Esta imagen que captó Holgado en mayo de 1987 en una calle trianera, bien podría servir para ilustrar alguna página del realismo mágico de García Márquez en "Cien años de soledad". Se llamaba o le decían Caralho, un portugués sucio y desharrapado siempre queriendo encontrar su vida entre detritus y cartones en el reino de la miseria.
En esta fotografía, endurecida por los contrastes, José Manuel ha querido meterse de lleno en la llaga más profunda de la sociedad solanesca. La imagen alcoholizada de Caralho encarándose con un mundo imaginario, su mirada terrible mirando ¿a qué infinito?, su encorvada cerviz y su mano sarmentosa asiéndose a una señal de prohibido aparcar, es una figura para la meditación más profunda, a la que ya pone la puñalada de una muerte definitiva la leyenda del rombo indicativo en el camión de los desperdicios. "Resíduos urbanos".
Ni Goya ni Solana hubiesen reflejado mejor este momento. Y Dante hubiese sido demasiado dadivoso en su propuesta. La imagen de Holgado da escalofríos. Jamás la miseria se vio más eternizada que en este papel Kodak que hace temblar los cimientos de nuestra sociedad civilizada. A Caralho no se le ha visto más tambaleante por nuestras calles. Desapareció su imagen de piltrafa y su voz terrible encendida en vapores etílicos. ¿Pero es que en verdad existió Caralho?
Fotografía: José Manuel Holgado Brenes
Texto: Emilio Jiménez Díaz
Muy buena la foto, Holgado. Muy bueno el texto, Emilio. Qué buen libro saldría de esta unión tan perfecta entre imagen y palabra...
ResponderEliminarJosé Manuel con sus hermosas fotografías es que te lo da todo hecho.
ResponderEliminarPara más información sobre la fotografía de José Manuel Holgado Brenes, pueden visitar la web: http://elpatiodeinternet.blogspot.com/p/jose-manuel-holgado-brenes-fotografo.html
ResponderEliminarAdemás de en este Blog, claro.
En mi blog lo tengo recomendado y ya he realizado varias visitas. Es muy bueno.
ResponderEliminarCuando José Manuel captó esta imagen muy dentro de su estilo como fotógrafo ("notario de la Sevilla insólita", lo bautizó Nicolás Salas), entonces compartíamos mesa de "redacción" de la revista "Triana" en Casa Cuesta. Este personaje aparecía en cualquier rincón de Triana, especialmente por Pagés del Corro y San Jacinto. Un día nos enteramos que fue a reposar su melopea al banco de piedra de "guinnes" de la calle Betis, cayéndose para atrás a la dura orilla del río... Este fue el fin del "Carayo".
ResponderEliminarTriste final el del portugués Caralho que tenía la muerte anunciada en la magnífica fotografía de José Manuel. Para una novela.
ResponderEliminarPues yo necesito que se sepa que esta foto la realicé el 7 de mayo del susodicho año 1987 y para un posible libro que se iba a llamar "Un día en la vida de España", de una editorial centralista y me fue rechazada "...por demasiado dura", creo que deseaban dar una imágen dulzona de este país, como si estas desgracias no ocurrieran realmente en nuestra tierra bendita.
ResponderEliminarGracias, gracias de corazón a cuantos estáis apoyando mi obra gráfica y perdonadme que ponga el primero a mi querido amigo Emilio Jiménez Díaz, estamos formando un tandem extraordinario verdaderamente. Mi lema fotográfico es el siguiente: PÁRESE, POR FAVOR, A PENSAR.
Querido José Manuel: Tú eres el que aportas el material, hermosísimo. La palabra se arranca sola viendo estas imagenes: dulces, unas veces ante la estética de esos momentos; duras, cuando como en esta escalofriante imagen de Caralho te da que pensar, como tú bien dices.
ResponderEliminarRecuerdo vagamente a "Caralho", igual que a otro señor al que le decían "Nini"(que paraba en el Bar Roma y aledaños).
ResponderEliminarUna instantánea impactante, pero que se ajusta enormemente a la realidad.
No conocía a José Manuel pero veo las fotografías que tiene y me gusta mucho como congela la realidad social de la época.
ResponderEliminarEsta fotografia es impresionante:
http://3.bp.blogspot.com/-DJ0cQ_m2KWk/TabLDowO6RI/AAAAAAAABDc/09ZkrjuDwrE/s640/faffe.jpg