooo un avióóón/¡Ay, que tííooo!/¡Ay, que tííooo!/ que porrazo sha metíííooo...".
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