Desde el puente sobre la vía que unía el Haza del Huesero con la Triana marginal del Patrocinio, Holgado puso alas a su cámara para tomar desde el travelling de la emoción el mejor fotorama de esta película de la que desconocemos su título, su guión y el nombre del protagonista.
En 1980, aún no se presentía la modernidad del 92, y los durmientes de las vías sobre el balasto llevaban el corazón de madera de antiguos bosques de pinos, de hayedos o robledales, que habían sacrificado el peso leve de los pájaros sobre sus ramas para soportar el de las gigantescas y ruidosas locomotoras de vapor.
Pero hoy es un hombre quien pisa su epidermis, vencida de crujidos, de lluvias y de soles. ¿Quién es? ¿Adónde va? ¿Por qué su paseo entre las líneas paralelas que parecen infinitas?
Camina seguro hacia ninguna parte pisando con sus botas los grasientos renglones, llevando quizás en su morral el naufragio de una soledad que a nadie enseña. Tal vez, el tren de su esperanza se quedó varado en la ingrata estación de los malos recuerdos, y él se abre camino, para no equivocarse, sobre la vieja senda que conduce a la marisma atlante, donde, posiblemente, tampoco nadie espere su llegada.
Camina seguro hacia ninguna parte pisando con sus botas los grasientos renglones, llevando quizás en su morral el naufragio de una soledad que a nadie enseña. Tal vez, el tren de su esperanza se quedó varado en la ingrata estación de los malos recuerdos, y él se abre camino, para no equivocarse, sobre la vieja senda que conduce a la marisma atlante, donde, posiblemente, tampoco nadie espere su llegada.
Fotografía: José Manuel Holgado Brenes
Texto. Emilio Jiménez Díaz
Foto sin fin de José Manuel, una larga vía le ha bastado para enseñarnos un pasado que se antoja duro y crudo, una vida que Emilio ha imaginado y nos ha descrito con tan hermosas palabras. Pena que por entonces no estuvieran plantados los árboles que ahora hay en esa zona, para haberme lanzado a la maravillosa aventura de contar.
ResponderEliminarEstupenda página para un hermoso libro...
ResponderEliminarEmilio nunca defrauda a nadie. En este su decimocuarto comentario a mis fotos, lleva mi obra a unas esferas que el autor fotográfico jamás podría imaginar.
ResponderEliminarCon toda mi gratitud, abrazos.
Se nos está dando bien el maridaje, y no sabes cuánto me alegro por ti, porque ya era hora de que tu obra se conociera con la importancia que requiere. Los textos son lo de menos.
ResponderEliminarQué magnífico trabajo están haciendo Emilio y José Manuel. Al ver la fotografía de esta vía trianera, en la actualidad convertida en un improvisado aparcamiento, he querido ver a uno de nuestros políticos (Zapatero, Monteseirín, Chaves...) caminando por el lugar equivocado, con su morral lleno de euros y llevándose al infinito la ilusión de los españoles; lástima que el tren ya no circulaba por la vía. Felicidades a Emilio y José Manuel por tan perfecto maridaje.
ResponderEliminarGracias, José Luis, por la parte que me toca. La unión con mi admirado José Manuel es perfecta y estamos muy contentos de que así sea.
ResponderEliminarLo de los políticos andando por la vía... Mucha imaginación tienes, querido amigo.
Impresionante.
ResponderEliminarEstas fotos de la Triana que se nos fue nos da una visión de lo que han cambiado las cosas en los últimos años.
ResponderEliminarFelicidades por la fotografía y el texto.