El pasado 13 de mayo el periodista aznalcaceño Antonio García
Barbeito publicó en su columna del ABC de Sevilla el artículo con el que se
ilustra la presente entrada.
El 23 de julio de 1991 Barbeito ejerce de presentador, como
pregonero predecesor, del nuevo pregonero de la Velá que fue Ángel Vela. Concluyó Barbeito
la referida presentación con la siguiente frase:
“Esta noche, como será mientras tú vivas, Triana no debe
temer mientras duerme: un Ángel Vela...”
Y como
contestación al artículo en cuestión, Ángel Vela remite a distintos periódicos
sevillanos la carta que a continuación transcribimos. Juzguen ustedes mismos:
José
Luis Jiménez
La mala memoria de Barbeito
Señor director:
Hace unos días el señor Barbeito escoge una
noticia sin especial relevancia para ensalzar la figura de Alberto Jiménez
Becerril como delegado del distrito trianero, lo que en Triana hemos hecho
docenas de veces y públicamente. Claro que él lo desconoce porque el barrio que
le dio todo, ya hace mucho tiempo que dejó de interesarle. Y como es asunto que
ha repetido, en esta ocasión, aun con una cierta pereza, no voy a tener más
remedio que recordarle lo que parece ha olvidado, resumiendo en un nombre, el
de Manuel Lauriño, toda la ayuda que disfrutó en esta orilla el inolvidable
concejal.
Pero, desgraciadamente, no podemos pedirle
a Alberto que le claree al columnista la memoria, y de eso se vale. Todo lo que
-físicamente- dejó en la geografía del barrio durante el tiempo de su gestión,
a saber: “Monumento a los Descubridores”, el de “Triana al Arte Flamenco” y la
mayoría de esos “azulejos que saben a lápidas de cementerio” están, como ideas,
en un libro titulado “Triana en tres tiempos”, editado por el Ayuntamiento en
1990 y que el columnista debe tener, dedicado por el autor, el firmante de esta
carta.
Lauriño no fue más que uno del grupo que
apoyó activamente la labor de Alberto (¿es cierto Emilio Jiménez Díaz?), y tuvo
su premio desde la comisión de la Velá -a la que perteneció- nombrándosele
pregonero de la fiesta y “Trianero Adoptivo”, desapareciendo después -como
otros cuando consiguieron lo mismo- de la trinchera que iban a defender hasta
la muerte. Y antes he señalado sólo lo material, pero cuántos actos organizamos
en Triana en aquellos dos fértiles años. Entre ellos el del centenario de
Demófilo, la muestra sobre la Exposición Iberoamericana y el pregón-denuncia
que di en la Velá de 1991 porque Alberto me lo pidió.
Y remato de manera directa: ¿Es posible que
hayas olvidado, Antonio, que participaste en el primero de los actos citados
(uno de tantos) y que me presentastes en el segundo?). Alberto siempre estuvo
abrigado por toda Triana; es absolutamente incierto que pasara “malos ratos” y
que se quedó “muy solo”. Y todo, además, en un texto enmarañado y sin la
valentía de nombrar a los que quieres dañar. Nos vamos haciendo viejos,
Antonio, pero no todos perdemos -maliciosamente- la memoria a la par.
Ángel
Vela Nieto.
Invito a todos que lean la entrada sobre el tema en el blog "desde mi torre cobalto", manera de estar aún mejor informado.
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