jueves, 13 de enero de 2011

BELMONTE EN EL RUEDO DE PAPEL (1)


En la época dorada del toreo, con Vicente Pastor, Los Gallos, Gaona y Juan Belmonte, entre otros, aparte de las revistas taurinas serias existían otras que, humorísticamente, daban caña a diestro y siniestro según la publicación. Como la pareja más famosa y que llevaba más público a los ruedos era la formada por Joselito y Belmonte, existieron revistas belmontistas y antibelmontistas, y gallistas y antigallistas, y otras que ponían a parir a los dos para calentar a ambas aficiones. Ellos, sin embargo, eran amigos dentro y fuera de los cosos taurinos, pero las aficiones eran irreconciliables, hasta el punto de que no se podía gritar ¡Viva Belmonte! sin apostillar un ¡Muera Joselito!, y al contrario.

 Tan era así el tema de los seguidores, que Guichot y Sierra anotó una divertidísima anécdota que más tarde incluiría Manuel Barrios en su excelente libro "Andalucía, genio y donaire" (Algaida editores, 1990). Al parecer, Juan Belmonte había tenido una tarde gloriosa en la Maestranza el 17 de junio de 1917, a la que se apostilló como la gran tarde del diestro trianero, la mejor de su historia taurina, revalidando el sobrenombre de "El Terremoto de Triana" que le habían puesto tras una sensacional corrida de 1915. Pues bien, cuenta Barrios lo siguiente: "La emulación entre los dos colosos -Joselito y Belmonte- enardece a los aficionados hasta el fanatismo. Por eso cuando, aquel 17 de junio de 1917, Juan deja definitivamente sentenciado el pleito, el entusiasmo de los trianeros raya en la locura. Lo pasean a hombros por todo el barrio y... cuando aquel mar tumultuoso y rugiente llega a la altura de la iglesia de Santa Ana, se le ocurrió a alguien entrar en el templo, coger las andas de la Virgen, subir a Belmonte en ellas y que entrase así, procesionalmente, en su calle. Hubo un puñado de insensatos a quienes la idea pareció excelente y en tropel se metieron en la iglesia unos grupos de belmontistas que iban dispuestos a llevarse las andas a todo trance. El sacristán se asusta y llama a la Guardia Civil. La santa indignación del párroco y la amenaza de la Guardia Civil hizo retroceder asustados a los que iban por las andas. Y cuando el cura ve que aquellos arrebatados partidarios del torero de Triana desisten ya de sus propósitos sacrílegos, les fustiga las mismísimas narices con fina gracia andaluza: -¡Insensatos! ¡Querer llevarse las andas de la Virgen para llevar a Belmonte! ¡Si hubiese sido siquiera para Joselito...!

Buscando por papeles de la época, nos hemos encontrado con tres revistas de corte humorístico que no tienen desperdicios. Todas están escritas con aire jocoso, pero dando de lo lindo, y entre ellas mismas se tiraban a matar hasta en la originalidad de sus nombres de cabeceras. Se editaba "Kcht", que era más belmontista que Belmonte; "The Kon Leche", que daba leña a uno y a otro; y "Kafé Kon Media", imitación de la anterior en todo, pero acérrima defensora del torero trianero. En las tres publicaciones, la cantidad de dibujos de Juan Belmonte es apabullante.

Me ha parecido interesante, y así creo que lo veréis vosotros, traer a nuestro blog algunas de estas páginas que hoy son historia, parte de la historia taurina de nuestro arrabal. Con el título "Belmonte en el ruedo de papel", iré poniendo, cronológicamente, las mejores páginas que he tenido la suerte de encontrar.

La viñeta de hoy, publicada en "The Kon Leche" el 30 de marzo de 1913, nos refiere la llegada de Belmonte a nuestra antigua estación de Córdoba tras la extraordinaria novillada que dio en Madrid el día anterior.



Emilio Jiménez Díaz

2 comentarios:

  1. Belmonte es un trianero universal; todo lo que sepamos de él es saber de Triana. Las revistas no pueden ser más curiosas y, desde luego, prometen. Estupenda idea, Emilio.
    Respecto a la anécdota, tan comentada que se ha dado como un hecho real, he de decir que nunca me creí ni una pizca de su veracidad; es sólo una ocurrencia graciosa. Desde 1913 -y hasta su fallecimiento en 1935- era el párroco de Santa Ana uno de los curas más famosos de la historia de este costado de Sevilla, cuyo nombre quedó perpetuado en uno de los laterales de su templo, nos referimos a don Bernardo Guerra. Su popularidad estribaba en un desprendido apego a su gente, gitanitos y gachoncillos, además de tener fama de buen aficionado al flamenco y a los toros. Y viendo él crecer a Belmonte en un corral de vecinos frontero a su casa de la calle Pureza y celebrar las veces que lo vio a hombros hasta el mismo patio... tenía motivos para ser el primer belmontista de España. ¿Y además: ¿alguien entiende un cura antibelmontistas en la Triana de entonces...?

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  2. De todo hay en la viña del señor, y don Bernardo bien podría ser "gallista". Yo tampoco entiendo que fuera contrario a Belmonte. La gracia está en la anécdota que recogió Guichot y Sierra y que transcribo por la pluma del amigo Manolo Barrios.
    Espero que las cosas que salgan sean de interés. Al menos las fotografías y caricaturas que van a ir apareciendo son buenísimas. Los comentarios dependen de si las revistas eran belmontistas o antibelmontistas. Pero todas las críticas están hechas con la gracia y el humor de le época.

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