El grupo local de Izquierda Unida, por boca de un
concejal, se rasga las vestiduras porque considera que se ha atacado a la
pluralidad ideológica de Triana. El caso es que una de las fiestas más antiguas
de España, la Velá de Santa Ana, subsiste sin ningún tipo de reglamento o base
jurídica a pesar de ser Fiesta de Interés Turístico de Andalucía, y el
nuevo gobierno municipal ha acabado con esta anómala situación tomando ya las
primeras medidas: música igual para todos, o sea, por hilo musical, y se acabaron
las banderas en las casetas. Esto es lo que a estos señores más les duele
porque así no podrán colgar sobre el murallón la enseña republicana, que
naturalmente respetamos, pero que bien poco tiene que ver con el viejo y sano
espíritu de nuestra Velá (conste que lo mismo pensaríamos de cualquier otra
bandera). El que eliminen el ruidoso y extraño crepitar “musical” que desde que
existen las casetas de partidos políticos los ha distinguido no parece que les
haya dolido tanto. Se prohíben las banderas... todas, porque desnaturalizan la
fiesta, y esa foto de todos los años que señala, por su trasera, la caseta del
concejal, siempre nos ha parecido una flagrante falta de respeto a una
tradición festiva y centenaria.
En un
libro de próxima publicación, si la providencia no media en contra, queda bien
claro lo que opinamos sobre lo que nunca debió aceptarse, la politización de
una celebración enteramente trianera sin más tendencias que la de pasarlo bien.
Todo lo que conformaba la Velá en la calle Betis era parte del barrio, y eran
los vecinos, a través de sus asociaciones, hermandades y peñas, los que
invitaban a propios y extraños. Y es que pocas manifestaciones se abrieron más
a la ciudad. Ahora bien, los muchos visitantes sabían, cuando se iban por el puente,
que habían disfrutado de una noche enteramente trianera.
No sé de dónde
saca el quejoso concejal eso de que “la Velá es diversa en su esencia y
naturaleza” y que es un ataque “homogeneizarla”. Pues es al primero que habría
que regalarle el libro, aunque ya podría haberse molestado en hojear, siquiera,
el publicado el año pasado. Se ve que sólo sabe de la Velá de la Patrona de
Triana desde que en tiempos de Ortiz Nuevo, en la euforia democrática -en este
caso dislocada-, cuando los partidos empezaron a ocupar el lugar de las
asociaciones del barrio. La Velá no empezó a fines de los últimos años setenta;
lo que entonces comenzó fue la conversión e intoxicación de una tradición con
valores intocables, con una honda identidad, la propia de un barrio-pueblo,
transformada en una verbena vulgar, ruidosa, incómoda, con una música horrible
que ante la caseta de Izquierda Unida aumentaba en lo que suponía el general
agravio a un lugar rico en música popular, la nuestra, la única que se debería
escuchar en todas las casetas y, desde luego, en voces trianeras. Esto es lo
que el concejal debería defender dada
su ideología, la defensa de la identidad de un arrabal que disfruta -o
disfrutaba- de la onomástica de su Patrona (para creyentes y no creyentes),
mostrándose ingenioso, artista y singular en todas sus manifestaciones. Ese es
el origen y la esencia, y así fue desde hace ocho siglos. Las casetas de los
partidos sobran en la Velá de Santa Ana. Y si sobran las casetas qué vamos a
decir de las banderas.
Ángel Vela Nieto.
Ángel Vela Nieto.
Es que la Velá es la leche, Ángel, por eso este hombre no quiere que se homogeneice, porque al homogeneizar la leche se acaba la nata y no flota en la superficie la grasa que es lo que queda encima de un líquido -el río- al ser menos densa. La nata de la Velá piensa que es él,o el plural, y ese es el problema. Yo creo que ya puestos, como la Velá es la leche, habría que higienizarla, pasterizarla y uperizarla de partidos y banderas, como tú dices, y dejar las flores y farolillos de las asociaciones y hermandades y tod@s a la calle Betis,joé.
ResponderEliminarMe estoy acordando de aquellos carteles que había en los autobuses que decían: "Prohibido escupir" y "Prohibido hablar con el conductor". Pues en la próxima Velá tendremos que ir pensando que carteles poner; espero que no aparezca aquel cartel tan desagradable que había en muchos bares de Triana que decía: "Prohibido el cante".
ResponderEliminarLo de homogeneizar la música no lo termino de ver claro. A saber qué música terminarán poniendo; todavía me estoy acordando de la música que se interpretó durante el Pregón de la pasada edición de la Velá.
Desde que se instauró la democracia la inmensa mayoría de los mandantes que nos han enviado de la Plaza Nueva nada tenían que ver con Triana; algunos ni pisaron la Velá en su vida... y llegan como presidentes de la Comisión Organizadora. Pues aquí comienza la leche a costarse, Antonio...
ResponderEliminarCualquier música -menos la de la Banda del año pasado- es mejor que la locura ensordecedora y verbenera de antes. Mi idea siempre fue entregar a los casetistas, al par que se hacen cargo de la caseta, 20 ó 30 discos de artistas trianeros, antiguos y modernos, como única música. Sería la mejor forma de identificar la fiesta y, a la par, de promocionar a nuestros artistas.
ResponderEliminarAl joven y dinámico director de la Banda Municipal hay que darle alguna noción de historia de la Velá. Dese el siglo XIX, la música fue siempre la misma: clásica española y andaluza, zarzuelas, pasodobles, sevillanas, Albéniz, Falla, Turina...; lo nuestro. Escuchar algo que canta Sinatra está fuera de lugar. No había más que ver las caras de la gente el año pasado en el Hotel Triana.