A José Manuel Holgado se le coló entero el otoño por las lentes de su objetivo y, añorando la vida feliz de los cartujos de Santa María de las Cuevas, orillas de Gambogaz, recordaba la célebre frase de la historia: "En buen lugar están los frailes para subir de aquí al paraíso..." Y un día otoñal, húmedo y triste, en el que el sol apenas si se atrevía a definir los perfiles, se fue allí para robar la tranquilidad del momento y dejarla fijada para siempre.
Gracias a mi botánico particular, Rafa Martín, sucesor de Monardes en el amor a árboles y plantas, he sabido que Holgado no apresó una pared cualquiera cartujana a la que se ciñen los ramajes en la mañana desabrida. Una parra virgen era la que dibujaba su mapa de venas por la pared encalada y la cerrada celosía con centinela de mármol. Parra desnuda a la que también dan en llamar "hiedra del Japón" o "enamorada del muro", al que se agarra con sus diminutas ventosas igual que se protegen los novios en el malecón de los labios.
Y José Manuel lo sabía, y por eso no dudó en retratar a esa enamorada, si hoy mustia, mañana, cuando Primavera restalle de verdes, viva y frondosa, salpicada de esmeraldas en el milagro eterno de una puntual resurrección del gozo.
Gracias a mi botánico particular, Rafa Martín, sucesor de Monardes en el amor a árboles y plantas, he sabido que Holgado no apresó una pared cualquiera cartujana a la que se ciñen los ramajes en la mañana desabrida. Una parra virgen era la que dibujaba su mapa de venas por la pared encalada y la cerrada celosía con centinela de mármol. Parra desnuda a la que también dan en llamar "hiedra del Japón" o "enamorada del muro", al que se agarra con sus diminutas ventosas igual que se protegen los novios en el malecón de los labios.
Y José Manuel lo sabía, y por eso no dudó en retratar a esa enamorada, si hoy mustia, mañana, cuando Primavera restalle de verdes, viva y frondosa, salpicada de esmeraldas en el milagro eterno de una puntual resurrección del gozo.
José Manuel Holgado Brenes
Texto: Emilio Jiménez Díaz
Texto: Emilio Jiménez Díaz
Otra entrada de lujo; será difícil subir de nivel...
ResponderEliminarJosé Manuel está muy entusiasmado y me está entusiasmando. Hoy me ha enviado una terna de excelentes fotos pendientes de una descripción oportuna.
ResponderEliminarPues sigue que quedan bastante bien. Si te atreves podemos hacer un hilo de la locura para describir alguna foto, pero esta vez sin leer lo que los otros han escrito. Sería algo así como enviar la foto a cinco o seis para que escriban un par de renglones y después juntarlo todo.
ResponderEliminarPresumo que eso puede ser un lío más grande que "El hilo de la locura". Ahora uno no puede un día, fulanito no puede el otro..., y al final nada sale claro.
ResponderEliminarQuerido Emilio, me tienes completamente obnubilado con tus magníficos comentarios y me pregunto... ¿de verdad lo merezco?
ResponderEliminarTú eres el que me das pie con tus hermosas y sugerentes fotografías. Podremos sacar un libro cuando tengamos el suficiente material. Te mereces eso, y más.
ResponderEliminarAyer escribí un comentario pero hoy al mirar el blog no por algún motivo no ha salido.
ResponderEliminarDecía que las fotos de José Manuel me parecen increibles, no hay ninguna en la que no se descubra un nuevo rincón de Triana. Lo del libro sería genial, ya tenéis una compradora.
Rafa, a tí te decía que con un "hilo de la locura" ya vamos de sobra que desde entonces tengo a "la argentina" en casa, claro como no le prestasteis atención...
Pues no lo habrías incluido bien, ya que no me aparece en el editor por ningún lado, ni hay mensaje borrado alguno.
ResponderEliminarLas fotos de Holgado tienen alma, por eso es tan fácil ponerles un pie. Hablan por sí solas. Lo del libro es tan sólo una idea que podría cuajar cuando tuviésemos el suficiente material.
Lo de "El hilo de la locura" fue una experiencia con la que yo estuve ilusionado, pero que nos encargamos de estropear entre todos.
Me ha pasado de tener que pulsar hasta tres veces en publicar comentario para que saliera. Quizás estuvo mal planteado ese hilo, lo que proponía era algo distinto, pero Emilio ya ha cogido carrerilla hacia otro libro.
ResponderEliminarLa argentina salió de un tango triste, lacia como estaba, era difícil prestarle atención, encerrada tras el humo de sus cigarrillos.
Suele pasar lo que comentas de lo comentarios. No sé a qué se debe. Puede, como dices que "el hilo" estuviese mal planteado, aunque yo se lo achaco a la falta de tiempo de todos, o la la falta de constancia. Bueno, pero fue una experiencia. Hasta las negativas lo son. En cuanto a lo de Holgado, es que no te habré cogido bien ese "hilo" de lo que quieres decir. Lo del libro es sólo una ilusión, antes habría que hacer uno con tus hermosos paseos botánicos, como me parece que apuntaba Ángel en un comentario suyo.
ResponderEliminarPreciosísima la foto y preciosísimo el texto que habla de la parra virgen, la parravirgen, como la llaman en algunos lugares del mundo, como USA o Inglaterra. Hace poco que leí un libro en el que esta planta tiene un papel muy especial. Me permito recomendaros ese libro: "La hija de Robert Poste" de Stella Gibbons, publicado por Impedimenta, esa maravillosa editorial. Si lo buscáis en mi blog de biblioteca, tendréis más datos sobre él:
ResponderEliminarhttp://bibliotecanestor.blogspot.com/
Enhorabuena a Emilio y a Holgado por el perfecto tándem que forman.
Lo anoto inmediatamente. Muchísimas gracias por tu información. He acabado el libro sobre "La Roldana", muy interesante, y buscaré este que nos recomiendas.
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